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Hola, este es mi primer relato, esperando les guste, comienzo con mucha expectativa esta nueva etapa con un cambio en la temática de lo que estoy acostumbrado a plasmar en papel.

Sin mucho preámbulo les cuento como soy y quien. Peino canas, ya tengo 61 años, no solamente se me blanqueó el pelo, también se cayó; físicamente me encuentro en estado, debido a que practico deporte, fulbito de vez en cuando y paddle, obvio a mi ritmo, pero hace que me mantenga en forma. Agente de salud, técnico en emergencias médicas, (actualmente y a punto de la jubilación 36 años en la empresa y 44 de recibido) dentro de los parámetros del perfil requerido para la función, 1,78 m de altura y un peso de 70 kg.

Hace 9 años enviudé, esa puta enfermedad que la denominan como un signo de zodiaco, se llevó a la persona que había elegido para compartir el resto de mi vida, justo dos días después de haber cumplido ella los 50 años (yo contaba 53 primaveras) y en escasos tres meses de padecimiento partió de este plano terrenal.

Este tipo de situaciones hacen que te replantees un montón de cosas.

Ambos de familia conservadora, siempre en cuestión de sexo fuimos muy convencionales, a lo sumo una felatio, cunnilingus que a mí me encantaba, pero a ella no le apetecía mucho, intentamos el sexo anal, para poder hacerlo tenía que insistir mucho tiempo (meses) y era porque no le gustaba, decía que no sentía nada especial al hacerlo, lo hacía para complacerme.

En ese punto de mi vida y con 6 meses de viudo y totalmente asexuado, no tenía voluntad, ni deseo de sexo.

Comienzo a relatar; obvio que los nombres son ficticios.

Eran las 9 pm. Luego de una refrescante ducha tenía pensado salir a cenar un sándwich en alguno de los food truck que estaban como novedad en mi ciudad, al encontrarme solo en casa no tenía problemas en deambular desnudo, en ese estado me senté para leer un poco el Face, cuando a los diez minutos aproximadamente se abre la ventana de diálogo y alguien llamada Mica-g me escribe:

- Hola buenas noches

Desconcertado, pero amablemente le contesto, preguntando quien es.

-M- ¿cómo no me conoce? Nos hemos visto. (Tratándome de usted)

-Gino (yo) seguro que sí, pues si no, no hubieras escrito ja ja

-M- tal cual es así

-G- ¿de dónde nos conocemos?

-M- recuerda una cena en casa de mis padres? , yo entre y salí apurada... Solo hablamos un ratito nomas.

-G- ¿la hermana de Luis? (la pareja de mi hija)

-M- jajaja si si

Ya sabiendo quien era estaba más a gusto con la conversación.

Creo conveniente aclarar que solo conocía a mis consuegros y a mi yerno, el resto de la familia por un motivo u otro los fui conociendo muy de a poco.

Estuvimos hablando de cosas banales por un rato y pasada media hora aproximadamente me preguntó qué estaba haciendo, le relaté la situación y le dije que estaba por ir a cenar, y dijo que el plan era bueno y algún día le gustaría ir a cenar a un lugar de esos, le hice la propuesta para la próxima vez que tenga franco laboral.

Desde ese día hablábamos a diario un rato, charlas amenas, hasta que estas fueron subiendo de tono muy de a poco, pero un día saltaron de 0 a 100 en un minuto.

Estaba a punto de darme un baño hasta que de pronto se abre la ventana de dialogo.

-M- hola buena noches, sabes una cosa, te voy a hacer una confesión (ya tuteándome) pero que no se entere nadie, desde el día que te vi me pareciste muy interesante, y me gustaría esa salida a cenar.

-G- buenas noches ¿te parece? Puede ser peligroso... (bromeé)

-M- me gustan los riesgos.

En este punto, mí ya echado al olvido miembro, cobró vida y comenzó a elevarse muy lentamente, no sé por qué causa, motivo o razón.

-G- ¿Sabes que mañana tengo franco laboral, querés que te pase a buscar? Y… concretamos la salida

-M- Hecho, ¿en cuánto pasas?

-G- Me baño y salgo para allá.

-M- fantástico.

