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Con la prima Elvira y sus amigas en la playa

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Resulta que al día siguiente de haberme llevado a Elvira al motel y haberla hecho mía a mi antojo,  recibí un mensaje como a eso del mediodía, donde ella me preguntaba cómo me encontraba, a lo que le contesté que bien, esperando que fuera el sábado para pasar otro rato con ella, diciéndome que era un suertudo, porque me tenía una sorpresa, preguntándole de que se trataba, y me contesta que ya iban con su amiga Mónica y otra amiga de nombre Mariela –la cual está bastante bien- a Manzanillo a pasar el fin de semana largo porque el lunes no se trabajaba, y que si las quería alcanzar, porque se hospedarían en una casa de una tía de Mónica en la playa Santiago, a lo cual yo le contesté “crees que mi fantasía se cumpla”, a lo cual ella me contesto “quizás no solo con Mónica sino también con Mariela”, enviándome una foto de las tres ya en carretera donde me mandaban un beso, así que yo todavía incrédulo le dije “quien más va a ir”, “además de nosotras solo tú, ven con Open Mind, trae vino y cerveza, de la comida nosotras nos ocupamos”.

Al terminar de chatear mi cabeza me daba vueltas, ya imaginaba tener a ese trio de hembras para mi solito, quizás ellas pensaban que me tendrían como su esclavo sexual, pero yo me veía como un macho con su harem, solo en dos ocasiones había estado en orgia de tres hombres contra tres mujeres -escort's-, pero esto era grandioso tres mujeres contra mí solo, me preguntaba si iba a poder, lo que me excitaba demasiado, así que me fui a un sex shop, compré un vibrador, un consolador, un retardante, y líquido para limpiar estos juguetitos, mis pastillas amarillas, hice mi maleta y a eso de las 3 de la tarde iba saliendo de Colima rumbo a Manzanillo, previo a llegar a la playa Santiago como a eso de las 4:30 de la tarde, hice una parada en una gasolinera y compré vino tinto, tequila y whiskey, y un 24 de cerveza, le mande un mensaje a Elvira diciéndole que ya estaba por llegar, diciéndome ok, ya estamos aquí.

Al tocar a la puerta, se abrió la cochera y metí mi carro, al bajar mi maleta y demás cosas que traía en la hielera, vi a la distancia a Mónica recostada en un camastro alrededor de la alberca, quien al verme me saludó de lejos y me dijo “Paco, hola como te encuentras?, “muy bien Moni y tú no se diga” le contesté, traía un traje de baño de dos piezas en color negro, el cual le hacía lucir unos senos bien paraditos y un culito bastante durito, así que se paró a saludarme dándome un beso en la mejilla y un abrazo pegándome su cuerpo lo cual yo aproveché para repegarla a mí, y sentir sus ricos senos, y me dijo “Elvira y Mariela acaban de salir al súper a comprar cosas, yo me quedé a esperarte, vamos a instalarte en su cuarto”, así que yo iba detrás de ella, viendo como ese bikini se lo comía sus ricas nalgas y como su cuerpo se movía con su caminar sensual, así que primero llegamos a la cocina y destape dos cervezas, ofreciéndole una a ella poniéndome a acomodar las restantes y los hielos en el refrigerador y congelador respectivamente.

Ya que entramos al cuarto donde dormiría, yo cerré con botón el mismo, notando como ella volteo de reojo pero no dijo nada, mostrándome que tenía pantalla, baño con jacuzzi, cama matrimonial, etc., a lo cual yo me acerqué a ella y le dije “Que guapa estas Moni”, “De verdad te me hago bonita” contestándome, “Bueno a decir verdad además de bonita, tienes un cuerpazo”, le reviré, “Gracias por el cumplido”, respondió, en eso note que se puso algo nerviosa y aproveché para decirle “Oye no me vas a dar el beso que me mandaste” “Ya lo quieres ahorita” me dijo, así que tome su cintura con mis manos a la atraje hacia mí, empezando a besar su boca, lo que ella de inmediato correspondió dejando que mi lengua explorara su interior, así estuvimos besándonos unos 3 minutos, mientras yo atraía su cuerpo hacia mí, ella me decía, “Paco recuerda que tienes que tener mente abierta, nada de enamoramientos, lo que pase aquí con nosotras tres, aquí se queda”, “Claro mamacita, quiero poseerte al igual que a Elvira y a Mariela” le contesté, “te tienes que preparar para cuando nos tengas a las tres juntas durante todo este fin de semana”, diciéndome.

Después de esa platica entre besos y agasaje, me baje el short y me quite la playera que traía, quedando solamente en calzón, el cual sentía bastante cubierto de líquido preseminal, pegando mi verga sobre su puchita, y con mis manos quitándole el brassiere de su traje de baño, aprovechando para empezar a besar como un bebé esos ricos pechos, lo que hizo que de inmediato ella jadeara y suspirara más rápidamente, sintiendo como sus pezones se ponían duritos y paraditos, ella suspiraba y sus pechos crecían y bajaban, así que aproveche para quitar con mis manos su bikini el cual cayó al suelo y la lleve a la cama donde la senté mientras yo me hinqué y pose mi boca en su rica puchita, la cual estaba recién depilada con cera y tenía un penachito de vellos púbicos que la hacían lucir muy sensual, así que con dos de mis dedos abría esa rica almejita por sus labios externos, mientras con mi boca y lengua le daba una gran pasada a su clítoris, lo que hacía que ella empezara a gemir y suspirar “mmm, uff, ahh, que me haces?”.

