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Dos sissys de paseo (Tercera y ultima parte)

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La mañana siguiente desperté primero que Susy, por lo que aproveché para entrar el baño primero, me levanté lo más sigilosamente que pude mientras sentía mis pantis todavía mojaditos y mi batica levantada, ya en el baño organice mi pijama y después de cepillarme los dientes y sentarme en la tasa me quite la ropita y me di una buena ducha.

Cuando salí envuelta en la toalla vi que Susy apenas despertaba y mientras ella se levantaba perezosa al baño yo fui a la sala a buscar los vestidos de sirvienta que debíamos usar, era nuestro último día en la finca y habíamos convenido con el Señor que estaríamos como sus sirvientas hasta el almuerzo para después hacer una fiesta de despedida y salir de allí antes de que anocheciera.

Rápidamente busque en las dos maletas que el Señor nos había regalado un par de vestidos de sirvienta, encontré en cada maleta un último vestido de sirvienta regular, de esos que se compran en almacenes de dotación, los tome junto con un paquete de tres tangas y tres sostenes deportivos, busque en cada maleta unas pantimedias y cuando lo tuve todo me vestí primero y luego lleve a la habitación la ropita restante para que Susy se vistiera, cuando entre escuche que ella estaba en la ducha, así que recogí y separe la ropa que había en la pieza y después de envolverla en las sabanas salí dejando el vestido y la ropa interior para mi amiga encima de la cama.

Después de recoger la ropa sucia de la sala y la cocina, pues hasta allí había pantis en el suelo, puse a lavar toda nuestra ropa y cuando salí del cuarto de lavado encontré a Susy ya vestida en la cocina buscando en la nevera los ingredientes para el desayuno. Ella me dio un jugué de naranja que fui tomando mientras recogía todo lo que había sucio en la sala y las habitaciones, luego seguí con una barrida superficial y para cuando el Señor despertó y salió de su habitación ya teníamos todo arreglado y el desayuno listo.

Comimos como a él le gustaba, el en la mesa y nosotras en el piso en cocas rosadas de perrita, como el desayuno era carne y pan no tuvimos mucho problema, aunque Susy si debió ir a la mitad para traer cocas con agua para ella y yo pues nos hacía falta el líquido para poder comer mejor, cuando terminamos él nos indicó que fuéramos a cepillarnos los dientes y cuando regresamos nos esperaba en el sillón con su verga en la mano, ya estaba dura, así que rápidamente nos acomodamos arrodilladas una a cada lado y comenzamos a lamerla como dos perritas, él nos dejó y mientras intercambiábamos turnos para mamarla, lamerla y chuparla como dos puticas nos levantó las faldas y bajo las pantimedias para meternos los dedos por el culito, cuando nos estaba tocando así a las dos mientras chupábamos su verga comenzó a ponerse más dura, muy caliente y se puso muy rica, entonces nos besamos con ella en la mitad mientras lo tocábamos cada una con una manito hasta que se terminó en nuestras boquitas llenando nuestros labios, boquitas y caritas con su leche, las dos tomamos lo que nos había quedado en la boquita y con la lengua limpiamos bien al señor, luego nos lambimos la una a la otra mientras él seguía tocando nuestros culitos, no habíamos terminado de limpiarnos cuando él nos separó y fue a la maleta de la que había sacado juguetes durante todo el fin de semana y regreso con dos plug a control remoto y un lubricante, nos indicó que siguiéramos mientras metía en nuestros culitos uno de esos juguetes, cuando termino nos indicó que nos organizáramos la ropita y siguiéramos con nuestros deberes.

Mientras Susy recogía y lavaba los platos, yo saque la ropa de la lavadora y la pase a la secadora, fui por la sabana de la cama del señor y recogí lo que había en su habitación, no era mucho solo un jean y un bóxer que podía lavar con las sabanas, después de ponerla a lavar fui a limpiar los baños mientras el Señor descansaba en la sala y Susy limpiaba toda la cocina, cuando termine con los baños fui al cuarto de lavado al lado de la cocina en donde estaba la secadora a sacar la ropa y pasar las sabanas pues la lavadora ya había terminado, mientras lo hacía escuche a Susy gemir un par de veces y luego sentí como el dildo en mi culito comenzaba a vibrar, apreté mis labios y sentí como iba subiendo la intensidad de la vibración y como luego pasaba a una función rítmica que subía y bajaba haciéndome gemir cada que llegaba al máximo nivel, después de gemir seguí con mis tareas notando que el plug en mi culito seguía con el mismo ritmo. Fue difícil terminar mi tarea y luego caminar hasta la cocina para salir al patio a poner la ropa el sol, pues aún seguía húmeda, tuve que mantener las piernas juntas y una mano en mi colita, cuando llegue el señor estaba en la barra con un control en cada mano, Susy había terminado con la cocina y estaba en la nevera sacando lo del almuerzo.

