Nuevos relatos publicados: 8

De cómo me dejé enfiestar

  • 75
  • 28.394
  • 9,37 (38 Val.)
  • 9

Estos son hechos reales que me han sucedido hace pocos meses.

Me llamo Verónica (tengo 23 años) y estuve de novia por 3 añitos, pero hace un año nos enojamos y no volvimos a vernos.

La historia es así. Después de 6 meses sin salir, por estudio y depresión, acepte ir de una pareja de amigos que viven cerca de casa a cenar un viernes. Ella (Eva), la conozco desde la primaria y somos intimas amigas, y su marido (Ariel, se casaron hace 2 años) es muy simpático y siempre nos hace reír con sus comentarios y andanzas.

Comimos pizza con cerveza en su departamento y reímos largo y tendido mientras mirábamos el video del último año de la secundaria de Eva y mío, y el viaje de egresados.

Su departamento es de 2 ambientes, con un living comedor amplio, con un solo sofá cremita de 2 plazas y media (enorme), y una mesita ratona cuadrada de madera preciosa, todo alfombrado de lila clarito, haciendo juego con los manteles de la mesa redonda de roble puesta a un lado, y con las carpetitas sobre el aparador. Un televisor de 29 pulgadas sobre una mesa con una cámara digital encima de esas que sirven para ver y charlar con personas por la red y una lámpara de pie con luz regulable de colores naranjas, y sobre la pared pintada de un tono pastel una acuarela marina muy llamativa rodeada de pequeños cuadros que eran imitaciones de algún pintor impresionista. Solo una copia de un Picasso se podía ver en la cocina.

La cena ya había quedado atrás, y seguíamos riéndonos de las anécdotas que recordábamos, mientras nuestros vasos iban vaciándose de a poco ( ninguna de las dos tiene una cultura alcohólica trascendente, somos muy infantiles en ese sentido, más que algunas curdas sencillas no hay nada en nuestro historial, y él (Ariel) algo bastante más que nosotras seguro podía tolerar, al menos eso podíamos observar ).

Antes de seguir les cuento como somos mis amigos y yo, a si pueden ir imaginando la escena lo más cercano a la realidad posible y disfrutarlo y comprenderlo mejor.

Soy morocha y como ya les conté me llamo Verónica, llevo el pelo un poco por debajo de los hombros, de estatura media tirando a bajita, de piel blanca y ojos marrones, y poseedora de una enorme sonrisa. Mis medidas son normales 88-58-92, y soy bonita pero sin exagerar (y con complejos físicos como todas las mujeres aunque me digan lo contrario). Estoy estudiando para traductora, y dirección de cine.

Esa noche hacía calor y yo llevaba puestos unas sandalias de verano celestes, que me hacían juego con el pantalón largo de verano que mezclaba el celeste y el azul todo a cuadritos, y el cual se ata con unos cordones a la cintura formando un moño, y un top rosita de mangas cortas abierto por debajo dejando mi ombligo al aire (esos que limitan tus movimientos ya que si levantas los brazos se ve el borde del corpiño por debajo, pero son muy frescos con altas temperaturas dejando circular el aire por su interior).

Ariel tiene 28 años, es más grande que nosotras, es de pelo oscuro y corto, y con ojos verdosos, más alto que nosotras por media cabeza, y su cuerpo es interesante, debido a que corre y juega al tenis seguido y de chico practico artes marciales, pero no recuerdo específicamente cual en este momento. Él es fotógrafo profesional y vive viajando, por el país y Sudamérica y es fanático de las novelas de suspenso.

Tenía puestos unos pantalones largos azules con botones y una remera de Greenpeace por las ballenas, y calzaba unas alpargatas negras. Y sé que tiene un tatuaje en cara interna de la parte alta de la pierna que obviamente nunca había visto, pero Eva si me había informado, que consistía en un símbolo sexual de una cultura asiática.

Y Eva es también morocha como yo, un poquito más alta, de ojos oscuros y rasgos bien marcados, pelo largo lacio bajo los hombros, con una delantera un tanto más grande que la mía y con una mirada muy bonita, que según ella era lo primero en que Ariel se había fijado, además de unas piernas estilizadas y una cola parada (según Ariel que lo repetía todo el tiempo). Y llevaba puesto un enterito de jeans celestes de pantalón corto con breteles, y un top negro. Ella es maestra jardinera, y trabaja de ello, y le gusta pintar y hacer cerámicas y esculturas.

La conversación seguía a puras rizas y carcajadas, y las botellas vacías de cerveza de marca Quilmes ya sumaban 5 sobre la mesada de mármol oscuro de la cocina; el televisor encendido estaba dando un especial de música de los 80, con lo cual nos deleitábamos y la luz solo era de la lámpara de tonos naranja pero graduada al máximo para permitirnos ver las fotos.

Ariel estaba sentado en el sillón, en el centro, y era el que más atención prestaba a la pantalla y de a ratos paseaba por los 80 canales del cable, mientras Eva y yo, ambas sentadas en el suelo como los indios, con nuestras espaldas apuntaladas por el sillón ojeábamos álbunes de fotos comentando cada una de ellas y haciendo memoria.

Y tanto hablar de fotos, llevo a Eva a preguntarme si alguna vez me había sacado una foto subida de tono con un chico, obviamente sin nombrarlo se refería a mi ex novio y le mentí diciendo que no, pero ella siguió con el tema hasta que no me quedo otra que preguntar si ellos si. Y la respuesta obviamente fue positiva, además de confirmarme que las habían publicado en internet.

Y ambos me contaron sutilmente como eran las fotos, a lo cual me sorprendí muchísimo, nunca hubiera creído a Eva capaz de algo así y aunque me contó que en las fotos llevaba puesta una venda para que no se le reconociera el rostro, el resto de los cuerpos si se podían apreciar al desnudo.

Y esta confesión y descripción de las fotos me obligo a confesarme a mí también y admitir que yo también tenía fotos de esas, ya que mi ex novio tras años de insistir logro quebrantar mi voluntad en una noche de vacaciones, con mis viejos de viaje. Y con una polaroid en mano las había tomado con la condición de que sería yo quien las guardara.

Y con eso quise terminar mi exposición pero no lo logre, ya que debí contar mas detalles tal cual Eva lo había hecho. Y las fotos eran dos, la primera me tenía a mi de rodillas en el suelo del baño y a Fabián parado a mi lado mientras le practicaba sexo oral, y la segunda con la cámara instantánea en la cómoda y nosotros en plena posición del perrito de costado a la cámara (mi rostro no se vio completo en ninguna, salió tapado por mis cabellos, pero si se salieron nuestros cuerpos pegados y un poquito mas.

Y esta confesión si logro que se me pusieran un poquito coloradas las mejillas.

Ariel al terminar mi relato acoto. – Ya vieron todas las fotos solo falta que le muestres esas.- Dirigiéndose a Eva.

Verónica.- No creo que sea oportuno. Gracias. Tal vez en otro momento. (le conteste).

Y todos reímos.

Ariel- Eva también tiene fotos con otro hombre.

Al escucharlo me quede dura, tiesa, no entendía nada, y pensé que venía de reproche hacía Eva la cuestión (Eva nunca me había contado algo así), y que comenzarían a discutir, pero no fue así. Eva lo miro (ambas seguíamos sentadas en la alfombra), y sonrío diciéndole que yo no debería saber esas cosas de ella, y que ella había aceptado si se mantenía como un secreto de pareja.

Mi cara lo decía todo, no entendía nada aunque imaginaba algo.

Ariel- Vero es tu mejor amiga, no creo que este mal que le cuentes un poco de tus andanzas.

Eva- Puede ser, pero no creo que sea el momento adecuado para ello.

A- Preguntémosle que opina, y si le interesa saber. Anda Vero si o no?.

Vero- Somos amigas, me interesa saber sus cosas, lo que haya hecho no puede ser tan malo si ella aceptó hacerlo, pero si ella cree que no es el momento tal vez así sea.

Eva- Es sobre sexo, tu dime si quieres escuchar.

En una situación normal hubiera dicho que no, pero la cerveza controlaba parte de mí, y no sabía que parte aún, y la curiosidad me invadió.

Vero- Y si, dale… (en tono suavecito).

Ariel- Por internet y la camarita digital hemos tenido relaciones mientras nos observaban otras parejas. Lo hemos hecho con una pareja de españoles.

Vero- no lo puedo creer. Habla en serio?

A- Es verdad!!!

Y Eva lo asentía con los movimientos de su cabeza.

Eva- Si así empezó todo, primero observábamos y nos observaban y era excitante. Mientras nosotros teníamos relaciones sobre la cama, alguien desde España nos observaba y hacía comentarios por el micrófono.

Ariel- Incluso varias veces dejábamos que ellos nos ordenaran que hacer.

Vero- no lo puedo creer.

A- Y después de esto contactamos gente cercana por la red e intercambiamos parejas. Eva estuvo en este mismo sillón con un mexicano, mientras su mujer y yo los observábamos desde la mesa.

Vero- y que sentiste?

E- Mucha excitación, de ver como el gozaba viéndome me excitaba aún más. Y aprendí a excitarme yo viéndolo a él gozar con otra.

Mi boca estaba abierta de la sorpresa al igual que mis ojos marrones de par en par.

Eva- Esto fue paso a paso, no de la noche a la mañana. Meses tardamos en ello…

Ariel- Nunca te encontraste con alguien que conociste en un chat.

V- No, no soy de chatear mucho.

A- y que haces cuando te conectas.

V- busco información de temas que me interesan y esas cosas.

Ariel- Fotos?

V- si fotos.

Ariel- Fotos de que tipo.

Lo mire fingiendo no entender la pregunta, pero Eva acoto al ver que no contestaba.

Eva- quiere saber la clase de fotos? categoría sexual digamos.

Vero- Ok, ya entendí!!! Me gustan las que vienen tipo historieta con toda la escena en desarrollo.

Eva- Desde que aparecen y se van desvistiendo…

V- si esas.

Ariel- Y si fueran simples, que categoría buscas.

V- grupal, oral.

Ariel- Yo sabía.

V- interracial, chicas con chicos de color.

Y ahí reaccione ante el – Yo sabía. (que el pronuncio).

V- que sabias??? Increpándolo a Ariel.

A- Tenés cara de sexo oral.

Y mi respuesta fue inmediata y espontánea – Contame de alguna chica que no la tenga.

Y los tres nos pusimos a reír. (eso fue lo más zarpado que le había dicho en mi vida al novio de mi amiga).

Eva- y a todas nos gusta las interraciales, no?

A- Propongo un brindis por internet.

Y todos dimos sendos sorbos a nuestros vasos.

Eva y yo seguimos hablando mientras Ariel fue al baño, y en esos cinco minutos a solas me contó algunos detalles más, y termine de digerir la noticia. Ya no me sentía tan incómoda como al principio (admito que no soy una experta en estos temas y que experiencias como Eva me estaba contando nunca había tenido). Me contó que al principio estaba preocupada por el futuro del matrimonio ante estas situaciones pero que se disiparon con el tiempo al ver que cada vez se unían más y que las fantasías se realizaban en conjunto y con el consentimiento de ambos al cien por ciento.

La cerveza se acabó y me levante yo para ir a buscar una. Fui a la cocina y tome una Heineken ya que Quilmes no quedaban, la destape con un destapador que trajeron de uno de sus viajes y volví al living-comedor justo cuando Ariel salía del baño. Le di la botella en la mano y me encerré dentro. Tanta cerveza me había dado ganas; ganas que estaba aguantando para no cortar la trama de la conversación.

Obviamente al baño entre con mi cartera como todas las mujeres, y tras unos minutos salí y me senté nuevamente en mi lugar en el suelo. La cabeza me daba alguna que otra vuelta pero nada que no pudiese controlar.

Mi sorpresa fue cuando mire a mi alrededor, y note que estábamos todos en el mismo lugar, pero sobre la mesa ratona donde antes estaba el álbum de fotos ahora había una computadora portátil negra, conectándose a internet con su típico chillido.

Vero- Chicos que hacen?

Eva- Viste que la ibas a asustar. Solo, quiere navegar un rato.

Ariel- Paveamos un poco nada más.

E- Si querés vamos a la cocina y lo dejamos solo?

A- No sean cobardes.

V- Si no te zarpas con cosas desubicadas todo bien. Mira que yo soy chiquita. (Siempre me hago la nena, es una manía que tengo).

A- Esta bien.

E- No le muestres nuestras fotos quiero tu promesa.

A- De acuerdo mi amor, la tienes.

Y mientras en la televisión mostraban videos de música de tono hot, en un programa de un canal mexicano, Eva y yo conversábamos mientras Ariel navegaba. Primero miro sus e-mails, y luego páginas de autos.

Y nosotras lo controlábamos de reojo mientras hablábamos de nuestros novios en la secundaria. Y nuestras experiencias sexuales desastrosas con ellos.

A los 10 minutos de navegar sonó un bip. Y Ariel nos avisó que estaba el gallego conectado también.

Ariel- lo voy a saludar.

Eva debe haber notado mi nerviosismo ya que apreté inmediatamente las piernas y ella acoto.

Eva- No te preocupes que no todas las veces que charlamos es para lo mismo, hemos logrado llegar a tener una amistad interesante.

Y en unos instantes ya la pantalla tenia a un gallego sentado frente a la pc mirándonos a los tres. (al gallego del cual no me acuerdo el nombre le pondré la letra G y no voy a imitar su forma de hablar porque recuerdo lo que decía pero no sus palabras exactas. Si diré de él que en realidad no era gallego sino un uruguayo que vivía en Galicia desde hacía 10 años y andaba cerca de los 30).

Y después de los saludos habituales obviamente la pregunta.

G- Quien es esta tía que los acompaña.

Eva- Verónica mi amiga de la infancia. Yo te conté de ella y nuestras locuras en el secundario.

Ariel- Y tu mujer?.