Después de algunos 5 minutos de estar lambiendo y mordiendo levemente ese rico clítoris, con dos de mis dedos empecé a penetrarla, recorriendo su parte interna alta para doblarlos y así llegar a su punto “g”, sintiendo que en cada penetrada que le daba, unos surcos por toda su cara interna, lo que hacía que ella se estremeciera y que sus fluidos vaginales empezaran a derramarse, mientras en un estado de éxtasis total, decía palabras incoherentes “Paco uff, mmm, agg, sigue, por favor no pares”, mientras yo sentía mi miembro ya durísimo listo para entrar en acción, así que nos pusimos de pie, tomando su pierna izquierda con mi mano derecha y la alce lo más alto que pude, acomodé mi falo a la entrada de su vagina y empecé poco a poco a penetrarla, primero fue mi glande y ante cada arremetida sentía como iba entrando mi miembro, lo que hacía que ella me dijera “Papacito, la tienes súper gruesa, no me va a entrar, ugg, mmm”, así que yo al sentir que ya la tenía a la mitad, seguí presionando, hasta que después de unas 10 veces de estar presionándola, sentí como choco la base de mi miembro con la entrada de su vagina, lo que hizo que gritara “Ayy, que grande la tienes, me vas a dejar bien perforada, grr, uff, mmm”, mientras yo en esa posición quizás dure unos 8 minutos, y le dije, “Chiquita quiero ver ese culazo que te cargas, así que ponte a cuatro”.

Así que la acomodé de a perrito, y con mi mano acomodé mi verga a la entrada de su almeja y empecé a penetrarla lentamente, sintiendo como sus pliegues vaginales cedían ante cada arremetida, hasta el momento que sentí como mi falo volvió a entrar completo y ella de inmediato reaccionó, queriéndose quitar, así que tome sus hombros con mis manos y de tal manera hacia palanca, para presionar más fuerte y constantemente mi falo para penetrarla más profundamente, lo que hacía que ella gimiera y pujara de placer “Paco, me partes, esta gruesa y grandota, hazlo con calma”, decía, mientras yo ante tanta suplica quería rellenar esta rica puchita rosadita color a guayabita por dentro, dándole más y más verga, así la tuve alrededor de 10 minutos mientras de ese rico manjar salía mucho líquido el cual hacia que mi miembro resbalase sin mayor problema, quitándonos sensibilidad, así que de repente al sacarlo con mis dedos quitaba el líquido que su puchita dejaba, para así tener mayor sensación de ese entre y saca.

Yo sentía que ya no tardaba en irme, así que antes de tener mi eyaculación, quería que ella me montara para así tener a mi disposición total sus nalgas duritas y sus pechos, y poderla besar a mi antojo, así que le dije “Mamacita, quiero que ahora tú te montes sobre mí, quiero saborearte todita”, “Si Paco, lo que tu desees, uff, mmm”, contesta, así que me acuesto boca arriba, para subirla sobre mí, así que de inmediato ella acomodó mi falo sobre su puchita, y entró sin ningún problema, mientras yo empezaba por manosear a lo lindo sus ricos pechos, así que con dos de mis dedos masajeaba sus pezones ya de por sí bien erectos, mientras que ella en cada bajada de su cuerpo se ensartaba hasta el fondo mi verga, aprovechando para besarla muy intensamente, viendo como su lengua entraba en mi boca y la mía en la suya, en esa posición note que ella se empezaba a excitar más y ya gritaba como loca “Paquito, me encanta como lo haces, uff, agg, me estoy viniendo, sigue así”, ante tal situación, una de mis manos, la baje a sus nalgas, para seguir ayudándola a subir y bajar, dándole de repente pequeñas nalgadas, hasta que de repente me dijo a modo de súplica “Ya para, me voy a ir, mi cuerpo se empieza a estremecer, ya para, mi corazón se me va a salir, uff, grr, ahh, ayy”, sintiendo como de repente al subir su cuerpo salieron sus líquidos vaginales al por mayor.

Viendo que quería zafarse de esa posición, así que al tenerla a ahorcadas, yo volví a tomarla de sus hombros y con ellos me apalancaba para seguirla penetrando más fuertemente porque quería venirme dentro de ella, mientras ella me rogaba “Paco, por favor, se me sale el corazón, ve como me tienes, uff, ahh, ayyy, mmm”, “No mamacita, deja disfrutar lo sabrosa que estas, ya casi termino” le dije y cuestión de unos 5 minutos, sentí como una explosión de placer inundo mi cuerpo al empezar a eyacular en su rica almeja, hasta que ella por fin, seguía estremeciéndose de placer y me decía “Paco, que rico coges, dámelos todos”, quedando tumbada arriba de mí, así que yo la empecé a besar y después de unos minutos yo me puse mi traje de baño y ella el suyo, diciéndome “No creía lo que me había dicho Elvira, que eras un toro en la cama, vaya que nos vamos a dar un festín este fin de semana”, "Con las ganas que te traía, verás que las voy a disfrutar como nunca, porque les voy a dar por todos lados", le contesté, "Eres un canijo bien hecho" me contestó, así que salimos de la habitación, y yo de inmediato tome mi cerveza la cual ya estaba algo tibia y me metí a la alberca mientras ella volvía a tomar el sol.

Como a los 10 minutos, llegó Elvira y Mariela con varias bolsas, y yo acomedido primero las saludé y les ayudé a meter las bolsas en la cocina, así que me volví a meter a la alberca, viendo que algo susurraban entre ellas y se reían, mientras Mariela ponía la cara de incrédula, diciéndome que iban a preparar una botanita y a cambiarse para meterse a la alberca, lo que aproveche para ir a la playa un rato para meterme a las olas, sin embargo lo que paso enseguida y todo ese fin de semana, será motivo del siguiente relato.

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