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El chico de la bodega

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Soy una mujer de 44 años, soltera, de esas que llaman gordibuenas, siempre acostumbro a usar ropa que resalta mis curvas y aunque no me considero una mujer hermosa, tampoco creo ser la más fea.

Llevo casi 10 años trabajando en una empresa y la verdad es que nunca había sentido que le gustase a algún compañero de trabajo, pero el año pasado entró un chico nuevo, muy guapo, y empecé a notar que era muy amable, siempre que pasaba me saludaba y buscaba siempre que nuestras miradas se cruzarán.

Ya para mi era habitual su saludo de buenos días al llegar, y de buenas tardes cuando se dirigía a su hora de almuerzo. Un día me lo cruce en la fotocopiadora y el acarició mi brazo, yo sentí un corrientaso que me dejo algo inquieta pero que me gustó. Un día por cosas de trabajo chateamos y al finalizar la conversación me dijo gracias hermosa, yo no sabía como responder entonces solo le envié un emoji.

Con el pasar de los días yo empecé a notar que ya no buscaba mi mirada, y a veces pasaban varios días sin que nos cruzarnos, eso me puso aún más inquieta, hasta que una día decidí escribirle y preguntarle por qué ya no me saludaba, a lo que él respondió que era yo quien ya no lo saludaba, que por el me saludara siempre de beso, yo reí y le dije que no se podía, entonces el respondió que si yo iba a su lugar de trabajo si me podría dar muchos besos porque siempre estaba solo, y me dijo que fuera a visitarlo, entonces le respondí que si, que iría en horas de la tarde.

Yo estaba contando las horas, sentía nervios pero a la vez mucha, curiosidad de lo que pudiera pasar. Cuando se llegó la hora me dirigí sigilosamente cuidando no ser vista por nadie, era un jueves y yo llevaba un pantalón ajustado y una blusa escoltada, cuando llegue él sonrió y me abrazo, yo sentí que mis piernas flaquearon, pero poco a poco me iba sintiendo cada vez mejor, me dio un beso en la mejilla y me dijo que si podía besar mis labios, que lo deseaba mucho, yo le dije que si, y nos besamos expresando en cada movimiento lo mucho que nos deseábamos, sus manos acariciaban mi cabello y poco a poco las fue deslizando por mi espalda hasta llegar a mi trasero, lo agarro con firmeza y me dijo que le encantaba, que siempre que me veía tenía pensamientos obscenos, acarició mis pechos y luego los beso, yo me sentía extasiada, hacía mucho tiempo que no me sentía deseada y mucho menos por alguien menor que yo.

Nos despedimos pero con ese sinsabor de querer que pasara algo más. Me fui a mi puesto de trabajo y enseguida el me escribió preguntándome si había estado bien lo que había pasado, y yo le respondí que si, le dije que si quería mi número de celular para seguir hablando en la noche, pero él me dijo que si tenía Instagram, y yo se lo di.

Al llegar a casa me escribió y hablamos sobre lo sucedido me dijo que gracias por haberle escrito ese mensaje, que él había dado ya por perdido él que pasara algo conmigo que yo era como una fantasía para él, y cuadramos en que continuaríamos lo que habíamos comenzado.

A la mañana siguiente busque entre mi ropero una falda que él me había dicho que le gustaba y cuando llego paso por mi puesto y me entregó una chocolatina, yo le giñe un ojo y le dije que ya quería estar con él, y durante todo el día no me podía concentrar pensando en nuestro encuentro secreto.

A eso de las 5 pm me dijo ven, busque en papel para disimular y me dirigí a su rinconcito, él me dijo ven y te muestro lo que hice, había preparado un lugar entre unos anaqueles donde podíamos ocultarnos y dar rienda suelta a todo lo que nos deseábamos hacer, nos acariciamos, nos besamos y tuvimos sexo desenfrenado, sin hacer ruido solo emitimos gemidos a manera de susurro, para mi fue espectacular, no sé si fue la adrenalina de estar en un lugar prohibido, o el haber estado con un chico al que le doblo la edad y sentir su deseo.

Espero les guste para seguirles contando que ha pasado después de este encuentro.

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