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Cogida por el albañil

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Hola soy Ishtar, tu hotwife favorita. Mi esposo y yo decidimos, construir una biblioteca de estudio para nuestras hijas, por lo que el proyecto se llevó a cabo, bajo la supervisión del Arquitecto Diaz, el cual siempre nos ha entregado buenos trabajos, transcurrido un tiempo, llego el día del famoso colado, el Arquitecto y el maestro de obras contrataron, como es la costumbre varios albañiles. Aquel día comenzaron muy temprano a trabajar, y mi casa olía a cerveza, sudor, mezcla, cigarro e incluso un toque de hierba. El día del colado fue entre semana, un martes, por lo que mis hijas se fueron temprano a la escuela, mi esposo iría al trabajo y yo también me dirigía a laborar. Al ser el Arquitecto amigo de la familia, dejamos todo en sus manos, por lo tanto, no tendríamos preocupación por el trabajo y dejar sola nuestra casa.

Aquel martes, me bañe muy temprano, para salir a trabajar, me puse un mini vestido demasiado ajustado, color vino, que me llegaba hasta la mitad de mis muslos y al caminar y sentarme se me subía dejando ver mis deliciosos muslos, de la parte superior cubría mi espalda, hombros y brazos, con una tela negra pero transparente, me coloque una medalla que me regalo mi suegro, use unas medias color carne muy sexis, acompañada de unas zapatillas color negro con blanco, que tenían la punta abierta, dejando ver mis dedos, con una altura de unos 10cm, si de por si soy alta aquellos tacones, me hacían ver un monumento de mujer. Mi intención fue salir antes de que comenzaran con el fin de evitar ensuciarme, mis hijas hicieron lo mismo, me despedí de mi esposo, toda la familia regresaríamos hasta la noche y justo cuando me disponía a salir, llegaron los albañiles, los cuales al verme caminar muy sexi, quedaron con la boca abierta, -buenos días señora- me dijeron mientras cautelosamente miraban mis piernas y cuerpo, su mirada de deseo no podían disimular -buenos días muchachos-

Al ser día de colado, llegaron varios albañiles nuevos, lógicamente nunca los había visto, eran en su mayoría jóvenes, delgados y unos 3 albañiles físicamente marcados, aspecto que consiguieron gracias al tipo de trabajo que hacen, Me retire subí a la camioneta que me dio mi marido por aniversario, al subirme medio molestias para arrancar y el maestro de la obra, se acercó y me dijo desea que la ayude -me puse algo nerviosa- pero para mi fortuna arranco y me fui de mi casa. Llegando la tarde de aquel martes, mi jornada laboral termino y me dirigí a mi casa, estaba sumamente exhausta y solamente quería llegar a descansar, acostarme en mi cama, y beber un buen café negro y caliente. Llegue a mi casa, a las 18:30pm aproximadamente y para mi sorpresa mi marido, no había ido a trabajar estaba tomando, con el arquitecto y el maestro de la obra, -le dije buenas tardes- y respondieron, decidí ingresar a la sala, y me dirigía a mi cuarto, cuando escuche que se despidieron, el Arquitecto Diaz, me llamo, Verónica, aquí te dejo a Joel, ya no puede mantenerse en pie, y le dije ok, bueno nosotros nos vamos, fui a cerrar la puerta, y mi marido quedo recargado en la escalera, como pude lo lleve a la recamara y quedo profundamente dormido.

Me disponía a desvestirme para colocarme mi bata, cuando tocaron el timbre, imagine que se le había olvidado algo al arquitecto, abrí y para mi sorpresa era uno de los musculosos albañiles, -buenas tardes señora, soy Santiago el chalan del maestro albañil, en la mañana colamos y se me olvidaron unas cosas, puedo pasar, le dije claro, un tanto cortante, pues me encontraba con cierto estrés, se dirigió a la obra, a sacar sus cosas, fue cuando decidí ir a revisar la obra, pues no la había visto, me encontré a Santiago, acomodando sus cosas, le dije y estos bultos de cemento, cuando se los llevaran a lo que respondió, no se decirle señora, son los que sobraron, eran unos ochos bultos divididos en dos filas, -le gusto como quedo, me pregunto y le respondí que si- me le quede viendo llevaba una camisa sin mangas y las venas de sus bíceps y tríceps parecían reventar, me pregunte que mas le reventaría, y sonreí, a lo que él me contesto con una sonrisa sin imaginar que estaba pensando.

