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Divina confusión
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Tiempo de lectura: 15 minutos

En serio, ese sábado era un sábado de perros, teníamos una visita especial, un señor que yo no conocía, gerente en Latinoamérica de la empresa de químicos de la cuál mi esposo era representante técnico, mi esposo estaba tenso y yo estaba muy molesta, el día que más la necesitaba, la muchacha que nos ayuda en casa había llamado para decir que su hijo se sentía mal y no podía dejarlo.

El extranjero que nos visitaría, colombiano sino me equivoco, pasaba a visitar a mi marido y se retornaba a su país, su estancia en la ciudad fue de tres semanas, deseaba dejar las cosas en orden ya que en seis meses se jubilaría, tendría alrededor de 60 años pensaba yo y, según me conto mi esposo, 5 meses de viudo, cosa que lo impacto mucho.

Mi esposo lo había visitado en tres ocasiones en su país y lo había acompañado a algunas ferias internacionales, se expresaba de él muy bien, decía que era todo un caballero, muy decente, muy respetuoso y que era una pena que haya perdido a la compañera de toda la vida.

Otro de los asuntos que lo traía por acá era nombrar un nuevo gerente regional, ya que Don Fernando, todavía gerente, estaba por pensionarse en dos meses y ya lo había manifestado por escrito, mi marido y otros tres empleados estaban peleando el tan ansiado puesto.

En estas tres semanas, se habían turnado mi esposo y los otros tres compañeros para acompañarlo a las empresas que atendían, para llevarlo a comer y, mi esposo se burlaba, algunos de sus compañeros lo llevaron a visitar chicas de alquiler, lo que molesto al señor, el no buscaba eso, mi esposo lo llevo dos veces al club, parece ser que eso le agrado más.

Vuelvo al sábado de perros, Sandy, como le decimos a Sandra, llamó para decir que su hijo pequeño amaneció enfermo y lo llevaría al médico, todos los planes se fueron a pique, le hice una lista a mi esposo de lo que debería comprar en el súper para preparar algo de picar, el señor que nos visitaba no aceptó comer en casa, no quería generar molestias, así que solo sería algo de botana, tendríamos tequila, cerveza y vino tinto, bebidas que le agradaban y que tendría opción de disfrutar a su antojo.

Mi esposo odia ir de compras solo, pero, o él lo hacía o hacía la limpieza en casa, obvio, como todos los hombres, decidió ir al súper, pero se fue super encabronado, definitivamente, el que aún no nombraran al nuevo jefe lo tenía al borde de la desesperación.

Me puse un pantaloncillo muy amplio de las piernas, un calzón normal, de esos mata pasiones, un bra viejito y una blusa suelta, me puse en friega, barrí, trapee, limpie los vidrios, decore la sala y el comedor, limpie los baños, cambie toallas, se me paso rápido el tiempo, llegó mi esposo con lo que le encargue, bueno, como siempre que va solo, pocas veces por cierto, con más cosas de las que le pedí, me lave las manos y la cara, me puse un delantal, muy gastado pero muy cómodo y comencé a hacer las tapas españolas de serrano, de langostinos, solomillo con queso de cabra, champiñones rebosados con ajillo y aceitunas Kalamata, alcanzó para cerca de 40 tapas, por si faltaba algo, prepare un guacamole y unos frijoles refritos con queso fresco, los totopos los prepare yo misma friendo la tortilla en aceite de oliva previamente aromatizado con ajo y laurel, puse a enfriar las botellas de tinto, el tequila lo metí al congelador, todo estaba listo, vi por la ventana de la cocina y observé mucha hierva entre mis macizos de flores, Sandra tan descuidada, pensé, vi la hora 3:20, el visitante estaba citado a las 5:00 de la tarde, aún tenía tiempo de arreglar eso.

-Amor ya es hora de que te bañes, no tarda en llegar el señor Argenis.

-Falta más de una hora, yo en media hora me arreglo, se ve bien feo el jardín, dame unos minutos para arreglarlo por favor.

-No, ya arréglate, por favor, no quiero que el visitante te encuentre así, entiende.

-Nada más arreglo un poco el jardín y me arreglo.

-Entonces haz lo que te de tu regalada gana.