-G- Esta bien, me baño me cambio y salgo, aproximadamente en 45 minutos estoy por tu casa.

Me apresuré a bañarme y rasurarme toda la zona genital.

En medio del proceso se me empezó a parar el miembro, parecía un ciclope al que habían soltado después de un largo encierro, sin dudarlo lo enjaboné y sin pensarlo me empecé a masturbar, fueron segundos en el proceso de acariciarme y acabar, fue mucha leche acumulada por tan largo periodo de tiempo, y debo decir que me sentí muy bien.

Llegue al lugar indicado en una hora, le mando un mensaje a su móvil y salió, muy bonita, pechos pequeños, cola pequeña pero respingada y redonda, 47 kilos 1,57 de altura. (Ahora lo sé porque ella me lo dijo)

Fuimos a cenar, luego de hacerlo decidimos ir a dar una vuelta por la ciudad.

Ahí fue donde sin mediar palabras, comenzó a contarme.

Todo comenzó en una noche en que despertó sobresaltada, y que debía confesarlo.

Y así relató.

Desperté muy excitada, nunca recuerdo lo que sueño, pero esa vez retuve esas imágenes como si estuvieran tatuadas.

Soñé que te besaba, y en mi mente aparecían escenas en la cual yo te comía la boca.

Me tomabas de los cabellos con esas dos fuertes manos correspondiendo a mis besos, fusionando nuestros labios y entrelazando nuestras lenguas, fuiste bajando muy lentamente uno de tus brazos hasta llegar a mi cintura, jalándome hacia vos para que nuestros cuerpos se pegaran uno al otro, besándonos como si no hubiera un mañana.

A medida que relataba, me di cuenta su "inquietud" pues se puso muy movediza en el asiento y comenzó muy lentamente a tocarse la entrepierna.

Continuó diciendo que durante ese sueño sintió algo duro que en ese abrazo se interponía entre los dos, y una gran duda la asalto, como sería yo de amante, ¿fogoso, cálido, frio? ¿Cómo sería la forma, color, sabor, aroma y tamaño de mi pene? ¿Me hará gozar?

La corte de inmediato, yo estaba a mil, mi pene quería escapar de mi pantalón, le hago una propuesta, si quería continuar la charla en mi casa, a lo que accedió de inmediato, y partimos hacia allá.

Fue esa madrugada cálida de verano, el día de mi renacer sexual.

Me mantuve callado en el auto mientras duro el viaje, fue un monologo tan hermoso de su parte y con tanta vehemencia que hasta me pareció estar viviendo cada situación, llegando a un punto de casi vaciar mi esperma en mis pantalones.

Llegamos a mi domicilio, cuando estábamos por bajar del auto, nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos, en ese momento nos acercamos lentamente hasta que nuestros labios se encontraron y las lenguas se buscaron entre sí, así besándonos apasionadamente bajamos entrando a la casa, mientras ella sonreía, disfrutando esos besos, totalmente entregada a ellos.

Una vez adentro, comencé a acariciar su curvilíneo cuerpo, con mi miembro ya dolorosamente parado y en posición de entregar todo lo que vendría a continuación.

En la mismísima antesala, comenzamos a desvestirnos mutuamente, con una delicadeza absoluta, quedando en ropa interior, yo con mis calzoncillo y ella con un sostén y un tanga que se introducía finamente entre sus glúteos, mis manos descendieron hasta encontrarse con la firmeza de esa cola, la tome con dulzura y la alce, cruzando ella los pies detrás de mi espalda como si fuera un koala, nuestras partes íntimas se tocaron, notando yo de inmediato la humedad de su sexo que había traspasado la tela de su ropa interior, la llevo así hasta la cama, dejándonos caer en ella, se separó un poco de mí y me hizo acostar, con dulces besos y pequeñas mordidas fue bajando por mi pecho hasta el ombligo, el que recorrió con su lengua hasta llegar a lo que había soñado tan realistamente, mientras lo hacía fue bajando mis calzoncillos, los cuales ayude a sacar, lo miró, casi como desafiándolo y su capacidad de pensar se obnubilo, lo introdujo en su boca casi en su totalidad sintiendo en ella su movimiento al palpitar, se entregó al placer.

