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Bitácora de vida
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Tiempo de lectura: 7 minutos

El único acto sexual innatural es el que no se puede hacer. Privar a alguien de actividad sexual en contra de su voluntad va en contra de nuestra naturaleza.

Tengo la maravillosa oportunidad para escribir sin censura, libremente, como así también todo lo que necesito para comenzar mi diario personal o “bitácora de vida”. Emociones, sensaciones, desafíos, molestias e incertidumbres que tengo en la cabeza, apuntando mis deseos sin el más mínimo miedo.

07/junio/1984.

Querido diario, hoy día de mi cumpleaños número veinticuatro, comienzo esta “bitácora de vida”. Es mi deseo poder ordenar mis pensamientos con tu ayuda, así que gracias de antemano.

08/junio/1984

Hoy me levante peor que de costumbre, esto de comenzar a escribir y no saber cómo, me hizo pensar demasiado e hice un racconto de mi vida.

Estudios completos, un buen trabajo, buena familia, dos relaciones largas truncas, amigos por doquier, amigos… en las buenas y con dinero en el bolsillo tengo muchos, pero verdaderamente me di cuenta en las malas, cuantos lo eran realmente.

Una familia hermosa, mi padre profesional, mi madre con un emprendimiento casero de comida, y el eje de la razón por la cual me decidí a escribir, mi hermosa hermana Silvia. Bella por donde se mire, (desentona con su entorno familiar) el resto de la familia no fuimos agraciados como ella, digamos que no somos el estereotipo de los adonis. Con Sil nos llevamos muy bien, lo tuvimos que hacer a la fuerza, pues como la casa es pequeña compartimos habitación.

09/junio/1984

Ayer te hable de mi hermana, pelo largo hasta la cintura, rubio oscuro tirando castaño, ojos color miel, un metro setenta y uno de altura, dos tetas que sin ser grandes son deseadas como su culo respingón, por más de uno (incluido yo) vientre aplanado, un caminar de gacela, que decir, cuando va por la calle muchos se dan vuelta para devorarla con la mirada (cuando voy con ella me da muchos celos). Estudia para modelo, ya hizo un par de publicidades en revistas, su anhelo es trabajar en televisión.

10/junio/1984

El amor platónico es la concepción filosófica de un amor sin lazos sexuales ni románticos que fue propuesto por el filósofo griego Platón.

Así como el la propuso, yo me propuse, romper con ese paradigma, como ya te habrás dado cuenta querido diario, ese platónico que habita en mí, es Silvia.

20/junio/1984

Querido diario, no te abandone, me he tomado estos días elaborando una estrategia para llevar a cabo mi plan de tener sexo con mi hermana. Ya te iré contando. Lo que sí puedo decirte es que cada día que pasa, me estoy enamorando más.

22/junio/1984

Antes de ayer comencé aplicando las primeras armas, creo que me fue muy bien, la note receptiva. Te voy a abandonar unos días, debo abocarme por entero a la tarea. Fin momentáneamente.

Estos días de escritura me han abierto un poco la mente e hicieron que me anime.

07/junio/2023

Querido diario, esos días se transformaron en años, tengo un andar mas cansino, mi pelo (el poco que me queda) ya está blanco, pero aquí estoy de nuevo, no quería dejar sin registro lo sucedido, tal vez, algunos de mis hijos o mis nietos te encuentren alguna vez y se enteren la verdad.

08/junio/2023

Afincado hoy en España, continuo “casado” con Silvia. Nuestros padres fallecieron en un accidente. Tiempo después decidimos emigrar para vivir a pleno nuestra vida de pareja.

Todo comenzó cuando me anime a entrar al cuarto en que dormíamos, a sabiendas que ella se estaba cambiando, pues había salido de bañarse. Al ingresar encontré justo lo que quería que pasara, ella estaba solo con la tanga puesta.

– Eeeeh, que haces tontito, no ves que me estoy cambiando, porque no tocaste a la puerta antes. (esto lo dijo sin cubrirse y dándose vuelta)

– Perdón Sil, pensé que estabas aun en el baño (clavando mis ojos en sus tetas redondas y pequeños pezones)

– (riendo) por lo menos podes dejar de mirar mis tetas (lo dijo pero no se cubrió)

– Perdón tenés razón (bajando la mirada a su entrepierna que se veía totalmente depilada)

– (riendo aún más fuerte) y mi concha también atrevido (se acercó me dio un beso fugaz en los labios) ahora por favor retírate así me termino de cambiar.

Me fui, no sin antes observar nuevamente el desnudo cuerpo de mi hermana.

