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Carla: un nuevo amigo de insospechado nivel

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Tal como prometido, el relato de la última aventura.

Para poder relatarles este encuentro, deben conocer a La Tejedora. Una persona, y un personaje, de Montevideo, zona Punta Gorda, Carrasco, señora viuda de cierta edad, buen pasar, que en buena parte de su tiempo libre, se dedica a “tejer” relaciones, (de allí el sobrenombre con que se la refiere) entre personas aburridas o desatendidas, o visitantes ocasionales al país.

Para ella todos son desconocidos y tienen nombres falso, antes de contactarlos (sin diferencias de sexo, mujeres desatendidas con hombres rendidores, señores cuyas mujeres ya no se interesan por el sexo con chicas finas y a veces “que aceptan propuestas interesantes”, las antes llamadas “propuestas indecentes”, un tipo de chicas que no para de crecer en número, aunque en general incumplidoras e inconstantes.

Pero paremos de divagar. La Tejedora conoció a Carla por referencia de un amigo nuestro, en ocasión en que L.T. Buscaba una chica no pendex, muyyy de confianza para un caballero de insospechable ocupación, ya les contaré en otro relato.

Todo llegó a buen puerto, L.T. Obtuvo su premio del caballero (siempre por única vez) y a Carla y a mi nos encanta recibir periódicamente al caballero, quien por otra parte ha hecho de Carla (que es traductora de dos idiomas muy poco comunes) su empleada para servicio de traducciones, con espléndido sueldo y poco trabajo de traducción a, o de, esos idiomas.

Una tarde me llama Carla a mi oficina… -Hola amor a que no sabes quien me llamó? La Tejedora! Nos citamos a tomar el té mas tarde, te parece bien? -Sí, obvio, sabés que aparte de ser totalmente libre, me encanta cuando salen posibilidades nuevas. Seguramente nos divertiremos. -Después te cuento, besos.

Al otro día, en general yo de noche estoy en mi casa y obviamente no podemos hablar de estos temas, me llama:

-Ay amor! Ni te imaginas! Cierro la puerta de mi oficina, tengo solamente dos empleados que llevan casi todo el trabajo de representaciones salvo las decisiones finales, y pido que no me interrumpan.

-Y como fue la conversación? Contame! Te oigo como entusiasmada…

-Ella un amor como siempre. Y con un problema. Un señor conocido de ella 9 en esta actividad, a quien hace tres años le consiguió a su actual “novia“, y que es cabeza en Uruguay de una importante multinacional, le pide a alguien para atender al nuevo jerarca de esa multinacional para Mercosur, imaginate.

Necesitan a alguien de total confianza, con total reserva y a toda prueba. Sería para recibirlo el sábado a la tardecita hasta el domingo de mañana, pero a solas… Y eso me hace titubear. Por lo demás imaginate las condiciones! Ni Pedro ni Carlos ni el brasilero llegaron ni cerca! (Aclaro: ya sabrán alguna vez quienes son).

-Y en serio es tan así? Tanto te entusiasma?

-No sabes… me soluciona un tema por todo un año! Y no es tema de sexo! Ya lo sabes jiji.

-Y que te hace dudar? Te noto entusiasmada!

-Que sería a solas… me da cosa sin vos, te vas a quedar triste.

-Mmmmm. Lo planificamos todo juntos, y después, me contás todo con detalle.

-De verdad? Que amor, te adoro. Voy a concretar y a aclararle bien todo. Me dijo que es un Sr. super importante, importantísimo, caballero, de modales impecables y que debe ser atendido de lo mejor, me encanta eso de planificarlo todo vos y yo juntitos.

Unas dos horas después, nueva llamada, todo arreglado venite un rato de pasada cuando vuelvas a tu casa y empezamos a planificar todo.

Así lo hicimos.

Carla con muchas ganas de conocer un señor de esas características, diríamos de nivel internacional, y con ganas de recrear ciertas situaciones que leyó en una novela con personajes y situaciones del siglo XIX. Lo interesante eran los pequeños detalles, ni pensar en recrear toda la situación.

El primer detalle era que ante la imprescindible entrega mutua de ciertos sobres, estos serían entregados y recibidos en una bandeja, a la vieja usanza.