Me quité el delantal y claro que hice mi regalada gana, había tiempo de sobra, nunca pensé que el “señor Argenis” como le llamaba mi esposo llegará con tanta anticipación, de hecho estaba tan absorta que no me enteré cuánto tiempo llevaba ahí, estaba yo un cuclillas, pero con la ropa que tenía puesta, las manos, el pelo y la cara llenos de tierra, nada atractivo mostraba.

-Buenas tardes, señorita, disculpe busco al ingeniero Rafael Saldaña

-Buenas tardes, señor ¿quién lo busca? Perdón

-Buenas tardes, Argenis, llegas pronto, pasa, pasa, por favor están en tu casa, deja te ayudo con las maletas.

Nunca me fije que mi esposo estaba en la puerta de la casa, deje de hacer lo que hacía y entre a casa detrás de ellos.

-¿Y tu esposa Rafa? Me agradaría mucho conocerla

-Salió de emergencia, un problema con su mamá ya sabe gente de edad que cualquier detalle se les complica, me pidió la disculpará, ella tenía muchos deseos de conocerlo, pero, que le vamos a hacer, ahhh, mire, ella es la señora que nos ayuda en casa, ella preparó todo lo que vamos a comer.

La sirvienta, que hijo de puta, yo entendía que estuviera enojado, pero presentarme como la chacha, que poca vergüenza.

-Sandra ¿si avisaste a tu marido que vas a salir un poco más tarde? ¿quieres que le marque yo? Ya ves que la señora tuvo que ausentarse y no hay quién nos atienda.

-No se preocupe señor, ya la pedí permiso y sin problema puedo quedarme otro rato ¿quiere que les sirva ya algo de comida?

-¿Y tus hijos Rafa, se los llevo tu esposa?

-Si Argenis, no quiso que estuvieran aquí molestándonos.

Desde un día antes, por la tarde, habíamos llevado a los niños con mis suegros, si, para que no molestarán al señor invitado, estaba yo que me moría de rabia, pero ¿Qué podía hacer? Sentía que la mejora laboral de mi esposo dependía en mucho de esta reunión y si me ponía a hacer panchos esto se iría a la mierda, de forma instintiva busque la foto de bodas que colgaba en la sala, no estaba, mi cónyuge la había retirado.

-Usted me dice a que hora les sirvo, por lo pronto voy a traerles las bebidas ¿cerveza, tequila o tinto?

-Que amable, señorita, a mi un tequila doble, solo, como se lo toman acá, si tiene limón se lo agradecería mucho.

Les lleve la botella bien fría, limones, sal de gusano, dos caballitos a cada uno, una botella de sangrita bien helada, a mi amado esposo le gustaba el tequila con esta bebida, les dije que cualquier cosa que necesitarán me llamarán, y me dirigí al cuarto de servicio, me aleje rápido, estaba a punto de llorar, de ratito llego mi marido.

-Te dije que te arreglaras, así como te presento como mi esposa, pero no entiendes, por cierto, ja, ja, ja, me dice Argenis que quisiera tenerte en sus brazos, que le recordaste mucho a su mujer, no tanto físicamente, pero el estar arreglando las plantas, totalmente ajena del mundo y hacerlo con tanto cuidado, recordó a su esposa y recordó que tiene seis meses sin mojar pan, a él no le gusta ir de putas, pero con una señora como tú si se atrevería a hacer una propuesta indecorosa, ja, ja, ja, ¿Cómo ves?

-Y tú ¿Qué le contestaste?

-Le dije que yo no sabía, que yo no podía contestarle, que, por lo que yo sabía y mi esposa me ha contado, eres una mujer de hogar que quiere mucho a su esposo y a sus hijos y que yo creía que eras incapaz de una cosa así, pero que, si él quería proponerte algo que lo hiciera, a eso vengo, a que nos sirvas las tapas, el vino tinto y escuches lo que tiene que proponerte mi buen amigo, pero, quiero que quede claro, le vas a decir que no de forma amable, ¿entendiste?

-Si amo, lo que usted ordene, esto me lo vas a pagar, te lo aseguro

Les llevé la botana, una botella de vino tinto ya abierta y las copas, di tres viajes, en cada uno me sentía más nerviosa que en el anterior.

-¿No nos acompañas un ratito? Anda tomate una copa con nosotros, ya le pedí permiso a Rafa y me dice que por el no hay problema.

