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Con mi padre Adel
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Tiempo de lectura: 3 minutos

La relación que tengo con mi padre a mis 20 años de edad no es la misma que tienen todas las chicas con sus respectivos padres.

En principal, mi padre es guapo y muy seductor.

Siempre nos estamos dando caricias, en las noches dormimos juntos en la posición cucharita donde le apoyo mi trasero en su miembro, también nos damos suaves besos en la boca.

Así que no fue inesperado cuando sucedió esto que voy a relatar a continuación.

Yo tengo la costumbre de andar con tangas de hilo super chiquitas caminando por mi casa y con sostenes apretados para que mis tetas se marquen mejor.

Ese día estaba con una tanga de hilo color azul y un sostén del mismo color.

Ingresó a la sala de estar donde se encontraba mi padre leyendo su periódico, estaba tan atractivo como siempre, pues a sus 58 años se mantiene en muy buena forma, cuando me vio dejo el diario y sus ojos se posaron rápidamente en mis pechos.

Me acerqué hacia él y fue ahí cuando Adel me tomó de la cintura y quedé sentada a horcajadas sobre él.

-Hola hija -me dijo mientras me acariciaba la espalda.

-Hola padre -le respondí mientras le daba un beso en la boca, cuando el beso terminó me di cuenta de que mi padre me había quitado el sostén y ahora tenia los pechos libres para él.

Le puse ambas manos en su cabello que ya estaba un poco canoso aunque lo seguía teniendo negro y continuamos besándonos, pero esta vez no fue un beso suave e inocente, esta vez fue un fogoso y ardiente con mucha lengua de por medio, y para agregarle más pasión él me empezó a acariciar los senos.

-Me calientas mucho, quiero cogerte -me dijo entre gemidos

-Haceme lo que tú quieras papi, soy toda tuya -le respondí mientras el me besaba el cuello y yo empezaba a desnudarlo.

Luego yo me levanté de la silla para quitarme la tanga mientras Adel se desnudaba por completo dándome una bella visión de su cuerpo masculino en todo su esplendor.

-Que buen miembro, papi -le dije mientras me ponía de rodillas y le tomaba su miembro con una de mis manos.

-Es todo tuyo -me respondió.

Luego le puse mi lengua en la cabeza sobre su pene y fui bajando despacio para saboreárselo mientras que con mis manos le tocaba suavemente sus enormes testículos que seguro eran también muy ricos, cuando estuve lista me lo metí entero en la boca sin vacilar y no paré de chupárselo, después hice la mamada más profunda aumentando la velocidad.

Pero en todo el proceso del sexo oral mantuve mis ojos en los de mi padre mientras él me acariciaba el cabello y acompañaba el ritmo de mis lamidas moviendo sus caderas haciendo que su pija entre más profundo en mi boca.

Solo me detuve cuando sentí que su eyaculación inundaba mi boca y me la tragué toda, recién ahí quité mi boca de su sabroso pene para chuparle sus testículos, pues, los huevos de mi padre también merecían un buen sexo oral.

Sus huevos eran suaves y muy ricos para chupar, pues, si por mi fuera le chuparía los testículos a mi papá todo el día, en esa zona les pasé mi lengua haciendo unos lentos movimientos circulares para sentir su forma, luego también tomé velocidad y ya pasé a hacerlo frenéticamente como si quisiera llenarme de ellos, finalmente se los dejé un poquito rojos, pero bien mojados por mi saliva y mi padre estaba muy satisfecho porque me dijo que era la mejor haciendo sexo oral.

Luego me senté devuelta a horcajadas sobre mi papi y como estábamos desnudos fue más fácil que mi concha hiciera contacto con su pija aunque todavía él no me había penetrado.

Yo empecé a moverme sobre Adel y a dar unos ricos saltos haciendo que mis tetas se movieran y él me las acariciaba y chupaba a la vez.

Esa rica práctica fue como un juego previo a la penetración, un simulacro del sexo para sentirnos mutuamente.

Cuando ya no aguantamos más, di un salto y abrí mi concha lo más que pude para enterrarme la pija de él muy profundamente y así nos unimos.

Luego él me puso las manos en la espalda y empezó a mover su cadera muy rápido para que la penetración, sea más rica, más placentera y lo fue, durante esos minutos yo tenía mis manos en su cabello y no podíamos parar de besarnos.

Luego pasamos a una postura que Adel me dijo que le encanta: él se sentó con las piernas juntas mirando para el frente y su pene bien erecto, y yo me senté encima de su pija dándole la espalda a mi padre y mirando hacia adelante, él me sujetó de los senos y así comenzó devuelta la penetración mientras ambos nos ayudábamos a mantener el mismo ritmo que era apasionado y salvaje a la vez.

La última fue una postura para que él me diera por el culo, yo me senté con mis pechos apoyados en la silla y levantando mi orto hacia él, entonces Adel me tomó de las caderas y de una sola embestida me penetró el culo y para mí fue lo mejor.

Las embestidas con las que él me penetraba el culo era lo más salvaje, y se sentía bien rico, me sentía mucho mejor que cuando me dio por la vagina y esto hizo que le repitiera que soy su puta una y otra vez.

Porque así lo era, me había convertido en la puta de mi propio padre y me encantaba serlo.

Finalmente llegamos al clímax y él eyaculó adentro de mi culo.

Desde ese entonces mi papi me coge todos los días.

Mi gmail es: [email protected].

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