Cuando el señor vio que llevaba la ropa de mujer que nos había comprado bajo la intensidad de la vibración y le indico a Susy que me ayudara a extender la ropa, que quería que separáramos cada una las prendas que nos había regalado.

Fuimos al patio juntas y mientras él se sentaba en una silla para mirarnos fuimos tomando cada panti, cada sostén y tanga, cada vestido y pijama para irlo colgando y mostrando al Señor, quien decidía en cada caso a cual niña pertenecía cada prenda, fue así como las dos terminamos intercambiando algunas pantis y un vestido, también nos pidió que le separáramos las pantis con las que habíamos dormido cada noche, las cuales se llevó como recuerdos y que secamos y empacamos de forma separada, cuando terminamos con la ropa, la secadora había terminado con las sabanas y el resto de la ropa así que las colocamos al sol y al terminar sentimos como los dildos volvían a subir en intensidad, pues ambas gemimos como dos niñas.

El señor nos llevó nuevamente a la sala, entonces nos dijo que era hora de revisar las maletas y repartir los juguetes que habíamos usado, rápidamente abrimos las maletas ya casi vacías y fuimos por todos los juguetes que ya Susy había lavado, el los repartió de forma igual para cada una, debo confesar que me puse muy feliz cuando recibí el dildo doble de perrita pues lo considere como un premio, cuando termino nos indicó que antes de almorzar nos iba a castigar, así que buscamos las sogas y él nos ató juntas a una viga con los brazos arriba, nos puso muy juntas y con la soga ato nuestras cinturas y piernas también, subió las faldas de traje de sirvienta y nos comenzó a dar nalgadas primero, luego con una fusta, una látigo y un cinturón, yo conté más de 200 nalgadas y para cuando termino no solo me había mojado toda en las tangas, también tenía mis pantimedias en las rodillas y a Susy con su colita en mi culito mientras recibía mas nalgadas gimiendo y dando las gracias como una sumisa mientras llenaba mi culito con su lechita. Después de que él nos desatara nos ordenó que sirviéramos el almuerzo así mojaditas, las dos lo obedecimos y rápidamente estábamos de rodillas una a cada lado de su silla comiendo de nuestras cocas como dos perritas obedientes.

Cuando terminamos de comer siguiendo sus instrucciones organizamos la cocina, luego cada una comenzó a organizar sus cosas, primero nos dejó ir a las maletas a buscar pantis limpios, entonces nos dijo que quería ver como empacábamos las maletas, así que nos ordenó sacar todo y organizarlo afuera, luego fuimos empacando en el orden que nos decía y mientras nos hacía mostrarle algunas prendas, primero empacamos las pantis y luego toda la ropa interior, las dos teníamos todavía varias pantis y sostenes nuevos, luego siguieron los juguetes eróticos que nos había regalado, las pijamitas y los vestidos fueron lo último que pudimos empacar, pues ambas notamos la maleta llena, pues eran iguales y solo se diferenciaban por las placas con nuestros nombres de nena.

Nos miramos asustadas imaginado que debíamos llevar lo que faltaba en bolsas, pues aun nuestros trajes de sirvienta, zapatos, maquillaje entre otras cosas como la sogas y collares de perrita que habíamos usado y que él nos había regalado seguían sobre sobre las sillas de la sala. Entre risas él nos explicó que con los juguetes y las cosas que él había sacado de su maleta era normal que ya no tuviéramos espacio, entonces nos tranquilizó diciendo que su maleta era para una de las dos mientras nos pedía que le lleváramos la cuarta maleta, esa que había estado intacta durante todo el tiempo, fui por ella y note que estaba llena, pesaba un poco por lo que preferí usar las ruedas para ponerla al lado del señor.

El acostó la maleta y mientras nos decía que era su mejor fin de semana en la vida y que éramos las putas más femeninas y sumisas que había conocido fue abriéndola, cuando termino nos dijo que como regalo de despedida nos había comprado un vestido de quince para cada una con ropita interior y accesorios, también había empacado algo de dinero para pagarnos por ser unas buenas sirvientas y algunas joyas femeninas para celebrar que ya éramos todas unas mujercitas. Las dos mirábamos encantadas el contenido de la maleta, pues si bien había bastante dinero nuestras miradas estaban fijas en los dos vestidos grandes y rosados que él había empacado, nos entregó uno a cada una y notamos que eran iguales, luego nos entregó un paquete marcado con una letrero que decía ropa interior, otros que decían enaguas, nos repartió las joyas y nos entregó un último paquete que decía sostenes y accesorios, luego nos dijo que nos cambiáramos y arregláramos en la habitación mientras tomaba una siesta, también saco dos cajas en bolsas negras de su maleta y nos dijo que repartiéramos el dinero en partes iguales. Dejo solo las cajas aparte y después de repartir todo en partes iguales fue a una habitación mientras nosotras emocionadas llevábamos todo a la habitación para cambiarnos. Como ya habíamos limpiado y recogido todo lo primero fue empacar lo que no necesitábamos, luego abrimos el paquete de ropa interior y encontramos pantis y sostenes iguales, pantimedias y varias ligas de encaje de colores.

