Nuevos relatos publicados: 12

Follando con mi vecina en la azotea

  • 15
  • 36.843
  • 9,42 (26 Val.)
  • 2

A inicios de la cuarentena en el mes de marzo, aun hacía calor en Lima y la azotea del departamento donde habito con mi mujer, solía encontrarme con una vecina joven que con los días tuvimos encuentros furtivos a escondidas de nuestras parejas, fue una cuarentena de mucho sexo con mi joven vecina.

El confinamiento cambio la vida de muchas personas, la mía se volvió más monótona de lo que ya era, pero sin embargo el Covid 19 me premio con una vecina joven hambrienta de mucho sexo.

Para esto ya meses atrás se había mudado una vecina joven al departamento, continuo al mío el cual compartíamos azotea, cual solo nos separaba un muro de 1 metro. Solíamos cruzarnos, pero debido a la pandemia ella se quedó sola las primeras semanas, ya que resulta ella era la amante de un tipo casado el cual le había puesto ese departamento como para asegurarla como suya y seguro dándole demás caprichos, ya que se notaba casi siempre bien maquillada y acicalada como toda mujer que busca que la consientan.

Resulta que en los días que uno podía salir solo algunos días y por género, el papá de mi mujer venía a recogerla con un pase especial, ya que solo se podía transitar muy rara vez, ocasión el cual yo me quedaba solo en casa haciendo algo de home office, pero algunas ocasiones salía a la azotea a respirar algo de aire poniendo música de mi móvil y tomando algún trago que tuviera a la mano.

Hasta un día de mucho calor, me dirige más temprano de lo habitual a la azotea, para distraerme con el día ya que mi mujer se había ido por el fin de semana a casa de sus papás, y ahí estaba ella sentada sobre una silla de playa tomando solo con un bikini negro que marcaba perfectamente su pequeña figura, sería de 1.60 delgada, pequeños senos piernas formaditas con su copa de vino helado en su mano y con la mirada cielo cubriéndose con unos anteojos el brillo del sol.

Me acerqué para cautelosamente y a la vez nervioso ya que tenía a tan bella hembra a metros mío con un muro entre ambos el cual controlo que la haya embestido y poseer tan bella mujer. La quede mirando unos segundos el cual ella giro y mirándome de reojo dio un salto de susto y dejando caer su copa que la caer se rompió.

-¡Ayyy vecinooo… que sí que paso? -decía nerviosa palabras sin sentido.

-No, descuida tu sigue, discúlpame más bien por saludarte antes y hacerme notar. Ten cuidado con el vidrio -mientras ella sentada miraba por donde no pisar ya que andaba descalza.

-¡Cuidado, déjame ayudarte! -salté el pequeño muro rápidamente y le acerqué unas sandalias que tenía sobre una lavadora, ya que su azotea tenía un pequeño cuarto de lavado

-Ok, gracias… pero ten cuidado también no te vayas a cortar -me encontraba en bividí además de un short y unas sandalias veraniegas.

-Descuida -Le repliqué.

-Cuál es tu nombre? -me dijo.

Le dije el mío y también le pregunté por el suyo… entre nervios y risas por lo que había sucedido.

Mientras ella se quitó los anteojos y se mantenía inmóvil ya que tenía el temor de quizás pisar los vidrios, hasta ese momento no hubo nada fuera de lo común hasta que volví a regresar al lado de mi azotea y ya ambos de pie mirándonos ella un poco avergonzada por estar en bikini tuvimos una charla provocativa.

-Discúlpame por no pasarte la voz, pensé que estarías dormida y me acerqué con cuidado además mucho tiempo en el sol, podrías haberte bronceando mucho.

-No descuida recién estaba disfrutando de la mañana y pensé que no habría nadie, ya no volveré a salir así tendré que privarme de este pequeño relajo que tenia

-¡No, que dices!, discúlpame más bien si te incomode, no te prives de este calor además ya somos dos, ya que yo también había pensado tomar sol aprovechando que el verano está a días de irse. Si quieres te acompaño

-Si, o sea… y tu mujer no subirá y no se amargará si nos ve así

-No descuida ella no está, se fue el fin de semana a casa de sus papas y yo me quede trabajando home office.

-Bueno Ok, pero que miedo te imagina si nos viera qué pensaría nos mata a ambos -riéndonos

-No, bueno… creo que también haría lo mismo tu pareja si nos encontrase así.

A lo cual ella me dio una respuesta corta, pero concisa.