Gallego- De viaje, está trabajando en Algeciras.

Ariel- Y estás solito.

G- Sin remedio. Y tu Verónica que cuentas. Estas de novia.

V- No por el momento.

G-Eres bonita algo debes tener por ahí. No es así Eva, que nos cuente. Algún tío debes tener intentando conquistarte.

V- Un compañero de facultad pero nada serio.

G-Y te lo has tirado ya?

Eva- Hey.

Vero- Si.

G- Ves que quiere contar, para que te metes Eva.

V- No nada más, una noche y eso es todo.

G- Y se lo has comido?

V- Eso no es de tu incumbencia.

Eva- No la hagas rabiar.

G- de acuerdo, perdón.

La conversación cambio de rumbo y se tornó mas tranquila, charlamos de las diferencias entre vivir acá y en España, de vinos, política, terrorismo y cervezas y a propósito de ellas vaciamos dos más en la hora que ya llevaba la conversación. Y ahí fue cuando el gallego aparentemente se aburrió y comenzó a preguntar.

G-Eva que color de ropa interior te has puesto hoy?

Yo justo estaba tomando un trago, y la sorpresa de la pregunta volvió a descolocarme y casi me atraganto con el líquido. Pero a Eva parece que no, porque no tarde ni tres segundos en sacar de mi boca el vaso y volver a respirar que ella ya había contestado que era de color blanco.

G- Como has dicho.

Eva- Que mi ropa interior es blanca.

G- La conozco?

Eva- No, es nuevo mi conjunto.

Gallego- Allí hace calor, verdad.

Todos contestamos que si.

G- Pues aquí está nevando y la calefacción esta altísima. Siento que me estoy asando. Con su permiso voy a sacarme ropa.

Se paró y comenzó sacándose la remera negra la cual arrojo por detrás del monitor, y comenzó a desabrocharse los jeans que llevaba puestos.

Eva- Que haces galleguito, te has vuelto loco, esta mi amiga aquí presente.

G- No me vas a decir que no deseas verlo? Porque Eva yo si deseo mostrártelo. El desnudo esta noche será por lo que veo solo mío.

Se bajó los jeans y se sentó nuevamente en la silla giratoria. Introdujo su mano derecha bajo el slip y se acarició unos instantes. Ariel se recostó contra el respaldo del sofá, Eva y yo seguíamos acostadas en la alfombra lila y el silencio era total, los tres pares de ojos enfocaban sobre la pantalla. Y yo sentía que ellos, mis dos amigos estaban muy pendientes de mi reacción, como cuidándome, y viendo hasta donde me animaba a llegar para cortar ellos la situación si fuese necesario.

El gallego ya había llevado el slip hasta las rodillas y se estaba masturbando, su pene era de los grandes y su mano lo agarraba desde la mitad bajando y subiendo, cubriendo y descubriendo la cabeza de su miembro el cual se notaba ya bastante lubricado.

La masturbación y el silencio ya llevaban largos minutos y solo el gallego se animó a reanudar la conversación.

G- Eva de qué color me has dicho que era tu ropa interior?

Eva- Blanca.

G- Ariel?

Ariel- Bóxer gris.

G- Verónica? vos.

No conteste, y mis amigos no hablaron. Y tras segundos repregunto.

G- Verónica, de qué color llevas puesta la ropa interior?

Fueron unos segundos de gran dilema para mi. Sabía que si contestaba abría una puerta que no sabía a donde conducía, ni si quería traspasarla, pero tampoco quería quedar como la tonta, después de todo tengo 23 años, y no tendré la gran experiencia sexual pero creo saber lo que quiero mientras se me va presentando. Igualmente confieso que si no fuese por el alcohol otra hubiese sido mi respuesta.

Vero- Roja y blanca.

G- Que bonito, y cual es cuál? Que color arriba y cual abajo?

V- Ambos de algodón rojo y algo de encaje blanco.

G- Y a ese compañero tuyo se lo has comido?

V. Y si.

Parecía que algo había cambiado porque ahora si estaba dispuesta a contestar algunas de sus preguntas.

La situación era muy rara, pero ese tipo estaba digamos que pajeándose a miles de kilómetros, y esa distancia me dejaba relativamente tranquila.

G- y dónde fue?

V- en su auto.

Ariel río, y comento que se imaginaba la situación, y dijo que me lo tenía bien escondido, y todo eran risas, pero ese al otro lado de la pantalla no paraba de tocarse.

A- También lo hicieron en el auto?

V- Si, y era muy incómodo.

G- Tenias puesta pollera?

V- Una tableada. Pero el nunca terminaba y por eso tuve que agacharme.

G- Fuiste hasta el final?

V- No. Acabo sobre una franela para limpiar el tapizado. Todo era muy romántico como veraz.

G- Ariel, Eva conoce el sabor de la leche, verdad?

A- Si.

Eva sonreía y se levantaba para dejar su vaso vacío sobre la mesa grande.

G- Vero?

V- Si, he bajado a tomar la leche hasta el final, ok, contento.

Eva bajo la intensidad de la lámpara supongo que al mínimo, bajo el volumen del televisor aún más y se sentó nuevamente en el suelo pero más cerca de las piernas de Ariel (que estaba entre ambas) apoyando sus brazos sobre ellas.

G- No te enojes. Dime que estas sintiendo al verme. Que sensaciones te causa lo que ves?

V- No sé es raro. Otro día hubiese salido corriendo.

G- Te excita un poco?

V- no sé si esa es la palabra.

G- Tal vez no te excite por la distancia? Si pudieras verlo más de cerca tal vez sería otra cosa?

V-Tal vez.

Y mientras le contestaba al gallego, gire mi cabeza al ver a Eva moverse. Se estaba poniendo de rodillas y apoyando su cuerpo contra el cojín del sofá y al ver mejor observe que ya tenía el extremo de los dedos de su mano dentro del pantalón de Ariel.

Terrible sorpresa me invadió, y comencé a pensar en mi reacción, pero nunca supe que hacer así que solo me moví un poquito para el otro lado y gire mi cuerpo para ver mejor.

Eva estaba arrodillada y de costado y ahora apoyaba su cabeza sobre el cuerpo recostado de Ariel, y me miraba a los ojos. Yo seguía sin saber cómo reaccionar, Ariel tenía la cabeza contra el respaldo y miraba el techo seguro evitando mirarme, temiendo a mi reacción, o tal vez para no asustarme. Eva si me miro esperando mi reacción, la cual no llego, creo que esperaba mi consentimiento, y al no obtener nada de mi cerro los ojos y termino de hundir su mano dentro del pantalón.

En unos segundos podía ver como su mano se movía bajo la tela, y el silencio era absoluto. Ariel dejo la mano que estaba de mi lado quieta junto a su pierna, y con la otra comenzó a acariciar el pelo lacio de Eva, acomodándolo suavemente mientras ella permanecía con los ojos cerrados. Ambos se estaban acariciando, y yo tan solo a menos de un metro mirando.

Eva por fin abrió los ojos, pero su mirada ya era distinta, sus ojos se cruzaron con los míos, y note que ya no era una mirada de consentimiento, sino que ya estaba decidida a seguir adelante.

Mi boca seguía abierta y mis ojos no se apartaban de ella que ya no me miraba a mí sino al pantalón de su novio.

Su cabeza estaba sobre los abdominales de él, y su mano seguía moviéndose. Su mirada era hacía abajo, hacía dentro del pantalón que estaba a centímetros de su rostro. Ella seguro ya había levantado el boxer y podía verlo. Seguía agitando su mano, y en unos instantes comencé a ver algo asomarse.

De su pene ya podía observarse la punta y Eva con su mirada clavada en ello, separo tan solo un poco los labios y acerco su boca haciendo que lo perdiera de vista. Ella lentamente comenzó a mover su cabeza de arriba hacia abajo, y cada vez más velozmente, al tiempo que deslizaba el pantalón hacía abajo.

Yo estaba atónita y ahora excitada. Pero no podía emitir sonido alguno y solo miraba desde la alfombra. Y el gallego comenzó a llamarme… Y tras escuchar varias veces mi nombre mire la pantalla.

G- se quieren mucho, y se desean mucho.

De mí no salía ni una palabra.

G- Estas excitada Vero?

Susurro estas palabras tres veces por lo menos.

G- Se han endurecido tus pezones?

Lo mire y asentí con la cabeza.

G- Están duritos.

V- Si.

Mi primer monosílabo en largos minutos.

G- Te gusta mirar?

V- Aha.

Eva ya tenía todo el pene lubricado y no paraba de besarlo, cuando no estaba dentro de su boca le pasaba la lengua por todo el contorno y mordía la pielcita con sus labios. Una de sus manos dirigía toda la operación, lo llevaba hasta la boca, lo sacaba de ella, lo ponía de lado, y le subía y bajaba la piel, dejando al aire la cabeza.

Pero también note moverse a su otra mano, la cual estaba dentro de su jardinerito, justo entre sus piernas, ella se estaba masturbando, y con el correr de los minutos comenzó a notarse su excitación y a sentirse unos gemidos tenues de ambos.

G- Vero?

Lo mire sin hablar.

G- Desata el moño de tu pantalón… Anímate, no dejes de hacer algo que deseas. Despacito…

Y mirando a los chicos sobre mi hombro tire de un lado de los cordones y desate mi pantalón.

G- Estas mojada? Vero.

No solo estaba mojada sino que estaba súper tensa.

G- Quiero ver tu corpiño, sube un poco tu top. Vamos cachorra no tengas vergüenza.

Ahora solo lo miraba a él, y accedí. Levante el top sin sacármelo sobre mis pechos, dejando que vea mi corpiño casi totalmente rojo.

G- Noto tu excitación en tus pezones. Me gustan tus pechos, son de un tamaño justo para mis manos. Estas mojada?

Vero- Aha.

G- Quiero que frotes tus pezones y acaricies tus senos.

No lo obedecí de entrada, mis nervios también estaban presentes.

G-Vamos bonita, hazme caso, disfrutemos…

Y mis manos tomaron mis pechos muy lentamente, cada una froto mis senos y empecé a pellizcar mis pezones sobre la ropa interior al tiempo que apretaba mis piernas.

El gallego seguía masturbándose y me alentaba con palabras dulces, y me incitaba a tocarme por debajo.

Ariel cambio de canal con el control remoto, y al instante comenzaron a sentirse los gemidos de una pareja en un canal prohibido.

G- Pon tu mano bajo el pantalón. Entre tus piernas, bajo tu bombacha… Estás mojada, te sientes mojada.

Vero- Si.

Ya solo podía susurrar y Eva ya tragaba entera la polla de su novio.

Al verlos mejor note que Eva ya tenía desprendidos los tirantes del enterito y la pechera ya estaba baja, dejando ver su top negro.

G- Vamos Vero. Acaríciate solita entre las piernas... Tan solo una mano.

La escena me había puesto realmente acalorada, y los sonidos del televisor la complementaban perfectamente dándome ganas de transgredir, de probar algo nuevo y lentamente deslicé una mano desde mi pecho, por mi pancita, hasta mi pantalón. Metí mi mano dentro separando la falsa cremallera, levantando el elástico rojo de mi ropa interior, y llevando mi mano cada vez más abajo. Separe mis piernas un poco, y mi mano se abrió camino hasta mi vagina y empecé a frotarme.

G- Estas toda depiladita?

V- No.

G- Sos peludita?

Ya estaba excitadísima. Con una de mis manos apretaba mi pezón y con la otra me masturbaba, frotando en círculos mi clítoris, y entrando la punta de un dedo dentro de mí. A los suaves gemidos y ronroneos de Ariel y Eva, ahora comenzaron a sumarse los míos. Realmente estaba masturbándome pensando y viéndolos a ellos hacerlo, y sin olvidar al gallego alentándome con semejante pieza en la mano.

Mi mano se movía velozmente, lo más rápido que podía, siempre en círculos imperfectos en sentido de las agujas del reloj y al revés de ellas. Y lo estaba disfrutando terriblemente, sabía que no faltaba mucho para llegar al primer orgasmo de la noche justo cuando sentí la mano de Ariel ponerse a jugar con mis cabellos oscuros.

Mi primera reacción detuvo el movimiento de mis manos, pero inmediatamente lo reanudaron. Aunque había intentado no pensar en ello sabía que tarde o temprano lo iba a intentar, y aunque no sabía cual iba a ser mi reacción ahora comprendía que iba a ser la de someterme y complacerlos.

Su mano ya jugaba con mi oreja. Y mis gemidos ya eran del tenor de los de ellos.

Mis dedos recorrían mi vagina suavemente. Yo sabía perfectamente donde tocarme, había conseguido gran practica en ello desde que me enoje con mi exnovio. Me ponía como loca el sentir mi dedo entrar y salir, y lo realizaba a una velocidad envidiable. Pero lo mejor era sobre mi clítoris, sentir la yema de un dedo haciendo presión, y acariciando a mil por hora. Comencé a sentirme realmente mojada, estaba lubricadísima, mis dedos así me lo demostraban.

Mi inexperiencia en estas situaciones rozando la orgía hacía que me resultara una situación extremadamente excitante, y con el placer que me daban mis ojos, de verla a Eva pasando sus labios y su lengua por el pene de Ariel en vivo y en directo, sumado al de mis manos termine en mi primer orgasmo de la noche, del tipo desesperante; Creo que todas mis terminales nerviosas se conectaron juntas y llegaron al mismo tiempo.

Mi gemido fue contundente, no fue elevado en la voz y estuvo muy lejos de ser un grito, más bien un profundo y largo suspiro de placer, pero si fue terriblemente convincente, mi cuerpo tembló de placer y a pesar de tener los ojos cerrados fuertemente no pude evitar soltar unas lagrimitas. Sentí un placer intenso, un calor que me subía desde la vagina hasta el pecho, y rápidamente gire mi cuerpo hacia ellos, y la mano que me acariciaba la oreja quedo frente a mis labios intentando secar mi rostro de mis propias lágrimas, pero mi sangre cada vez estaba más caliente, y en un arranque mis labios besaban sus dedos, con besos secos al principio, los cuales con el correr de los segundos cada vez se ponían más húmedos, poco a poco fui separando mis labios dejando entrar de a uno los dedos de su mano y al cabo de unos minutos estos ya entraban y salían de mi boca tan mojados como su pene en la boca de mi amiga.