Ya en ropita interior nos pusimos los vestidos y las enaguas, estas últimas eran unas faldas de varios tipos de largo de encaje que hacían ver nuestros vestimos más llenos, luego nos maquillamos la una a la otra de forma exagerada y después de hacernos peinados y colocamos parte de las joyas que habíamos recibido quedamos como dos quinceañeras, cuando por fin salimos de la habitación tomadas de la mano el señor nos esperaba en la sala, ya había puesto varias cámaras y estaba sentado solo en bóxer en un sillón, cuando nos vio llegar sonrió y nos dijo que estábamos divinas, le encanto como desfilamos nuestros vestido delante de el y estuvo un rato tomándonos fotos de quince, en ellas Susy y yo nos besamos, nos tocamos la una a la otra, levantamos nuestras falditas y nos lambimos la una a la otra por encima de las pantis, retocamos nuestro maquillaje y posamos de muchas formas diferentes, todo siguiendo las instrucciones que él nos daba, ya muy excitadas nos pusimos cada una en una silla de la sala y levantamos las falditas para ofrecer al nuestro maño los culitos, él nos acarició con sus dedos y nos metió su verga a turnos, terminando en el culito de Susy y poniéndola en mi boquita para limpieza.

Cuando aún tenía la verga de mi señor en la boquita le ordeno a Susy que metiera su colita en mi culito, ella ya muy excitada lo obedeció y comenzó a comerme toda mientras yo seguía limpiando esa rica verga, la cual se iba poniendo cada vez más dura y grande, no paso mucho tiempo cuando ya la sentía llenando mi boquita y mi señor le dijo a Susy que cambiaran de lugar, rápidamente ella lo obedeció y levantando su faldita puso su colita en mi boquita, mientras el metía su verga en mi culito y me comenzaba a comer hasta el fondo y muy duro, ella también muy excitada comenzó a comerme por la boquita, él le ordeno que me llenara la boquita de leche y unos minutos después sentí como ella se mojaba toda en mi boquita, entonces el paro y sacando su verga de mi culito me dijo que quería me metiera mi colita en el culito de mi amiga y lo llenara también con mi lechita, ella se acostó boca abajo en el sofá, yo levante su faldita y metí rápida y fácilmente mi colita en su culito, estando así sentí como levantaba mi faldita y mi señor volvía a meter su verga dura en mi culito, no paso mucho tiempo hasta me mojara toda entre gemidos en el culito de mi amiguita, paso un poco más de tiempo hasta que sentí como él se venía en mi culito, tiempo en el cual Susy y yo nos movimos gimiendo como dos muñecas, como dos nenas calientes que disfrutan de ser usadas y montadas como putas, como perritas en celo. Cuando termino y lo saco de mi culito me puse de rodillas de inmediato para limpiarlo con mi boquita, Susy hizo lo mismo y terminamos fundidas en un largo beso con su verga en la mitad.

Sobra decir que los paquetes que había sacado el señor de la última maleta contenía la ropa interior y los plug que debíamos usar para regresar a nuestras casas, él nos los entrego mientras nos decía que era hora de irnos y que debíamos bañarnos y asearnos, cada quien busco un baño y luego de empacar nuestros trajes Susy y yo montamos las maletas al carro en la ropa interior que debíamos usar y cuando metió los plug en nuestros culitos estuvimos listas para partir, al llegar nuevamente a la última finca que había antes de la carretera nos pusimos encima la ropa normal y él nos llevó así sometidas y calientes hasta la primera estación del tren urbano o metro que debíamos usar para llegar a nuestras casas, viajamos juntas hasta la mitad del recorrido en donde nos separamos cada una con sus dos maletas, una sonrisa en los labios y el culito abierto.

Lamento mucho que esta última parte fuera más larga que las anteriores, pero hicimos muchas coas durante ese fin de semana, si les gustó esta última parte pueden buscar la primera y la segunda en esta misma página, también voy a guardarlo completo por si alguna persona lo quiere puede escribirme a mi correo [email protected] y con mucho gusto se lo puedo enviar, hago esta oferta porque como había escrito me encanta recibir correos de todo tipo.

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