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La inesperada sorpresa
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Es mi primer relato disculpen si hay fallos espero que lo disfruten.

Soy un joven de 28 años descubrí mi afición hacia los trans en mi adolescencia cuando conocí a una persona que me cambio por completo.

Todo empezó a finales de la preparatoria, apenas cumplidos los 18 años no soy una persona muy sociable por lo que tengo un agrupo pequeño de amigos pero la conocí al ser una amiga de un amigo apenas se había mudado cerca de donde estábamos todos por lo que no conocía a mucha gente me presente su nombre es Karina no había nada extravagante o llamativo en ella pero algo me atraía la fiesta se acabó, en la mañana siguiente mi amigo me pregunto si le podía hacer un favor le respondí que claro me dio la dirección de Karina, me pidió que recogiera algo.

Al llegar a su casa parecía bacia todo apagado toque la puerta, pero no abrían la mande mensaje a mi amigo de que no abrían me respondió que insistiera me asome por la ventana, pero no pude ver nada toque otra vez y por pura curiosidad me fije si estaba abierto y curiosamente lo estaban, al entrar pude verla bajando corriendo por alguna razón algo cambio al poder ver cada detalle y de forma tan intima era una hermosa chica de pelo largo oscuro una complexión delgada pero con curva y un pequeño busto y un tierno trasero una piel morena pero un poco pálida unas piernas largas y unos muslos anchos vestía un vestido corto con unas medias que les llegaban a las rodillas me miro con sorpresa ahí fue cuando reaccione pude ver que estaba desarreglada y con las manos humedad tenía la cara roja con el pelo desarreglado y sudando lo único que se me ocurre es que se estaba masturbando.

Karina: que haces aquí- con una vos sollozante

Yo: claro, disculpa nos conocimos en la fiesta no se si me recuerdas

Karina: si eres el amigo de Carlos

Yo: si ese soy yo

Me miro con confusión y voltea a ver la puerta.

Yo: claro, perdón, pero no habría nadie y estaba abierto, bueno no importa Carlos me envió digo que tienes algo para el.

Karina: si espera un momento.

Subió corriendo y cuando bajo me entrego un libro, pero me quede admirándola me toco el hombro y me miro y sonrió tomo mi teléfono que traía en mi mano me lo mostro instintivamente puse mi contraseña y agrego su número le sonreí.

Karina: Carlos me digo que le pediste mi número

Yo: en serio te dijo eso es un idiota

Karina: lo se, pero bueno ahora lo tienes puedes hablarme cuando quieras, adiós

Sali rápido de su casa con una euforia inmensa no podía entender ni creer lo que estaba sucediendo de regreso a mi casa corrí directo a mi cuarto y me avente a mi cama, sentí vibrar mi teléfono al checar era un mensaje suyo nada relevante pero empezamos a hablar por horas fue así durante semanas con el transcurso de los días empezamos a salir juntos fueron días verdaderamente hermosos y un día todo cambio regresábamos y fuimos a su casa no había nadie no era la primera vez que iba nos sentamos en el sillón y platicamos de repente un silencio incomodo me hacer que a ella le acaricie la mejilla y la bese empecé a tocar sus hombros deslizándome en sus brazos al llegar a sus muslos me aparto.

Karina: estas seguro de esto

Yo: nunca estado más seguro

Karina: pero no quiero decepcionarte

Yo: nunca lo harias

Me abalance sobre ella la tumbe en el sillón y la seguí besando, tocando sus caderas acariciando su estómago deslizando mi mano hasta sus bragas, pero al llegar sobre ellas sentí un pequeño bulto introduje mi mano en sus bragas y pude sentirlo su pequeño pene poniéndose erecto lo acaricie suavemente dejo de besarme y me miro con miedo.

Karina: estas seguro de que estas bien con esto, no tenemos que hacer nada si no quieres enserio lamento no decirte nada, pero todo estaba yendo tan bien que no quería estropearlo.

Tome su barbilla le levante el rostro y sonreí baje lentamente a sus bragas me incline pude ver su hermoso pene erecto me hacer que con lentitud en pese a besar sus muslos y lamerlos acercándome poco a poco a su entrepierna lamí con lentitud el tronco de su pene hasta llegar a la cabeza la bese e introduje lentamente en mi boca con movimientos circulares movía mi lengua lo sacaba y lo metía, acariciando su trasero llegando a su ano en pequeños círculos introduciéndolo lentamente hasta el punto de que saco un gemido y el eyacular dentro de mi boca el sentir el caliente esperma escurriendo por mis labios levante la mirada pude apreciar su rostro extasiado y la bese el cómo el esperma espeso se deslizaba de mi lengua a su lengua el cómo jugábamos entrelazándola al separar nuestros labios no pudimos soportar más la levante y le quite la blusa, el sostén podía apreciar todo el esplendor de su cuerpo desnudo me desvestí ambos desnudos cruzamos miradas se levantó y subió corriendo al segundo piso al bajar traía un bote de lubricante se acercó a mi empezó a lamerme el abdomen puso lubricante el mi pene erecto esparciéndolo suavemente y beso mi glande introduciendo de un golpe mi pene en su garganta no pude resistir mucho me vine se levantó y se puso en cuatro levantando su hermoso trasero me puse de rodillas empecé a lamer su anos de arriba hacia abajo cuando ya estaba dilatado con mis dedos le puse lubricante introduciéndolos me levante acercando mi pene rosando su ano acariciando su espalda empecé a introducir la punta de mi pene lentamente podía sentir como las apretadas paredes de su ano se abrían ante mí, los sutiles quejidos y gemidos me excitaban a un más cuando mi pene estaba por completo dentro de ella me quede quieto, levanto la mirada e inclino la cabeza moviendo mi cadera sacando la mitad de mi pene introduciéndolo de nuevo repitiendo esto una y otra vez me incline chocando son su espalda le toque sus pequeñas tetas apretándolas con suavidad y tocando su pene erecto apretándolo y masturbándola sin parar con las embestidas que le daba sentía como su semen escurría por mi mano y sus gemidos resonaban en toda la habitación.

Pasaron pocos minutos para que no pudiera resistir más y me vine dentro de ella el semen saliendo y llenándola por completo como su exuberante gemido llenando la habitación me recosté en el sofá exhausto ella se puso sobre mí, nuestros penes rosaban entre sí, la bese, pero nuestra paz no duro mucho por el hecho de que su hermana de forma repentina entro y nos vio.

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