Tengo 21 años, voy a la universidad, tengo una familia normal, mi padre es un obrero, y mi madre de 43 años es una ama de casa normal, tengo dos hermanos más, uno de 15 y otro de 10, vivimos en Veracruz, México. Mi madre se llama Fernanda y es muy bonita, mi padre tuvo mucha suerte con ella, es de 1.65 m., cuerpo bueno a su edad, tiene buenos senos, pero lo que más llama atención de ella es su culo, es hermoso, es redondo con forma de corazón, parado, un par de nalgotas riquísimas.
Desde que tenía 18 la empecé a ver diferente, a esa edad todos morimos por coger, y era la única mujer que tenía cerca, y es que sus nalgotas se metieron dentro de mi cabeza y era imposible sacarla, ella le gusta usar leggings que le marcan mucho sus piernas su panocha y su culo. Empecé a espiar cuando cogia con mi padre, escuchaba sus gemidos y me masturbaba, poco a poco empecé a ir a más.
Un día regresando de la universidad, no había nadie en casa y al ir pasando por su habitación, como si alguien me llamara entré, fui directo a la ropa sucia, encontré dos de sus calzones, de inmediato me los llevé a la boca los olía mientras me tocaba, ese olor era increíble, olía a lo mejor que había olido en mi vida me boli loco, el pensar que esos calzones habían estado en contacto con su culo y su panocha, saqué mi verga y lo envolví con el calzón de mi madre, me masturbé como loco y lo llené de leche.
Los días siguientes fui un poco más ya ahora empecé a agarrar, a buscar en sus cajones la ropa interior limpia, para mi sorpresa encontré varias tangas la muy puta tenía muchas, me masturbaba con ellas las chupaba y las llenaba de mi leche y las deja de nuevo en su lugar para que mi madre las usara sin darse cuenta que estaba cubiertas de leche, no sé si mi madre sospechaba porque fueron varias veces que hice eso con varios calzones, jamás dijo nada, ella siempre ha sido muy buena y cariñosa luego llegaba a sentirme mal.
Llegué a grabarla sin que se diera cuenta, un día estando solos en casa decidí ir a más ella lavaba los trastes estaba con unos leggings rosas súper apretados, unos tenis blancos, una blusa blanca con el cabello suelto, al llegar, me percaté que mis hermanos no estaban, mi padre estaba trabajando, entre a la cocina y ahí estaba ella, se imaginarán la imagen, no les miento las nalgas bien paradas, era increíble se le marcaba su calzón, me gustaba tanto mi madre, inclusive más que las chicas de mi edad.
-Hola mamita -le dije mientras no le quitaba los ojos de su culo.
-hola cariño -me contestó con voz dulce- como te fue.
-Bien madre, todo bien.
Tomé una silla y la puse lo más cerca de ella, me senté y tenía su culo a casi medio metro, trataba de olerlo, pude ver que tenía puesto uno de los calzones que había usado para jalármela, me excitó demasiado, mi semen seco estaba ahí haciendo contacto con las nalgas y concha de ella, era hermoso ver como sus nalgas temblaban cuando tallaba los trastes.
-Quieres comer -me dijo.
-Si madre, que hiciste -le preguntaba para que no se diera cuenta que estaba ahí detrás de ella, saqué mi celular y le tomé dos fotos a su enorme culo sin que se diera cuenta.
-Ahorita te sirvo solo acabo.
Al decir eso volteó, me vio ahí tan cerca de ella y se quedó callada, como nerviosa, yo no supe que hacer me hice que veía a otro lado, rápidamente se movió un poco, creo que se dio cuenta que le miraba, me sentí un poco apenado y nervioso no sabía qué hacer, mi madre empezó a preparar la comida, hubo unos minutos de silencio.
-Y que más vas a hacer mami -alcancé a decir.
Mi madre contesto como si nada:
-pues después pienso descansar un poco hasta que llegue tu padre.
Con esto rompí un poco la tensión, mi madre empezaba a hacer actuar nuevamente con normalidad, caminaba de un lado a otro, moviendo su culote, me dio de comer cuando se acercaba me excitaba mucho se inclinaba para servirme, parecía una puta.
Cuando terminé de comer mi madre ya estaba otra vez con los trastes, casi nuca estaba solo con ella en casa y pensé que tenía que aprovechar, no aguantaba, tenía la verga súper parada, recogí mi plato y se lo puse a un lado de donde estaba lavando me puse atrás de ella y casi temblando la agarre de los hombros y le dije:
-gracias mami -mientras le restregaba mi verga, fue la sensación más hermosa y excitante sentía sus nalgas suaves eran enormes mi verga quedó incrustada en ese canal era imposible que no lo sintiera, sus leggings eran muy delgados y mi verga como piedra, fueron solo 5 segundos, sentí como mi madre quedó paralizada y solo dijo:
-de nada -y se quedó pensativa.