El segundo detalle, el visitante sería recibido y la bandeja de los sobres portada, por otra dama, una especie de dama de compañía, que luego de cumplir esas y otras tareas colaterales, se retiraría anunciando a Carla.

Así se planificó, y consultadas Mica y Lu, a quienes ya mencioné en el relato anterior, Lu no podía, y Mica aceptó encantada, muerta de curiosidad.

La cita se hizo al departamento nuevo de Luis y sus socios, recién refaccionado, frente al Golf. Impresionante en vistas, piso 9, y en comodidades y servicios.

La estadía de quien llamaremos “M” para mayor brevedad, y de quien no diremos ni donde reside ni ningún dato personal ni de trabajo mas que los mencionados anteriormente, duraba de jueves a martes, trabajando hasta el viernes, retomando el lunes y con actividad social de trabajo el sábado a mediodía.

Se convino el encuentro pues, para el sábado a eso de las 18 hasta el domingo en la mañana, al despertar, je je.

Con Carla planificamos todo, hasta los vestuarios que luciría, con varios cambios de atuendo (planificamos casi todo en realidad, siempre debe quedar margen a la espontaneidad y a la creatividad y gustos de ambas partes).

“NOTA: A partir de aquí, escribo el relato basado en lo que me han transmitido Carla, con lujo de detalles ja ja y muy brevemente Mica, en lo que refiere a su pequeña participación.”

El viernes, Cerca de las 18 Carla se fue a vestir, Mica estaba lista, y muy linda como siempre, para hacer de recepcionista, y sobre las 18 h llega el invitado. Mica lo invita a pasar… M en sus cincuenta y pico, bastante alto, físico que se veía cuidado, impecable vestimenta de ejecutivo en sábado, según las chicas.

—Buenas tardes eres Carla?

— No no, soy Mica una amiga simplemente, estaba de visita y Carla fue a prepararse por su visita y me pidió recibirlo. Desea algo? Agua, o un jugo quizás?

—No, realmente, muchas gracias. Soy M.

—Un momento por favor, Carla me ha dejado algo patpra que usted lo vea mientras ella viene.

Se giró a una mesita del living y tomó una bandejita de platina sobre la que había un sobre. - “Dijo Carla que Ud. querría ver el contenido de este sobre.”

—Por cierto que si, y seguramente ella querrá ver esto. Y depositó dos sobres en la bandeja.

—Ya mismo se los llevo si le parece bien. Por favor tome asiento seguramente ella no demore.

Y desapareció con la bandeja y los sobres.

Pasados algunos minutos, aparece Mica, anuncia que Carla ya viene y saluda a M para retirarse de inmediato.

Apareció Carla, se aseguró, me dijo, de que se oyeran bien sus tacos, por otro lado tacos altísimos, aguja. Palazzo negro, sin nada debajo con mini tanga hilo debajo un poquito mas ajustado en la cola que uno tradicional y camisa de diseño multicolor tipo Vers…

Sus 1.73 mas los tacos, suelen impresionar, y su cuerpo esbelto concesa ropa era una pintura, eso seguro. Cabello rubio suelto, cero corpiño.

Saluda y se presenta a M con un beso en la mejilla.

-Encantada de conocerlo Sr. por cierto me han llegado excelentes referencias acerca de Ud. y muy gentil de traer esos dos sobres, los he mirado detenidamente, y por cierto lo de los análisis, muy detallado e impecable, al igual que el segundo sobre. Le agradezco su gentileza.

—Por favor Carla, nada de Sr. Llámame M, salvo que alguna vez y por alguna razón estemos en público. También vi el contenido de tu sobre, impecable. Y por favor saluda a Mica de mi parte, fue muy gentil. Una hermosa chica… aunque claro al verte… deberé felicitar a LL el gerente uruguayo y a la señora que sirvió de nexo. Creo que acertaron plenamente.

-Ojalá así sea! Pero espera a mañana a felicitarlos no te parece?

Lo que siguió fue un rato de charla social, que les ahorraré por brevedad, nombres verdaderos, ocupaciones, como M ha llegado a este cargo, su intención de visitar frecuentemente los países con compañías a su cargo… etc. etc.

Particularmente, M se interesó por mi persona y mis gustos, pues había sido avisado de mi existencia y relación con ella.