Sentí sus labios apretados contra el duro tronco con el subir y bajar por toda la extensión de él, alternando entre sube y baja, tanto rápido como lento, su lengua recorriendo la cabeza en círculos y llegando hasta mis testículos bañando todo con su saliva.

Lo sacaba de su boca solo para observarlo, ya en este punto asomaba en la punta unas gotas de líquido como preludio de ese tan anunciado final.

Le sostuve la cabeza y la hice detener, puse mis manos a sus pechos y rodee su contorno hasta llegar al broche para poder dejar en libertad sus tetas, logrado el cometido, hice lo mismo con su tanga color negro quedando con todo su cuerpo expuesto a mi lujuria, suavemente la posicione como había hecho ella conmigo, recorriendo todo su cuerpo con mis manos rozando levemente, haciendo que se le erizara la piel.

Luego de unos minutos observo que sus piernas se empiezan a separar y me dije para mí, esa es la señal, comencé a rodear todo su sexo muy despacio con las yemas de los dedos, su vagina destilaba líquido, aprovechando eso pase mi dedo corazón por el medio de sus labios vaginales hasta llegar a su clítoris, cuando lo roce, ella se estremeció como si fuera un día de mucho frio, comencé a jugar con él, se retorcía del placer, me fui acercando con mi inquieta lengua hasta el premio ofrecido y chupe todo su sexo deteniéndome en ese capullo recóndito y escondido, el que empezó a tomar más consistencia y dureza, empezaron los gemidos, muy leves, pero que me decían que íbamos bien, de hecho tan bien que a los pocos segundos descargo un tremendo orgasmo al grito de…

-M- Por fin!!!

No me detuve, por el contrario, continué acariciando su concha totalmente depilada, suave como terciopelo y ardiente, masturbándola y estimulando el clítoris, metí un dedo dentro de vagina y escucho...

-M- dos por favor

No me hice de rogar, saque ese dedo e introduje dos, ya en ese punto estaba yo caliente como el horno de una pipa, repetí la operación pero ahora con tres dedos, los gemidos iban en aumento y le vuelvo arrancar otro orgasmo, tremenda acabada tuvo, sus líquidos salían a borbotones, empezó a gemir otra vez, pero ahora me tomo de la cintura e hizo fuerza con las dos manos para que me subiera y la penetrara, posicione mi cuerpo sobre el suyo y mi pija, ya dura como un hierro comenzó a jugar en el exterior de su concha, ella muy hábilmente en un movimiento, no me permitió seguir jugando mi juego, como dije, en un solo movimiento de cadera hizo que mi verga entrara en su tan hermosa, cálida, húmeda y apretada vagina, la que comencé a coger con avidez, primero despacio, después rápido, alternando y según los sus movimientos lo pedían, pero disfrutando cada embestida, no hace falte decir, que con la abstinencia que venía descargue muy rápido toda mi leche dentro de su vagina, llenado cada espacio de ella, bueno en realidad no sé si solo fue mi falta de sexo por tiempo prolongado o los gritos de ella que me pedía...

-M- Acábame adentro, lléname toda, quiero sentir tu leche quemar mi concha.

Tarde mucho en bajar de su cuerpo, cuando lo hice nos abrazamos, nos miramos y reímos, solo reímos,

Me dijo...

- M- Fantasía cumplida, hace mucho que vengo queriendo coger con alguien que me haga sentir una verga de verdad y poder cabalgarla a gusto, sobre todo si es mucho mayor que yo.

Hubo un silencio.

-M- Esta muestra médica estuvo fantástica, ahora quiero ir por una terapia intensiva...

Seguimos haciendo el amor toda la noche hasta quedar exhaustos.

La verdad nunca creí que vendría algo que nunca imagine.

Quiero aclarar, que al momento de lo sucedido, yo contaba con 53 a puertas de los 54 años y ella 28. Esta relación aun continua, de hecho, hoy es mi pareja.

Hay mucho más para contar, inclusive como nos pusimos a incursionar en el bondage.

Ojalá haya sido de su agrado, espero críticas y sugerencias serán bienvenidas y aceptadas.

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