Él se encargaba de mojarme el rostro deslizando los dedos sobre mí.

Estaba verdaderamente excitada, pasaban por mi sensaciones completamente nuevas, mis pezones estaban rígidos y no bajaban tras el orgasmo sino que parecían endurecerse cada vez más, mis pernas estaban extendidas y tensas, y sentía como si dentro de mi vagina me hubiesen acabado, la sentía lubricadísima, y en verdad era que la que había llegado era yo.

Ya no podía más, comencé a desear ser yo quien besara la polla de Ariel, y sin embargo solo la veía a Eva totalmente empeñada en la tarea de chuparlo.

La situación se extendió varios minutos más, Eva practicaba sexo oral con el pene de su novio y yo me comía sus dedos como si fueran uno, al punto de que su mano ya estaba toda llena de mi saliva. Y por fin Eva levanto la vista y me miro con sus ojos penetrantes, sonriendo mientras la punta rígida del miembro salía de su boca y se formaba un hilo entre esta y sus labios, y al ver esa mirada entendí mi papel, solo haría lo que ellos me dejaran hacer y cuando ellos lo deseasen. Y así seguí observando, con las piernas apretadas un rato más, hasta que Ariel por fin hablo.

Ariel- Vero, veni sentate a mi lado. (Mientras sacaba los dedos de mi boca).

Y rápidamente obedecí, sentándome sobre el sofá a su lado, con las piernas en el suelo, el pantalón desabrochado, el top sobre el corpiño y el cuerpo girado hacia ellos. Él puso el brazo sobre el respaldo.

Ariel- Bonito corpiño. Porque no me dejas verte un poco mejor. Sácate el top.

Instantáneamente obedecí. Y pasándolo sobre mi cabeza me desprendí de él dejándolo en el apoyabrazos del sofá sin preocuparme de si se arrugaba o no.

Ariel- Sujetate el pelo.

Y con una gomita que tenía en la mano me ate el cabello por detrás tipo una cola de caballo, dejando mi rostro bien descubierto.

A- Tenés unos ojos muy bonitos, y una boca muy sensual.

G- Pregúntale si le gusta chupar?

A- Lo has oído, te gusta?

V- mmsi.

A- Te gustaría metértelo en la boca? Me la chuparías.

Moví mi cabeza de arriba abajo con movimientos cortitos dos veces.

A- Si o no? Bonita.

V- Si, te la chuparía. (En voz bien bajita me pronuncie, como temiendo algún enojo de Eva).

A- Quiero que me tomes el pene con una mano y me masturbes metiéndolo en la boca de Evi.

Mis ojos marrones al mirarlo le hicieron entender que haría tal cual lo que me estaba pidiendo. Extendí mi mano hasta llegar a él, y espere que Eva lo soltara para tomarlo. Lo agarre bastante arriba y cerrando mi puño sin apretar deslicé la piel hacía abajo, dejando la cabeza roja totalmente al descubierto, y ahora hacía arriba, deslizándose perfectamente gracias a la lubricación que tenía. Mis movimientos comenzaron a hacerse uniformes, y poco a poco Eva comenzó a acercar su boca nuevamente.

Dirigí mi mano hacia ella, y con sus labios bien separados hundió dentro de su boca la polla de Ariel. Ella intentaba no tocarme la mano ya que cada vez que me rozaba yo intentaba apartarla un poco, quería evita el roce, pero con el correr de los minutos nos acostumbramos a ese pequeño contacto ya que prácticamente era inevitable y totalmente necesario ya que mi mano controlaba la situación, y tras unos minutos más ya nos habíamos coordinado perfectamente. Mi mano y su boca eran demasiado para Ariel que se retorcía con la cabeza en el respaldo, habíamos conseguido una sincronización admirable para tan poco tiempo de práctica. Mi mano sujetaba la acalorada y enorme polla, estirando para abajo la piel, y a ese movimiento le seguía la boca de Eva, rozando con sus labios la piel interna y sensible del miembro, mientras la lengua dentro de la boca seguramente se apoyaba sobre la punta intentando sensibilizarla cada vez más. Y cuando mi mano cerrada ascendía, su boca se retraía, se apartaba del pene dejando de único contacto entre ellos un hilo de saliva espesa de la punta a sus labios.

La mano de Eva ya no lo tocaba, estaba apoyada sobre el sofá, y la otra seguía en su delicada tarea de masturbarla. Ella se tocaba delicadamente pero se concentraba más en mamarle con pasión el miembro a su novio que en satisfacerse a si misma. Pero igual ella no paraba de acariciarse y se notaba en el bamboleo que su cuerpo tenía desde las rodillas hasta los hombros, ya que la cabeza estaba concentrada en otra cosa y con movimientos independientes.

G- Vero, tenés una mano libre no? Me gustaría verla dentro de tu pantalón.

A- Hacele caso, dale, por debajo de la bombacha.

Y así fue como comencé a tocarme de nuevo, introduciendo mi mano lentamente dentro del pantalón y levantando la bombacha. Ahora mis dos manos se movían diferente, ambas estaban ocupadas. Al principio la que lo masturbaba tenía toda la prioridad, intentando la perfección de los movimientos, pero con el correr de los minutos la otra mano comenzó a sensibilizarme nuevamente, y tomo la prioridad, me estaba masturbando otra vez, y alcanzando un clímax ideal, mis ojos ya no miraban todo el tiempo el pene, sino que parte del tiempo permanecían cerrados, o en el techo de la habitación cuando mi cabeza se recostaba en el respaldo del sofá.

Y a todo esto, ellos, los hombres seguían piropeándome e incitándome a seguir.

Eva de repente se detuvo, enderezo su cuerpo un poco y con ambas manos se sacó el top arrojándolo sobre la mesa de madera grande. Ella seguía arrodillada en el suelo y ahora se veía su corpiño blanco, un muy lindo corpiño con encaje que cubría sus pechos. Los senos de Eva sobresalen bastante de lo que puede tomar una mano normal y se notaban que sus pezones estaban tan endurecidos como los míos. Su enterito o jardinero como quieran llamarlo, ya tenía los breteles sueltos en la alfombra y poco a poco se fue bajando solo hasta que al cabo de unos minutos en los cuales Eva también sujeto su pelo, termino cayendo lo suficiente como para que se pudiera ver la bombacha de ella. La cual hacía juego con el corpiño blanco de algodón, y con cierto toque de inocencia con un moño rojo chiquitito en el centro de adorno.

Ella termino de sacarle el pantalón a Ariel, y regreso a la tarea de besarle el pene desde el suelo.

G- Vero acercate, sacame la remera.

Solté la polla que no había largado ni un instante y sacando mi otra mano de entre mis piernas tome la remera y tire hacía arriba. Listo, el ya estaba desnudo y yo sentada de lado, bien frente a el. Me tomo con su mano del cuello y sin hacer fuerza me fue llevando hacía el, y en unos instantes nuestras bocas estaban enfrentadas, y tras mirarme a los ojos pervertidamente comenzó a comérmela a besos. Al principio por miedo no le correspondí, pero me duro muy poco y al rato ya estábamos trenzados en unos besos de película porno. El seguía perfectamente sentado en el sofá, con las piernas en el suelo separadas y con Eva arrodillada entre ellas, y yo estaba sentada con una pierna en el suelo, y la otra doblada contra el respaldo, y ahora lo comenzaba a tomar con una de mis manos de la cintura y con la otra sujetaba su brazo que me tomaba directamente del cuello. Su otra mano estaba sobre la cabeza de Eva acompañando los ritmos del sexo oral.

Sentía su lengua recorrer toda mi boca, chocar con mi lengua, de a poco todo mi rostro se fue humedeciendo y poniéndose colorado del roce, además me excitaba como me mordía los labios suavemente, de a poco su boca se fue trasladando a mi cuello, uno de mis puntos débiles por excelencia, y ahí comenzó un trabajo delicado mezclando besos y mordiscos. Su mano bajo a mis caderas y luego a mi pierna posándose sobre ella, acariciándome para luego deslizarse sobre mi pantalón, a esa altura ya tenía toda la trompa colorada de los besos, y él seguía besándome el cuello.

V- No me dejes marcas en el cuello por favor.

A- Shhhh. Relajate, tenés que disfrutar, no pienses. Me estimula mucho tu perfume, es muy sensual. Me agrada mucho el sabor de tu piel.

La boca ya se deslizaba de mi cuello hasta el bretel rojo del sostén y la lengua intentaba colarse por debajo. La palma de su mano hacia arriba se ubicó justo en el centro de mis piernas, y por fuera del pantalón se apoyó con fuerza presionando para arriba, comenzando a rozar despacito, me estaba frotando muy lentamente mientras me besaba. La mano realizaba movimientos cortitos y siempre presionando contra mi vagina, y no fue mucho el tiempo que tarde en comenzar a sentir la fricción en mi clítoris de nuevo.

La presión que ejercía contra mi ropa me frotaba plácidamente, mi bombacha a esta altura muy mojada se amoldo perfectamente a sus dedos y la delgada tela del pantalón no era obstáculo. Pronto comencé a sentir mi ropa interior separar mis labios, la tela de algodón estaba entrando en mi, sus dedos presionaban cada vez más, y de un momento a otro, al alcanzar cierto punto de excitación mi vagina como muy pocas veces me paso se abrió dejando penetrar aún más el algodón y su dedo. Y ahí si que el roce con mi clítoris comenzó a perderme nuevamente, llegue a un punto que no podía corresponder sus besos, solo recostaba mi cabeza junto a la de él y me dejaba tocar totalmente satisfecha del placer que me estaba dando, y se lo demostraba con gemidos al oído y ronroneos constantes.

A- Me sientes dentro Vero? Contestame, necesito que me hables.

V- Si, seguí, te siento.

A- Que mojado que se siente por aquí abajo.

V- Estoy toda mojada.

A- Sabes que, te voy a dejar un recuerdo en el cuello, para que recuerdes mañana que esto es real.

V- No, no por favor…

A- Shhh, un suvenir.

Y así continuo chupándome el cuello, en lo que se convirtió en un tremendo chupón.

Yo seguía masturbándolo, pero ya no había esa sincronización prefecta, con los temblores que sentía lo hacía como podía, mi mano subía y bajaba y ya estaba tan llena de saliva como la misma polla que estaba agitando.

Él y yo nos seguimos besando, y mis pulsaciones estaban al tope. Empecé a besarle el cuello y poco a poco me atreví a morderlo, a jugar con mi mano en sus cortos cabellos.

G- Que envidia que te tengo. Mira las tías que te estas tirando.

Mi boca correspondía sus besos, ya tenía el morro todo rojo, pero mi mano ya no sentía el movimiento de Eva. Ella había cesado de chupar para con sus piernas terminar de sacarse el enterito, ahora estaba tan solo con su blanca ropa interior y observándonos al igual que el gallego que seguía mirándonos y acotando muy poco, la televisión ahora tenía de protagonista los pedidos de una chica que mezclaba gritos de auxilio en inglés y gemidos en una camioneta dentro de una playa de estacionamiento. Mi mano seguía frotando su pene.

Ariel, levanto su mano un poco y apoyo la palma sobre mi barriga deslizándola por la solapa abierta del pantalón, y al alcanzar el elástico rojo metió la mano por debajo. Se deslizó lentamente, acariciando mi piel muy despacito, sus dedos pronto alcanzaron mi vagina y la palma se apoyaba contra el bello de mi pubis.

A- Es verdad que esta toda mojada. Que placer.

Roja de la vergüenza seguí mordiendo su cuello, y así se reanudo el proceso, su mano nuevamente me masturbaba y me hacía gemir levemente, pero ya sin la tela de por medio, y mi mano ya casi no podía pajearlo, solo lo masturbaba de a ratos.

Eva acerco su boca otra vez a la polla y comenzó a lamerla, sus labios me tocaban la mano, y pronto comencé a sentir la lengua rozarme, pero realmente estaba concentrada en otra cosa como para prestarle atención. Ariel me estaba comiendo la boca y mordiéndome por todo el cuello, su mano haciendo presión sobre mi nuca, y uno de sus dedos recorriendo mi interior.

G- Es peludita verdad?

A-Si que lo es, son rulitos muy suaves.

A esa altura ya balanceaba mi cuerpo de adelante hacia atrás intentando que su dedo me penetrara cada vez más.

Eva se sentó del otro lado de Ariel, y comenzaron a besarse. Ella me miro a los ojos y yo no pude mantenerle la mirada y baje la vista. Mientras ellos se besaban yo continuaba el bamboleo con mi cabeza recostada en el hombro de él.

Mi mano seguía subiendo y bajando la piel de su pene y Eva tras unos enérgicos besos llevo su mano hasta el, y obviamente las dos se lo sujetábamos ahora. Tuve un pequeño amague como para soltarlo pero ella no me dejo, su mano estaba por encima de la mía. Ambas empezamos a pajearlo.