Carla le explicó el tema de nuestra relación, de firma clara y concisa. Amantes libres, nos queremos, pero no hay compromiso eterno, nos encanta el sexo a ambos, y Sergio ademas es muy voyeur, le encanta verme y a veces participar.

Y la pregunta obvia… -Algo de eso te molesta M?

—Para nada, yo también soy casado como Sergio, recorro el mundo, soy muy liberal… y creo que el hecho de que tengas tanta libertad y Sergio guste compartirte va a ser muy interesante!

Charlaron mas acerca de que hermoso es ese lugar, de como se alquila temporalmente a turistas o gente de paso, acerca de como Carla ha comprado su apartamento y desea terminar con su hipoteca cuanto antes.

“En fin amor, hablamos y hablamos de todo, hasta de fútbol” me dijo Carla.

En toda esa charla, sentados frente a frente ella trataba de mostrarse insinuante, no aceptó la negativa de él, fue a servir un jugo de frutas, “mejor poco alcohol hoy”, y al traerlo y acercarse a el con la bandeja mostró un poco de escote semi abierto.

-No se perdió detalle dentro de lo poco que se veía por la camisa entreabierta”.

-Ayyy M como se nos va la hora! comemos algo liviano? Me esperas que voy a cambiarme para cenar con una persona tan importante?

—Espero con gusto, pero, vas a cambiarte? Estás muy linda así!

“Me fui moviéndome bastante, casi al entrar al pasillo de las suites me di vuelta y le sonreí, y vi que estaba con la mirada clavada en mi.”

Me cambié volando, dijo Carla, y reaparecí pues se hacía la hora para la que había pedido nuestra cena.

Le aparecí con el vestido gris metalizado y quedó encantado!

Les cuento: de pies a cabeza, stilettos bien altos, vestido largo gris metalizado, con dos mínimos breteles atados detrás del cuello, escote generoso tanto al frente como de costado, debajo de los brazos, de tal manera de que tanto de frente como de costado se insinuaban ampliamente sus preciosas lolas, no grandes, lo justo y bien firmes. En el resto del vestido, largo para acentuar el efecto del tajo, destacaba un tajo sobre la pierna izquierda, hasta la cintura, con esa misma pierna izquierda adornada con una ancha liga, sin media, con puntillas.

Y la espalda? Un sueño cuando la vi probárselo… por detras solamente tenía una cinta de seda del mismo color del vestido, enhebrada de abajo hacia arriba en zig zag, estilo corset, atada a mitad de la espalda, o algo mas arriba. Pero… el gran detalle, la cinta en zig zag no comenzaba desde el final de la espalda, como es lo común, sino desde la mitad de la raya de los glúteos, con forma de abertura triangular que nacía desde un vértice en los glúteos y se iba abriendo hasta llegar a la espalda.

El efecto? Espectacular en mi opinión… un amigo nuestro hubiera dicho: “muy pijaparante”, y cuando Carla hizo un par de giros para que la viera, M dijo “una belleza”.

Sonó el timbre justo a la hora que Carla había pedido a un excelente restaurant de la zona, que desde la pandemia hace delivery, que enviara la cena.

Como dueña de casa Carla fue a abrir, recibió el envío y sin darse cuenta (o con malicia quizás?) le dijo al chico, espera que traigo tu propina… y se dio vuelta… fue a la cocina, volvió y al darle la propina el chico le dijo “Gracias señora, en realidad me ha dado propina dos veces” y se fue sonriendo.

Transcurrió la cena tranquilamente con mas conversación social y personal; vieiras gratinadas, lenguado meuniére y champagne, todo ello con total aprobación de M, deleitado.

Llegados a ese punto, Carla propuso no tomar postre y pasar directamente al sofá y tomar café.

Así lo hicieron, con Carla yendo y viniendo un par de veces a la cocina, luciendo su hermoso culo (digamos las cosas como son).

El el sofá, Carla astutamente se sentó a la izquierda de M, cruzó su pierna izquierda sobre la derecha, con el tajo abriéndose de abajo a arriba hasta la cintura y la única liga totalmente a la vista.

-Te ha gustado la cena? Te sientes a gusto?

—Muchísimo, si te soy sincero me siento como nunca, todo perfecto.

-Pues ojalá te sigas sintiendo a gusto como hasta ahora!

