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Ignorar no es bueno (Parte I)

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Ese día, él volvió a escribirla. Llevaban tiempo sin hablar y apenas se hacían caso aunque él deseaba encontrarse con ella y disfrutar de su visión.

Ella había colgado varias fotos: una tras salir de la ducha y él la había comentado como solía hacer con algún muñecajo.

Ella le había ignorado, pero al insistir, ella le contesto y charlaron un poco. Hablaron de ese distanciamiento y que a él no le parecía bien, porque estaba cómodo y a gusto hablando con ella así que se armó de valor y la invitó a tomar algo o a cenar... Que ella eligiera.

Ella, no se lo pensó y le dijo que aceptaba cenar, así que concretaron hora y lugar donde él la recogería.

Él estaba nervioso, porque aunque había conseguido la cita que tanto deseaba pensaba que no tendría nada más, aunque con eso se conformaba.

Se ducho, se arregló la barba (aunque a ella no la gustaba) y se puso las lentillas.

Se presentó en donde habían quedado unos minutos antes y la esperó... Ella salió del portal con un pantalón ceñido negro, camiseta blanca y una cazadora de "malota", el pelo suelto y los labios pintados de rojo: espectacular. Él se bajó para saludarla, darla dos besos y ayudarla a subir al coche, una vez dentro la dijo que estaba muy guapa y ella le sonrió.

Como habían quedado pronto, decidieron ir a tomar algo antes de cenar. Buscaron una taberna irlandesa, con música tranquila y mesas apartadas para tener algo de intimidad.

Pidieron unas cervezas y fueron hablando. Él no dejaba de mirarla a la cara y los labios y la prestaba atención cuando hablaba, ella comentaba y se sonreía con las conversaciones.

Llegó la hora de irse a cenar pero mientras tomaban las cervezas también habían estado picando algo y no había mucha hambre. Decidieron cambiar de sitio y antes de levantarse, ella le puso la mano sobre la de él y le dio un ligero apretón, él la miró extrañado pero disfrutó de ese apretón y le correspondió con otro. Tras este gesto, se miraron y se acercaron para besarse.

Se besaron suave y lentamente, y sus manos de soltaron para acariciarse los muslos del otro. El decidió dar un paso más y dirigir su boca al cuello de ella para besarla y pasar su lengua por allí. Ella accedió y subió un poco más la mano de manera que sus dedos rozaban su entrepierna, entrepierna que había comenzado a crecer por los besos húmedos y las caricias de ella. Ella también debía estar excitándose y decidieron parar porque no era el sitio. Se miraron y ambos se levantaron sin saber hacia dónde, salieron del local, se fueron al coche y durante el camino él la propuso ir a su casa...

Subieron rápidamente y una vez dentro, el cerro la puerta con ayuda del cuerpo de ella. La empujó contra la puerta y comenzó a besarla apasionadamente mientras sus manos la recorrían desde la cintura hasta su cuello, ella también jugaba son su lengua y trataba de quitarle a él la camiseta, así fueron poco a poco hasta la cama y allí se arrancaron la ropa mutuamente. Quedándose solo con el tanga ella y él con el slip.

Él la tiro sobre la cama y comenzó a recorrer con su lengua, empezando por el cuello, parando en sus pechos y pezones y yendo hacia su entrepierna.

Ella se limitaba a acariciarle la cabeza y mover las piernas como muestra de placer, hasta que él bajó y comenzó a jugar con su lengua en la ingle, ella flexionó las rodillas y abrió para que el pudiera jugar lo que quisiera pero cuando no podía más, se quitó el tanga y dejó su coño depilado para que él lo comiera sin piedad.

Él metió sus manos por debajo de su culete para apretarla las cachas y hacer fuerza cuando su lengua recorriera sus labios y se centrará en su clítoris.

Así estuvo un rato, comprobando lo caliente y húmeda que estaba pero no dejo por ello de lamerla y buscar con su lengua el clítoris. Ella gemía de placer y le apretaba la cabeza contra su coño cuando tenía algún espasmo, él se concentró en el clítoris y su lengua y dedos la acariciaban hasta que no pudo más y se corrió…

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