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Inicio de mi vida sexual como escort: Segundo cliente

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Luego de terminada mi "relación laboral" con julio, necesitaba otro cliente, otro que pudiese pagarme por tener sexo de manera frecuente, aún no me atrevía a estar con muchos, así fue como llegue a Carlos, Carlos tenía 47 años, era un tipo calvo, ojos algo azules, con algunos tatuajes, de unos 1,85 de alto y de contextura media, era proporcional a su cuerpo, pero con algo de panza.

Luego de acordar los términos que eran, sin golpes, nada forzado, lugar de encuentro, precio y día, es que me dice que lo primero que quiere es cumplir una pequeña fantasía, la cual consiste en ir a un cine porno de los que se encuentran en el centro.

Su idea era que estando ahí nos tocariamos entre los dos y haríamos lo que nos saliera hacer donde sea en el momento que sea, pero resguardando que nadie nos conozca en el lugar y que sea lejos de donde nosotros frecuentamos habitualmente, pues ambos hacíamos esto en secreto.

Llegó el día, yo fui de mini falda de jeans, una polera de seda negra con flores, sin sostén y de bajo de mi falda una pequeña pantaleta de encaje negra, mis sandalias y una cartera en la que llevaba preservativos, ropa interior de cambio y mi billetera.

El vestía normal, de pantalones oscuros, camisa, me esperaba en su auto, al subir lo saludé y al intentar darle un beso en la mejilla me sujeto del cuello delicadamente y me olió, pasando su nariz y boca muy cerca de mi cuello, posterior a eso se acerca y me da un cálido beso en la boca, me dice estás lista? Y yo le dije pero antes preferiría que me pagues, el me dijo claro, entregué mis datos, una vez que comprobé la transferencia nos marchamos al lugar. Una vez ahí, entramos a una sala en la cual habían alrededor de unos 6 hombres, mayores, algunos gordos calvos, bajos de estatura, uno muy muy grande y gordo, otros dos delgados y altos sentados en distintas butacas.

Nos sentamos en las butacas del medio, pero a mí me dejó al rincón, la idea era que nos vieran pero que ninguno me pudiese tocar, solo Carlos.

Empezó la película, la cual trataba de una mujer que bailando provocaba a un hombre mayor y terminaba haciéndolo con tres hombres en el baño del bar, era bastante excitante para mí, dado la situación en la que estaba.

Luego de un rato, Carlos se acercó a mi cuello y comenzó a pasar su lengua, con una mano debajo de mi polera comenzó a acariciar mis pechos, que ya marcaban su pezón rosado muy excitado, mientras que con su otra mano tocaba mi vagina con sabes movimientos, a lo lejos el tipo más gordo y grande miraba desde la puerta, su cara me daba algo de miedo, pero verlo tocarse la entrepierna mirándome y mordiéndose el labio me ponía muy caliente, Carlos saca su pene erecto, muy largo y delgado y comienza a masturbarse mientras me chupa uno de mis pechos, en eso quito su mano y se la comienzo a chupar, el muy caliente intenta meter sus dedos por el costado de mi pantaleta en mi vagina, que a esas alturas estaba ya muy mojada, en eso ocurre un desperfecto con la luz y los demás hombres junto a uno de los guardias empiezan a pedir ayuda para levantar un poste caído afuera y volver a la acción, de regalo daban un pase al sauna para quienes cooperaban, nos detuvimos y Carlos me dijo, suena bien... Lo mire y le dije que fuera, que aprovecharía de ir al baño a ponerme un poco más cómoda, mi idea era aplicar más lubricante y acomodarme un poco más, en ese momento me dirijo al baño, al entrar me meto en una puerta de escusado para orinar y aplicarme lubricante, al salir comienzo a mirarme en el espejo y siento la puerta abrir de golpe, reaccione asustada y veo entrar a aquel tipo gordo de la entrada, sentí un viento helado por mi cuerpo y mucho miedo, el se acercó y me dijo, veo que te gusta chuparlo, yo necesito una mujer rica que me chupe lo que tengo aquí y saca un enorme pene gordo, venoso, no era enorme de largo, si no de grueso.

Yo le dije que que se creía, que saliera de la puerta que quería salir, al intentarlo cierra con picaporte la puerta y me arrastra hasta el lavamanos, en dónde me levanta sienta, quedando con mis piernas abiertas justo frente a su cintura, lista para que me metiera todo eso, le dije que gritaría y me dijo si lo haces, vendrán más pero no precisamente a rescatarte y yo te quiero comer solito, empezó a pasar su lengua asquerosa por mi boca y cuello, levanto mi polera y empezó a apretar y chupar mis pechos muy fuerte, yo le decía que me dolía, que me dejase, me ignoro.

Se acomodo bien entre mis piernas y tomándome de las caderas me empujó hacia el, de un golpe introdujo su pene, no costó tanto porque lo había lubricado en exceso y además igual me ponía algo caliente la situación, pero me dolió bastante, puesto a qué el grosor era demasiado para mí, me decía que estaba apretadita, como siempre había querido una, mientras me chupaba los pechos y el cuello, decía que rica estas, que rico es metértelo así, luego de tanto chuparme los pechos yo ya estaba muy exitada, comencé inconscientemente a moverme en sincronía, lo abrazaba y respondía sus besos, terminando ambos en un orgasmo intenso, se aparto de mi y se subió su ropa, me dijo te están esperando afuera y por lo que escuche, ya hasta te pagaron así que limpiate, pero si no te gusta como te la mete te dejo mi tarjeta para que me llames a mi, que por comerte completita en una cama todo el día pago lo que sea y se fue.