El albañil, ya estaba alcoholizado, era de estatura media, fuerte, moreno, algo agraciado, olía mucho a sudor, lleno de mezcla, y un toque de hierba, fue cuando sentí despertar mi lujuria, -me dijo bueno me retiro señora, si ya no se le ofrece nada- me dijo sin quitar la vista de mis piernas que por mi mini vestido se veían arriba de medio muslo. Le contesté: es todo gracias. Ya nos dirigíamos a la puerta de salida. Cuando hizo como que revisaba sus cosas, y entendí la señal y le mencione creo si se me ofrece otra cosa- no supe en que momento mi boca traiciono a mi pensamiento- mi señor estaba dormido en casa, y mis hijas en unas horas llegarías, además los vecinos podrían percatarse, se acercó y con sus grandes brazos, me tomo de la cintura, señora desde que la vimos en la mañana nos gustó, estuvimos platicando de usted, el maestro ya nos había dichos que usted es hermosa y sabrosa, pero no la imaginábamos tanto, -le dije, y que platicaron de mi-. Uff chula, si te cuento, pero lo que mas platicamos, fue que quedaríamos por tenerte abierta de piernas, cogerte analmente, te vistes muy sensual, se ve que eres cachondísima.

Una vez terminado de decir esto, se acerco y me beso y le correspondí el beso, al ponerme sus manos en mi vestido, lo ensucio, ya no me importaba la situación, mi cuerpo pedía sexo. Es usted muy guapa y tiene un hermoso cuerpo… Una corriente eléctrica recorrió toda mi espalda al sentir su fuerte mano sobre mi muslo, poniéndome chinita y emitiendo un leve sonido aaah. después, dirigió su mano a mi vagina y levantando mi puti vestido pasó sus dedos por mis labios vaginales que ya estaban húmedos por mi excitación acumulada, hizo a un lado mi pequeña tanga y metió dos dedos, estaba tan lubricada que entraron con facilidad, al tiempo que empezaba a mover su cuerpo restregando su pene totalmente duro en mi cuerpo y su lengua se metió en mi oreja en forma libidinosa, causándome un estremecimiento que recorrió todo mi cuerpo. Me tienes bien caliente, te tengo tantas ganas que no me importa que tu esposo este en casa, eres preciosa y estás muy rica valdrá la pena… tu vagina está húmeda, te está gustando, así que disfruta, empezó a mover los dedos dentro de mi vulva, di un respingo y un gemido salió de mi boca delatando el placer que sentí.

Un nuevo gemido fue mi respuesta, sus dedos entraban y salían de mí con rapidez, literalmente me estaba copulando con ellos, mis fluidos mojaban sus ágiles dedos apretaba los labios para no gemir, todo mi cuerpo temblaba, me dejé llevar, dejé de poner resistencia, estaba en sus manos, al notarlo buscó nuevamente mi boca, me dio un beso profundo, riquísimo, nuestras lenguas se entrelazaron, mordía mis labios, los succionaba, un beso tan apasionado que sentí que me derretía. Su boca bajó a mis pechos, rozaba con sus dientes un pezón a través del vestido, me pellizcaba el otro, lo estiraba, los apretaba y masajeaba, los lamía y succionaba con pasión, el mini vestido, se manchaba por completo, sentí que perdí la razón, sus labios ardientes continuaron el recorrido, llegaron a mi ombligo, lamiendo y succionando cada centímetro de mi piel, siguió, pronto llegó a mi entrepierna.

Que rica panochita tienes putita, que rica estás- exclamó al tiempo que iba a desabrochar el vestido, le dije, no porque me voy a ensuciar toda, mejor súbelo y así lo hizo, subió mi vestido hasta la cintura, me despojó de mi prenda íntima y empezó a lamer mi vagina, lamía mis labios vaginales succionando mis fluidos, encontró mi clítoris y lo empezó a lamer y succionar, sentía tan rico que ya no me importó y gritaba desesperada, estaba en el paraíso, deslizó un dedo lubricándolo con mis fluidos y lo llevó entre mis nalgas hasta rozar mi orificio trasero, masajeaba mis arrugados pliegues en forma circular, como si quisiera dejarlo liso, empujó lentamente, sentí como mi culito se abría e iba entrando su dedo por el estrecho conducto, suspiré y abrí más mis piernas invitándolo a que me lo metiera más profundo, estaba en éxtasis. Aaah, muchacho, que rico- exclamé.

