Nuevos relatos publicados: 13

Descubrí que me gusta ver y ser vista

  • 5
  • 25.152
  • 10,00 (1 Val.)
  • 3

Después de más de treinta años de conocerlo, nuestra vida sexual evidentemente no era la misma que hace muchos años atrás, sin decir que se volviera mala, simplemente se volvió monótona y ya no encontrábamos que más hacer.

Cuando entre a la preparatoria, era muy noviera, cambiaba de novios muy seguido, y con la gran mayoría tenia sexo, sí, me acostaba con muchos hombres, creo que a propósito terminaba con uno para empezar con otro y hacer que me llevara a la cama.

En mi época de Universidad, ya no fue necesario hacerlos mis novios, aunque si duraba más con ellos de amantes después de todo lo único que queríamos era sexo.

En el servicio social, lo hice en una dependencia de gobierno, así que si me acosté con todo SEDESOL, fue poca cosa, me encerraba hasta con 4 hombres a la vez.

En ese entonces ya conocía al que ahora es mi esposo, me llevaba muy bien con él, pero solo era un conocido, al que veía como inalcanzable, sobre todo porque era muy tímido y no me permitía pasar a algo más, no insistía, no hacía nada por incomodarlo.

Un día una prima me pidió apoyo en su trabajo, tenía que faltar una semana a él, y no había quien la cubriera; acepte, ya que me pagaría la semana, en ese lugar encontré que trabajaba Mario, mí ahora esposo, me llamo mucho la atención que lo encontrara así, y por suerte para mí, nos acercamos mucho más. Después de esa semana continuamos como amigos, por varios meses más, pero él se dio cuenta de lo facilota que era, no me criticaba en lo absoluto, y después termino confesándome que le gustaba mucho que fuera así, el ya había tenido una novia muy similar (muy puta), así que eso le hacía sentir más cómodo de alguna manera; pero por alguna razón yo no me decidía a llevarlo a la cama, aun y que me gustaba mucho.

Los dos nos vimos con nuestras respectivas parejas varias veces, y no nos importaba, de hecho lo veía muy normal, mi amigo con su novia en turno.

Un día le pedí que me acompañara a una fiesta, no conocía a nadie de ese lugar, simplemente me pidieron que fuera en representación, de mi jefa de ese entonces.

Pase por él, y el lugar más lejano al que me habían mandado a una fiesta de quien sabe quién.

Se veía muy guapo, en verdad me gustó mucho como es que se veía, y creo que los dos estábamos muy incomodos en esa fiesta por que no conocíamos a nadie, y todo mundo nos preguntaba que quien éramos, y que hacíamos ahí, me harte de dar explicaciones, y nos salimos de la fiesta, aunque no del lugar, caminábamos por los jardines platicando, en algún momento ya no había más que decir y simplemente en silencio, nos besamos.

Me pidió que nos fuéramos de ahí, a un lugar más privado; aunque como no estaba muy segura de saber regresar de esa zona, le propuse ir a un hotel que vi de paso a la fiesta.

A partir de esa noche no nos separamos, nunca más.

Pero como ya dije antes, la monotonía, domina una relación así de larga, encontramos personas que nos platicaron de los intercambios, y entre tanto y tanto, decidimos probar, el intercambio de parejas.

Poco a poco, y perdiendo el miedo y el nerviosismo, encontramos a una pareja muy linda, bastante simpática, y parece que les parecimos agradables y les dimos seguridad.

Después de una cena, con una plática muy agradable y de resueltas todas nuestras dudas sexuales, decidimos irnos a un hotel los cuatro, pero resulta que no nos dejaban estar los cuatro en una sola habitación, así que pagamos dos y nos recluimos en una.

En fin si saben el preludio al sexo, saben cómo comienza, lo que pasa es que lo más importante fue el vernos los dos con diferentes parejas en pleno acto sexual.

Me voló la tapa de los sesos, verla a ella, de rodillas con el pene de Mario en su boca, todo le entraba, hasta la garganta! veía como Mario, cerraba sus ojos, anunciando que lo estaba disfrutando muchísimo, mientras yo como estaba muy distraída viendo lo que le hacían a mi esposo, mi compañero decidió acostarme en la cama abrir mis piernas y meterme la lengua con la intención de salir por mi garganta, supongo que uno es complemento de otro, el estar tan excitada por ver a mi esposo con otra, mientras esta mi cuca en boca de otro, eso hace que explote en su cara con un tremendo orgasmo, sentía delicioso lo que me hacían, pero no quería dejar de ver, quería estar con ellos dos, aunque le permitía que me penetrara y me hiciera lo que quisiera, con tal de que me dejara verlos.

Entendió lo que yo estaba haciendo, y propuso que los cuatro nos quedáramos en la cama para sentirnos cerca, creo que le agradecí muy bien con la mirada, porque solo sonrió complacido, no podía perder detalle de lo que le hacía a mi esposo, aunque si note que Mario me ponía mucha atención, creí que podría estar en las mismas que yo, disfrutaba de verme con alguien más, y ya un poco más relajada, atendí a mi compañero, y según lo que me dijo, le encanto lo que hago.

Pasamos la noche y parte de la mañana, haciéndonos de todo lo que queríamos, pero cada minuto disfrutaba ver a mi esposo con otra mujer. Ya en casa el me confesó, que no había nada más excitante que verme en brazos de otro, que por favor nunca deje de hacerlo, que siempre lo deje ver aun y si no hay otra mujer para él.

[email protected]

(10,00)