-No señor gracias, es usted muy amable, pero no es correcto, yo solo vengo a atenderlos, si gustan algo más me dicen por favor.

-Yo si necesito algo más.

-Si, dígame

-Muchacha yo tengo necesidad de una mujer y no me agradan las que se dedican a vender su cuerpo, ¿quisiera saber si estarías dispuesta a satisfacerme sexualmente a mí? Te pido de favor que no lo tomes a mal y lo dijo con el mayor de los respetos que me mereces, no pretendo faltarte al respeto, yo sabría gratificarte, la verdad me atraes mucho.

-Me voy, es un halago que le atraiga, pero ¿el ofrecerme gratificación no es pagar por eso?

-Sí, creo que sí, te pido de favor lo pienses un poco, tengo seis meses de viudo, no me había dado cuenta de la gran necesidad que tengo de mujer hasta que te vi ahí afuera, yo me voy dentro de tres horas a mi país, me jubilo y no vuelvo para acá, nadie tiene porque saber lo que aquí pase.

-¿Nadie? ¿Y el señor don Rafael está pintado o qué?

-A mi no me metas en esto Sandra, la decisión es tuya, si aceptas te vas a un hotel con él y yo nunca vi nada.

-Mira niña acá hay, no sé, pero más de 1500 dólares si son, quizás 1800, son tuyos si me complaces, además a mi edad ya no hay mucho vigor y hasta tal vez ni me responda mi hombría.

Hasta mi marido abrió los ojos cuando escucho la cantidad, no nos hacía falta el dinero, vivíamos bien, pero era una buena cantidad, recordé las palabras de mi abuela “todas las mujeres somos putas cuándo nos llegan al precio”.

Estaba intrigada, mi esposo diciendo que era mi decisión, un montón de billetes en las manos del invitado, 30000 pesos, hasta ese momento observe detenidamente al hombre, claramente mulato, de facciones finas, con la barba tan cerrada que hacía que su cara se viera más oscura, pelo corto, ensortijado, entrecano, unas pestañas grande y de un mirar que irradiaba confianza, corpulento pero sin carnes o grasas de más, muy elegante, playera de cuello de tortuga color cedrón, pantalón y saco sport de color negro, cinto y zapatos color miel, el calzado, mocasín tejido a mano con suela hibrida, realmente un bello ejemplar masculino.

-¿Qué me dices niña? Antes de que tomes decisión deja te menciono que soy hombre de gustos simples, no golpeo ni lastimo, soy un verdadero caballero, quizás no esté bien que yo lo menciono, pero te aseguro que así es.

Nunca voy a saber a ciencia cierta porque lo hice, lo encabronada que estaba y quería venganza o simplemente por darle una lección al padre de mis hijos, lo atractivo del solicitante, la ternura con la que pidió algo que por lo normal se entiende sucio, no lo sé, pero respondí afirmativamente.

-Está bien, acepto, pero, y no me lo tome a mal, tengo dos condiciones y algunos inconvenientes.

-¿A ver? Dime

-Las condiciones son que sea aquí y que Don Rafael esté presente pero que no participe, los inconvenientes, en la cama de la señora no, puede ser, en el cuarto de servicio o aquí y yo solamente traigo esta ropa y una muda más o menos igual, me da pena estar con usted así.

-Disculpa, pero ¿para que quieres que se quede Rafa?

-Es simple, así me aseguro de que no me despida, o si le cuenta a la señora, yo podría decirle que el también participo, es solamente para protegerme, nunca, nunca he estado con alguien que no sea mi marido, eso quiero dejarlo muy claro y tampoco sé si sea o no buena para esto, pero el dinero si me hace falta y, me da pena decirlo, es usted muy guapo, cero que cualquier mujer estaría encantada de, no se decirlo de otra forma, coger con usted.

-Te agradezco el piropo, en mi país decimos “culear”, en España follar, y viniendo de una boca tan linda como la tuya nunca será grosería mi niña.

Busque la cara de mi amorcito, estaba desencajada, esperaba con toda mi alma que ahí se manifestará, dijera, no ya que era su esposa, eso ya no tenía retorno, pero si que él no se prestaba a esto y que, conociendo a mi marido, no se prestaría a una barbaridad como está, pero permaneció callado, ahora el que parecía que estaba a punto de llorar era el, me dio pena, estaba a punto de arrepentirme, pero ¿acaso él no había propiciado todo? ¿O no?

