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Julia, mi nueva madrastra
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Por motivos de trabajo, mi padre viaja mucho y siempre estamos recorriendo muchas ciudades de España para conocer un poco, los fines de semana o muchas veces cuando hay algún feriado largo solemos ir a su encuentro. Claro está, que no interfiera con mis estudios o labores de trabajo. Mi padre hace mucho se separó de mi madre y como ya soy mayor de edad no fue necesaria una disputa de quien se quedaría conmigo. Me llamo Felipe y ya tengo 23 años así que por ese lado no hubo problemas.

Mi madre hizo su vida nuevamente y la verdad su nueva pareja no me caía bien, ellos se mudaron a su nueva casa y mi padre al principio quedo solo, pero sabíamos que tenía una mujer con la que solía estar en esos largos días fuera de casa, en fin, supongo que eso sería el problema para que ellos llegaran a separarse. Pasó un tiempo en que solíamos estar en casa los dos varones y otro en el que yo me quedaba solo en casa, claro a mis anchas y con la casa para mi solo.

-Mira hijo, mi pareja vendrá a vivir con nosotros -me dijo un día y que esperaba que no haya problemas ya que soy mayor de edad y podría entender la situación. No pretendía que fuera un hijo para ella ni nada por el estilo, pero que si mucho respeto y un trato amable hacia ella, no tenía yo ningún problema en eso ya que era su decisión y si él lo tenía claro por mi parte todo bien, llego el día de conocernos, lo hicimos en un bar fuera de casa. Comimos un poco y tomamos unas cañitas como para romper el hielo y la nueva integrante de la casa se sienta a gusto.

Debo indicar que Julia es una mujer ya de 45 años. Está bien, es simpática, alegre, muy amable y educada, de cuerpo se mantiene muy bien, unos bonitos pechos, caderas muy pronunciadas, unas curvas bien definidas, simpática en general, el tiempo pasó y la relación era fluida. Cada uno en sus cosas, creo yo, ya ambos sabían la rutina y que las cosas se mantendrían así, ella por lo general era de su trabajo a casa y así. Cuando salía para hacer otras cosas muchas veces me decía, voy a casa de mi familia o he quedado con alguien y tu padre ya sabe.

No advertí nada malo en su compartimento, creo yo que era una relación normal. Bueno ambos sabían como era el trabajo de mi padre y pues el dinero que ganaba le permitía darse ciertos capricho en fin le iba bien al hombre desde la última vez que se habían visto pasaron 2 meses, los negocios no lo dejaban volver a casa y decidieron verse en Valencia, ellos me preguntaron si yo quería unirme, así yo iría con Julia y nos veríamos los tres el fin de semana. Bueno me animé y encaje mis fechas y pude ir. Viajamos aquel día y pasaríamos la noche en un hotel cerca de Valencia. Ya que por la mañana iríamos en tren al lugar donde estaba el.

Como no hicimos reserva en el hotel, pues nos acomodamos en una habitación que en principio tendría dos camas, bueno normal dijimos total es una noche, pagamos y subimos, el problema fue al llegar a la habitación, ya que no habían dos camas. Había solo una cama matrimonial y según lo que nos dijo el hotelero era la única, la verdad no quisimos salir y buscar otra habitación ya que el viaje fue un poco largo, afuera hacia mucho frio y estábamos un poco cansados. Decidimos quedarnos y pasar la noche yo me fui a dar una ducha y estar fresco para poder dormir, ella lo hizo después, salió del baño en una bata de satín color azul, que bien olía, percibí yo y que fresca se sentía me dijo ella, se froto una crema en las piernas antes de dormir, bueno luego de eso decidimos escoger el sitio en el cual dormiríamos (el lado de la cama) ya que cada uno tiene su lado preferido.

Escoge en que lado quieres dormir le pedí, ya que estaba un poco cansado, ya cada uno en su lado nos acomodamos y la verdad yo quería meterme a la cama para poder disimular la erección que tenía, verla en esa bata un poco transparente, ver como ella sentada en la cama se frotaba esa crema, ver frotarse las piernas, o mirar que no llevaba sujetador y que se le marcaban los pezones o distinguir la braga color celeste tan pequeña que llevaba puesta me puso mal. Decidí tratar de dormir y que pasara aquella noche muy pronto. Ya cada uno en su lado de la cama, fue un poco incómodo, bueno por un lado yo estaba pensando en lo que había visto y me giré hacia el lado opuesto para darle la espalda y no rozarla con mi poya erecta.

Fue un poco incómodo ya que nunca habíamos pasado la noche en la misma cama, ella se acodo y nos cubrimos con las mantas, yo estaba un poco nervioso ya que normalmente solo duermo en bóxer y aquella noche no había traído ningún tipo de pijama para dormir, esperaba no tener que levantarme para ir al baño y ella pueda ver mi erección, eso me daría un poco de corte, hablamos sobre la cena, sobre el viaje y alguna que otra cosa, me dice que te parece si apagas la luz y descansamos ya que mañana nos toca otro pequeño viaje. Bueno le dije. Ya cada uno en su lado yo me fui hacia el extremo para evitar rozarla, la cama era un poco pequeña (creo yo no era matrimonial) y en algún momento me giré hacia su espalda y pues obviamente creo habrá sentido mi erección a lo que no pudo evitar hacer un comentario en verdad fue a propósito

Julia: estas cómodo?