Y directamente a besarlo, una serie de “picos”, con caricias a la mejilla de M. M respondió en forma entusiasta, entendiendo como comenzaba el juego. Comenzó a acariciar la pierna totalmente a la vista, lentamente mientras Carla comenzó a darle pequeñas lamidas a las mejillas, con la lengua bien húmeda, una especialidad de ella.

M llegaba ya a la altura de la liga, y se entretuvo acariciándola, mientras oresentaba su lengua a los labios de Carla.

Para qué!!! Comenzar a besar a Carla es como provocar la erupción de un volcán. Ama los besos, cuanto mas húmedos y profundos mejor.

Nos pusimos a mil me dijo, bocas abiertas, lenguas entrelazadas, la salva fluyendo de uno a otro.

La mano de M siguió subiendo, llegó a la cintura y se dio cuenta de que lisa y llanamente ni había lencería alguna.

En ese momento, y dado que desde antes de cenar Carla había puesto música adecuada, le propuso a M -Bailamos un poquito? A lo cual M no se negó en absoluto, y durante algunos minutos “se podría decir que bailamos, aunque mas bien nos acariciamos y pegamos nuestro cuerpos, con miles de besos” me contó Carla.

M la besaba y aprovechando la abertura del vestido hasta la cintura, su mano derecha fue internándose a acariciar su cola, suavemente primero, con pellizcos después y mas caricias.

Cuando iba directamente a acariciar el pubis, Carla lo besó mas profundamente aún, le mordisqueó los labios y le dijo… -Que tal si nos ponemos cómodos? Señalando un dormitorio de invitados le dijo -Mica te ha dejado bata de noche, pantuflas, y el necessaire que tu trajiste… en diez minutos vendré a buscarte.

Lo hice esperar como quince minutos me contaba Carla con cara pícara, y lo encontré cómodo en el sofá, distendido, pero… se le notaba el entusiasmo ja ja, después supe que solamente tenía puesta la bata.

Les cuento la vestimenta de Carla, que habíamos debatido mucho, (al final optamos por algo shockeante, atrevidísimo).

Por supuesto pantuflas de tipo “nocturno” con taco alto, bata larga hasta el piso, cerrada al frente, de color negro absolutamente opaca, nada se traslucía.

-Ya estoy! Le dijo Carla con un guiño insinuante… quieres ver mas?

—Por favor Carla, te deseo.

-Como desee Sr le dijo, con su mejor sonrisa.

Desató el cinturón de la bata y con un movimiento de hombros, muy estudiado, la hizo caer al piso.

A la vista quedó su hermoso y esbelto cuerpo, “vestido” con sólo un corpiño y tanga, pero que corpiño y tanga!

Ambos de blanco nacarado resplandeciente. El corpiño podría decirse de media copa. Pero en realidad un matemático diría de tres octavos de copa, pues cubría menos de la mitad de cada seno, mas bien apenas los sostenía. dejando al descubierto los pezones rosaditos, y parte de la areola.

Con todo el juego previo y la excitación de desnudarme para él, ya los tenía duritos, me confesó al contarme.

Y la tanga, dudamos mucho al planificar todo si usaría esa u otra. Porque en realidad, es nada! Digamos una tanga ultra minimalista constituida de un elástico, horizontal a la altura de la cadera y en vertical, un hilo de apenas dos o tres milímetros de diámetro, que baja bajaba hasta desaparecer en su entrepierna y aparecía gloriosamente entre las nalgas para unirse al hilo que hace de cinturón.

Por supuesto que en su bajada frontal, el hilo desaparecía antes de llegar a la propia entrepierna, devorado por los labios de la conchita de Carla.

Los ojos de M parecieron salirse de las órbitas, respiró profundamente, y cuando iba a ponerse de pie, Carla le dijo: Todavía no… y se acercó a él… sentado, la concha de Carla quedó casi a la altura de la cara de M… ella tomó el hilo y lo deslizaba dentro de sus labios, mojados a raíz de toda la previa anterior. M acercó su lengua y Carla le permitió dos o tres lengüetazos, y sugirió, “por favor, a la cama”.

Al pararse, ya se veía la verga de M queriendo escapar de la bata.

Llegaron al dormitorio, parados, Carla inició otra sesión de besos, que terminó con M ya sin bata, y Carla sin corpiño, sacándose la “tanga” y refregándola en la cara de M, antes de arrojarla sobre la cama.