Ariel besaba sus labios con una pasión envidiable, su boca recorría todo su rostro, y no contento con esto comenzó a buscarme a mí. Empezó tocándome la oreja y rápidamente levante la cara y lo bese, nuestros bocas se fundían y yo sentía la respiración de Eva muy cerca, nuestros labios se mordían mutuamente y mi cara comenzó a humedecerse nuevamente. La mayor parte del tiempo mantenía los ojos bien cerrados, nuestras lenguas jugaban, y Eva ahora besaba su oreja. Podía observar como la lengua de ella se perdía dentro, al igual que la mía en su boca. Ella comenzó a acercarse a sus labios muy despacio, su lengua y labios se deslizaban por su mejilla, cada vez estaba más cerca de su boca, boca de la cual yo estaba disfrutando, y por fin llego, a lo cual yo me aparte, deje que se besaran, hasta que el la dejo por mi, y tras unos instantes me dejo a mi por ella, y repitió esto tantas veces como fue necesario para que yo comenzara a besar su mejilla cuando él no me besaba a mi. Y de esta forma fue como mis labios cada vez se alejaban menos de la boca en los intervalos, los labios de Eva y míos cada vez estaban más próximos, y fue Ariel el que tomándome de la nuca impidió mi retirada, y por fin nos besamos los tres.

Admito que desde que ella comenzó a besarlo, lo imagine e inmediatamente lo anhele, Y aunque al principio me dio un poco de pudor, la excitación no tardó en elevarse aún más, mis pezones rígidos me causaban un dolor que me daba placer. Nuestras lenguas se perdían de una boca a la otra y como tenía los ojos cerrados no sabía la lengua de cuál de ellos me estaba mojando, claro que la mayoría del tiempo tenía ambas en mi boca.

Su dedo me estaba desgarrando de placer, y esto me impedía pajearlo correctamente, pero como ella también se la tomaba con la mano, el movimiento era el que ella llevaba.

E- Te gusta el pene de mi novio?

V- Si.

E- Me encantaría ver cómo te la comes? Quiero que te inclines y la metas dentro de tu boca.

A- Mi amor, quiero que tu amiga le dé una buena mamada a mi pija.

Entregadísima como estaba, me fui encorvando mientras Eva sacaba su mano del miembro. Bese su pecho y sus abdominales hasta llegar hasta él. Mi mano aún lo sujetaba y la traje hacía mi boca, separe mis labios y antes de hacerla entrar le di una mirada bien de cerca a ese terrible pedazo que se comía mi amiga.

El primer contacto fue con mi labio superior y rápidamente amolde mi boca a su contorno y la deje entrar hasta que la sentí tocar mis encías, y comencé el juego de entrarla y sacarla de mi boca, y lubricada como estaba se patinaba perfectamente. No me entraba toda dentro por más esfuerzo que hiciese, y comencé a sentir su sabor, y ese gusto a semen me hizo pensar, me estaba comportando como terrible atorranta, pero tenía una calentura impresionante y no podía ni quería parar con esta experiencia.

Mis labios bajaban su pielcita lo más posible y mi mano acariciaba sus genitales, Eva ya jugaba con mi pelo sujetado, y su mano ya no estaba dentro de mi pantalón, pero si masajeaba mi nuca y me presionaba hacía abajo.

Lo besaba de todas las formas que mi mente recordaba, mis labios acompañaban de arriba abajo, y de a ratos lo sacaba fuera de mi boca y pasaba mi lengua desde la punta hasta los genitales, los cuales hasta me animaba a pellizcar con cuidado.

Eva tomo mi mano mientras sentía los ronroneos de Ariel, y la llevo hasta su pierna, apoyándola del lado interno. Y por supuesto mi mano ahí quedo dura. Para eso me faltaba mucho. Y ella lo comprendió y sin pensarlo se deslizo hasta el pene y comenzó a besarlo junto a mí. Ambas compartíamos en nuestras bocas la polla, un rato dentro de su boca y otro dentro de la mía. Y mientras estaba en la mía ella pasaba su lengua sobre mi rostro, y al cabo de unos minutos nos besamos ambas con el pene en el medio de nuestros labios, la saliva se mezclaba, y el sujetaba nuestras cabezas y nos decía que éramos sus putitas preferidas.

Eva comenzó a besarme en la oreja y pronto comencé a sentir sus palabras en voz baja.

E- Me fascina verte chupar. Te gusta le leche de mi marido.

Para estar más cómoda me arrodille nuevamente en la alfombra, y Eva hizo lo mismo, y por largo rato seguimos besando ese pene, sus genitales y hasta el contorno de sus piernas.

Eva, no paraba de susurrarme al oído.

E- Mojalo bien, mantenlo lubricado.

Y me besaba en la mejilla.

De mi boca entraba y salía a una velocidad asombrosa. Sentía como golpeaba contra mis encías, y se deslizaba por mi lengua. La cabeza estaba de tono rojo intenso y parecía que iba a estallar.

Nos turnábamos en tandas de algunos minutos para tenerlo dentro de la boca. Pero las más largas eran las mías, ya que cuando no lo hacía me sentía un poco incomoda. Me animaba a corresponder los besos de Eva pero no a iniciarlos.

Al rato ella comenzó a desplazarse por detrás de mí, e intente girar mi cabeza para ver que hacía pero Ariel no me dejo sacar su pene de mi boca, y comprendí que no debía interrumpir mi trabajo. Seguí mamándosela por un buen rato (tiempo en el cual me acorde de mi ex novio y lo que pensaría de mi si me viera).

Y Sentí a Eva tomarme de las caderas, ella estaba arrodillada por detrás; me sobresalte pero ya estaba entregada, sus labios volvieron a posarse en mi, pero esta vez en mi cuello, y sentí su pierna acercarse a la mía. Ambas permanecíamos arrodilladas.

El pene permanecía sumamente rígido entre mis manos, y las manos de Eva comenzaron a rodearme desde atrás y a abrazarme, sus pechos los sentí apoyarse en mis espalda, y su boca recorría mi nuca. Dura me quede, hasta que fui relajándome lentamente.

Pronto sus manos comenzaron a deslizarse hacia arriba, hasta mis senos, y sobre mi sostén rojo frotaba mis pezones.

Empecé a respirar cada vez más excitadamente, mi presión estaba ya por las nubes, sus manos eran las de una experta, se notaba su experiencia masturbándose en los movimientos de sus manos. Pocas veces salvo yo misma había obtenido tanto placer de tocarme los pechos (en realidad nunca antes una mujer me había tocado un seno). Ariel continuaba acariciándome el cabello y del gallego no tenía noticias, la pantalla había quedado a mis espaldas.

Eva llevo una de sus manos debajo de mis senos y levantando el corpiño tomo uno de mis pechos, apretando mi pezón sin ropa de por medio. Esta era la primera vez que una mujer me tocaba, y nadaba de placer, Su mano me frotaba suavemente y pronto la otra descendió hasta ubicarse dentro de mi pantalón, y sobre mi bombacha se deslizo aún más abajo para comenzar a masturbarme.

Yo seguía chupándole el pene, pero pronto comencé a ser presa del placer, esas manos me frotaban sin parar, su mano ya estaba sobre mi vagina, y ejercía presión, mi cuerpo estaba sujetado por ella, sus pechos se clavaban en mi espalda, y su mano tomaba mi pecho tirándome hacía atrás, y lo mismo me sucedía por debajo, su mano sobre de mi vagina, me empujaba hacia atrás y por ello mi cola se recostaba contra su pelvis.

Ella me sujetaba por arriba y por abajo, mi cuerpo estaba pegado íntegramente al de ella, mi cola estaba apoyada contra su pelvis y sus piernas arrodilladas. Ella se movía acompañando el movimiento de su mano sobre mi bombacha roja, y ese movimiento lo hacía con su cuerpo, su bombacha blanca apoyaba mi pantalón y golpeaba empujándome hacia delante, y cada vez lo realizaba mas velozmente. Parecía que me estaba cogiendo, mi cuerpo se movía al compás del suyo, y así y todo cada vez que el ritmo me lo permitía hundía el pene entre mis labios.

Su rostro quedaba justo detrás del mío, y sus mordiscos se hacían cada vez más frecuentes.

Me susurraba al oído la forma de besar el pene, y como le gustaba más a él entre otras cosas.

A- Me encanta ver como Eva te coge.

E- Te gusta Vero?. La vamos a pasar muy bien.

A- Me encanta la carita de inocente que tenés, toda roja y mojada.

El bamboleo de Eva siguió largos minutos, y su mano bajo mi pantalón continuo frotándome. Su lengua mojaba mi oreja, y sus dientes recorrían despacio la piel de mi cuello. Su otra mano me sujetaba por debajo de mis pechos pegándome bien fuerte a su cuerpo para mejorar el movimiento.

Llego un momento que comencé a sentir un pequeño dolor en los músculos de las piernas, de tanto subir y bajar, aunque el mayor desgaste lo hacia ella, pero el movimiento seguía y no parecía haber intenciones de terminarlo.

Mi mano seguía aferrada al pene pajeándolo como pudiera, y pasando mi lengua sobre el en la medida que el vaivén me lo permitiera.

Eva me soltó solo unos instantes, sus manos tomaron mi pantalón desabrochado y lo deslizaron hacia abajo en el momento que el vaivén estaba arriba (como estaba arrodillada solo se bajaron sobre mis rodillas). Y pronto volvió a aferrarme. Mi cola se apoyó en sus piernas, y sentí el calor de ellas en mis muslos. Su bombacha blanca rozaba contra la mía roja.

Ahora su mano libre tenía más libertad de movimiento y sobre la tela de algodón comenzó a frotarme más intensamente. La mano de Ariel recorría mis cabellos atados. El movimiento de Eva con su cuerpo seguía siendo estimulante. Comencé a llegar, me sentía a mil, como por explotar, apoye mi cabeza en las piernas de él, y me dedique a gozar. Estaba transpirando de los nervios y el placer. Y así estuve más de 10 minutos.

Luego Eva, me tomo de las caderas y me empujo delicadamente hacia el centro de las piernas de Ariel. Y ahí quede, arrodillada entre sus piernas, y comencé el sexo oral otra vez. Pero no era eso lo que ellos querían, yo no había captado su intención.

A- Veni Vero, sentate a mi lado.

Eva apoyando su mano en el centro de mi espalda me ayudo a incorporarme mientras yo hacía fuerza apoyando las palmas de mis manos en las rodillas de él.

Ariel con su mano me señalo su derecha y hacía ahí fui teniendo cuidado, no se veía mucho (la luz era tenue) y Eva estaba arrodillada en el piso, también de ese lado. Y con cuidado de no golpearla extendí las piernas y me senté sobre el sofá apoyándome sobre el respaldo con mi cabeza sobre el brazo de Ariel y dejando caer mis manos entre mis piernas.

Ariel, se inclinó hacía mi lado, mientras acercaba su boca a mi rostro y comenzaba a besarme. Y con su otra mano comenzó a practicarse una paja (el pene seguía paradísimo como si nada). Gire mi cabeza y nuevamente nos fundimos en un beso, estábamos un poco de costado, y a propósito comenzó a besarme a corta distancia de mi boca, estirando la lengua e incentivándome a que sacara la mía fuera. Y entonces nuestras lenguas se tocaban en el aire por fuera de nuestras bocas, pero seguían estando igual de húmedas, esto lo excitaba mucho, y nuestros besos eran extremadamente mojados, su lengua recorría todo mi rostro.

Eva no intervino por largos minutos como observándonos. Hasta que sentí como sus manos tomaban mis rodillas, a lo cual apreté las piernas instantáneamente. Pero ella comenzó a besar mis piernas por delante, por encima de las rodillas con besos secos, arrastrando los labios sin abrir la boca, sus dedos empezaron a acariciar mis tobillos, y subir hasta mis rodillas. Sus besos se hicieron mas mojados, sus labios se separaron y la lengua humedecida comenzó a lamer mis piernas.

Decidí no moverme, y pronto su boca llego a mis manos, las cuales estaban entre mis piernas, y de la misma manera fueron lamidas. Sus manos me desabrocharon las sandalias y terminaron de sacar el pantalón para continuar acariciándome.

Me daba un placer enorme sentir la boca de mi amiga recorrer lentamente mis piernas, ella besaba desde mis manos hasta mis rodillas, y poco a poco comencé a aflojarme y relajarme ya que mis manos estaban rígidas. Y fui yo quien separo los dedos despacio y comenzó a introducirlos dentro de su boca uno por uno. Eva los besó, pasando la lengua hasta por la palma de mi mano. Y todo lo hacía suavemente, y así empezó a presionar su boca contra mis manos, cada vez un poquito más fuerte, pero con mucho cuidado, sin movimientos bruscos, sin apurarme, hasta que yo solita sentí que lo deseaba, y separando un poquito más mis piernas quite las manos poniéndolas a un lado. Y ella avanzo lentamente con su boca hasta posar sus labios sobre el rojo algodón.

Ariel dejo de tocarse para posar su mano sobre mi corpiño.

A- Que bonitos pezones tiene esta muñeca.

Eva ya introducía su lengua en mi ombligo.

Con la mano del respaldo me incorporo unos segundos, los suficientes para desabrochar la hebilla de mi sostén. Mis senos ya estaban libres y su mano me tomaba uno apretándolo contra mí. Mi cabeza estaba ahora recostada contra el respaldo, y la boca de Ariel besaba mi cuello pasionalmente. Eva me tomaba de la cintura y apretaba su rostro contra mi pelvis. Mis piernas estaban separadas, pero ella las separa aún más y comencé a sentir su lengua deslizarse por el centro de mis piernas. Sentía como pasaba de la bombacha a mi piel, y subía por el elástico mientras jugaba, la legua se movía como en círculos y de a ratos intentaba meterse por debajo. Yo ya estaba muy sensible y sentía cada roce placenteramente. Mi clítoris esa noche ya había alcanzado el orgasmo y estaba a muchas revoluciones, mi vagina estaba bien lubricada, y mi cuerpo sufría como espasmos de placer, cada tanto sentía como la necesidad de apretar algo fuertemente y me desquitaba con los almohadones. El placer que sentía por momentos me ponía dura, tensa y por otros quedaba suelta y dócil.

A- Sentís los besos de Evi?

V-Si.

A- Y su lengüita?

V-Siii.