Mi cabeza daba mil vueltas, que había hecho? Peor aún, ya no me sentía exitada como para estar con otro hombre y ese hombre ya me había pagado... Lo peor de todo en mi pensar, era que no solo me habían violado, si no que también me había gustado y recordar la situación me hacía volver a exitar.

El hombre gordo se llamaba franco, trabajaba en un mercado con su puesto de frutas y verduras, aparentemente tenía mucho dinero, al parecer era muy tacaño en su apariencia, pero conducía una camioneta del año 4x4 y pagaba solo en efectivo grandes sumas de dinero en aquel cine, que también tenía servico de scort y bebidas alcohólicas.

Volví a la sala, Carlos aún no llegaba, no había nadie dentro, de pronto volvió la luz y comenzaron a entrar de apoco, el tipo gordo entro y se puso en el mismo lugar, siempre mirándome sin quitarme la vista, Carlos entro dió una pequeña sonrisa y se sentó arrinconandome otra vez, se disculpó por la demora y comenzó a acercarse otra vez, esta vez no hubo tanto preámbulo, me sento de inmediato encima de el con mis piernas abiertas mirándolo de frente, comenzó a besarme mientras con su mano corría mi pantaleta, aún sucia por el semen de aquel gordo, el introducía sus dedos en mi vagina y tocaba mi rajita, mientras se devoraba mis pechos diciendo "que ricas tetas, las chuparía todo el día y pondría mi pico entre medio hasta dejarte llena de semen" yo empezaba a exitarme, más con el morbo de que aquel gordo ya había probado mi conchita y por ende sabía lo mucho que le había gustado, por lo tanto que me viese siendo disfrutada por alguien más y a mi gimiendo encima de otro pene que no era el de él, me ponía a mil por hora, en eso Carlos saca su pene y me lo empezó a meter, así... Yo montada frente a el, con mis pechos descubiertos pidiendo más, a nuestro al rededor, los demás hombres se masturbaban he intentaban asercarse a tocarme, pero Carlos como un león disfrutando a su presa no dejaba que nadie se acercase y gritaba que rica estas y eres mía, solo mía, te gusta? Quieres más? Y yo le decía que si, intento metermela por atrás, pero no lo deje, algo dentro de mi sabía que quizás luego de aquel espectáculo alguien más querría poder estar conmigo dispuesto a pagar una buena suma de dinero, pero al ver que ya estás abierta por todos lados no sería muy buena publicidad, entonces me coloque de perrito y le pedí que me culeara bien culeada, que me hiciera pedir más, que me gustaba mucho el sexo y más que me lo hicieran rico, Carlos vuelto un loco comenzó a embestirme, como un animal, con una de suus manos apretaba mis caderas y con la otra me tocaba los pechos fuerte, me besaba la espalda (sentía chocar sus huevos con mis nalgas) y daba nalgadas, mientras yo gemia mirando a uno de los tipos que estaba frente a mi con la verga afuera mirándonos, yo muy exitada decía que rico pene, me gusta, metemelo más, más duro, rico, me encanta... mordiéndome los labios, haciendo que el viejo de en frente se corriera y yo al mismo tiempo viéndolo venirse, en eso Carlos me dijo que se vendría, que me saliera para tirarmelo en la boca, entonces lo mire y empuje a la pared haciendo que se viniera dentro de mi, diciéndole en el oído si acaso no era más rico dejarme llenita la conchita de su moquito a mi.

Me beso y me dijo mucho mejor, el me pasó un pañuelo para limpiarme y me pidió que nos fuéramos, otro día vendriamos por el sauna, aquel gordo que estaba en la entrada con una cerveza en la mano nos miro, fijando su mirada en mi y diciendo, ustedes siempre serán la mejor visita que llegaría ahí y que estarían esperando cada martes o jueves que aparecieramos por ahí.

Nunca había tenido sexo con dos hombres en un mismo día, menos en el mismo lugar con el otro observando, fue ahí cuando descubrí mi verdadero amor por el sexo, me costaba mucho tener orgasmos, pero hacerlo y quedar existada sin lograrlo alimentaba mi hambre de orgasmos nuevos, ahora quería seguir frecuentando a Carlos, pero no solo a él, le hablaría a aquel gordo y buscaría quizás algún o algunos otros más... Mucho peor, recordar la escena de aquel día, pero fantaseando, imaginando que todos esos hombres me follaban en conjunto, no salía de mi cabeza... Me preguntaba, que se sentirá hacerlo con dos hombres al mismo tiempo? Y con tres? O más?...

Dispuesta a descubrir hasta que punto era capaz de llegar siguiendo mis instintos es que volví a la página de anuncios, como siempre, buscando a un hombre mayor a mi que quisiera pagarme por hacerme venir como una loca... Aunque no me he encontrado al que me haga temblar las piernas y me vuelva adicta a estar con el adentro.

Aún así, comencé mi búsqueda de otro cliente y ahí sigo descubriendo los placeres del sexo.

CONTINUARA...

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