-Te digo Sergio, una linda pija, mas bien gruesa, no muy larga, un poquito curvada hacia arriba al pararse, un cabeza preciosa, y bien bien dura.

Se la empecé a chupar, con él parado y luego de un ratito, lo empujé a la cama.

Se la siguió chupando y de a poco se fue colocando en 69, con lo cal las manos de M trabajaban intensamente en los cachetes del culo mientras su lengua se daba un festín de concha. “Me lamía un poco la concha por fuera y luego me penetraba con la lengua, deslizándola por dentro de los labios de mi cuchi, para ir al clítoris y lamer y lamer, me desesperaba”.

M volando de excitación le dijo -Recuerdas uno de los sobres que te di? Yo recuerdo el que me diste.

-Recuerdo todo, y lo vamos a hacer como me gusta y te gusta, si?

Y se subió encima de él a besarlo desaforadamente, las lenguas enlazadas, algo de saliva cayendo de los labios, las manos de él le estrujaban las tetas, y ella comenzó a mover lentamente su pelvis.

Poco a poco, (lo hace especialmente bien, recibió lecciones de Lu) fue ubicando la verga de él a la entrada de su concha, y de pronto con un movimiento rápido logró que le entrara toda.

Ahhh fue lo que dijo M, y ella: Te gustó?

Y mientras ella acomodaba con pequeños movimientos la pija de él bien a fondo, lo seguía besando y besando.

De a poco Carla se incorporó sin dejar de cogerlo, hasta estar montándolo de forma tradicional, y entonces, lentamente y con cuidado pasó una pierna por encima de él, se giró y quedó ensartada, en reverse cow girl, con todo el panorama de su culo a disposición de él.

Que divina dijo M, y sin metérselo, frotaba un dedo en el culo de Carla.

Carla (estaba muy muy caliente amor) aceleró su sube y baja y en poco rato sintió los chorros de semen de M dentro de ella. Me dijo: que sensación divina, tú lo sabes mas que nadie como disfruto cuando me acaban así.

M le apretaba la cintura, y extasiado con la visión de la leche escapando de la conchita de Carla y formando un anillo sobre la base de su pija, solamente decía: mas mas mas!!!

Cuando finalmente se salió de ella, Carla le hizo un nuevo oral de limpieza, y para sorpresa de él le acercó los labios a la boca. M sorprendido, accedió al beso blanco, y compartieron todo.

Un rato de mimos, y Carla fue a buscar dos copas de champagne, así como estaba, desnuda y llena de licor de sexo.

Bebieron, se acariciaban en la cama.

-Te gusto? Algo te ha parecido demasiado?

-Me enloqueces, diría que sabes que hacer y cuando hacerlo, y siento que aún haremos más cosas hermosas.

-Te veo listo dijo Carla, tocándole el miembro ya casi casi duro nuevamente.

Tomó las copas, las dejó lejos de la cama y le dijo… -Quedate quieto, mirame.

Lo montó a la altura del pecho y mientras con una mano se acariciaba los pechos, con la otra, con los dedos mojados en saliva, comenzó a masturbarse, a quince o veinte centímetros de la cara de él.

Cada poco tiempo comenzó a darle a él los dedos a chupar, hasta que finalmente, se adelantó hasta ponerle la concha en la boca, dejando que la saboreara un largo rato.

Luego, se pusieron de frente acostados, a acariciarse y besarse, la verga de él complemente dura, la refregaba contra Carla.

Finalmente, la penetró en cuatro, a fondo, con la pelvis de él golpeando las nalgas de Carla y Carla acariciándoles los huevos. Al acabar: “fue divino como sentí tres o cuatro chorros bien tibios, abundantes pese a ser la segunda vez que M acababa en un par de horas…”

“Se ve que mi chiquito le gusta, porque mientras me daba, no paraba de ensalivarse un dedo y frotármelo en el culo”.

Mas juegos y limpieza oral, no me aguanté me dijo Carla, y le chupé los huevos, le encantó.

Otra charla, mimos y Carla le dijo -Estoy agotada… te molesta si dormimos así? Abrazados? O quieres ducharte?

—Así mismo, y ya, me dejaste muerto!

