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Disfrutando los cuatro

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Yo estaba recostado en una cama semi abrazado de frente a Laura y recién terminábamos de una sesión de sexo intensa y rica. Nos besábamos, mientras ella tocaba mi pene y lo ponía erecto de nuevo, embarrando nuestros jugos a lo largo, mientras yo acariciaba su cuerpo, sus senos y pezones duros que apuntaban hacia mí, retadores, así como le tocaba su entrepierna para mojar mis dedos y dárselos a probar. Ella los lamía con lujuria y deseo como si de un pene se tratara. Escuchábamos la acción que se daba en la cama de al lado.

Tus gemidos y los movimientos que hacían ambos, evidenciaban una rica e intensa cogida entre ustedes dos. Laura me señalaba que guardara silencio para escucharles y, mientras nos besábamos suavemente, se acercaba a mi oído para decirme casi en susurro, frases apenas audibles: "escucha como Manuel se la coge rico", "me encanta como ella está muy excitada", "uff qué cachonda", "qué intensos", "se ve excitante como le entierra su dura verga" y "por como se la coge, se ve que lo prendió cañón", entre otras cosas.

Escuchábamos como te hacía gemir con sus arremetidas, y la humedad de tu sexo era evidente, por como sonaba cada embestida suya. Volteamos a verlos y te tenía en 4 puntos, inclinada, tu cara descansaba en la cama, viendo hacia nosotros, restregando en las sábanas tu mejilla con cada empuje de su pene, aunque tus ojos los mantenías cerrados de la excitación. Tu cara denotaba el deseo y satisfacción que te producía su invasión continúa, profunda, intensa. Tus muy atractivas nalgas (que son motivo de admiración y miradas al caminar en las calles, junto con tus senos) se las entregabas levantadas, te sujetaba con sus manos por tus caderas, enterrando esa verga dura y larga que Manuel empujaba en tí con mucha intensidad con ritmo variado. En 10 minutos te contamos 4 orgasmos, más uno final muy muy intenso, que mojó aún más todo y que te cimbró con espasmos continuos de tu cuerpo y una corrida copiosa de Manuel con una estocada profunda de su viril miembro dentro de ti, que disparó tu último orgasmo.

Al terminar de vaciarse en ti, se reclina sobre tu espalda, besando tu cuello y vemos como te saca su pene semierecto, mojado de sus jugos. Te vuelves hacia él, lo tomas con una mano y lo llevas a tu boca, lamiéndolo con tu lengua y saboreando cada parte embarrada de sus jugos hasta succionar sus testículos con tu boca. El gime, se lo pones erecto de nuevo y deja salir unas gotas más de semen, que apuras a embarrar en tus labios.

Se incorporan abrazados y se acercan a la cama donde estamos nosotros. Te acuestas a mi lado, me abrazas restregando tus senos en mi cuerpo y me besas en la boca con el sabor de sus jugos. Tu cuerpo suda por todos tus poros de lo intenso de la cogida. Te ves hermosa. Él da la vuelta a la cama y se acuesta detrás de ella, pegando su cuerpo y abrazándole para besarse tiernamente, mientras que con una mano le toma uno de sus senos, apretando su pezón y hace que Laura se estremezca, mientras le dice lo mucho que disfrutó cogerte y venirse en ti.

Ella gime de lo excitada que está y le dice que está llena de mi semen, llevando la mano de Manuel a su vagina para que la sienta. Metes dos dedos en tu vagina, los sacas chorreando y me das a probar de sus jugos, embarrándolos en mis labios para besarme y lamer mi boca, saboreándolos, mientras que con tu mano alcanzas mi pene, donde te encuentras la mano de Laura recorriéndolo y me dices que te gusta que lo tenga duro para cogerlo rico. Sin hacer a un lado la mano de ella, te levantas, pasas una pierna sobre mi cuerpo y tomas mi pene para llevarlo a tu entrada, rozando la punta en tu húmeda entrepierna. Ella retira su mano hacia mis testículos mientras te montas en mi pene erecto y se va perdiendo en tu muy mojado interior, hasta consumirlo todo.

Te inclinas hacia mi para besarme y preguntarme si siento lo mojado que tienes tu vagina llena del semen de Manuel y el producto de tu propia excitación. Es una sensación especial, más que, mientras tocas a ella y le pides a el que se acerque a que le chupes su verga, hasta ponerla dura de nuevo. Sigues montada en mi, y le pides que te la meta junto a la mía.

Se acerca detrás de ti, se pega a tu espalda y va encaminando su dura verga para unirla a la mía en esa perforación continua a tu vagina. Al sentirlo en la entrada, te excita y un orgasmo tuyo se expresa de nueva cuenta. Te penetra con cierta facilidad y va realizando un movimiento que sube de intensidad frotando ambos penes dentro de ti. Es inevitable venirnos de nuevo en ti y tú nos mojas incontables veces con tus corridas durante esos minutos que duró penetrarte entre los dos.

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