Ella estaba pasando constantemente la lengua sobre mi vagina, la tela toda mojada se hundía dentro de mi. Y ella insistía, no cesaba, solo sacaba la lengua para presionar con la nariz. Y cada vez la sentía más adentro, era mi vagina que estaba increíblemente sensible. La sentía empujar y murmurar, y pronto comenzó a presionar con su mentón, y repetir un movimiento como envistiéndome, y sentía la presión sobre mi, y levante aún más mí pierna que ya se retraía en el aire, y mis manos tomaron sus cabellos, y la empujaba hacia mi aún más fuerte.

A- Me vas a dejar acabarte en la boca?

No quise contestar pero si moví el brazo y tome otra vez su polla con mi mano.

A- Pasa el dedo por la punta… Eso es. Así suavecito.

A- Ahora llévate el dedo a la boca. Saca la lengua afuera.

Ya era una locura, me sentía excitadísima, me estaba comportando como nunca me hubiese imaginado en la vida, estaba bien desprejuiciada y gozando. Me lleve el dedo a la boca y lo lamí como me pidió, y no sentí nada pero le di el gusto y se notó que le gusto que lo obedeciera ya que se notaba que lo disfrutaba.

A- Te gusta mi leche?

Asentí con la cabeza, ya que estaba concentrada en Eva. Su naricita estaba separando los labios de mi vagina.

V- Me gusta, si.

A-Me encantó sentirla dentro de tu boquita. Que la recorrieras con esos labios. Lo estas disfrutando?

V- Aha.

A- Que pensaría Fabián si te viera?

Abrí los ojos bien grandes, no entendía a donde quería ir. Pero seguía disfrutando de Eva. Ella me corrió la bombacha con la mano sin sacármela, y su lengua estaba raspando directamente contra mi piel. Primero dio un rodeo mojando mis pelitos (no me depilo toda ), y después fue directo a mi vagina, sentí como la lengua entraba dentro mío sin oposición alguna, separando mis labios vaginales los cuales no opusieron ni la mas mínima resistencia, y cuando ella salía se contraían. Me estuvo degustando unos segundos y luego se posó en mi clítoris, y ayudándose con un dedo comenzó a lamerme intensamente.

Enseguida comencé a sentir las vibraciones, mis piernas estaban tensionadas, mis manos recorrían su pelo. Mis pezones estallaban, y los breteles del sostén se fueron cayendo producto de mis movimientos y ya estaban en mis codos, todo el cuerpo del sostén estaba ya a la altura de mi ombligo.

A- Te imaginas lo que pensaría Fabián si supiera?

Mi cabeza comenzó a caminar, al principio no entendía que buscaba trayendo el tema. Fabián pensaría que soy una puta, y me puso un poco mal, pero en unos segundos mis pensamientos comenzaron a cambiar, mi relación con Fabián había sido muy fuerte, y yo sentía aún cosas por él, llegue a pensar que lo estaba traicionando aunque hacía como un año que estaba sin él. Y esa sensación de infidelidad me posesiono, me estimulo más, me sentí como engañándolo, sentí que esto era aún más prohibido de lo que parecía. Lo estaba haciendo con quienes habían sido también sus amigos.

V- Que lo traicione.

A- Y vos sentís eso?

V- Si… mmmh.

La lengua estaba realizando un trabajo admirable sobre mi clítoris, el cual estaba por hacerme explotar. Mi vagina nadaba entre mi lubricación y la saliva.

La mano de él termino de sacarme el corpiño y lo tiro a un lado del sofá, mis pechos ahora estaban sueltos y su mano los recorrían apretándolos y pellizcándolos. Ubicaba mi pezón en el medio de sus dedos y lo apretujaba fuertemente.

A-Te gusta? Lo hace bien Evi no. Te gusta que te chupen?

V-Mucho.

A-Donde te está chupando ahora?

El comenzó a tocarse el pene otra vez.

Eva ya había alzado y apoyado mis piernas sobre sus hombros y yo tan solo veía como se perdía su cabeza entre ellas. Giraba mi cabeza de lado a lado, el placer que recibía era extremo, quería gritar, sentía cosquilleos intensos por todo mi cuerpo.

A-Vero te gusta que te coman la conchita?

V-Si.

A-Queres que siga o le pido que pare?

V-que sigua, si (siempre susurrando).

A-Hablale a ella, no seas tímida.

V-Si seguí, no pares.

Eva me tomaba bien fuerte de la cintura y él se inclinó aún más y comenzó a besarme los pechos, introducía mis pezones en su boca y presionaba brutalmente con los labios, y se apartaba de mi estirándomelos. Y cuando los tenía fuerte entre sus labios o dientes según la ocasión con su lengua enrollada los empujaba y movía de lado a lado.

Entre los dos me estaban dando la cogida de mi vida.

Él iba de mis pechos a mi boca, iba y venía, colocaba su lengua en el centro de mis pechos y me los refregaba bien o hundía mi seno lo más que podía en su boca y con su lengua apretaba intentando hundirme el pezón. Me beso los pechos de mil formas pero seguía siendo ella quien más placer me causaba.

A-Es buena no?

V-Así si, más.

Sentía como estaba por llegar nuevamente, sentía pequeños temblores. Me aceleraba cada vez más. Y sentía su lengua moverse cada vez más rápido.

V-Si si más, seguí.

Y así comencé a sentir un fuego interno que me quemaba, faltaban tan solo breves segundos para acabar y el cosquilleo ya me resultaba inaguantable, mis piernas se movían en el aire y mi pelvis se frotaba contra ella vertiginosamente. Y cuando acabe sentí un placer inmenso, una sensación indescriptible, mi clítoris estallo y yo instantáneamente me incorpore sentándome derecha en el sofá y tomándola a ella de la cabeza. Eva al mismo tiempo retiraba su boca de mi vagina, y mientras me caían unas lágrimas de placer ella se concentró en comerme los pezones, mientras Ariel acariciaba mi espalda.

A-Acabaste Verito?

V-toda.

Eva subió sus labios hasta mi boca y nos trenzamos otra vez. Yo deseaba parar un poco, pero esa no era su intención y todavía faltaba mucho.

Ariel tomo mi mano y lo llevo a su polla, la cual ardía de lo firme que estaba.

E- Hace mucho que deseaba probar tus labios.

Ella apoyo sus manos en los almohadones y comenzó a levantarse despacio, sin separarse de mi cuerpo. Mis ojos vieron pasar su rostro, luego su cuello y se detuvieron con ella, justo con el sostén blanco delante. Ariel con su mano en la espalda me empujo levemente, y fue ella rodeándome con sus brazos quien acerco mis labios a ellos.

Tímidamente, pero con un deseo innegable apoye mis labios sobre el corpiño sintiendo su pezón marcar la tela, y comencé a besarlo, a pasar mi lengua sobre él y el resto de su seno. Me sentía muy torpe al principio pero fui tomando confianza, y al cabo de un rato ya había puesto mis manos sobre sus caderas y la empujaba contra mí.

Ella estaba en una posición incómoda, como semi-parada, y por ello comenzó a empujar mi rostro sin apartarlo de sus senos, me recostó contra el respaldo y subió sus piernas al sofá una de cada lado, dejando las mías debajo de ella, y sentí como sus nalgas se sentaron sobre mis piernas. Sus manos jugaban con mi cabello, y yo no podía parar de frotar sus pezones contra mis labios. El corpiño de tan mojado estaba casi transparente.

A-Bájate los breteles. Déjala que bese bien tus pechos.

Y con sus manos suavemente bajo los breteles. Los saco de a uno por sus brazos y luego sin desabrochar la hebilla lo bajo dejándolo justo debajo de sus senos. Dos pechos un poco más grandes que los míos, dos pechos que no era la primera vez que veía, pero a los cuales nunca había visto con estos ojos. Y ella se acercó nuevamente a mí, y sin pensarlo abrí la boca y comencé a chuparle otra vez e instantáneamente comenzó a gemir bajito, sentía como respiraba agitadamente y esto me estimulaba más.

Mis manos bajaron de sus caderas a sus piernas y se las acariciaba, mientras dentro de mi boca mi lengua presionaba contra el duro pezón.

A medida que el tiempo pasaba me iba animando a más, y así de a poco comencé a tocar con mis manos sus pechos y apretárselos mientras se los comía a besos. Esa sensación nueva me tenía perpleja.

Sus gemidos y sus comentarios me aceleraban cada vez más, mi lengua recorría todo el contorno de sus senos, mis manos tomaban un pecho cada una y los frotaban mientras colocaba mi boca en el medio de ellos y la lamía fuertemente.

Sus pezones duros y rozados se perdían por largos minutos dentro de mi boca, y ella acariciaba mis cabellos y me tomaba de la nuca como abrazándome y apretándome fuerte contra su pecho.

E-SI… si… así, despacio… más. Con los labios, más fuerte. Bésamelos, sí.

A cada palabra suya mi excitación crecía. El sostén le había quedado sin desabrochar y estaba justo por debajo de sus senos, el mío ya no sé dónde estaba, y ya tan solo tenía puesta la bombacha roja.

Ariel que nos estuvo observando todo ese tiempo comenzó a moverse lentamente, se arrodillo en el suelo alfombrado y se colocó justo por detrás de Eva, que estaba sobre mí.

Al cabo de unos instantes sentí como Eva se balanceaba más hacía adelante, contra mi, y vi aparecer las manos de Ariel por detrás de ella tomándola de la cintura. Él había comenzado a besarle la espalda, pronto desabrocho el sostén que cayó sobre mí.

Él le besaba la espalda y yo los senos, de los cuales no me podía apartar, mi lengua jugaba y se deslizaba sobre ellos y con mis manos los apretaba tan fuerte como podía.

Con una de mis manos retire el corpiño blanco de Eva mientras sentía como Ariel me acariciaba las piernas.

E- Mas fuerte, si. (Y ronroneaba).

La caricias sobre mis piernas las sentía cada vez más fuertes, y así de a poco su boca fue a posarse junto a sus manos, y comenzó a besármelas muy sutilmente, y con leves movimientos fue incentivándome a abrir mis piernas, y con la ayuda de sus brazos y mientras me llenaba de besos fui separándolas cada vez más hasta donde las piernas de Eva que estaba sobre mi me lo permitieron. Y esto fue bastante ya que pronto sentí como su cabeza lamía la parte superior de mis piernas incluida la ropa interior.

Sus besos fueron suaves al principio y luego se fueron tornando a salvajes, sus labios intentaban levantarme la bombacha, y la lengua se movía en círculos constantemente. Enseguida perdió la paciencia y su mano separo mi ropa dando paso directo a su lengua sobre mi vagina.

Me estremecí toda al sentirla penetrar en mí, y comenzó a besármela, el intentaba meter su lengua tan adentro como pudiera, y de a ratos me tanteaba con sus dedos. Me lamió de muchas formas hasta que sentí cual era la indicada.

V-Si así así, no pares… mmmm.

Un placer inmenso me invadió, su lengua estaba trabajando arduamente, y al notar mi excitación en los movimientos de mi pelvis comenzó a empujar mi vagina con su mentón, y este movimiento se hizo constante y su cabeza también la empujaba a Eva, a quien estoy segura que también estaba lamiendo ya que yo no recibía su lengua todo el tiempo.

El en turnos nos besaba a las dos, a Eva en la cola, y a mi en la vagina, y gracias a mis besos en sus senos pronto éramos las dos las que comenzamos a gemir y ronronear.

El coloco mis piernas sobre sus hombros, y me deslice un poco sobre el sofá lo que no impidió que continuara pasando mi lengua por sus pechos, y sus pezones rozados mientras ella me susurraba cosas al oído.

E- Besas muy bien!!! Y mi pareja que tal lo hace… Te gusta que te la coma a besos?

V- Lo hace muy bien.

E-Donde te está besando? no puedo verlo. En la conchita?

V- Si.

E-Donde?

V-En la conchita.

E-Sentís su lengua?

V- Bien adentro.

A-Vero necesito de tu ayuda. Quiero que me ayudes con tu mano.

Y sin dudarlo lleve mi mano a mi vagina, y la abrí lo más que pude, mientras su lengua rozaba mis dedos y se perdía dentro de mí. Y así fueron llegando sus dedos, me introdujo dentro uno y comenzó a entrarlo y sacarlo velozmente, golpeándome la pelvis con los nudillos de los otros dedos.

Comencé a gozar una vez más. Tan solo podía ver los pechos de Eva delante de mi boca, y entre sus piernas y las mías estaba el comiéndomela a besos. Sus dedos trabajaban, pero su lengua seguía por allí lamiendo todo lo que encontraba.

A- Quiero probar con dos dedos.

Y lo hizo. Metió dos dedos juntos en mi vagina poniéndome a saltar de placer, me retorcía de gusto contra el respaldo, y me descargaba mordiéndole a ella los pezones.

Mis gemidos crecían en intensidad al igual que las contorciones de mi pelvis, a las embestidas de su mano le correspondían las contra embestidas que realizaba espontáneamente mi cuerpo.

Su boca ya no estaba en mi, él estaba lamiéndola a ella, le estaba besando la cola, y tras un rato, saco la mano de mi interior y desde atrás corrió la bombacha blanca de Eva, y ante mi mirada lujuriosa introdujo un dedo entre los labios vaginales de mi amiga y me dedique mientras retomaba fuerzas a observar sus dedos subiendo y bajando, entrando y saliendo de la vagina de ella. Y ella comenzó a subir y bajar su cuerpo, estaba siendo cogida por los dedos. Cada vez bajaba con más fuerza y yo imaginando esos dedos llegando más a dentro cada vez, mientras ella gemía con la boca abierta, y su pelo atado al igual que sus senos subía y bajaba como todo su cuerpo.

A- Vero dame una mano, quiero que acaricies su argolla. Despacito quiero que acerques tu mano.

Eva al escucharlo, acerco su cuerpo hacía el mío y sin pensarlo otra vez le estaba chupando los pechos, y ella como loca sin dejar de subir y bajar, me tomo de la cabeza y me apretaba contra ella bien fuerte.