Al amanecer, Carla despertó, rápida ducha y al ver que M se despertaba le dijo: voy a preparar el desayuno… te quedas a desayunar? Puedes ducharte mientras lo hago…

—Claro! Con gusto!

Carla, en chinelas de taco con frente de piel, bien de casa, tanga blanca y babydoll blanco a medio culo, transparente, era una pintura.

Desayunaron, con M ya vestido y Carla fue al ventanal que da al golf, era temprano, el espectáculo de los greens con la humedad levantándose del césped era agradable, la luz que entraba por el ventanal acentuaba la transparencia del baby doll de Carla que solamente cubría a media nalga.

M se acercó por detrás, la tomó de la cintura y le dijo… —Sé que debería irme, era lo convenido, pero quizás… y en ese momento, Carla lo interrumpió -Pensé que no dirías nada y te irías! Que tal si vamos a casa, podrías? En realidad debemos entregar este apartamento pues de tarde está reservado.

Se giró y lo comenzó a besar nada inocente, a pura lengua.

—En serio aceptas? Dijo M, y le comenzó a tocar los pechos por debajo del babydoll.

“Te juro Sergio, lo frené porque si no volvíamos a coger allí mismo, me calienta mucho”.

-Irás a casa? Cocinaré pasta para ti…

—Si, claro, y te agradezco lo que me dijiste de que esperabas que te propusiera mas… no te arrepentirás, mañana lo verás…

Se fueron, algo inédito pues Carla nunca invitó a ningún amigo fijo a su apartamento, mucho menos a alguien que recién conocía. Pero sintió onda, y sabía que yo no tomaría a mal que lo invitara a donde tantas veces he ido. Por otra parte, por un compromiso familiar allí había alojado a su tío del interior, en una venida a Montevideo, y con ese sí que cogieron a gusto en su apartamento, ya sabrán de esa historia.

Traslado, parada en fábrica de pastas para comprar sorrentinos. Parada en un shopping para que M comprara un boxer de recambio y a casa de Carla.

Por supuesto, prácticamente intimidad total, le mostró el apartamento, zona Malvín frente al río, conversaron de todo un poco, hubo besos y caricias, almuerzo, café.

—Si quieres me esperas en el dormitorio te gustaría una siesta? Yo me cambio en el segundo dormitorio, que lo uso como vestidor. En la suite tienes tu necessaire con tus cosas. No te escapes!

—Allí te espero… Besos y Carla se fue.

Al rato, aparece Carla a su dormitorio principal, lencería blanca de punta a punta, zapatos, medias y portaligas a la cintura, tanguita hilo con todo el trasero al aire y corpiño de media copa. -Hacemos una siestita?

—Mmmm, difícil que pueda dormir teniéndote así. Como haces para estar siempre linda y diferente?

-Uy que gentil! No sabes lo que te espera, desde anoche quiero hacerte algo…

Acostate.

Desnudo y a plena erección viéndola parada con esa lencería impresionante, M se acostó, y preguntó —Y ahora?

Ahora te girás y venís al borde de la cama, te quiero en el borde de la cama.

Una almohada fue al piso, Carla se arrodilló y lentamente le comenzó a practicar un oral bien húmedo, de base a punta, lamido a veces, chupado a veces, acariciando el pecho de él o dándole un dedo a chupar.

De pronto, comenzó a bajar a los huevos, “unos lindos huevos, medianos, que le cuelgan bien” y él comenzó como a quejarse de placer.

Un buen tratamiento allí y la sorpresa… doblá las rodillas, apoyá los pies en la cama, y ahí otra almohada va debajo de la cintura de él… -Disfrutá… y rápidamente comenzó a lengüetearle el ano. Lamida, giro, punteo, lamida giro punteo. M se retorcía de placer —Seguí, seguí, no pares!

Mas y mas lengua, un dedo jugando sobre el ano ya empapado de salivaún dia te y subida a la cama, misionero con él metiendosela lentamente pero aumentando desesperadamente el ritmo hasta acabar y caer agotado al lado de Carla.

Oral de limpieza, ronda de besos. Y las manos de M dirigiendo la cabeza de Carla hacia abajo. —Un poco mas por favor, creerás que nunca me lo hicieron?

