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De chantaje a placer, termino cogiendo con él

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Estaba contra las cuerdas, no había de otra, le aflojaba o le aflojaba, ya que de ese sujeto me podría esperar todo.

Luego de chupársela y beberme su semen, el muy maldito me jugó chueco y ahora me quería coger, el seguía dándome asco y aunque admito que me emocione un poco al hacerlo venir, ¡ahora lo odiaba mucho más!

Me abrazó apretando mis nalgas, yo no pude negarme, tenía miedo de que me hiciera algo más, así que le permití tocarme, comenzó a quitarme mi blusa, y lamerme mi pecho estaba desesperado, se quitó el pantalón y su verga escurría, ¡qué asco!

H: Mamacita que rica, ¡no sabes cómo sueño con esto!

K: ¡Dios mío!

Me quito mi mayon, ¡y luego mi cachetero para empezar a lamerme mi vagina!

Su lengua grande me la chupaba de una forma violenta a lo cual me erizaba y me hacía gemir de miedo o placer, la verdad no sabía, mientras eso pasaba sus manos acariciaban mis tetas, me subió el brasear para apretarlas mejor.

H: ¡Que pucha más rica tienes, uhm!

K: ¿Ah, aquí?

H: ¡No pasa nadie y ya te quiero meter mi verga!

Me tomo de la cintura, me abrió las piernas y empezó a meterme su cabeza, su verga no era grande, pero si gruesa, pero tenía que apretarme las nalgas y empujarme hacia el para poder metérmela.

Poco a poco sentía como entraba, yo cerraba ms ojos, el me besaba el cuello y seguía apretándome como loco el trasero, ¡su verga se hacía paso en mi vagina hasta que la metió y empezó a moverse!

H: ¡Oh!! ¡Que rica, uhm!

K: ¡Ah, ah!!

Debo de admitir que me gustaban sus movimientos, ¡se agachaba y subía penetrándome hasta el fondo y a pesar de ser de pene regular me estaba gustando lo que me hacía!

Me dio la vuelta y me empino un poco, abriéndome las nalgas para poder metérmela ya que como soy muy nalgona, le costaba trabajo, pero una vez empinada y abierta comenzó a embestirme fuerte, dándome de nalgadas, jalándome el cabello, moviéndose rápido, ¡la verdad poco a poco me estaba empezando a gustar!

H: ¡Que nalgotas, uhm!

K: ¡Ah, sí, que rico!

H: ¡Que puta! Muévete nena, uhm!

K: ¡Ah, uhm, oh, uf!

Ahí estaba como toda una ramera, empinada, jalada del cabello, ¡recibiendo la verga de un tipo tan desagradable!

Pero a quien engañaba, me estaba gustando, su forma brusca, su pene gordo, su olor extraño, el estar en medio de la nada recibiendo pito, ¡la verdad era muy buena experiencia!

Me puse de pie y lo tomé de la mano llevándolo a la parte de atrás de su camioneta, ahí me acosté y me abrí de piernas, el como loco subió en “misionero” lo abrazaba y le mordía los hombros, ¡ya estaba entregada y ahora quería gozar!

K: ¡Muévete, uhm, mas!!

H: ¡Ah!! ¡Eres la mejor!

La camioneta se movía a nuestro ritmo, el seguía embistiéndome, apretándome las piernas y las nalgas, empujándose rico, me tenía gimiendo, jamás pensé que él me tendría así, ¡pero ahora solo gozaba!

Él se acostó y yo subí para cabalgarlo, me dejaba caer en su verga y luego me movía rápido y suave, el escurría hasta saliva, yo gozaba estar en esa camioneta cabalgando a ese cretino.

K: ¡Te gusta?, uhm!

H: Ah, me encanta, uh, muévete, ¡muévete!

K: ¡Que rico, uhm, mas, empújate más!

H: Toma, que puta más rica, ¡uhm!

Él se sentó y yo subí en el dándole la espalda y moviendo mi cadera en círculos, sus manos acariciaban mi clítoris, me tenía jadeando y yo a él, que rico sentía, ¡me apoyé de las cabeceras de los asientos delanteros para moverme más rico!

H: ¡Oh, nea que rico te mueves, uhm, así, que rico, así!

K: Ah, uhm, que rico, te gusta, uhm, ¿te gusta?

H: Si, así, ¡me voy a venir me voy a venir bebe!

Comenzamos a movernos como locos, yo sacaba a relucir mis movimientos más sensuales, el gemía, gritaba, me jalaba el cabello, ¡sentía como se inflaba sentía como estaba por estallar!

K: ¡Sácala papi, sácala, uhm!

H: ¡Ah!! ¡No mames uhm!

K: ¿Borras las fotos?

H: ¡Si, ah!! ¡Si las borrare!

K: ¡Si, que rico, uhm, buen chico, ah!!

H: Dios, no aguanto más, ¡no!!!

El comenzó e venirse dentro de mí, que rico, también tuve un orgasmo y ambos gritábamos del placer obtenido.

Como toda una ramera me saqué su verga y fui nuevamente a mamárselo, ya me estaba acostumbrando a hacer eso, ¡le chupaba su verga para escurrirle la última gota!

K: ¡Borra las fotos, uhm!

H: ¡Ah!! ¡No mames que rico!

K: ¡Bórralas papi!

H: Si nena, uhm, mira, ¡ve como lo hago!

Efectivamente, borro cada una de ellas, mi tranquilidad volvía, sabía que me había librado de un problema, él estaba en el cielo, no se movía ni decía nada, así que fui por mi ropa que estaba tirada en el arbusto y luego el reacciono, ¡se vistió y me dijo que me llevaría donde me recogió!

En el trayecto él iba feliz, alardeando que me cogió, que nunca lo olvidaría, trataba de ligarme, pero yo lo bateaba, ya más tranquila le dije que no se repetiría jamás y que no anduviera de bocón, el solo se reía, pero finalmente me dejo en la calle donde me recogió.

Pensé que todo estaba más relax, ¡iba caminando hacia mi casa cuando escuché su voz!

Q: ¡Hola como estas?!

Era Enrique, un tipo que me pretendió antes de mi marido y según yo estaba en la cárcel, un escalofrió me recorrió, sabía que se avecinaba un nuevo problema.

Kali

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