A partir de ese día me di cuenta que todo cambio, obvio que para bien andaba más suelta de ropa cuando nuestros padres no estaban, dormía en ropa interior, hasta sus besos de buenas noches eran distintos, un día en la mejilla, otros en la comisura del labio y por ahí se le escapaba alguno en los labios.

Alguna vez, no sé si lo soñé o fue cierto, me pareció que levantaba mis sabanas para ver debajo, aunque sabe que no duermo desnudo.

Cierto día nos encontrábamos desayunando y recibimos un llamado telefónico, ese que nadie quiere recibir, avisándonos que nuestros padres se encontraban en el hospital debido a un accidente, dejamos todo como estaba y salimos hacia allí, al llegar nos dan la noticia de su fallecimiento.

Al término del entierro, regresamos a casa, mudos, solo se escuchaba nuestra respiración y algún suspiro esporádico.

Con el agotamiento que teníamos decidimos ir a descansar, Silvia lo hizo en nuestra pieza, decidí ir a la cama de nuestros padres, para sentir su olor por última vez, donde me quede dormido.

A mitad de la noche siento algo del otro lado de la cama, despierto y veo a mi hermana acostándose junto a mí.

– No quería dejar pasar la oportunidad de sentir su olor aunque sea por última vez (me dijo con unas lágrimas bajando por sus mejillas)

– Por eso me vine aquí.

– Cuanto dolor hermanito.

Llorando en silencio, nos abrazamos quedándonos dormidos.

Al otro día, cuando despertamos, estábamos en la misma posición, ella me dio un beso en los labios y se puso de lado, dejando su pomposo culo pegado a mí ya duro pene por la erección matinal.

La abrace pegándome más a ella, que dejo escapar un suspiro, paso su mano hacia atrás acariciando mi culo para llegar a tocar mis testículos, se corrió hacia adelante y tomo mi miembro con su mano (no lo podía creer).

Necesitaba ir al baño, debía orinar, higienizarme y hacer que se me pase la erección.

– Silvita, voy al baño y vengo.

Estoy orinando y la veo entrar desnuda, sentándose en el bidé, orino ahí, higienizándose también, salió antes que yo.

– Te espero en la cama.

– Bueno, ya salgo (dije controlando mis nervios)

Al llegar a la habitación, no estaba, pensé que estaba en nuestro cuarto, cuando iba para allí, la veo entrar, aun desnuda, la tomo de la cintura, besándola apasionadamente, fue un beso como nunca antes había experimentado, así caímos en la cama.

Sin soltar su boca comencé por acariciar su costado, rozando su tersa piel con la yema de mis dedos, su tacto era hermoso, desde su cuello hasta sus duros muslos. Ella me imitaba.

Su abdomen me invitaba para que lo acaricie, cosa que hice, intercalando con besos en su ombligo a la vez que con mis dedos rozaba sus labios mayores que se humedecían a una manera vertiginosa, separe estos para tener acceso a los labios más profundos y sin querer, mis dedos se fueron perdiendo de a poco en esa vagina empapada de sus jugos.

– Por favor, te pido que seas suave, aún no he tenido relaciones con nadie, no me lo vas a creer, pero me estaba guardando para vos.

– ¿En serio? Por qué no me lo habías dicho antes, te deseaba mucho.

– Me daba vergüenza, pero pensaba proponértelo, con la duda si aceptarías.

La calle de un beso, seguí jugando con su clítoris, más grande de lo que había visto hasta ahora, para ir bajando con besos por su cuerpo, al llegar al pubis totalmente depilado mi lengua hizo el recorrido que antes habían realizado mis dedos, mis labios aprisionaron ese botón que deseaba ser besado, su boca dejo escapar un gemido de placer al tiempo que sus fluidos producidos en su primer orgasmo invadían la mía.

Tomo de la mesa de noche un preservativo que agarro de mi bolso cuando fue a la pieza.

– Creo que llego el momento, (me dio el preservativo que me puse de inmediato) quiero que me hagas tuya, quiero sentirte dentro, probar por primera vez que se siente tener un hombre entrando en mi cuerpo, que de hecho te deseaba desde hace rato.

– Si amor, este momento será placenteramente inolvidable para ambos, te lo prometo.

Alinee mi pene entre sus labios vaginales y fui ejerciendo presión de a poco, hasta toparme con el intacto himen.

– ¿Estas preparada?

– Toda y completamente tuya.