Y Carla, encantada, le repitió todo el menú de comienzo, mas pausado si cabe “porque sabía que estaba muerto, agotado y exprimido ja ja”

—Lo siento hecho un fuego dijo él. -Quizás algún día te apague ese fuego dijo Carla. Si volvieras y te acuerdas de mi…

—Volveré, mi cargo me permite, mas bien me obliga a visitar los países con compañías que debo supervisar, además voy a vivir cerca.

Charla, confidencias, y sobre la tardecita, Carla lo lleva de regreso al hotel, “no vayan a pensar que te has perdido”.

—Mañana, dijo él, recibirás un agradecimiento por este día adicional y extraordinario te parece bien?

-Si, claro dijo Carla. “Pero debo haber puesto una cara muy triste, por que me preguntó que pasaba, si algo estaba mal.

-En realidad se que te vas el martes… mañana es lunes, hasta que hora trabajarás? A lo es mucho pedir, pero al mencionar tu agradecimiento había pensado que a lo mejor podías venir a despedirte, sólo un momento si no tienes mas tiempo libre.

Te puedo decir algo? Me has hecho sentir muy bien… Y no sentí que pensaras en lo convenido por tu amigo con L. T. Cuando arreglaron nuestro encuentro y yo tampoco pensaba en eso, no te sientas obligado porque hoy la seguimos en casa.

—Termino a eso de las 18 y me encantaría despedirme, hacerte sentir el agradecimiento por lo bien que me hiciste pasar. Tengo una cena a las 20 y 30, me recibirías al terminar ese compromiso?

-Ayyy siii que suerte. En casa sí? Le anotó su número, llamame y avisame cuando vengas.

Y así lo hicieron. Carla lo esperó nuevamente de blanco, bata larga opaca, nada debajo. -Ya que viniste, pensé en jugar un poquito.

-A ver a ver… y M desató la bata, para encontrarla totalmente desnuda…

Encantado, se arrimó a Carla, se refregaba contra ella, y de a poco ella lo fue desnudando mientras se besaban, desnudos y parados en el living, él le refregaba la pija por la concha a punto de metérsela.

-Sabés dijo ella? Ya tenemos confianza y sé que no te molesta saber que tengo algún amigo mas. Un embajador, un fijo, se va del país y me ha pedido que me deje los pelitos allí abajo hasta que él se vaya, un mes y medio mas o menos…te molestaría verme con una tirita de pelos, si es que vuelves? Algo muy cuidado obvio, nada de selva!

—Me encantaría y te digo, arreglé para una gira de inspección y coordinación, posterior a esta de presentación, justamente dentro de un mes y medio o algo mas.

Y además haré de Montevideo, el centro de las reuniones generales de evaluación… sabes lo que eso significa?

Beso de lengua, salivas que se mezclan… -Significa que nos veremos? Que no te he decepcionado? Y, decime la verdad, no te he escandalizado?

—Si has hecho algo es enloquecerme!!! Y creo que lo pasaremos aún mejor cada vez que venga. Por suerte mi cargo lo permitirá, mejor aún, deberé volver bastante seguido… y cuenta conmigo, no te decepcionaré. Y quizás alguna vez te pida algo especial. Por cierto, al volver quiero conocer a Sergio.

-Te doy su número, llámalo cuando quieras.

—Mañana mismo lo llamaré y me presento, por teléfono no podrá matarme ja ja

-Para nada! Le encantará halar contigo. Si algo lamenta es no habernos visto, y por cierto, está al tanto de todo, le conté todo hoy en la tarde.

Lo hicieron de parados, contra la pared, no era lo mas cómodo, “pero me entró re bien, lástima que quedaba poca leche”… comentarios que me dejaron totalmente excitado.

Besos, despedida… —No me olvido, esto es tuyo. -Ayyy que amor, gracias por todo de verdad. Siempre tendré tiempo y lugar para vos, gracias por aceptarme!

Lo llevo de regreso al hotel.

El martes, llamada a mi oficina, presentación mutua y promesa de vernos, y de que será a la brevedad.

Esta aventura, 100 % real, ocurrió desde el sábado al martes pasados. Tal como prometido, el próximo relato será sobre otra aventura de nuestro comienzo, Carnaval 2018, con Carla disfrazada de… haciendo un nuevo amigo en plaza Gomensoro.

(10,00)