Me excitas mucho, quiero comerte toda, estás bien rica, tienes un culo increíble y aunque estrechito dilata bien, se nota que ya te estrenaron la colita. -en mi mente dije, uuuf si supieras que desde los XV años, y he metido hasta dos vergas negras en mi ano- me subió a la fila de cemento, me coloco en medio de ellas, tomando mis piernas las empujó contra mi pecho haciendo que levantara más el culo, dejándolo totalmente vulnerable a su ataque y su boca se hundió entre mis nalgas, sentí su lengua lamiendo mi ano y tratar de perforarlo, mis pliegues cedían y su rugosa y caliente lengua se colaba en mi interior, hundió su cara y succionó mi esfínter, ya no pude aguantar más, sentí que mis piernas se aflojaron y torrentes de placer recorrían mi cuerpo, empecé a convulsionar con su cara bien metida entre mis nalgas sin darme tregua.. Mientras sus dedos no dejaban de estimular mi clítoris. Me corro, me corro, me corrooo- grité, todo mi cuerpo se retorcía y mis ojos se pusieron en blanco, como en un trance. Apartó su cara de mi ano y goloso absorbió mis fluidos sin dejar escapar una gota. Eso es amor, dame tu miel, exclamo.

Poco a poco mis espasmos fueron disminuyendo de intensidad y caí exhausta sobre el cemento sentía mi cuerpo muy sensible y sin fuerzas, todavía temblaba, mi respiración estaba agitada, el orgasmo había sido muy intenso. Indudablemente era un gran amante, pensé que este hombre era puro fuego. Se bajo el pantalón junto con su bóxer y se recostó sobre mi cuerpo y buscó mi boca, su boca sabía a mi vagina y a mi culito, un sabor exquisito, esto me excitó mucho, me giré quedando frente a frente debajo de él, su pene era largo, grueso y sus venas igual de marcadas que sus brazos, aunque un olor un tanto desagradable surgía del miembro. Su verga quedó en la entrada de mi vagina y ayudado por mis jugos vaginales fue introduciendo la cabeza dentro de mí, que rico sentí, se sentía caliente y dura, me quemaba por dentro, tomándome de los muslos me los dobló hacia adelante mientras me iba metiendo su miembro centímetro a centímetro sentía como me iba abriendo y entrando ese enorme, grueso y rico falo, ya llevaba la mitad enterrado en mi vagina, buscó mis pezones y se dedicó a chupar, lamer y succionar, me sentía en el paraíso, en un movimiento de caderas empujó su pelvis y me lo enterró todo, hasta los testículos, sacándome un grito de placer, me sentía tan llena, tan plena, tan suya, que rico me lo hacía, estaba siendo penetrada por el albañil sabiendo que mi marido estaba durmiendo en casa y con el riesgo que representaba que en cualquier momento pudieran llegar mis hijas y ver cómo me tenía!!! me daba tanto morbo, me hacía sentir tan excitada que empecé a mover mis caderas en forma circular y Santiago inició sus arremetidas, metiendo y sacando su gran trozo de carne, gemía y gritaba como loca, me empalaba profundamente y su pelvis se pegaba completamente a mí, sentía como rozaba mi clítoris y sus testículos chocaban con mis nalgas, de mi vagina seguían fluyendo mis jugos por los deliciosos orgasmos que me producía!!

Su pene entraba y salía de mí causándome un placer exquisito, definitivamente era un experto, entre gemidos y gritos pedía que me lo metiera más profundo, que me diera más duro y más rápido, mis manos se posaron en sus nalgas y lo empujaba contra mi cuerpo para que me la metiera fuerte y duro, era una sensación inexplicable, tener su grueso miembro dentro de mí, era inaudito, le estaba siendo infiel a mi marido estando él en casa, ya no me importó, me lo hacía de una forma alucinante. Aaag, Dios mío, que ricooo, aaah, sigue muchacho más duro, aaagh, ¡¡¡así aaagh!!! Veía su cara, gruñía de placer, se había puesto roja, me veía con una mirada libidinosa, pervertida, sonriendo al ver cómo me hacía gozar y gritar de placer, a medida que arreciaba sus embestidas, su frente escurría sudor, pensé que pronto estallaría en mi interior, faltaba poco, cuando de pronto saca todo su pene de mi vagina. Yo ya estaba sucia por dentro y fuera, las embestidas hacían que el aire hiciera que de los bultos de cemento ingresar a mi concha, el cual quería quitar pero ese miembro duro no me lo permitía, sus manos llenas de mezcla, ya habían dejado mi cara sucia, que rico cogíamos en el colado.