Ya se notaba en su cara que los primeros centímetros de mi verga deseosa queriendo explorar sus entrañas, la estaban haciendo disfrutar, su boca entreabierta dejaba escapar suspiros y gemidos. Fui introduciendo de poco hasta que dejo de ofrecer resistencia esa tela que marcaba el límite de su virginidad y la bienvenida al mundo del placer. Un pequeño grito mezclado en esos ruidos que escapaban de su boca me hizo detener hasta que pasara el “pequeño pinchazo” que luego me describió. Pasaron segundos para que me pida continuar, arremetí contra su cálida y húmeda vagina en una vorágine de meter y sacar el miembro, las penetraciones fueron despacio, poco a poco, suaves, gemía tanto o más que yo, haciendo el movimiento cada vez más rápido, sus piernas se abrazaron a mi cintura, mientras la pelvis subía y bajaba acompasada con mis movimientos, su cuerpo se tensó y sus gemidos se hicieron más fuertes, sentía como su útero palpitaba indicándome el primer orgasmo producido por un pene.

Seguí haciéndole el amor mientras besaba sus rosados pezones y su boca de tibios y rosados labios.

Tuvo dos orgasmos más antes que llenara con mi semen el preservativo, testigo de nuestro primer y no último encuentro sexual.

Aun con mi pene dentro, deje reposar mi cuerpo sobre el de ella, quería sentir su calor en mi pecho. Sin dejar de mirarnos a los ojos me dijo.

– Gracias, hace rato que esperaba esto, te deseaba con cuerpo y alma.

– Que agradecer, si nos deseábamos los dos, ambos queríamos esto, me encanto ser el primer varón en tu vida sexual.

Me dio un beso en el que nuestras lenguas se volvieron a encontrar.

Al salir mi sexo de ese sitio cálido, una pequeña mancha escarlata en la sábana blanca daba cuenta de lo sucedido.

Silvia se dio vuelta y la abrace por detrás, con mis brazos rodeando su cuerpo, las manos acariciaban sus duros pechos suavemente.

Nos quedamos dormidos, no puedo precisar cuánto tiempo, solo sé que al despertar ella estaba allí, no había sido un sueño. Me encontré con una imagen angelical sentada de chinito observándome.

– Te ves más hermoso mientras dormís.

– Vos sos hermosa todo el día, te amo.

– Yo me dejo amar por vos. Me encanto ser tuya por primera vez, fuiste muy dulce y suave, nada que ver con lo que me habían contado mis amigas en su fantasía cogedora, hoy me doy cuenta, gracias a vos, que eran todo fabulas que me contaban.

– De ellas no te puedo decir nada pues no las conozco, lo que si te puedo decir es que te merecías perder tu virginidad con una buena experiencia y trate de hacerlo lo mejor que me salió.

Me abrazo nuevamente besándome apasionadamente, mi verga estaba erguida otra vez.

Haciendo que se ponga como un perrito, abrió sus piernas comenzando la sesión de sexo, tome su largo pelo y lo agarre como una rienda con mi mano izquierda, mientras con la derecha le daba palmadas en sus glúteos, cosa que pareció gustarle, pues dejo escapar su ya conocido gemido de placer que me volvía loco, vi como sus jugos salían de su encierro vaginal rodando por sus muslos, el olor a sexo tomaba posesión de mis fosas nasales exacerbando mi estado de excitación, estaba a punto de acabar, cuando recordé no tener puesto el preservativo, saque mi verga al tiempo que empezaba a salir mi semen, quedando esparcido en su espalda.

Bitácora de vida. Final.

Hace treinta y nueve años que convivimos, con dos hijos que acaban de dejar la adolescencia, nuestra fogosidad nunca se apagó, a pesar de los años transcurridos.

Pudimos trabajar de lo que nos gustó, Silvia es aún, una modelo reconocida que logro trabajar en la T.V. Española y pude ejercer mi profesión de fisiatra, también con éxito por suerte.

Hoy vivimos en la isla de Mallorca, en su capital, Palma de Mallorca, a minutos del Mediterráneo, extrañando mucho Argentina.

Alguna vez quisimos casarnos. En España, su legislación desde 1978, prohíbe el matrimonio entre parientes directos, no se considera delito ni tampoco incesto. Al ser hermanos, no puedo figurar legalmente como padre de nuestros hijos así que lo hice como su tío.

Querido diario (que no fue tan a diario) hoy finalizo dando cierre a mi historia, esperando que al momento de no estar más en el plano terrenal, nuestros hijos o nietos conozcan esta, nuestra historia, (aunque creo, en este punto, algo deben intuir) la que no nos animamos a transmitirle nosotros, o quizás sí. El tiempo lo dirá.

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