A- Vamos Vero, no la hagas desear.

Y después de sus palabras deslice mi mano de sus caderas a mis piernas y roce su mano como diciéndole aquí estoy mostrame el camino.

El tomo mi mano y la llevo sin vueltas a la vagina de Eva, haciéndome chocar contra ella. Y fue la primera vez que toque una que no fuera la mía, y suavemente comencé a explorarla. Sabía que ella no se depilaba totalmente y busque tocar su bello primero teniendo la palma hacía arriba, el cual era muy suave, y deslicé hacía abajo la mano hasta llegar a la vagina, la cual se abría ante el pasar de mis dedos, los cuales pronto sentí mojados. Fue un momento intenso de excitación, al sentir su vagina en mis dedos instantáneamente quise penetrarla y así fue como introduje mi dedo en ella, el cual se fue abriendo camino, como desgarrándola y llego lo más profundo que pudo, tanto que mi palma hizo presión contra su vagina.

Y ella al sentirme en su interior me correspondió con el beso más húmedo de la noche, nuestras bocas se fundían, y las lenguas pasaban de una a la otra lamiéndonos desenfrenadamente. Ante esta pasión comencé a penetrarla cada vez más fuerte, quería llegar más adentro, y ella bajaba con intensidad buscando lo mismo.

Al mismo tiempo cada vez que ella descendía mi palma boca arriba frotaba bien su vagina y Ariel separaba su bombacha para que no me molestara en mi tarea.

Los gemidos de Eva se hacían más fuertes, el pelo comenzaba a desatársele, y se notaba que lo estaba disfrutando a lo grande.

Ariel separo la bombacha aún más, y con su mano acariciaba su cola, y tras unos minutos sentí a Eva dar un gemido distinto a los que estaba dando, uno más intenso, tras el cual llego a desplomarse sobre mí un instante tras el cual continuo su bamboleo pero más lentamente. Mi mano no era la única dentro de ella, Ariel había penetrado su cola, y tenía el dedo bien extendido esperando que ella sola lleve a cabo la penetración.

Ambos hacíamos lo mismo, teníamos nuestras manos quietitas esperando que Eva baje y se penetre sola, y esto duro largo rato. Sentir gemir a mi mejor amiga me resultaba muy agradable, ella suspiraba fuertemente y con cada una de sus arremetidas daba un gemido bajito y excitante.

Pero Ariel no aguanto la quietud mucho tiempo y el comenzó a empujar su dedo y a marcar el camino, pronto vi como Eva ya no manejaba las embestidas sino que Ariel desde atrás la empujaba marcando el paso. Ella ya no iba de arriba abajo, ahora bajaba en diagonal con lo cual apoyaba mi cabeza en el respaldo y podíamos besarnos casi ininterrumpidamente.

Y en el medio de los besos sentía como gemía cuando Ariel hundía en su cola su dedo. Y aunque yo tenía mi dedo también en su interior no era el mío el que más placer le causaba aunque se advertía como la doble penetración la tenía extasiada. Y así seguimos por largo rato, estaba cogiéndome a mi amiga con un dedo, la veía moverse y contorsionarse toda, y cada vez lo hacía más rápido, y más rápido, y se levantaba y apretaba ella misma sus pechos y se los refregaba bien colocando sus pezones entre sus dedos, pezones bien grandes que sobresalían de los mismos.

Y Eva gozo largo rato hasta que cayó desplomada contra mí dando un gemido descontrolado, me tomaba del rostro con sus manos dándome pequeños besos mientras intentaba controlar su agitadísima respiración. Tenía la boca abierta para respirar mejor, y toda la cara colorada y mojada y una mirada de satisfacción que contagiaba.

Fueron largos segundos los que necesito para reponerse y terminar de disfrutar el tremendo orgasmo que había tenido, y mientras se reponía Ariel por detrás le frotaba los pechos y le decía cosas sucias al oído. Cosas que no alcanzaba a oír en su totalidad, cosas que tan solo comprendía por partes, partes que se referían siempre a mí y a cosas que me iban a hacer.

Los minutos pasaban, Eva besaba suavemente mi cuello mientras se relajaba, apoyaba sus pechos contra los míos y nuestros pezones se rozaban. Mi presión seguía por las nubes, mi excitación no disminuía en lo más mínimo, no quería perder el clímax y sola mantenía mis manos entre mis piernas, acariciándome para mantenerme estimulada, bien prendida, esperando lo que mis amigos me tenían preparado y por fin llego…

Eva salió de encima mío, y se sentó en el sofá pero de lado, y de a poco fue acostándose boca arriba, apoyando su cabeza contra él apoya brazos lateral sin quitarme la vista de encima.

Levanto una de sus piernas y la recostó contra la pared sobre el apoya cabezas, y metiendo su mano bajo su blanca ropa interior comenzó a masturbarse y siguió mirándome directo a los ojos. Su otra mano frotaba sus senos y Ariel parado nos miraba a ambas y se tomaba el miembro con la mano pajeándose lentamente. Ella ya estaba completamente acostada en el sofá.

Yo sabía lo que ellos esperaban que hiciese. Eva ya tenía bien separadas las piernas, y con su mano bajo sus ropas me estaba como indicando el camino a seguir. Ella siguió jugando sola, mientras me esperaba, pero ya no me miraba más, y eso me sacó gran presión de encima y solita fui levantando mis piernas, arrodillándome sobre el enorme sofá, agachando mi torso y posando mi boca entre sus piernas, y sin darme cuenta en unos instantes mis labios ya sentían moverse su mano bajo la ropa interior, y se deslizaban sobre la blanca tela. Y ella misma aparto la ropa y mis labios por primera vez besaron una vagina, mi lengua como loca la recorrió integra, y pronto comenzó a entrar en ella, comencé a sentir el sabor en mi boca, ella estaba bien mojada, y mi saliva la empapaba aún más. No les miento la bese toda con gran pasión, frotándola lo más fuerte posible, y hasta empujando con mi mentón.

La tome de las piernas y la traía contra mi, mi lengua se abría paso en su interior, su vagina se separaba cada vez que mi lengua rozaba su clítoris.

Una de mis manos se deslizó hasta sus pechos y se entretuvo con sus pezones mientras mi boca no paraba de lamerla entre las piernas y mi nariz rozaba sus pelitos bien sedosos, los cuales sabía que lavaba con crema de enjuague.

Ariel camino unos pasos, su mano fue acariciando mi espalda y se detuvo junto al rostro de Eva. Ella le tomo el pene con la mano y lo froto una vez más. La piel subía y bajaba dejando al descubierto una inmensa cabeza colorada y ante cada movimiento se escuchaba un sonido ya que el mismo estaba muy lubricado. Y no fueron muchas las idas y venidas de su mano, que del pene comenzó a caer un líquido y no era que había acabado, era tan solo su lubricación, un hilo muy delgado y casi transparente, el cual no se cortó al caer.

Y Eva que lo observaba desde abajo, teniendo su cabeza sobre el apoya brazos a tan solo centímetros del pene, giro un poco el rostro permitiendo que el hilo cayera sobre sus labios cerrados. Ella no paro, al contrario su mano fregaba cada vez más rápido, y el hilo seguía sin romperse, al contrario parecía volverse cada vez más grueso, y sus labios sin separarse sonreían.

Yo continuaba lamiendo su vagina pero no podía parar de mirar, después de todo el pene estaba también muy cerca de mí. Pasaba la lengua sobre la parte superior de la vagina, la cual estaba bien abierta y me concentraba en lamer cada uno de sus labios por separado, de respirarle dentro, de humedecerla lo suficiente para mantenerla bien lubricada, de chupar su clítoris.

Al fin ella separo los labios de su boca, y sobre su lengua caía ahora el hilo fino de saliva y semen. Y este caía de la punta de su pene hasta el interior de su boca, y ella que tomaba el miembro con la mano lo acerco aún más a su boca, y subiendo un poco el cuerpo sin perder la postura comenzó a chuparlo como la primera vez. Y el pene le quedaba sobre la boca, y de paso besaba también sus genitales y sus piernas.

No podía parar de ver como se lo comía a besos.

E- Te gusta la polla de Ariel?

Asentí con la cabeza y solté un pequeño gemido demostrando que la situación me tenía totalmente capturada y sometida.

E- Quiero que seas la primera de las dos en ser penetrada. (Me miraba a mi).

E- Quiero ver cómo te coges a mi amiga. Quiero que la pongas a temblar de placer, mira que es bien delicada, es muy sensible.

A- Vero, querés sentirla ahora? Ya es hora de empezar a jugar enserio.

E- Me parece que ya es tiempo.

Yo los miraba atentamente esperando sus instrucciones.

A- Lo hacemos? me muero por cogerte.

V-Si.

Intente pararme pero me interrumpieron, solo pude reincorporarme y seguir arrodillada sobre el sofá, pero Eva si se levantó y dejo su lugar a Ariel que ágilmente se sentó.

A- Vero mojámelo un poco, dale como lo hiciste antes.

V- Querés que te la chupe?

A- Toda.

Y nuevamente incline mi cuerpo sin dejar de estar arrodillada, abrí mi boca y lo lleve lo más adentro que pude.

Sabía que ellos no utilizaban preservativos y no me animaba a pedir que lo hicieran, pero recordé también que hacía menos de un mes habíamos recibido los resultados de un estudio que nos realizamos juntos (y ahora entendí porque me insistieron tanto esa vez, querían que estuviese segura de ellos para esta ocasión, la cual evidentemente ya tenían planeada).

A-Te gusta chupármela?

V-SI, me fascina chupártela. (y lo miraba haciendo una caída de ojos para excitarlo aún más).

Mi boca sentía el calor que me transmitía el pene dentro, el cual rozaba contra mi encía. Intentaba cerrar mi boca cuando lo tenía dentro creando un vacío y succionando con intensidad sobre la punta. Hacía chocar el pene contra mis cachetes y dejando que él me viese hacerlo.

Notaba que sus caricias sobre mis cabellos se hacían más intensas cuando con su pene en la boca lo miraba a los ojos e intentaba sonreír.

La verdad es que me sentía bien putita, como nunca lo había sido y como sabía que nunca lo volvería a ser, y esa sensación me encantaba, me dio las fuerzas para comportarme todo lo mal que me pidieran creyendo que no sentiría culpa después.

A- Tomame la pija con la mano.

Y así lo hice, y comencé a lamerla por los costados como a un helado, deslizando mi lengua desde el tronco hasta la punta. Mi mano arrastraba la piel constantemente de arriba a abajo, y esta de tanta saliva corría a la perfección. Dejaba mi mano abajo y la piel quedaba totalmente estirada, dejando la cabeza al aire, y ahí comenzaba a hundir solo la punta dentro de mi boca y a apoyar la lengua sobre el medio de la cabeza del pene, sobre su rayita, sintiendo bien el sabor del escaso semen que suele salir para lubricar (sé que no es semen pero no sé cómo se llama).

Luego sacaba mi mano y la metía en mi boca lo más profundo que podía y aunque mi boca es grande, no podía con ella, siempre quedaba bastante fuera. Así y todo la hundía hasta que casi sentía que rozaba mi garganta, y él me tomaba desde el cuello empujándome hacía abajo, excitándome más.

Y con ese empujón y mi boca bien abierta, lograba casi hacerla desaparecer dentro, y solo en una ocasión logre meterla creo que toda, hasta tocar con mi nariz su pierna, creí que me había llegado a la garganta y me había rozado por dentro de cómo la sentí, pero la verdad es que tuve que parar unos segundos de la sensación que me causo. Él se dio cuenta y ya no me empujo tan fuerte hacía abajo y así reanude mi tarea y comencé nuevamente a mamarla.

También lamí sus genitales un poco, punteándolos con la lengua firme y mordiendo la pielcita un poco, y sentía como que le causaba cosquillas y cada tanto debía sacarme algún pelito de la boca. Mi boca los lamía, mi rostro estaba acostado sobre sus piernas y delante de mi nariz se erguía su enorme pene, el cual no podía parar de observar.

Eva parada a un lado fue acariciándome la espalda desde el cuello hacía abajo, hasta llegar a mi cola. Su otra mano jugaba con mis cabellos.

E- Muy bien, chupalo bien, dejalo bien colorado y grande, así lo sentís más adentro tuyo.

Ariel puso su otra mano bajo mi cuerpo y acarició mis pechos.

A- Que bellas tetas tienen ambas. Que duros pezones Vero.

Eva con su mano me tocaba la cola y apretaba mis muslos, y pronto Ariel llevo la mano hacía el mismo lugar. Cada uno se concentraba de un lado, me apretaban fuertemente y me daban nalgadas, y cuando se cansaron de pegarme cariñosamente, y mientras yo aún jugaba con su polla en mi boca, cada uno de un lado aferro con su mano mi roja bombacha de algodón y tiro hacía abajo sacándomela, dejándola caer hasta mis rodillas, más no se podía ya que yo seguía arrodillada.

Ahora si ya estaba completamente desnuda por primera vez ante dos personas al mismo tiempo. El comenzó a recorrerme la cola y tantearme bien, mientras ella acariciaba mi espalda y mis muslos muy cariñosamente, como dándome confianza y debo decir que durante toda la noche me cuidaron minuciosamente de forma de estar preparada para cada cosa, evitando al máximo la posibilidad de que me arrepintiera y esto lo digo porque tal vez en mi relato no se note, pero realmente paso, siempre me sentí muy cuidada, fueron excitándome constantemente.

Sus caricias eran realmente efectivas, lograban calentarme progresivamente, mi vagina se convirtió otra vez en el centro de atención de la noche. Sus manos otra vez me estaban masturbando y no sabía quién de los dos era, ya que eran los dos, y de a ratos se turnaban para frotarme, los movimientos de cada uno sobre mi conchita eran distintos, se diferenciaban bastante bien, pero ambos me encantaban.