En la recamara teníamos otra foto de bodas, si bien es cierto, eso fue hace 10 años, si éramos reconocibles, por eso decidí no hacerlo ahí.

-Rafa sé que es abusar de tu amabilidad, ¿podrías prestarle algo de ropa de tu esposa para que se cambie?, dijo, no sé si le quede.

-Si, si me queda, somos de la misma talla, la señora me ha regalado ropa y no tengo que arreglarle nada para ponérmela, no sé si sería mucha molestia que mi patrón escoja lo que me va a prestar, para no entrar a la habitación de los señores, creo que, si entro, me daría tanta pena que ya no continuaría con esto.

-Rafa, antes de que creas que estoy abusando de tu hospitalidad, llegue un poco más temprano para comunicarte que el puesto de gerente regional es tuyo, ya firme los documentos, a lo que voy, si consideras que esto es excesivo para ti, me retiro, el dinero ya es de Sandra, y aquí no pasó nada, que triste para mí, tan cerca del cielo y no poder tocarlo.

-Te agradezco mucho, no voy a defraudar a la empresa, en cuanto a esto, soy tu amigo, los tres somos adultos, ustedes ya se pusieron de acuerdo solo me queda procurar que te vayas contento.

La cara de Rafael cambió, toda su tención se esfumo, estaba feliz, o sea, el puesto era más importante que yo o que nuestra relación, yo era la madre de sus hijos, su compañera en las buenas y en las malas, diez años de total fidelidad, solo pensé, perfecto cabrón, esto es lo que quieres.

-A ver Sandra, mi esposa no tiene mucha ropa sensual, traje algunas opciones, tú eliges.

-Mi niña hermosa, dame un beso antes de que te vayas a asear.

Me comió la boca, duramos un buen rato besándonos, que rico olía aquel hombre, una loción exquisita, sabía besar, diría que era un experto, sentí todo mi sexo inundarse y pedir a gritos ser utilizado.

Me fui al baño, me di mi tiempo limpiando a conciencia mi vagina y mi ano, no sabía que pasaría, me recorte el vello púbico, dejando solo un bigotito a la Hitler sobre la hendidura, de la que sobresalía mi chicharito, nunca supe la razón, pero me parecía muy excitante una panochita limpia y afeitada, pero con un poco de bello sobre ella.

Fui al cuarto de servicio a cambiarme, la ropa que llevó mi marido era la más sexi que tenía, ropa elegante y cara, que el mismo me había regalado y que gustaba que yo usará cuándo deseaba exhibirme, siempre en lugares donde no nos conocieran, la playa, vacaciones en el bosque o fines de semana en la finca de sus tíos. Solo había un bra, totalmente transparente y muy delgado, incapaz de ocultar unos pezones erectos y menos los míos que son de buen tamaño, con varilla que levantaba las tetas, haciéndolas más atractivas, tres pantis para elegir, el clásico hilo dental, el de triangulito por delante, triangulo un poco más grande por detrás, pero que se mete totalmente mostrando en su plenitud las nalgas y el último, un Culote, calzón de perneras abiertas que simula una pequeña falda, los tres de encaje muy fino, color blanco igual que el bra; una falda tableada de colegiala, una falda, amplia, corta de gasa, ideal para veranear, la última, falda negra, corta, de piel, dos blusas, una tipo deportiva, solo llegaba por debajo del busto y la otra, un poco más larga, de esas que solo se anudan en el frente.

Mi elección, el culote, del bra no había opción, la falda de gasa y la blusa cruzada, las zapatillas, escogí unas de tacón corto, de charol, obviamente blancas, me maquillé muy sencillamente, resaltando mis ojos grandes y de color miel, con sombra blanca y un toquecito de rosa, mi boca, grande y carnosa, le puse carmín rosa claro y la resalte con una línea negra en su contorno, mi piel de color piñón no requería mucho recubrimiento.

Cuando entre a la sala, caminando de forma sugestiva, ambos hombres quedaron muy satisfechos según el gesto de afirmación que vi en ambos.

-Pero que diosa, mira todo lo que tenías escondido muchacha, estas preciosa, ¿te sirvo algo de beber?

-Quiero un tequila doble pero que me lo sirva mi patrón

-Rafa por favor dale gusto a esta princesa, que princesa, reina.