Me fui, fue el mejor arrimón que había dado en mi vida, mi madre, mi hermosa madre, la más culona señora del barrio, la mujer que más quería en el mundo, la mujer que todos miraban, la mujer con las nalgas más paradas había sido mía, había utilizado sus nalgas para satisfacerme, mientras pensaba eso la veía desde lejos seguía pensativa, como con coraje se sentía usada por su propio hijo, pero no me pudo decir nada, eso lejos de hacerme sentir mal me excitaba.
Los siguientes días la sentí más distante como que se cuidaba las espaldas, se cuidaba su culo, intenté hacer lo mismo, pero no pude durante varios días, intenté masturbarme con sus tangas y calzones y su cuarto ya le ponía llave creo que ya se había dado cuenta de lo que había hecho con sus calzones, me daba miedo que le dijera a mi padre.
Pasaron los días y no pasaba nada, me resigné a solo mirarla, hasta que un día paso algo impensable, íbamos de compras. Mi padre tiene un auto pequeño un pointer, solo fuimos mi padre, mi madre y yo. Yo estaba ya arriba del coche con mi padre cuando bajó mi madre, iba tan hermosa nuevamente, iba con otro de sus leggings ahora era uno negro, sus tenis blancos, blusa blanca ajustada también, su cabello iba con una coleta y como hacía calor llevaba una gorra, era un mujeron.
Como siempre babeaba por su culo, no dejaba de verla, imaginaba lo afortunado que era mi padre de tener ese culo todos los días en su cama, mi madre había puesto ya distancia entre ella y yo y yo con el temor de que le dijera algo a mi padre me mantuve al margen, no por eso dejamos de hablar bien. Subió mi madre y le dio un beso a mi padre, nos fuimos a la plaza, compramos las cosas y justo cuando íbamos al estacionamiento nos encontramos a mi tío, el hermano de mi madre, con su esposa y sus 3 hijos, uno de 18 años y dos niños pequeños. Nos saludamos y mi tío le dijo a mi mama que les diéramos un ray. Me quedé pensando que íbamos a caber, mi papa tampoco quería, pero no tuvo más remedio que aceptar.
En eso entré las compras y lo pequeño del carro, estábamos viendo la forma de acomodarnos a lo que mi tío dijo:
-ve con tu padre en la parte de adelante, tu tía (su esposa) y Salvador (mi primo el mayor) que carguen a cada uno de los chaparros, y yo cargo a tu madre.
No era nada pendejo mi tío, a pesar que era su hermana sabia del culote de mi madre y quería sentirlo también, mi padre que era muy celoso, de inmediato dijo que no, que mejor mi tío y un niño fueran adelante, que mi tía se fuera en la parte de atrás y cargara a otro niño, que mi primo Salvador fuera también atrás cargando las cosas que ellos llevaban y que yo cargara a mi madre. Cuando escuché eso empecé a temblar, mi corazón empezó a latir a mil por hora, mi madre no dijo nada en un principio, pero después asintió.
Nos acomodamos, se subió primero mi primo le pasaron las cosas que llevaban ellos, luego mi tía cargando a mi sobrinito, y luego yo. Cuando me senté mi verga ya estaba súper dura por suerte había llevado pnas por lo que el contacto sería muy cercano. Cuando mi madre iba a subir me dijo:
-a ver si no te canso hijo.
-no ya está bien fuerte el Diego –contestó rápidamente mi tía.
Yo solo me reí, mi madre subió primero, se acomodó sin sentarse tenía su culo a la altura de mi cara y pude ver que llevaba tanga la muy puta, lo que olería esa tanga, hacia tanto calor que seguro llevaba el ano sudado y con la panocha igual, no podía creer mi suerte y más que mi propio padre haya puesto a merced a mi madre, y el momento llegó fue increíble ver como ese culo bajaba lentamente hacia mi pito, fue lo mejor cuando cayeron sentí esa suavidad tan rica, esas nalgotas nuevamente eran mías, sin que mi madre pudiera hacer algo, estoy seguro que sentía mi verga mi madre, pero no decía nada, platicaba con mi tía, pero podía ver de reojo que se sentía incómoda, nerviosa.
Que hermoso cada que rebotaba el carro, parecía como si me la estuviera cogiendo, sentía como rozaba, podía sentir su panocha, hubo momentos en los que la tomé de la cintura, termine eyaculando gracias a su culazo, después de la mejor media hora de mi vida llegamos a casa de mis tíos, ella rápido se bajó, nuevamente la vi apenada, triste y con rabia de saber que otra vez la había usado.
Me encanta que sea mi puta, mi perra, que sus nalgas solo sirvan para acariciar mi verga, que su culo aunque sea de esa forma haya satisfecho la verga de su hijo, ahora quiero llegar más lejos, cogérmela de veras, y sueño que me chupe mi verga seria hermoso.
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