Y sus movimientos no eran solo de frotación, también me penetraban con los dedos de a uno por vez, y esas penetraciones comenzaron a moverme sobre el sofá.

Estaba arrodillada, y con el pene en la boca, y cada vez que el dedo volvía a hundirse en mi me balanceaba hacía adelante, y cuando salía de mi interior iba hacia atrás, como intentando prolongar la penetración, y mis pechos se bamboleaban, iban y venían y chocaban con su pierna. Sentía como el resto de sus dedos chocaba contra mi pelvis impidiendo que el dedo afortunado ingresara aún más en mí y pronto comencé a gemir bajito, y mi bamboleo cada vez era más fuerte. Poco a poco mi respiración se fue acelerando, y el deseo que sentía lo trasladaba a su polla, llegando incluso a morderla suavemente, lo sentía retorcerse y apretar las piernas bajo mi boca.

A- Seguí así, que buen pete me estás haciendo.

E-Me gusta verte disfrutar una buena mamada. Pero me parece que Vero necesita un buen pene dentro… Hace rato que a Vero no se la cogen bien. No es así?

A-Hace mucho que no tenés una buena cogida?

V-Y si?

A-Y él de la Facu?

V-Noo.

A-Querés que te coja ahora?

V-Si.

E-Pediselo, así te complace.

A-Si, quiero escucharlo de tu boca.

V-Si, por favor necesito que me cojas. No aguanto más.

A-Me deseas?

V-Te deseo, cogeme.

E-No hagas rogar a mi amiga, quiero ver como te la coges.

Contestaba sus preguntas con la lentitud que me llevaba sacarme el pene de la boca, y para el final de mi última respuesta ya estaba casi incorporada sobre mis rodillas.

E- Apoya tus manos sobre el apoya cabezas. Separa bien las piernitas.

Ariel se levantó, mientras Eva me acomodaba y fue ella quien termino de sacarme la bombacha la cual quedo enganchada en uno de mis tobillos.

Apoye mis brazos sobre el apoya cabezas, y seguí con las piernas sobre el sofá, pero ahora bien separadas, y con la espalda hacía la mesita ratona.

Ariel se subió al sofá, arrodillándose entre mis piernas, mientras yo permanecía bien erguida casi con los pechos contra la pared. Él se acomodó bien y me tomo de la cintura presionándome para abajo. Comencé a descender despacito, (como arrodillándome) y pronto sentí su pene rozar contra mi cola; mis pechos se apoyaban contra el respaldo, y una mano, supongo la de Eva, agarró el pene y lo ubico sobre la entrada de mi vagina. La punta de la cabeza me separaba los labios y quería bajar de pronto pero la fuerza de sus manos me lo impedía.

A-Sentís la punta?

V-Sii.

A-La querés dentro?

V- Si, ya. Metela, no esperes más.

Y sus manos sobre mi cintura hacía abajo me deslizaron, y así me fue penetrando, fui sintiendo como separaba las paredes de mi vagina, como la abría mientras avanzaba, y el calor me invadía, me estaba desgarrando de placer, mis manos apretaban con fuerza el contorno del sofá.

Mi cuerpo seguía descendiendo y su polla metiéndose dentro mío y producto de la gran excitación que tenía, la sentía enorme y caliente, y siguió hundiéndose en mi hasta que mis nalgas se apoyaron sobre sus piernas, sentí en mi cola el calor de su pelvis que parecía prendida fuego y solté un profundo gemido de placer. Y así comenzó a cogerme, aunque al principio el mayor esfuerzo lo hacía yo, que ejercitando mis piernas subía y bajaba mi cuerpo metiendo y sacando su polla de mi vagina cada vez a mayor velocidad.

Mis pelos ya estaban descontrolados y había perdido la bandita con que lo sostenía, mi placer era intenso, jugaba con mi lengua en la boca relamiéndome de lo bien que lo estaba pasando.

V-Si así, cogeme.

A- Que hermosa putita. Me encanta tu conchita mojada.

El también comenzó a excitarse cada vez más, y sus manos me apretaban más fuerte, ya no me movía sola, el me acompañaba, y la penetración era más sabrosa cada vez, la sentía más adentro cuando el acompañaba y bajaba conmigo. Y pronto me abrazo por la cintura y me tenía penetrada como si fuera una perrita, me fue corriendo de lado, y mis manos se apoyaron contra el asiento del sofá, pero siempre arrodillada y con la polla dentro. Y el se movía como un perrito, nunca la sacaba toda, y con cada empujón me la enterraba aún más. Mis gemidos ya se escuchaban en toda la habitación, temible cogida me estaba pegando, y mi movimiento de adelante hacía atrás se completaba con mis tetas sueltas colgando, las cuales iban y venían solas. Eva las vio y no dudo en tocármelas, al tiempo que me amarraba el cabello y tiraba de el adrede y fuerte, forzando mi cabeza hacía atrás.

La posición del conejo o perrito me encantaba, y sentía como que el pene de Ariel me abría la vagina más de lo normal, la sentía desgarrarme, como que me quemaba por dentro y para contener mejor las embestidas puse la pierna que estaba del lado de la mesa sobre el piso.

Mi cuerpo proseguía con el ir y venir, y ella busco mi cola y sus dedos entraron en juego con chiquititas penetraciones. Los dedos de Eva en mi cola aportaron algo de excitación, pero lo mejor era cuando su polla tocaba fondo en mi interior, causándome un placer incontrolable, penetrándome por completo, sintiendo su pelvis chocar con mi cuerpo, sintiendo la fuerza de sus manos sobre mis caderas atrayéndome hacía el cada vez que estaba dentro, intentando penetrarme más. Yo arqueaba a espalda, y él me tomaba de los senos, apretándomelos muy fuerte y pellizcándome los rozados pezones y con su otra mano bajaba por mi pelvis y acariciaba mi vagina y parte de su pene.

Esta posición continuó largo rato para mi satisfacción, y siempre buscando variaciones prácticas, como cuando él se arrodillo de costado sobre el sofá, y cruzando sus brazos por mis senos y mis caderas me apretó bien fuerte, y me empujaba hacía abajo sin sacármela de adentro. Con esta posición yo estaba un poco más erguida, y Eva se sentó de costado delante mío (los tres estábamos de costado en el sofá) y empezamos a besarnos, y aunque resultaba dificultoso ya que yo me movía constantemente de atrás hacia adelante, pudimos sincronizar bastante bien y su lengua jugaba sobre mis labios, y sus manos cuando no se masturbaba apretaban mis pechos.

Lo mío no se terminaba en gemidos nada más, ya que me incitaban y preguntaban constantemente.

V-Más, si, si, despacio, así.

E-Te gusta?

V-Si, mucho.

E-Esta bien adentro?

V-bien adentro.

Eva puso su boca sobre mi cuello y me dio un beso fuerte y prolongado, que me dejo una marca por varios días, y más tarde se concentró en mis pechos, mordiéndomelos con furia y pasión, chupándolos y succionándolos muy fuerte, y ese vacío que su boca provocaba entre sus labios y mis pezones me estremecía de placer y me hacía gemir como una perra según me decían.

A-Que hermosa cogida te estoy pegando nena. Espero que la estés pasando de diez?

Y mágicamente volví a oír la voz del gallego que por largo rato había guardado silencio.

G-Seguro que es así!!! con semejante polla metida por dentro.

A-Te gusta Verónica, como te sentís?

V-bien. Si, muy bien.

A-No sabes lo bien que se desliza.

Y Eva cada vez que me adulaban me mordía más fuerte con sus dientes.

Mi vagina se abría y cerraba haciéndome gozar terriblemente, cada vez que su trozo se hundía en mi, soltaba un gemido bajito pero contundente, el cual era constante, ya que las arremetidas del novio de mi amiga eran una tras otra y coordinadas, mi cuerpo se movía con cada choque que sus caderas daban contra mi cola, y mis pechos bailaban solos cuando no estaban dentro de la boca, mis pelos desatados se pegaban sobre todo mi rostro mojado, mojado por los labios y la lengua de Eva.

V-Ah, ah ,ah, si, mmh (o algo así sonaban mis gemidos).

A-Cambiemos, veni Vero subite encima mío.

El me soltó las caderas y saco de mi interior su tremendo miembro, se sentó como corresponde en el sofá, con las piernas juntas y en el piso, y yo me senté sobre él. Arrodillada y con una pierna a cada lado de las suyas. El volvió a tomarme de la cintura y besando mis pechos me hizo descender. Y bajando suavemente, sin acomodarla, solita fue entrando nuevamente en mí. La posición ahora era otra y la sentía desgarrarme aún más, en verdad así sentada sobre él me entraba más profundo.

Y al llegar bien abajo, y tenerla toda dentro, mi cola se posó en sus piernas, y su boca comenzó a comer la mía a besos. Tranzamos largo rato sin mover nuestras piernas, su pene estaba erguido en mi interior y se movía muy poco, el único movimiento era el de sus manos recorriéndome toda, por mis piernas, mis caderas y mis pechos.

A- Que redonditas tetas tenés.

G- Son sabrosas?

A-Muy sabrosas, y bien firmes las tiene la nena. Y unos pezones duritos y grandotes.

Ambos nos mirábamos provocativamente a los ojos, y el continuaba hablando. Y sus palabras me excitaban, cada una de ellas me subía la pasión y aumentaba mis ganas de coger.

Pero esto duro realmente largo rato. Ellos sabían muy bien lo que hacían. Ese lapso de tiempo sin moverme fue de preparación, me fui relajando y excitando a la vez, mi cuerpo se deleitaba con cada caricia, y con cada palabra de él, y no olvidemos que aunque quieto, el pene aún estaba bien rígido entre mis piernas, bien adentro.

Nos dimos besos de pasión y besos suaves, sus labios recorrían todo mi rostro y lo dejaban bien mojado, del contacto, nuestras lenguas estaban llenas de saliva, y mi cuello también sufría del placer intenso de sus labios, sus pequeños mordiscos sobre mi piel, el rozar de la punta de su lengua. Sus manos me tomaban la cola, cada una de un lado, aferrándome bien fuerte, y abriéndola, separando mis nalgas, tanteándome con sus largos dedos.

Su boca se deslizaba ahora por mis senos, de arriba hacía abajo, deslizando mis pechos por sus dientes, ubicando mi pezón en el centro de su boca y chupándolos hasta crear un vacío que los hiciese doler de placer, sentía que mis pezones iban a estallar de lo duro que estaban, y el los mordía y lamía incesantemente, y presionaba con su lengua queriendo hundirlos para adentro de mis senos.

A pesar de no movernos, mi respiración aún estaba muy agitada y continuaba gimiendo aunque más esporádicamente, poco a poco me iba tranquilizando, preparándome para seguir con este trío que estaba compartiendo por primera vez en mi vida.

A-Despacio, suavecito, quiero que beses mi cuello. Con besos tiernos. Húmedos.

E-Bien húmedos.

Y Eva que estaba alejada se nos unió, parándose detrás de mi, apoyándose sobre mis espaldas y pasando sus brazos por los lados de mi cuello, comenzando a frotar mis senos, apretándolos y girándolos de lado a lado, tomando mis pezones entre dos de sus dedos y presionando hacía ella pegándome bien los senos contra mi cuerpo, y frotándolos frenéticamente. Y así fui incrementando mi excitación, subiendo mi temperatura y sin pensarlo mi cuerpo comenzó a moverse lentamente, mi pelvis inconscientemente empezó a frotarse contra la de él, y también empecé sentir su polla en mi interior moverse sola y acompañar mis pequeños desplazamientos. Sentía que otra vez se estaba moviendo, y poco a poco otra vez me estaba cogiendo, mis cortos desplazamientos laterales se volvieron subidas y bajadas, cortas al principio, pero con el correr del tiempo mi cuerpo subía cada vez más y se dejaba caer abruptamente sintiendo como me abría por dentro hasta chocar con sus piernas, hasta tenerla toda sumergida en mi. Sus manos en mis caderas ayudaban a mis piernas a llevarme bien arriba, y haciendo fuerza hacía abajo me empujaban haciéndome caer cada vez más fuerte, sintiéndola cada vez más adentro y mis gemidos constantes volvieron a llenar el living, mis pechos también subía y bajaban y solo se detenían cuando el los ponía dentro de su boca para chupármelos.

Eva agachándose me besaba el cuello, me mordía, acomodaba mi pelo y lo pasaba hacía adelante sobre mi hombro derecho, y los pocos pelitos de mi pubis rozaban contra sus abdominales y Eva también me los acariciaba. Ella pronto comenzó a besarme los hombros, parte de mis brazos, y la perdí de mi vista cuando se puso a besar mi espalda, ya no la veía solo la sentía. Sentía sus labios y la punta de su lengua, mojarme toda la espalda, las caderas, los lados de mi cintura, y mientras arqueaba mi cuerpo de placer hacía atrás, Ariel hundía mis pezones dentro de su boca, y ella al sentir el aumento de nivel de mis gemidos rápidamente llevo su boca aún más abajo, a mi cola, corriendo las manos de Ariel.

Mi cuerpo continuaba subiendo y bajando, deleitándose de placer en cada embestida, y en esa pasión, mientras con mis brazos me aferraba al cuello de Ariel, comencé a sentir la lengua de ella lamiéndome la cola, y sus manos me separaban, me abrían para dar paso a su boca, y su lengua buscaba el centro de mi cola y una vez en el me lamió intensamente, lubricándome lo suficiente para luego poder colocarme de a uno sus dedos. Y así los sentí, perforándome la cola, moviéndose hacía todos lados en mi interior, girando su mano con su dedo dentro mio y doblando en mi interior su nudillo.

Su boca no solo lamía mi cola, se había desplazado más abajo y girando su cabeza me besaba la vagina por detrás y obviamente también debería estar besando la polla que mi vagina tenía casi todo el tiempo adentro.