Me incline a besarlo, paso un buen rato, sentí sus manos ásperas subir por mis piernas, la mano derecha llego sin dificultad a mi conchita, comenzó a pasar sus dedos con suma suavidad sobre mi clítoris, me pregunto suavemente si me había puesto calzón, a lo que asentí.

-Si deseas me lo quito, o si quieres me desnudo.

-No, tomate tu tequila mi niña, a ver dame la espalda, así, bien, que obediente, que lindo calzón, Rafa le compra bonita ropa a su mujer, ya te quité las bragas, que lindas están, ahora inclínate un poco más.

Quede cara a cara con mi esposo, Argenis me había subido totalmente la falda, quedo como los viejos fotógrafos que tenían que taparse para obtener una buena foto, yo me pare en las puntas de mis pies, sentí sus labios en mis nalgas, me levante lo más que pude, de puntillas, para ayudarle a meter su lengua en mi panochita, muy suavemente me jalo hacía abajo para que pisara parejo, no entendía que pretendía hasta que sentí su lengua en mi culito, que sensación tan agradable, la lengua jugando con mi ano, las mejillas, como lijas, en mis muslos, de repente se acordaba de mi sonrisa vertical y la lengüeteaba también, pero su atención estaba casi totalmente en mi chiquito.

-Que rico culo tienes mi niña, ¿te molesta que pase mi lengua por ahí? ¿tu esposo lo hace?

-No, para mi esposo eso es sucio, algunas veces se lo he pedido, pero nunca lo he convencido, pero por favor sigue, que rico lo haces.

-¿Sucio? Tener un manjar divino y no probarlo, que desperdicio, pero dime mi amorcito, ¿si lo usa, si te da verga por ahí?

-Hmmm, hmmm, casi no, no le agrada se le hace sucio, tengo que emborracharlo y calentarlo mucho para que acepte hacérmelo, pero tu puedes hacerle lo que quieras, solo háblale bonito.

-Trata de abrirlo para meter más mi lengua, que anito tan rico, hubiera jurado que eras virgen por ahí, mmmm, plaft, plafr, lblblbl, que delicia, discúlpame pero que tonto es tu marido, no sabe apreciar lo exquisito, que bonito agujerito tienes, esos pliegues parecen pintados por un ángel.

-Méteme la verga ya, por favor, me estas matando a lengüetazos, ya no voy a aguantar más, aghh, yaaa.

Si, me desmadeje, el hombre me sostuvo para evitar que cayera al suelo.

-Quítate las zapatillas y súbete al sillón, así de espaldeas como estas, sube totalmente la falda, que no te de miedo yo te sostengo, así deja te chupo tu rajita y tu chúpame el nabo.

Vi la cara de Rafael, estaba con tremendos ojos, él me había comentado que esté señor tenía un pene grande, pero lo había visto en el sauna del club, ahí los hombres se ven todo, pero yo creo que con el vapor es difícil que se erecte, porque no había mencionado nada más y normalmente si lo hace, dirigí mi mirada hacía donde veía mi esposo y comprendí su cara de asombro, Argenis tenía una reatota, con una cabeza muy grande y todo el resto totalmente cruzado con venas hinchadas, yo no era experta en esa parte de los hombres, pero esto era una maravilla, el mulato se puso de pie, cargándome de la cintura, mi falda caía sobre mi pecho, me acerco a su miembro, lo tome y comencé a lamerlo, le daba besitos y lo metía a mi boca, pasaba mi lengua por toda su cabeza, le sobaba los huevos, extrañamente pequeños, sentía todo su palpitar y también sentía su rasposa lengua en mi conchita, que fuerza la de sus brazos, parecía yo una muñeca, agarrada a el con mi boca en su hermosa verga, volví a tener un orgasmo, hace tiempo que no tenía dos en un evento.

Me sentó a su lado, desabrochó la blusa y comenzó a chupar y a magrear mis tetas, mis pezones estaban hinchadísimos, yo no perdía el tiempo con mi mano jalaba la piel de su pene hacia arriba y hacia abajo, primero lento, luego de forma rápida, el no dejaba de ensalivar mis pechos.

-Dime mi reina, ¿te gusta mi verga? ¿es parecida a la de tu esposo?

-Me encanta, que vergota tienes y ¿decías que no ibas a responder? ¿Qué tengo que hacer para tenerla dentro? Métemela corazón, ah y no, mi marido la tiene bien chiquita.