-La verdad no creo que se aparezca buen tiempo, él tiene sus hijas y esta que pasa con ellas la cuarentena, supongo que también al lado de su ex esposa… así que me queda, en fin, no quiero hablar de eso -mientras ella barría los vidrios de la copa y veía contornear su pequeña figura el cual notaba ya con el sudor que producía el calor.

-Si deseas, pudo acompañarte y tomar sol mientras charlamos un rato.

-Uhm bueno, si es que no estas ocupado -mientras ella volvía a acomodar su silla para seguir tomando sol

Baje rápidamente, mientras me iba quitando la ropa sucia, la cual me manche, al cruzar le muro, busque mi ropa de baño más ceñida que podía tener, agarre mis lentes de sol, y agarre un par de latas de cerveza que tenía en la refri, y volví de inmediato

Ya en la azotea, vi que no estaba y me dije seguro se arrepintió, empecé a mirar por la calle hasta que sentía que subía su escalera, ya se encontraba con un pareo mientras la veía acercarse meneando su figura como tratando de provocarme, en la y traía copas vacías con su botella de Riccadonna helada en las manos.

-Hola, aquí estaba esperándote... pensé que ya te habías ido.

-No, que va solo fui a traerme el resto de mi botella… pensé invitarte, pero veo que ya trajiste tu cerveza

-Bueno, pero si me quieres invitar, no te voy a decir que no

-¿Nunca dices no a nada acaso? -mientras ella me miraba toda picara

-No, digo si… depende -mientras me sentía sonrojar

-Pero donde te vas a sentar a acompañarme

-Aquí en el muro no hay problema que me siente.

-No, mira al costado de la lavadora tengo otra silla tráela si quieres para que te sientes y estés más cómodo

Procedí saltar el muro otra vez teniendo cuidado, lavándome las manos rápidamente en su pequeño caño que tenía en su cuarto de lavandería, y a traer la silla y ponerla algo cerca de ella mirándola de perfil. Mientras empezó a sonar su celular al cual contesto y haciéndome una seña de silencio con su dedo le contesto a su marido.

-Hola, si si, estoy aquí tranquila, ya el lunes viene mi mamá... si ayer compre cosas en plaza vea para cocinarme, ok no te preocupes si ya... estoy lavando la ropa... te llamo en un rato ok porque también ya me pongo a cocinar... ya un beso -colgando- ¡estúpido ahí! Encima que esta con su ex mujer me llama a controlarme… idiota.

La notaba enfadada, pero en el acto procedí a quitarme el polo y solo quedarme en short mientras servía las copas de champagne para brindar, mientras ella se puse de pie y se quitó el pareo colándola sobre su silla… estábamos ya con calor del sol de casi del mediodía.

-Uy, me olvide mi bloqueador… voy a tener que regresar…

-No, espera tengo detrás de mi silla en el bolsillo

Me acerqué detrás de ella y mientras sacaba su bloqueador, pude apreciar como sus senos estaban con sudoración, mientras me aplicaba en mi cuerpo y solo atine a provocarla.

-Que lindas montañas se ven desde aquí

-Montañas, pero si solo son cerros de arena y casuchas que se ven al fondo de la ciudad

-Me refería a tus montañas -a los cual ella miro sus pechos y reímos ambos

-Así!, así que te gustan mis montañitas… pero son muy chiquitas, yo la he visto a tu mujer y si tiene buen busto, tu sabes cómo somos las mujeres nos fijamos las unas a la otras

-Bueno, pero no por eso me van a dejar de gustar otros bustos de las mujeres que veo por la calle

-Ah ósea eres un mirón!... que dirá tu mujer... hombres solo se fijan en la figura… mañosos, con razón te acercaste a mirarme mientras estaba yo distraída

-y tú? acaso que ves de los hombres... me vas a decir sus ojos y sus manos, acaso nunca te has imaginado como será un paquete de un hombre -mientras ella quedo muda y yo terminaba de echarme el bloqueador.

-Bueno me fijo en muchas cosas, pero no quiero mencionarlas ahora… brindemos antes que se caliente el Riccadonna

Mientras servía las copas, sonó mi celular y dije mi mujer, le hice la señal de silencio -así como ella me lo hizo- sonrió y se echó como disfrutando el sol mientras escuchaba nuestra conversación.

-Hola amor, que tal llegaste… si ok… ya en un rato me pondré a cocinarme no tengo mucha hambre aun… ya amor entonces ya vamos hablando, besos saludos a tus papas

-Uhmm, entonces tampoco tienes que comer ya somos dos que al parecer vamos a comer tarde.