Sus dedos eran como los míos, chiquitos, y el placer era producto de cómo se movían dentro de mi cola más que por su tamaño, pero entraba y salían perfectamente gracias a su saliva.

E- Te gustan mis dedos?

V-Si.

E-Los sentís moverse?

V-Aha.

E-Te penetraron a la vez por ambos lados?

V-No… mmmh.

A-Te gustaría.

E-Probamos?

V-No sé.

E-Animate, te va a encantar.

Ariel sin salirse de mi interior, fue moviéndose sobre el sofá hasta quedar acostado perfectamente en él, y yo arrodillado sobre él, con la tremenda polla en mi interior. El me tomo de la cintura y me agacho completamente, y comenzamos a besarnos en la boca, y a movernos otra vez. Y en breves instantes nuevamente me estaba cogiendo terriblemente bien. A Eva la perdí de vista un rato, hasta que la sentí volver del cuarto, y sentándose bien sobre el otro lado del sofá otra vez hundió su lengua en mí, y así su saliva me lubrico de nuevo.

Ariel poco a poco fue disminuyendo sus embestidas, aflojando el ritmo, y abrazándome fuertemente, se dedicó a besarme en la boca.

G-Que linda nena se están cogiendo. Los envidio.

Puse mi cabeza de lado y pude ver la pantalla, ya el gallego tenía el slip otra vez en su lugar, seguramente ya habría acabado, y mientras lo pensaba sentí un frío sobre mi cola, Eva estaba untando una crema sobre mi ano, esparciéndola bien aún sobre mi interior. Mi cabeza empezó a girar a mil, que me iba a hacer, y tras unos segundo creí sentir que hasta ahí había llegado.

V-Eva no. Qué es?

A-Tranquila amor, es placer.

V-No, no sé, mejor no.

A-Tranquila Vero, Eva te va a hacer la cola muy suavecito.

V-No sé, no.

Y antes de decir un no convincente, ella ya estaba arrodillada a mis espaldas, mi cuerpo estaba bien agachado y sujetado por Ariel, y con mis piernas bien abiertas por el pene de él, ella apoyando un consolador en mi ano dio una pequeña embestida metiéndome bien adentro tan solo la punta del mismo, desgarrándome de dolor, sentí un calor recorrerme todo la cola, y pegue un grito, uno solo de sorpresa y después intente aguantar. El consolador que después vi era de color negro y estaba sujetado a una maya que ella llevaba puesta poco a poco comenzó a penetrarme más, y pese a estar muy lubricado, el dolor era fuerte y lágrimas me caían de los ojos. Ariel al darse cuenta me tomo del rostro y me beso en la boca, y poco a poco empezó a moverse mientras Eva se quedaba bien quietita. Yo sentía ambas adentro, pero sabía que de Eva tan solo tenía la punta en mi cola, pero Ariel pronto recupero el ritmo, y yo iba y venía y Eva muy despacio fue metiéndome el pedazo de plástico más adentro, y así fue que poco a poco me fui acostumbrando y ese calor inicial que causaba gran dolor se transformó en un dolor placentero, y tras un largo rato ya tenía el pene falso bien al fondo de mi cola y créanme que el placer era intenso e inenarrable. Eva ya estaba apoyada sobre mi espalda clavándome sus senos, esperando el momento adecuado para empezar a moverse ella también ya que el único que estaba entrando y saliendo era él. Pero con cada movimiento de ella mi dolor era terrible, sentía gran placer por delante pero no tanto por detrás, y aun así comencé a acostumbrarme a esa sensación, pero ambos notábamos que lo podíamos mejorar y después de varias apoyadas, Ariel decidió que era el momento propicio para cambiar de posición, tal vez haya sido por el dolor que él podía ver reflejado en mi rostro cuando Eva empujaba.

A-Cambiemos, se me ocurre algo mejor.

Cuidadosamente espero que Eva saliera de mi interior, y cuando la vio incorporarse salió el, y yo pude levantarme. Él se sentó otra vez en el sofá, con los pies bien puestos sobre el piso y comenzó a hablarme.

A- Vero, acomódate encima de mí.

A- Si pero dándome la espalda.

Y así me fui acomodando, apoyando mi espalda contra su pecho mientras me tomaba con sus brazos por detrás y me exprimía los pechos. Comencé a descender y Eva se arrodillo entre las piernas de él, en el suelo y tomo el pene con su mano corriéndolo de debajo de mí y así baje hasta sentarme sobre sus piernas, y el pene permanecía erguido entre mis dos piernas, sobresaliendo y apoyándose contra mi pelvis.

Eva no tardo en llevarlo a su boca y mientras lo lamía me miraba a los ojos y acariciaba mis piernas rozándolas. Lleve mis manos a sus cabellos, y la acariciaba, me excitaba verla chupar ese pene, ensalivarlo bien, bajarle la piel lo más posible dejando la cabeza al descubierto, estaba enorme y una vena toda roja que parecía por explotar.

Eva me tomo ambos tobillos y me hizo subir las piernas al sillón sin cambiar la posición. Mis pies se posaron sobre los cojines del sofá y ella comenzó a chuparme también a mí. Y fue primero mi vagina un largo rato, raspándome con la lengua mis labios vaginales y separándolos, abriéndolos lo suficiente para dejar llegar su lengua lo más profundo posible. Y Ariel, jugaba con mis senos, los apretaba y con su otra mano colocaba sus dedos en mi boca, me hacía lamerlos hasta dejarlos todos mojados y después pasaba mi saliva sobre mis pezones, enfriándolos.

Pronto Eva me volvió a untar la cola con su crema, y comprendí que el juego comenzaba de nuevo, su dedo entraba en mí y sentía un frío intenso cuando me esparcía por dentro el gel. Y Ariel con sus manos en mis nalgas me ayudo a levantarme unos centímetros, y Eva con su mano ubico el pene de su novio sobre mi ano, en el centro, y moviéndolo poquito de lado a lado fue entrando en mi sin sobresaltarme, mi cola estaba bien lubricada y con mis piernas me mantenía arriba, dejando que el pene entrara despacio, sin irritarme, ni lastimarme, y poco a poco fui descendiendo, aflojando mis piernas. Ellos nunca me forzaron, era yo quien controlaba la profundidad de la penetración, y lo hacía bien despacio, dejando que cada centímetro de mi cola se fuera estirando despacio, acomodándose a las dimensiones de su pija. Mi rostro ya no era de dolor, mi satisfacción era total, de mi boca salía un ronroneo constante, disfrutaba cada centímetro que iba descendiendo y aunque el descenso fue muy lento también fue muy placentero.

Eva que estaba tenía su rostro recostado sobre la pierna de Ariel, se acercó más a mí y hundió su boca otra vez en mi vagina. Y tras chuparme un buen rato, comencé a sentir el principio de un nuevo orgasmo, su lengua no era la única dentro de mí, también metía sus dedos en el interior de mi concha.

Y con todo este placer pronto mis nalgas se sentaron sobre sus piernas con todo el pene dentro de mi ano, quemándome por dentro. La sensación es indescriptible, el placer era inmenso y casi no podía moverme, el se sentó bien cerca del borde del sofá, y se recostó hacía atrás. Sus manos me tomaban de las piernas y con mucha fuerza me impulsaron a moverme, y comencé a subir y dejarme caer, dejando que el pene me penetrara bien, por primera vez estaba teniendo un orgasmo en la cola. Cada descenso brusco me partía de placer, y con sus manos me separaba las nalgas. El pene se metía entero dentro de mi cola, mis nalgas chocaban contra sus genitales, ese inmenso pene me estaba cogiendo como nunca me lo habían hecho.

A- Que placer me da hacerte la cola. La siento llegar hasta el fondo.

G- Bonito culito tiene no, entra toda. Te entra toda Vero?

V-Toda.

G-Te gusta? Que se siente?

V-Placer. Si, mucho placer.

Mis manos acariciaban el pelo de Eva mientras arrodillada entre nuestras piernas nos chupaba bien a ambos, pero luego de un rato de ser penetrada, ella se levantó, y ante mi pude observar, un enorme pedazo de plástico negro enganchado a su malla, justo entre sus piernas. Ella lo tomaba con su mano y mirándome apretaba el pomo de crema sobre él, y tras esparcirlo bien se agacho para lamerme los senos. Y tras breves instantes se subió al sofá entre mis piernas abiertas y separándolas aún más, aún con el trozo negro entre sus manos fue guiándolo hasta mi concha, y apoyándolo sobre ella llevo su lengua a mi boca, y esperando la embestida de Ariel, sincronizo la suya enviando su pene plástico hasta el fondo de mi vagina de un solo empujón, lo cual me hizo pegar el gemido más fuerte de la noche, y en instantes el dolor se transformó en puro placer. Ambos penes se sincronizaban y llegaban bien profundo dentro de mi al mismo tiempo, sentía que por dentro estaban juntos, se tocaban. Mis piernas colgaban en el aire e intentaba aferrarlas a la espalda de Eva. Nuestros cuerpos estaban pegados. Los mordiscos de Ariel se esparcían por todo mi cuello, sus manos me abrían las nalgas y me llevaban bien arriba y me dejaban caer, mis pechos se apoyaban contra los de Eva y nuestros pezones se rozaban continuamente mientras nosotras dos nos comíamos la boca a besos.

Ambos penes estuvieron mucho tiempo en mi interior, de a ratos paraban y me dejaban el miembro adentro y se dedicaban a besarme y acariciarme, y al rato retomaban fuerzas y continuaban cogiéndome. Mi vagina y mi cola chapoteaban de placer perfectamente lubricadas, mi clítoris extasiaba de placer, mis pezones explotaban, y pronto con tan terrible cogida comencé a perder el control de mi cuerpo, mis piernas y brazos se aflojaron y un calor increíble me invadió por completo, no solo mis genitales, lo sentía en todo mi cuerpo. Mis gemidos eran constantes, y no podía contenerlos, de la excitación no me alcanzaba respirar por la nariz y siempre tenía abierta la boca, dando terribles suspiros. Poco a poco comencé a sentir la llegada del orgasmo, el goce se incrementaba minuto a minuto, mi respiración continuaba acelerándose cada vez que mis nalgas llegaban bien abajo y enterraban la polla en mi.

Dentro mío cada una se movía independientemente, sentía el pene de Eva llegar al fondo y empujar hacía ella, pero el de Ariel al tocar fondo me desgarraba el centro mismo del cuerpo me sensibilizaba toda por completo, y así con cada embestida de ellos fui alcanzando el punto más alto de la noche, y tras dejarme caer bien alto, hundiéndolas bien dentro de mi una vez más logre llegar, primero pegando un precioso gemido de excitación, tras el cual mis ojos se llenaron de algunas lágrimas intensas, y mi cuerpo comenzó a sentir convulsiones de placer, había acabado en un inmenso orgasmo con el cual me moje toda por dentro. Ellos realizaban sus movimientos mas levemente y Eva saco el pedazo de mi vagina y se paró ante mi, mostrándome el consolador todo lubricado y sobre el plástico negro había acabado.

Ariel, siguió cogiéndome despacio por poco tiempo, él también estaba cerca, y tras dejarme disfrutar mi orgasmo unos segundos comenzó a aumentar el ritmo, y tras unos pocos instantes, me levanto con sus manos dejándome sentada en el sillón, se levantó bruscamente y tomándose el pene con la mano lo llevo directo a mi boca y comenzó a masturbarse dejando la cabeza roja del mismo entre mis labios. Él se paró entre mis piernas abiertas y se sacudía su pene intensamente, arrastrando su piel de adelante para atrás y viceversa, y la misma se deslizaba perfectamente gracias a mi saliva. Su mano se movía lo más rápido que él podía, y yo tomándolo de las piernas con mis manos me dedicaba a relajarme y a pasar mi lengua sobre toda la cabeza de la polla.

Terrible paja se estaba pegando que no me dejaba tomarle el miembro con la mano y solo podía acariciarle los genitales por abajo. Su mano iba y venía y terminaba golpeando mis labios, su otra mano me tomaba de la nuca, y Eva sentada a mi lado me acariciaba las piernas y miraba.

El comenzó a retorcerse de placer, y mientras su mano se deslizaba a mil por hora, con la lengua y mis labios evitaba que la polla saliera de mi boca, y después de algunos manotazos más sentí un calor inmenso dentro de la boca, sobre mis encías y en instantes mi boca se llenó de leche, y el la aparto unos centímetros de mis labios, y esta comenzó a lanzar su semen sobre mi rostro. El primero que vi nuevamente dio de lleno dentro de mi boca abierta, sobre mi ya blanca lengua, pero más seguía saliendo y sobre mis ojos pegaron sus siguientes chorros de semen, el cual comenzó a caerme por las mejillas, y antes de que terminara de acabar, la tome con mi mano y deje que terminara de acabar sobre mis labios con mi boca cerrada. Y así comencé a chuparlo, metiéndolo entre mis labios y mi lengua y pronto la leche en mi boca caía por la comisura de mis labios, era demasiado semen, y un hilo se formaba de mi boca a la punta de su miembro cada vez que lo sacaba afuera.

El líquido blanco llego a caer también sobre mis pechos, y Eva se acercó mientras aún lo tenía dentro de la boca y nos besamos, y el semen también le mancho la cara, y fuimos ambas que chupándoselo por un rato le retiramos todo la leche que había brotado del mismo.

Y así comenzamos a relajarnos, y sin mediar palabras, apagamos todas las luces por un buen rato. Y tras unos 15 minutos en silencio comenzamos a vestirnos de a poco, pero sin dejar de acariciarnos.

Inmediatamente después de vestirnos pedí un auto desde mi celular y dándoles un beso a cada uno en la boca los mire sonriendo y me fui hacía la puerta diciéndoles que no bajaran y me fui.

Mi vida sexual después de esta experiencia fue mucho más agradable sin convertirse en descontrolada. Había vivido la mejor fiesta de mis 23 añitos.

(9,37)