-Así de espaldas a mí, siéntate en ella, así, despacio, tu la vez, yo no, ¿ya entro toda?

-No falta mucho, siento que me partes, deja meto otro poco, así, así, así, ufff, ya entro ahora sí, deja que se acostumbre un poco, ay que rico, que rico, ahora si deja me doy de sentones, que verga, que rico, de aquí no me salgo, ay, Dios mío, dios mío, estas si son cogidas no las de mi viejo, puta madre que verga tan grande, te juro que la siento en la garganta.

Entonces vi a mi patrón, bueno a mi esposo, se le notaba una fuerte erección bajo del pantalón, se veía muy excitado, parece que el enfado había quedado atrás, y si no, ya no me importaba, que bueno que me confundieron con la sirvienta, yo estaba gozando como nunca, si como nunca lo había hecho.

-Ahora voltea cosita, siéntate otra vez, ya entro fácil, bésame mientras cabalgas, vamos matate sola, fuerte, fuerte, bésame chiquita.

Volví a venirme, mis estremecimientos y la pérdida de fuerza eran cada vez más drásticos, afortunadamente estaba sentada, que maravillosa cogida estaba recibiendo, llevaba tres orgasmos y no era multiorgásmica, el se veía sudado, incluso su sudor olía bien, o sería el momento, pero su palo seguía totalmente tieso y no había derramado una sola gota de semen, yo estaba más que impresionada.

-Mi niña te dije que yo era de gustos simples, uno de esos gustos es dar por el orto a las mujeres hermosas.

-¿A tu esposa se lo hacías? Disculpa, tu me has preguntado sobre mi esposo, por eso me atreví

-No te preocupes, no tiene nada de malo, a mi mujer le agradaba mucho que le diera palo por ahí, lo disfrutábamos mucho, la verdad extraño a mi difunta, nunca le falte, pero yo estoy vivo y tengo necesidades.

-Siendo así, todo tuyo corazón, pero mi chiquito está muy poco usado, si está cerradito y tu instrumento es descomunal ¿Cómo le hacemos para que no me lastimes?

-No te preocupes, acuéstate de lado, con la cara en el respaldo del sillón, la pierna de arriba hazla hacia adelante, así ya tengo acceso, relájate

Algo puso en sus manos, alguna crema me imagino, no lo vi, metió un dedo, así estuvo un rato, luego dos, otro rato, yo ya sentía dilatado el orto, como el le decía al culo, sentí que puso a la entrada su hasta, comenzó a empujar poco a poco, preguntando en cada embestida si podía continuar o si esperaba, me aseguró que no deseaba lastimarme que yo tenía la opción de que el parará en cuanto se lo pidiese, si me dolía, pero lo deseaba mucho, soporte estoicamente, hasta que todo entro, no lo disfrutaba, pero sabía que acostumbrándome a tener eso en mis entrañas comenzaría a gozar de lo lindo, el placer final justificaba el dolor inicial, le indique que se moviera, que la sacara, pero que la volviera a meter.

-Que culito tan apretadito, parece virgen, casi no se usa, que imbécil es tu esposo, eso no se hace, tener esto a la mano y no gozarlo.

-Si, que imbécil ¿Qué le dirías si estuviera ahorita aquí frente a nosotros?

-Frrr, amigo los manjares del cielo cuándo están a nuestro alcance debemos disfrutarlo, tu esposa tiene el culo más hermoso que yo haya visto en mi vida, y pide a gritos verga y tu no le das, mereces cuernos por idiota, este culo no debe ser de un solo hombre y menos de uno que no sabe darle su admiración, mira, mira, como se come una pija grande y no sufre, pide más y más, es el culo más maravilloso que yo haya usado en la vida.

-¿De verdad crees eso? Gracias, métela con más fuerza, que mi culo sepa quién es su dueño, que cuando este con mi marido mi culo te recuerde siempreee, otra vez, échamelos en mi culo, quiero sentirlos adentro.

-No mi reina, tienes un culito de concurso, pero mi leche va en tu vaina, la voy a sacar con cuidado y voy a asearme, con permiso Rafa, voy a usar tu baño, no tardo chiquita.