-Sí, bueno… cosas de la cuarentena tiene sus ventajas y desventajas, estaré solo el fin de semana relajándome un poco... pero también tendré que cocinarme algo

-Entonces van a dejar solito a mi vecinito, estaremos solos, tendremos que darnos compañía pues

Sentí en ese momento que mi verga empezaba a ponerse dura, tenía tanta excitación que me quedé mudo y ella solo a atino a mirarme y sonreír, no podía si se había dado cuenta que me estaba poniendo cachondo. Así seguimos charlando un poquito más... hasta que decidió pararse y decirme:

-Bueno vecino ya me tengo que ir a cocinar -con voz de oh que pena

-¿Que ya, tan pronto? -mientras estaba tomando la primera lata de cerveza que abrí

-Si, bueno… sino que voy a comer

En ese momento me levanté y me puse cerca de ella

-Bueno vecina, pero en mi casa le podría invitar algo de comer -mi verga se iba poniendo dura

-¿Así, como qué? -como tratando de que me insinuara

-Bueno tengo mucha carne, ensaladas, bebidas frías… pero en especial mucha carne

-Déjeme decirle que me gusta mucha la carne, pero de otro tipo -mientras se acomodaba el pelo al viento

-Pues tengo de todo tipo, es más le puedo hacer un adelanto como una degustación de adelanto -procedí a bajarme el short de baño dejando escapar mi verga erecto con algo de fluidos

-Vaya, que, si esa carne se ve jugosa, hasta chorrea -sonriendo y con su voz tornándose más excita -ella miraba mi verga, mientras yo bebía un sorbo de mi lata de cerveza.

-Bueno esta vez tendré que rechazar su degustación, en verdad soy vegana

A lo cual atine a mirarla como confundido… y la tome de su cadera y la pegue junto a mi como dándole entender de que esta no se iba a ir tan fácilmente.

-Vecino!!! Que hace suélteme… No se va atrever a forzarme a hacer algo que yo no quiera -mientras sentía que su respiración se notaba más agitada

-¡No vecinita, no voy a hacer nada que no le guste menos obligarme a chuparme la verga! -mientras ella quedándose muda solo atino a obedecer

-Agáchate, no me vas a despreciar este pedazo de carne jugoso que sé que te va encantar, así seas vegana, esta carne si te va gustar y me vas a pedir todos los días -estábamos llevándonos de la arrechura.

La agache mientras la bajaba del hombro, ella se puso en cuclillas y mientras se empezaba a masajear con una mano unos de sus pechos empezó a darme una intensa mamada de verga que me hizo dejar caer mi lata de cerveza al suelo.

-Ahí tienes vecinita sigue así chupándola… ohhh que rico lo haces -mientras devoraba mi verga sucesivamente una y otra vez

-Ves que te gusto sigue chupándola

-Uhmmm Ohhhh uhmm slupp, slupp… rico… uhmmm ya extrañaba chupar una verga y la tuya me gusta

-¿Más la de tu marido? -tratando de que me diera una respuesta cachonda

-Uhmmm si!!... está más rica… la verga de mi marido no se le para tan firme como la tuya y la tuya es más cabezona uhmmm que rica verga uhmmmm sluppp

-Y tú que rico la chupas, ni mi mujer lo succiona tan rico como tu… quiero que te tragues mi semen… ok… quiero que te lo tragues todo… ya que mi mujer no me da ese placer -eso hizo que la excitara más y empezó a masturbarme con intensidad mientras sentía que ya iba a explotar

-Eres un atrevido, te aprovechas de mi porque estoy sola e indefensa uhmmm uhmm

-No me aprovecho de nada, haces tiempo cuando cruzábamos miradas sabía que te gustaba y ahora me lo estas demostrando… bendita se está cuarentena, que por eso ahora me lo estas mamando así de rico -mientras la sostenía de la cabeza y follaba su boca, estábamos acalorados por el sol y mientras apretaba mis huevos y succionaba sin parar -ohhh ohhh me vengo, ¡me vengo!!

Se arrodillo rendida al placer y deje venirme a chorros mientras veía que cerraba los ojos y disfrutaba de los chorros que le daba, atino a abrir su boca y mientras chorreaba algo de mi leche sobre sus mejillas y no dejaba de chupar solo repetía.

-Uhhmmm que rico... que calentita tu leche... se ve que estabas cargando acaso tu mujer te tiene descuidado

-No, tanto, pero tengo mucha leche para ella y para ti ahora… ¡¿Si ella puede compartir porque tu marido no?!