Aaagh, espera nena, espera, agh, me vas hacer correr y todavía no quiero, antes tengo que romperte ese lindo culo que me tiene loco desde la mañana. Me dijo para que no te sigas ensuciando y para que el aire no siga metiendo cemento en tu vaina, déjame acostarme, y así lo hizo en las dos filas del cemento, como pudo me ayudo a subirme y comencé a cabalgarlo analmente -aaaah su prieta y gorda verga entro en mi ano- y yo me daba ricos sentones en ese miembro, después subí mis piernas para darle una mejor altura y más placer al coito -que rico cógeme así, le decía, no te detengas- nuestras carnes chocaban, su pene y mi ano se unían en un solo frenesí, -no sabes cuantas veces en el día, pase imaginándote cogiéndote y creí que ya nunca más te volvería ver- -ya me tienes aquí montada, baby, disfruta- me empujaba con sus toscas manos y así me penetraba, duro muy duro, mi ano ya lo sentía irritada, pedía un tiempo. Pero mi lujuria, no quería que paráramos, estaba encima de mi semental, penetrándome, yo agache mi cara para podernos besarnos. Mientras el tocaba mis senos, escuche tocar el timbre, pero no me importaba quien era, no quería que nada nos detuviera, me estaba dando ricos sentones, cuando sentí que la punta de mis tacones rompió el bulto de cemento y se enterraron, por lo que provocaron que me enterrara de un solo golpe su verga, -uff fue delicios- nos reímos por el cemento roto, y el polvo ya entraba por todos mis agujeros, por lo que Santiago dijo, te voy a cargar.

Me tomo de la cintura, puso mis manos en su cuello y me cargo, que rico era cabalgar ese miembro -aaaah, duele, pero me gusta, sigue así mi amor- -claro que si perra- me daba sentones en ese miembro, que me destruía analmente, hubo un momento en que solamente quede ensartada, y él me mordía muy rico los labios, nuestros cuerpos bañados en sudor combinados con la mezcla del colado sumado a los líquidos que comenzaban a salir de nuestros cuerpos, hacían una escena de lujuria extrema. Me hacía estremecer yo perdí la noción del tiempo, pero ya estaba obscuro y solamente se escuchaba los sonidos de nuestros cuerpos y los gemidos muy ricos. Inmediatamente me recargo contra uno de los castillos, y yo seguía ensartándome su enorme varilla, unos minutos después me bajo y me dijo quiero ponerte en cuatro mi vida.

Lo voy a ser suave señora, no quiero lastimarte, al contrario, quiero que goces para que me recuerdes con gusto, no tengas miedo y me acarició las nalgas con cariño. Sentí como puso su pene entre mis nalgas y me pincelaba toda la rajita, presionaba justo en la entrada de mi culito y la retiraba, estaba tan excitado que chorreaba algunas gotas de semen, sentía tan rico que me fui relajando, la caliente cabeza acariciaba mi ano, una suave y tersa caricia con su duro trozo de carne , un contacto tan íntimo y delicioso, su mano presionó mi vientre haciendo que levantara más mis nalgas y en ese instante sentí que mis pliegues se abrían y entraba la cabeza, di un grito y un respingo de puro placer, me encantó como me abrió con su achatado glande. Efectivamente me la había metido muy suave, a pesar de su grosor, no me dolía, mi ano ya que estaba acostumbrado al diámetro de mi penes negros y le dio cabida al grueso miembro de Santiago sin demasiado esfuerzo, me lo empezó a meter lentamente empujando rítmicamente su cadera hacia mí jalándome con sus fuertes manos en mi cadera, mis pliegues se iban abriendo con un ligero hormigueo, sin dolor distendiendo mi estrecho agujero, metiéndomelo cada vez más profundo hasta que sentí sus testículos pegados a mis nalgas.