Salió, vi a mi esposo, no se había parado un solo momento, seguía firme observando la cogidota que le daban a su amada esposa, se acercó y en voz baja me dijo.

-Eres una pinche puta

-¿Y tú? Un pinche cornudo, tuviste toda la oportunidad de evitar esto y salir bien librado, dime tu ¿Por qué no lo hiciste? Por tu asenso o por tus hormonas, ahora la pregunta es ¿Quién lo está disfrutando más? Mira ¿Cómo tienes la verga?, ahora que se vaya Argenis me la vas a meter por el culo, ya está bien abierto para ti, no te va a costar trabajo ni te vas a venir en cuanto entre.

-Eres una verdadera piruja, una desgraciada, una malnacida, te odio

-Bájale viejo, aquí puede terminar esto, le dijo al señor que ya no quiero seguir, o tu le dices que soy tu esposa, no ha descargado nada, a ver como lo toma, pero si tu me lo dices, aquí se acaba, ¿no? ¿nada? Entonces vamos a terminarlo y luego lo hablamos, pero si me diste la ropa que me pasaste para ponérmela y que me viera otro hombre, ropa que solo luzco para ti, y bien lo sabes, entonces fuera hipocresías y vamos a terminar esto bien, shhh, ahí viene, gózalo, amor, te dedico el último acto.

Argenis se había lavado a conciencia el miembro, incluso se había dado un regaderazo, se veía completo, fresco, seguro de si mismo, si tenía 60 años, benditos 60 años.

-Listo ¿todo bien? Que bueno, ahora si linda noviecita, porque para mi eres eso, una linda noviecita, ya no tengo mucho tiempo y necesito descargarme, chupa un rato mi verga, hazla sentir que la quieres, dile cosas bonitas, así, con la lengua, dale mordiditas, un poco más, que rico mamas, ahora si mi amor, híncate en el sillón y levanta el trasero, ffff, que monumento, ahí va mi cielo.

-Si, si, mételo, mételo, cógeme, culeame, deja sentir tus huevos en mi trasero, aghfg, maaas, masss, ahí vienen, que calientes se sienten, son muchos, déjalos salir, son muchooos, están bien calientes y espesos, échamelos todos, soy tu putita, soy tu mujer, soy tuyaaa, aghfr, nunca te voy a olvidar Argenis eres mi Dios, que riquísima cogida me estas dando.

-Ufff. Aghgh, gracias, amor, ya no podía contenerme más, que rico coges, si algún día vas a Colombia no dejes de llamarme, yo creo que a México ya no regreso, pero si lo hago ¿te puedo buscar?

-Por supuesto que sí.

-Si algún día decides platicarle a tu marido esta experiencia o se entera de algún modo de esto, dile por favor que no se moleste y que se ponga las pilas a hacerte feliz, te lo mereces.

Volvió al baño, regreso al poco tiempo, se vistió, se despidió, no acepto que Rafa lo llevará al aeropuerto, tomo un taxi y así como llego, despareció.

-Ahora amor ¿Qué sigue? ¿me voy de la casa? ¿tratamos de olvidar esto? Lo que tu digas está bien.

-Empínate

-¿Qué?

-Que te empines, dame las nalgas, a ver deja ver que tan abierto te dejo el culo, aghh, entra fácil, si está bien abierto, ya no aguanto, voy a venirme

-Es tuyo viejo, es tuyo, échamelos, todos, asiii, que rico que el amor de mi vida, el padre de mis hijos me de por el culo, hmmm

-Ya no aguantaba, que bien te veías ensartada por otro hombre, que lindo te movías.

-Pero si era lo que deseabas ¿Por qué nunca me lo dijiste? Yo te amo, a lo mejor te hubiera dado gusto sin tanto rodeo, deja voy al baño a limpiarme

-No, deja te limpio yo con mi lengua, de aquí en adelante nos debemos tener más confianza y decir lo que pensamos y sentirnos sin tapujos ni hipocresías.

-¿Sabe rico? Ya estas empalmado otra vez.

Repito, divina confusión, ese día todo cambio me quede con 18000 dólares, súper bien cogida, conocí el lado oscuro de mi esposo y el mío propio, me jure disfrutar y hacerlo disfrutar, hacer lo que me pidiera, coger con quien me dijera, mientras fuera de mi gusto y con discreción, sobre todo por los hijos, ya ellos crecerían y harían sus propias locuras.

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