Nuevos relatos publicados: 11

Historia de una cama

  • 10
  • 6.163
  • 9,75 (4 Val.)
  • 11

En mi esfuerzo de publicar en cada una de las categorías de la página, espero que sea de agrado.

Mi esposo amado, tenía tiempo de no poder descansar quejándose que el motivo de su insomnio era nuestra cama, motivo por el cual, empecé a buscar un nuevo lecho nupcial, pero entre las responsabilidades laborales y hogareñas, el tiempo no me daba, al fin encontré un negocio que acepto extender su horario de atención para recibirme en su sala de exhibición.

Saliendo de la oficina me apresuré a llegar, tristemente vi el negocio totalmente oscuro y cerrado, algo enfadada marqué al teléfono, en menos de dos timbres;

Vendedor: Alo

Yo: Hola, soy Elena Rmz, hablo por la cita para ver los muebles, el negocio está cerrado.

Vendedor: Si, señora la estoy esperando, pase por la puerta lateral, ya LE ABRO.

Finalmente, pude acceder al negocio, el cual estaba iluminado débilmente con luz indirecta en su interior, me recibió un joven, con un incipiente bello facial, vestido formalmente, delgado y educado.

Vendedor: Y que tipo de mueble le interesa Señora Elena

Yo: Busco una cama, Queen o King.

Vendedor: Están en segundo piso, por aquí- indicándome el camino para ir por delante de él.

Siempre he pensado que esta práctica caballeresca, más que por educación, es para podernos ver mejor las nalgas, confirmado que mientras subía las escaleras, en dos ocasiones se tropezó mi joven vendedor.

Yo: Todo bien? –girando mi cabeza sobre mi hombro izquierdo

Vendedor: Si Señora – sonrojado y visiblemente nervioso

Al llegar al segundo piso, el joven se apartó a un extremo, y toda la sala se ilumino claramente, tenían un surtido abundante de camas, pero todas ellas de diseño moderno con bases al ras de suelo.

Yo: Son todos los diseños que manejan? – desilusionada

Vendedor: Así Señora, diseños de última generación.

Yo: Bueno, entonces no le quito más su tiempo, busco algo más conservador o tradicional-

Vendedor: Pero Señora, nuestros diseños, además de vanguardista, tienen gadgets, de ultima generación que harán más cómoda su vida, con conectividad bluetooth y wi-fi.

Yo: Vera, sabiendo que insistiría con tal de lograr la venta, es por el tema…sexual- ahora la sonrojada era yo

Vendedor: Si es eso Señora, tenemos nuestro modelo Kamasutra – señalándome una cama de respaldo color nogal oscuro y sábanas blancas de seda – digitando su celular el colchón se contorsiono para en forma triangular, un panel de abrió de la cabecera, dando acceso a unas barras – y también tiene control de temperatura toque.

Curiosa toque con mi mano el mueble y efectivamente la cama desprendía un calor húmedo muy agradable

Yo: Si se ve, pero, no son los gadgets es el diseño… no creo que me dé el servicio que necesito para … Usted sabe la intimidad …- con mis mejillas bastante sonrojadas

Vendedor: Señora, le aseguro que la cama tiene todo para Satisfacerla- en un plan por demás condescendiente

Voleando los ojos hacia arriba y exhalando en señal de desesperación.

Yo: Por favor, regrese la cama a su estado original, solo deje la temperatura regulada

El joven vendedor obedeció algo expectante a mi solicitud, deje mi bolso en la cama continua y me posicioné a un costado de la cama entre el mueble y él, con ambas manos tome la cintura de mi blusa y ante la mirada atónita del vendedor la deslice fuera de mi cabeza, arrojándola junto a mi bolsa, mientras acomodaba mi cabellera desabroche mi pantalón, me senté en la cama, para deslizar por mis suaves caderas y piernas la prenda, una pierna y después la otra, ahí estaba yo sentada en medio de una sala de exhibición, solamente cubierta por mi ropa interior y tacones, disfrutando de la cara de sorpresa de esta joven vendedor.

Yo: Acércate, prometo no morderte, al menos que eso quieras - sonriéndole

El emitió un sonido gutural en señal de aprobación y en estado de chock se acercó a mí, con tranquilidad abrí su cinto, desabroche su pantalón y lo baje de su cintura hasta sus tobillos, el inocente traía puesto una trusa blanca de algodón, ternurita, la cual con ambas manos también baje hasta sus rodillas, y entonces me encontré con él, el “mini vendedor”, seguramente eran los nervios o la falta de experiencia o la sorpresa, pero ahí estaba el escondido detrás de una mata tupida de ensortijados bellos, empecé a acariciarlo entre mis dedos, empezando a dar señales de vida.