Listo preciosa fue más fácil de lo que pensé y movía su pene en círculos dentro de mi estrecho y apretado culito. -se ve que tienes mucha experiencia puta- Empezó a bombearme, lento y profundo, la sacaba hasta dejar sólo la cabeza y me la clavaba hasta el fondo, cada que me clavaba sentía que me faltaba el aire y gemía al momento que me la sacaba, dentro y fuera, rozando mis paredes por dentro y haciéndome vibrar de placer, ay perra, me está volviendo loco darte por tu culo, toma, toma, aaagh, te voy a reventar el culooo… Fue arreciando las embestidas entre mis gritos, jadeos y el ruido de mis nalgas chocando contra su pelvis plap plap plap. -te cogería diario, que suerte tiene el cabron de tu esposo- Aaagh movía mi cadera acompañando sus ricas y duras embestidas disfrutando tan delicioso coito anal… puse mi dedo acariciando mi clítoris diciéndole: ¡¡sigueee dame maaas duroo!! Si preciosa, ya viene, te quiero dejar bien servida, aaah, que nunca olvides esta cogida, ya no aguanto, ya viene la leche.

Metió su mano entre mis piernas y me frotó el clítoris, todo mi cuerpo se estremeció y empecé a retorcerme de placer al tiempo que estallaba en un poderoso orgasmo, sentía que mi vagina escurría a chorros y corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo, mis ojos divagaban y mi saliva escurría por la comisura de mis labios, ambos gritábamos y gemíamos, arreció todavía más sus embestidas a un ritmo endemoniado, literalmente me estaba reventando!!!, hasta que en una última embestida dio un gruñido y me lo enterró en lo más hondo estallando en mis entrañas, sentía los chorros de su ardiente y espeso semen en lo más profundo de mi culito, disparando uno tras otro, inundando mis intestinos!! Me desplomé sobre el cemento, toda desfallecida, con la respiración entrecortada, mi corazón parecía salirse de mi pecho, el albañil se recostó sobre mi cuerpo, sudoroso, poco a poco su miembro fue vibrando con menor intensidad hasta que la sacó y un chorro de semen escurrió entre mis nalgas y piernas acompañados de mis líquidos internos. Mientras me dio un beso muy cachondo.

Le dije gracias por la cogida, el agradeció con un beso en la boca, saco un cigarro y comenzó a fumar, me dijo –aun no termino vamos por el segundo round, me acerco su miembro que estaba en el periodo refractario, yo lo iba a limpiar con mi vestido para quitarle los fluidos internos pero no me dejo: así perra, ahora resulta que eres fina- sonreí y comencé a mamarlo, los olores de mi ano y su semen, se habían mezclado como el agua y cemento, tenía un olor intenso, pero no me importo y seguí chupando ese falo poderoso, que ya se volvía a levantar, solamente se escuchaba –aaag,  —intentaba no ahogarme, cuando Santiago comenzó a orinarme la boca, cara y vestido, -desgraciado, ya me ensuciaste más- nuevamente introdujo su verga y me tomo del cabello, me jalaba muy fuerte, mi pelo ya estaba lleno de mezcla, luego me cargo e hicimos el famoso 69, mi vagina nuevamente, tenía la mezcla del colado, y me mordía mi Monte Venus, me bajo y tiernamente lamia mi vello vaginal, fumo cigarro y le soplo a mi vagina, sentí un aire rico lo mismo hizo con mi ano, le echo el humo del cigarrillo. Después observo una caguama que dejaron y sirvió en unos vasos sucios, la cerveza, accedí y bebimos, mientras fajábamos, nos acabamos rápido el envase, al dejar mi celular en mi cuarto, no sabía que hora era, por lo que le dije vamos a copular o vendrán mis hijas.

Nuevamente me subió y el vestido, -dijo espera, y con su brazos fuertes hizo una especie de cama con los bultos de cemento, me acomode y con su pene totalmente erecto se colocó entre mis piernas y colocándolas sobre sus hombros me lo metió de una sola estocada hasta el fondo haciéndome gritar y gemir tanto de sorpresa como de placer al sentirme totalmente llena con semejante falo tan grueso!!! Sentía mi vagina abrirse al máximo y su duro miembro se deslizaba por todo mi canal vaginal gracias a lo bien lubricado que estaba por mi anterior orgasmo. Así estuvimos un rato el albañil, dándome con vigor haciendo entrar y salir su grueso pene de mi vagina una y otra vez, mientras acariciaba mis senos mientras nos besábamos, hubo un momento de terror cuando mi marido grito -Verónica- nos quedamos petrificados y Santiago cerró los ojos, pensando en que lo iban a golpear, después de unos segundos de intensidad que se nos hicieron eternos, levantamos la mirada y vimos que mi marido estaba recargado en la puerta de la sala, gritándome, pero no veía la escena de sexo, entre su esposa y el albañil ya que estábamos acostados en el patio donde se colocó. Uuuf Santiago, y yo respiramos profundamente, le dije déjame ir a verlo, me baje el vestido y cuando llegue a ver a mi marido ya dormía en las escaleras donde se encontraba durmiendo.