Yo: si, es solo que la cama es un poco estrecha y creo este lado no me gusta.

Julia: si quieres pasarte a este lado, me lo dices

Yo: no, no, está bien así (claro sin querer ya le había arrimado mi poya)

Julia: es que estamos un poco estrechos en la cama.

Yo: pues la verdad si, debo decir que mi padre tiene muy buen gusto con las mujeres.

Julia: oh, te parezco atractiva

Yo: muy sensual y esas ropitas que te has puesto están muy sexis.

Julia: pues gracias por eso. Pero tratemos de dormir.

Yo: me puedo acercar un poco más no pensé haría tanto frio esta noche (quería pegarle toda mi poya y que la sintiera)

Julia: pues, si, creo que no hay problema, además está haciendo mucho frío y seguro la calefacción está apagada.

Nos quedamos espalda con espalda, pero yo tenía otras intenciones, quería arrimarle mi poya al culo y saber si sentiría mi erección. Me doy la vuelta y en ese momento me le pegué más y quedamos en posición de cucharita. Una mano mía paso por sobre su cintura y me pidió que trate de no moverme tanto pero me hice el dormido, ya que escuche decirlo dos veces, para ese momento yo tenía mi poya creciendo y la tenía en medio de sus nalgas, solo nos separaba mis boxers y su tanga, yo me quedé quieto en esa posición ya que no quería que me mandase al otro lado, seguimos así un rato hasta que suavemente me empecé a frotar y ver si ella reaccionaba, me acerqué suavemente a su espalda y le di un beso y otro y otro, unos besos suaves y con la mano que traía sobre mi cabeza le empecé a acariciar sus cabellos, creo que mis esfuerzos dieron sus frutos ya que en un pequeño movimiento ella empezó a pegarse más a mi poya, empezó a dar pequeños movimientos de espalda, yo aproveché y le metí las manos a sus pechos, y a recorrer hasta sus piernas y despacio fui sacando la manta que llevábamos encima. Seguí frotando hasta poder levantarle el camisón que llevaba puesto.

Logre sacar mi verga de los boxers y la puse en su culo y la empecé a frotar por entre sus nalgas ella solo gemía y me decía que nunca se lo dijese a nadie, le bajé su braguita, le acaricie el coñito que ya lo tenía muy mojado, le levanté ligeramente una pierna y la empecé a penetrar, le metí la cabecita y escuché un leve suspiro, un gemido de aprobación y con una de sus manos me jalo hacia ella, le quité las bragas y le introduje toda mi verga la llene de completo y empecé a meter y sacar ¡¡oh cariño no pares, sigue así, vamos sigue así, dame más, ay si muévete así!! Yo seguía en ese ritmo y solo obedecía como buen chico levanté una pierna para poder controlar mejor la situación, ella se frotaba el coño y gemía pidiendo más, ¡¡oh cariño que bien lo haces, no pares ahora, sigue así!! Yo seguía en ese ritmo y le daba y le daba.

Se la saque por un momento para poder cambiar de posición, me quité los boxers y la folle piernas al hombro, que tetas más lindas se veían desde arriba, le metía mi verga suavemente y se la sacaba, jugaba en la puerta de su coño ya súper mojado, ¡¡vamos cariño métela de una puta vez, no hagas esperar a mi coñito húmedo, no me tengas así!! Yo se la metía hasta el fondo y más me pedía. Joder que mujer, le metía mi verga y más pedía, ¡¡métela más, métemela más!! Yo se la metía creo que hasta con huevos y todo, que placer cuando me miraba y me decía, ¡¡vamos cariño métela toda, hazme correr de una vez, no te dejes nada afuera!! Me decía, yo sabía que así no iba a durar mucho y la puse a cuatro patas y hay si que me porté mal, se la metí de una y empecé a darle golpes a ese par de nalgas que tenía. ¡¡Vamos, asiiii, vamos mi amor métela más, perfórame el coño, vamos mete toda esa verga en mi coño!! No te corras aún, déjame disfrutar un poco más, yo seguía encima cogido de sus caderas y metiendo toda mi verga en ella, que mujer creo que no tenía fondo esa vagina. ¡¡Métemela a fondo, no tengas pena y métela más, dame duro corazón, no pares, sigue así que me estás haciendo muy feliz!! Oír eso me calentaba más y aunque trataba de aguantar un poco más preferí cambiar de posición.

Ella se meneaba con mi pene dentro y me golpeaba con sus nalgas la pelvis. ¡¡Vamos cariño, dame tu leche, vamos mi amor lléname el coño de tu semen, deja salir todo, vamos corazón, lléname el coño!! Yo no pude aguantar más y termine sobre su espalda, solté unos chorros que llegaron hasta su cabellera. El tiempo que no tenía sexo, eso salió en abundancia y con unos chorros de alta presión. Pasado este trance quedamos uno tumbado al lado del otro. Ella me dijo, ahora sí a dormir que mañana nos espera otro viaje, no dimos un beso de buenas noches.

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