Yo: Creo que necesita respiración de boca a boca. - engullendo el tierno pedacito de carne entre mis labios

En la sala solo se oían los sonidos guturales emitidos por mis labios y los gemidos de placer del joven vendedor, el” mini vendedor”, muy pronto demostró que pertenecía al “equipo sangre”, décupleteando su tamaño, rápidamente mi boca estaba llena de deliciosa y joven carne masculina.

Vendedor: ¡Dios sí, chúpalo todo, trágatelo todo!" siseó con los dientes apretados, agarrándome del cabello con los dedos apretados mientras atraía mi boca más profundamente en su rígida verga, No solo el mini vendedor tomo vida, también el joven vendedor, daba señales.

Chupe ruidosamente la carne palpitante, mi lengua se deslizó por debajo de la erección suave, cubierta de saliva, mis labios agarraron con avidez su pinga. Mis uñas rozaron la parte posterior de su trasero desnudo, acercándolo más profundamente, quería tragarlo entero.

Intercambiamos miradas mientras sentada en la cama que el pretendía venderme yo sorbía su verga, y podía ver por sus expresiones que mi joven vender no podía creer su suerte.

Aquí estaba una desconocida, chupándole el pito, solo cubierta con lencería a juego con sus tacones, un bra de media copa negro que apenas contenía mis hinchados senos, tacones altos y una tanga de encaje negro semi transparente.

Vendedor: "Mama bien rico, Señora", gimió, retirando la polla de mi boca y masturbándose, yo bajé a sus tiernos y peludos huevitos y los metí entre mis labios mientras él se masturbaba.

Yo: "Me encanta chupar vergas", respiraba torpemente,

Presione mis brazos juntos, lo que obligó a mis globos frontales abultarse majestuosamente. La cara del joven vendedor delato su emoción al ver mis pezones asomarse por el borde.

Vendedor: “Recuéstese”- aun con su cortesía conocida hasta el momento.

Me puse de pie, lo tome de la camisa y lo jale hacia mis pechos, besándolo cachondamente y mismo tiempo apretando su polla con mi mano libre, de un tirón abrí su camisa, con la respiración excitada, me recosté en la cama, y en mismo paso resbale mi tanga de mis caderas, a mis muslos y ahí fue dar mis tobillos enredándose en uno de mis tacones.

Una de mis manos jugaba con mi cuquita chorreante, y la otra le indicaba con el índice “VEN”.

El inocente vendedor, demostró no ser tan inocente, de rodillas entre mis piernas enterró su núbil rostro en mi tarro de miel. Gemí en voz alta cuando sentí su lengua retorcerse dentro, lamiendo y relamiendo, sus dedos entrando en mi suave y sedoso coñito, dos, y luego tres. Buscó y encontró mi clítoris; tocándolo con los dedos, se lo metió en la boca y chupó el pequeño frijolito, mi miel goteaba de mi cuquita palpitante. Como una rata del desierto reseca, el joven, y ex inocente, vendedor se llenó la garganta con mi dulce y suculento desbordamiento.

Vendedor: "Voy a Culearte, bien culeada, puta", el educado vendedor, se había ido junto al inocente también.

Se enderezo sobre sus rodillas y metiendo sus muslos bajo los míos, suavemente la punta de su polla toco los labios de mi coño, como pidiendo permiso para ingresar, con ese gesto tan educado no podía negarle la entrada, con mis manos abrí mis labios para permitirle acceder a mi cálido y húmedo refugio, que lo esperaba con ansias.

Yo: "Culeame, bien culeada"

Manteniendo su erección perfectamente quieta, dejando que me retorciera en la cama para empalarme en él, en un parpadeo empujó, llenando la vaginita con su imberbe pinga dura como el cemento. Deje escapar un grito ahogado de placer cuando su magnífica verga me llenó, sus bolas se detuvieron contra mis nalgas.

Lo apreté con los músculos de mi aceitado coñito, disfrute de la sensación de la pinga del vendedor dentro, Dios mío; ¡Tenía una pinga muy buena!

Entonces el cabroncito se echó hacia atrás, y luego embistió de nuevo, y luego se retiró, de modo que la punta de su bulbosa pinga descansaba justo en la parte exterior de mis labios. Allí se quedó quieto, sin moverse, mis caderas giraban en busca de su pinga, sobre las sábanas con absoluta frustración.

Yo: "¡Cógeme, hijo de tu pinche madre!" levantándome de la cama para abofetearlo. "¡Métemela, cabron!"