Fue cuando sentí el miembro duro de Santiago, me dijo al odio, déjalo ya se durmió, -no tienes que irte, le dije-y el muy temerario, me subió el puti vestido y me ensarto la verga en mi ano, no podía creerlo, estaba cogiendo en frente de mi marido, “digna escena de una productora del porno”, mientras Joel dormía borracho, el albañil Santiago me hacia el amor, y me hizo varias embestidas hasta que le dije que fuéramos al patio, pero el muy cínico me recargo en el sillón de la sala y me continuo penetrando, me mordí muy duro los labios para no gritar, caímos en el sillón, y lo ensuciamos, le dije por favor, vamos al patio, él lo entendió pero salimos caminando y me iba ensartando, literal, caminaba con una verga en mi ano. -ese momento de intensidad de adrenalina a ser descubiertos, me puso super cachonda, y acomode en mi cama de cemento y continuo penetrándome muy duro, mientras me mordía la espalda.

Mientras destrozaba mi ano, metía sus dedos en mi vagina, y jalaba mi clítoris, con delicadeza y después con fiereza, me estuvo dedeando muy rico, sentía un gran placer, me mordía mis labios en señal de satisfacción, que rico copulábamos, éramos animales irracionales, guiados por su celo, nos apareábamos sin importarnos nada, era nuestra naturaleza, que rico teníamos sexo, fue cuando gimiendo de placer grité “Me corro...” fueron las palabras que entre gemidos se me escaparon... Y efectivamente me corrí con tal intensidad que bañé los bultos de cemento y Santiago me mordía el lóbulo de mi oreja y me decía al oído: ¡¡¡que rico coge señora!!! ¡¡¡El mejor palo de mi vida!!! Y arremetió fuerte. Eres una diosa de la sexualidad, me encantas, le dije gracias amor, tú también eres un gran semental.

Después, le pedí que el se acostara en la cama improvisada de bultos de cemento, lo hice acostarse boca arriba con las piernas separadas y comencé a acariciar y besar sus muslos hasta llegar a su entrepierna, chupé uno a uno sus testículos, recorría con mi lengua todo el tronco de su potente miembro y metí su glande y una buena parte de su pene en mi boca sintiendo sus fuertes palpitaciones en mi paladar mientras mis uñas acariciaban sus testículos haciéndolo bufar diciendo: Oooh eres una experta… que rico lo mamas señora!!! Y cogiendo con sus manos mi cabeza la movía de arriba abajo haciendo que su grueso miembro entrara y saliera de mi boca al ritmo que el deseaba. ¡¡¡Sacó de mi boca su aún erecto pene y acostándome boca arriba sostuvo mis piernas con sus brazos y me lo metió duro de una sola embestida sintiendo sus bellos rosando mi pubis me lo había clavado completamente llegando hasta el fondo de mi vagina!!!

Así lo hicimos por un largo periodo de tiempo, mientras metía su miembro, con sus dedos acariciaba mi monte Venus, mientras nos besábamos, fue cuando lo orine, la cerveza me produce que me den ganas de orinar, después sentí como llegue al orgasmo y llene de mis fluidos el miembro y los testículos del albañil. Me sentía en el quinto cielo con esta tremenda copula que me daba, gozaba al máximo al sentirme totalmente llena por su vigoroso y grueso pene, sus besos y caricias me tenían con la líbido hasta arriba pidiéndole más y más, que rico polvo nos estábamos echando. Y así siguió penetrándome su pene ya había destrozado mi vagina y ano. Fue cuando dijo ya me voy a venir pero quiero dejártelos en tu boca. Se levanto y me puso de rodillas, se jalo su miembro, yo lo ayude con unos lengüetazos en su glande y frenillo, aaah perra, cuando aquel miembro parecido a un volcán, expulso los espermatozoides, todavía salió una cantidad considerable, el albañil Santiago, me lleno de su semen cremoso, sus fluidos ingresaron directamente a mi boca para formar parte de mi ser, y los que escurrían de su verga los lamí, y los bese, para después tragármelos, mientras sudábamos y ambos, gemíamos -aaaah, esto es la gloria señora- tardamos en recuperar el aliento, y fue cuando recuperamos la consciencia, Santiago se vistió y yo baje mi puti vestido, estábamos bañados en sudor, ya era noche, él se despidió muy tiernamente con un beso y me dijo te volveré a ver, y le respondí, claro amor, y pregunte, por cierto cuanto les debe mi marido, aún falta liquidar, y Santiago respondió, sí aún falta un pago, le mencione y si les pago con sexo, jaja, dijo claro, preciosa. Me beso mis manos y con cautela salió de la casa.