-Cállate, uhmmm

Mientras mis dedos se cruzaban en sus cabellos y veía como sus pechos al aire tenían pequeños chorros de semen y empezó a lamer mis bolas y a dejarme la verga tan limpia y reluciente al sol que solo disfrutaba de aquel espectacular momento.

-Wao, sí que me dejas sorprendido de lo bien que lo mamas

-¿Bueno tengo mis habilidades, y yo acaso no voy a recibir nada?

Quedando sorprendido de que quería que me la follara, nos quitamos nuestros trajes de baño y mientras rosaba mis dedos sentía su vagina mojada, acto seguido la lleve al cuarto de lavado y colocándola sobre la lavadora con las piernas abiertas, empecé a lamerle su vagina y frotando con mis dedos sus piernas sus nalgas y su ano, el cual le excito y empecé a lamerle hasta el culo ya dilatada, empezó a pedirme que la follara; la baje y la coloque culo a mí y empecé a fallármela una y otra vez, su cuerpo se contorneaba de excitación ambos estamos con los con los aromas del bloqueador a coco nos sentíamos en la gloria

-Te gusta que te folle verdad... nunca imaginaste que esto pasara... y ahora pasara las veces que queramos

-Si, a lo mejor pero no debe saber nada tu mujer ni mi marido porque nos matan, pero tienes que follarme como no lo hicieras a tu mujer ok

-Ahora serás mía… no tengo problemas en compartirte -mientras seguía penetrándola una y otra vez hasta que la rodeé de sus tetas y sentí venirme- ya me vengo otra vez.

-Espérate, no puedes venirte en mí -se giró y empezó a chupármela de nuevo- vente vente

-Ohhh Ohhh… toma toma ahhh

Volví a venirme a chorros con menos excitación, mientras ella me exprimía la verga hasta para que no dejase escapar ningún chorro, solo veía su cara sudorosa y su cuerpo de cuclillas mientras miraba mi verga y se encargaba de lamer todo nuevamente.

-Bueno ahora si ya me tengo que ir, tengo que cocinar

-Bueno vamos, te acompaño

Medio sorprendida, bajamos a su departamento y entramos a su ducha y nos refrescamos por el momento, mientras nos besábamos y ya entregados a la infidelidad, prometimos seguir viéndonos a escondidas.

-¿Mañana que seguiré solo, nos vemos en la azotea de nuevo?

-Ok, pero porque mejor no me visitas esta noche, ya tardé plan de 11 pm mi marido me llama por la noche para despedirse -mientras me acariciaba mi espalda de lo abrazados que estábamos y yo solo arrimaba mi verga con su concha.

-Igual yo mi mujer me llama para despedirse, te visito en la noche… quiero seguir follándote, pero en tu cama

-Ok, será nuestro pacto

Intercambiamos números, ella en bata y yo con un pantalón de buzo y un que me presto de su marido, fuimos a su cocina y cocinamos algo express... mientras ella servía yo la besaba del cuello y le acariciaba las piernas, fuimos libres por un momento, nadie nos iba a interrumpir.

-Bueno ya regreso en la noche, me esperas lista ok, te silbo (silbe con un tono fácil de reconocer)

-Ok, ese será nuestro llamado -mientras nos mirábamos con excitación

Regrese por la azotea y salte, con mi ropa de baño en la mano hacia mi azotea y regrese a descansar, esperando que sea la noche para nuestro nuevo encuentro, así con la hora pactada y ya libres de llamados, fui a la azotea silbe y ella desde la puerta entre abierta que daba acceso a su casa, grito que pasará, así tuvimos una noche de más sexo, mas mamadas y muchas poses del Kama Sutra el cual dominaba, y entre mi decía con razón ese viejo la tiene en un altar, tremenda hembra que te hace feliz en la cama… ya a plan de 3 am y cansados sobre la cama, le dije:

-Ya me voy -con voz de pena

-No, quédate mañana es domingo y nadie se mueve en las calles, ni nos molestaran

-¿Segura? -Mientras le acariciaba sus caderas y atinaba a oler y besar su cuellito

-Si quédate no quiero estar sola, tenemos todo este tiempo para nosotros

Así nos quedamos a dormir en su cama y al amanecer nos sentíamos tan liberados como si no existieran nuestras parejas, pasamos un rico domingo desnudos sobre su sofá, mientras solo guardábamos silencio cuando nos llamaban, bendito covid 19 y gran mujer que vi por algunas ocasiones más, hasta que se aligeró la cuarentena y ahora yo paro más con mi mujer y su marido viene a verla seguido… aunque nos quedamos con la promesa de que nos veremos en algún momento después que pase todo… nos deseamos y eso no cambiará por ahora.

(9,42)