Vendedor: "Lo que la clientela ORDENE", sonrió

Entrando lentamente en mi cuquita, centímetro a centímetro, palmo a palmo, hasta que estuvo completamente incrustado una vez más. Retirándose de nuevo, repitió el proceso, esta vez un poco más rápido.

Yo: "Te gusta satisfacer a la clientela, que te ordenen, ¿verdad?" apoyándome en los codos, mirándolo pertinazmente.

Vendedor: "Si, y si tienen un vocabulario tan vulgar como suyo, mejor"

Yo: "¿Te pone duro?"

Vendedor: "Muy duro", guiñando un ojo.

Yo: "Entonces” levantando las caderas para recibir su empuje. "Cógeme, cabron", "¡Méteme toda tu pincha verga en mi cuquita!"

Vendedor: "Lo que Usted, ordene", gimió, su empuje se aceleró.

Yo: "Pendejo, Me encanta tu pinche verga, muévete y cógeme, pendejo de mierda "- extasiada

El vendedor ahora me había agarrado de la pierna derecha levantada y estaba penetrándome, sus bolas se balanceaban precariamente contra mi perineo.

Yo: "Sí, ¡sí!"- mi desahogo llegaba y llegaba intempestivamente

Ya no podía hablar solo agudos chillidos de placer salían de mi boca, cuando mi cuerpo se estremeció con los embistes del núbil vendedor. Mis pechos se tambalearon y se brincaron fuera de la media copa del mi bra, Él miraba alegremente mis senos que temblaban y se mecían como gelatina. Alcanzó uno de ellos y apretó el esférico tembloroso, sintiendo el pezón endurecido en la palma de su mano, entre sus dedos.

Aún enterrado dentro de mí, se recostó cayó encima de mi cuerpo, ahuecando mis pechos mientras lo hacía, metiendo uno de sensibles pezones en su boca. Mis manos ahuecaban su cabeza, gemía mientras chupaba con fuerza mi teta hinchada. Todavía penetrándome soltó mi pezón antes de rodar su lengua alrededor de él, saboreando su sabor. La saliva goteaba de su boca y rezumaba como melaza por mi pecho redondo.

Yo: "¡No pares, hijo de puta!" le advertí

Me doble debajo de él mientras mi orgasmo recorría mi cuerpo.

Yo: "Oh sí, ¡ya llegooo!" jade, arañando su espalda y hundiendo mis dientes en su estrecho hombro.

Vendedor: "¡Córrase, Señora, oh sí, ¡córrase toda!" gimió,

Su pinga ahora martillando en mi apretado y húmedo coñito, mientras yo me frotaba maravillosamente mi clítoris, me corrí gritando, estrepitosamente.

Grite, estremeciéndome debajo de él, apretando su verga dentro de mi rociada cuquita. El barbilampiño vendedor inclinó la cabeza hacia adelante y me besó, captando el último de mis clímax en su boca, pronto farfulle de placer.

Vendedor: "¿Le gusto?" – yo aún sentía las réplicas de mis orgasmos, enrojecida y agota.

Yo: "Oh sí, oh sí, criaturita", ronronee

Vendedor: “Este modelo de cama puede hacer magia”

Yo: "Tu verga puede hacer magia."

Vendedor: "Lastima que no te alcance " sonriendo.

Yo: "Y después te va a doler tus huevitos ¿verdad? Entonces déjame ayudarte", lamiendo mis labios.

Vendedor: "Si insiste", retirándose de mi goteante vagina

Se puso de rodillas y se puso en cuclillas sobre mí, dándole a mis pechos un par de golpes juguetones con su pinga antes de colocarse sobre mi cara.

Entonces ruidosa y alarmantemente un grito salió de mi boca;

Yo: ¡MI MARIDO!

El joven y destanteado vendedor saldo como resorte fuera de la cama.

Yo: ¡RAPIDO ESCONDETE! – señalándole hacia debajo de la cama

El vendedor, confundido y acelerado, trato de meterse bajo la cama golpeándose fuertemente la cabeza, entonces ya no pude más;

Yo: Jajaja, - carcajeándome -ya ves que un diseño moderno no me sirve, cuando encuentres un modelo clásico o conservador llámame.

Tomando mi ropa y vistiéndome mientras me retiraba del negocio, de momento no supe que fue más doloroso para el núbil vendedor, el golpe en la cabeza, el dolor de sus huevos sin desahogo, la venta no realizada o la humillación del conjunto de todo lo mencionado.

Me encanta los comentarios, igual si quieren compartir alguna idea, anécdota o fantasía los espero en mi IG.

(9,75)