Bien adolorida por la cogida ingrese a la sala, mi marido ya estaba en la habitación pues sus ronquidos se escuchaban muy fuerte, quise limpiar el sillón, con un trapo, pero estaba adolorida, por lo menos taparlo para otro día limpiarlo y que nadie se diera cuanta, cuando me dirigí al patio para conseguir el trapo entraron mis hijas. Y dijeron, madre que te paso, mírate estas toda sucia, -me quede en silencio, no sabía que decir, fue cuando les dije es que su papá había tomado con el arquitecto y maestro albañil, y que por lo borracho no podía subir, y cuando lo quise ayudarlo a subir me tiro, caí en el patio donde colaron, por eso estoy sucia, -que mal, déjame ayudarte, gracias hijas, parecieron creerme, y les dije que en el sillón estaba su papa, durmiendo y después se subió que me había ensuciado el patio y sillón de la sala.

-Bueno hijas me voy a bañar- eran las 23 pm, cogí un buen tiempo con el albañil, subí al baño y justo cuando me iba a quitar el vestido, me di cuenta que mi tanga no estaba, fui rápido a buscarla y estaba en la cama de cemento, uuuf, Dios Mio, me sentí aliviada, ingrese a la ducha y tarde en bañarme, tenía mucha mezcla del colado, polvo, fluidos del albañil, al salir de la ducha, me coloque una bata y me dormí. Al siguiente día, en la tarde, aproximadamente a las 18pm, mi familia estaba en casa, y decidimos ver como estaba el colado, y al llegar al patio donde está la obra, mi marido dijo con sorpresa: aaah caray, estos bultos no estaban tirados, se encontraban en dos filas- le dije quizás, el maestro albañil, los acomodo, pero como estabas muy borracho no recueras- el replico, pero están mojados y tienen unos hoyos, pequeños, (claro eran mis fluidos y los hoyos se los había hecho la punta de mis tacones) quedo pensativo, y lo abrace le dije continuemos observando la construcción, mientras yo recordaba ese lugar donde yací con el albañil, mis fluidos se podían ver y oler, fue cuando mi hija Livia dijo -huele muy feo- ya no aguanto vamos para la sala- mi esposo dijo apenado, si hija, es que los albañiles son poco higiénicos, entremos, justo cuando íbamos a salir, Estefani dio un grito fuerte, “mamá tu medalla, se encuentra tirada aquí” me quede pasmada, y mi marido dijo, por que esta aquí, Livia dijo: quizá te la robaron, y se les olvido, pero mi marido dijo, no, tu traías puesta esta medalla ayer, Verónica, que pasa, me quede seria, y dije, “pues tu me la has de ver tirado cuando vine a ayudarte a que ingresaras a la casa, te pusiste necio y forcejeamos, y todavía me gritas, Joel apenado, sintió pena y dijo tienes razón amor, discúlpame el muy incrédulo me creyó. Me hinque para recoger la medalla que me regalo el amante de mi suegro y que se me había caído cuando copule con el albañil, una sonrisa pícara se esbozó de mi rostro, me traiciono la lujuria, recordando aquella cogida- mi medalla llena de mezcla, la puse en mi mano, aquella medalla era testigo de mi infidelidad y de la gran cogida que tuve con Santiago el albañil, mi marido no sospecho nada, no obstante sentí una mirada acusadora de mi hija Estefani, quizás ella relaciono los hechos, de que me encontró sucia, los bultos de cemento en forma de cama y mojados, probablemente sospecho que tuve sexo con el maestro albañil pero en realidad fue su ayudante.

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