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La playa desconocida

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Todo sucedió muy rápido, seré breve, no los quiero aburrir con el relato.

Me llamo Jazmín y vivo con mi hijo Agustín, desde hace dos años solos después de separarme de mi pareja tras una convivencia insoportable. Mi vida pasó a un período de paz, no existían más discusiones por cualquier motivo en casa. Pero la paz también trajo la monotonía, aunque la prefería, necesitaba algún pequeño cambio para zanjarla.

Agustín había terminado la escuela, ya con 19 años empezaría en poco tiempo sus estudios terciarios, sabía que esto traería cambios en Agustín, lo empezaría a alejar, comenzaría a hacer su vida. Yo no quería perder la oportunidad de disfrutar tiempo con él.

Tuve una idea, tomar un mes y viajar a cualquier lugar de vacaciones con mi hijo, disfrutar en algún lugar desconocido de nuestra convivencia, que nos quede un lindo recuerdo, tal vez uno de los últimos juntos.

Casi tengo 38 años, siempre me gusto hacer deportes, lo que me ayudo a encontrar una forma de vida, soy profesora de vóley en varias escuelas, esto me permite, durante el receso escolar, tomar vacaciones por dos meses.

Le propongo un viaje a mi hijo, no sé negó, todo lo contrario, me propuso preparar todo el recorrido y que no me preocupara en buscar el lugar, que él los elegiría por mí. En pocos días averiguo y planifico todo el recorrido, pero quería darme una sorpresa, pensó que lo mejor sería mantenerlo en secreto, que me sorprenda el mismo día del viaje, solo me dio una pista, que sería en una playa.

Pasaron dos días y me cuenta que ya tenía todo planeado, que saldríamos al otro día. Un poco me sorprendió el apuro, pero no pude decir nada, no necesitaba preparar muchas cosas, sólo pasar por la depiladora a la que voy siempre.

Un día antes del viaje paso por el centro de estética para pedirle a mi amiga que me prolije un poco el cavado, tenía que usar una tanga y no quería andar con unos pelos saliendo por los costados, por ahí son cosas en las que solo pensamos las mujeres, para mí sería como un mantenimiento mínimo, como controlarle las luces a un auto.

Entro al centro de estética y pregunto por mi amiga, me dicen que no se encuentra, que se había tomado el día, que no me preocupe que la reemplaza una chica nueva, que venía con experiencia de otros centros de estética. No me quedaba otra que ir con ella, no tenía tiempo para esperar a mi amiga.

Entro al cuarto de depilación y la conozco, era una chica de unos 20 o 22 años, flaquita, toda tatuada y con varios piercings. Llevaba puesto un delantal rosa abotonado por delante, como todas las chicas del Centro, con un cartelito azul con el nombre, Lea. Me pregunta cómo me llamaba y que necesitaba, le cuento que iba a salir de vacaciones con mi hijo y solo necesitaba algo rápido como para usar el bikini con comodidad.

-Bueno Jazmín, quítate la ropa

- ¿Toda?

-Si, por favor

Nunca me había desnudado por completo frente a mi amiga, me dejaba la tanga y me depilaba por los costados, pero para ellas es un trabajo y Lea seguro trabajaba de otra manera, así que me saqué toda la ropa y me acosté sobre la camilla, lo tome como algo normal, tal vez me daba un poquito de vergüenza, pero me trate de relajar.

Ya sobre la canilla me empieza a mirar, como examinando mi cuerpo, me levanta los brazos y me separa las piernas.

- ¿Saco todo?

- No, recortar un poco, es para usar el bikini.

- ¿No te animas a depilarte toda?

- Para mí es lo mismo, no le doy mucha importancia.

- A mí me parece más cómodo, mira.

De la nada se levanta el delantal, que para sorpresa mía no llevaba ropa interior y me muestra su vagina totalmente depilada, con un piercing en su clítoris y tatuajes a su alrededor.

- ¿Te gusta?

- Si, es linda, bueno, no me gustan las mujeres, pero te queda bien...

-jajaja no hay problema

- ¿Te duele?

- ¿Qué cosa, el piercing?

- si.

-no, es un instante cuando me lo colocaron, pero después es puro placer, mira….

Se desabrocha el delantal y me muestra los pezones atravesados por piercings, tenía unas tetas hermosas, no sé porque me estaba empezando a calentar con una mujer, nunca me había pasado antes.

-Bueno ¿te depilo toda?

-Dale

Guarda sus hermosas tetas y se abotona el delantal, va a una pequeña mesa donde tiene la cera de depilación y varias cremas. Toma un algodón y me limpia las axilas antes de empezar a depilarlas, en un poco tiempo las deja sin un pelo, luego hace lo mismo con mis piernas.

Después le toca a mi vagina, primero la mira y la acaricia con el dedo índice, enseguida se da cuenta que me había excitado. Mira su dedo y estaba brilloso, lubricado con mis jugos pegajosos.

-Veo que lubricas bien, espera que te seco.

Toma una servilleta de papel y haciendo presión sobre mi vagina me la deja bien seca, toma los vellos púbicos con una mano y tira suavemente de ellos como midiéndolos, luego me pone una espuma y la mezcla sobre mi pubis con las manos, puedo sentir como roza el clítoris con sus dedos, como se me pone duro. No sé si será la falta de sexo lo que me ponía tan caliente con cualquier roce.

Tras rasurarme la vagina, me la deja pelada con dos o tres pasada de cera, termina y me pasa con sus dedos una crema suavizante que me la enfría. Pero no termina ahí.

-Ahora date vueltas.

- ¿Para qué?

-Te tengo que depilar el ano, no lo voy a dejar peludito.

Me pongo en cuatro patas sobre la camilla y abro bien el culo, había perdido toda vergüenza es más me gustaba

-Qué suerte que tienes

- ¿Por qué?

- tienes el ano muy cerrado, ojalá yo lo tuviese igual, ideal para que un hombre lo disfrute.

-jajaja

- ¿No me crees? Ven méteme el dedo

-¿Qué?

Se da vuelta y me ofrece el culo abierto para que le meta el dedo y no me iba a negar, no podía quedar con la duda de lo que afirmaba. Le meto el dedo y tenía razón entró muy fácil, era un culo entrenado, dilatado por el uso.

-y … ¿Qué piensas?

-Bueee…

-Si ya sé, no hace falta que me lo digas, lo tengo muy flojo, la verdad me gusta meterme de todo y todo el tiempo, jajaja

Mientras reíamos ella terminaba de depilarme el culo, cuando veo que va a buscar unas cremas para limpiar la zona y no me ve, no me puedo resistir a olfatearme el dedo que le había metido en el culo, casi sin pensarlo lo chupo. No sé por qué lo hice, pero fue una experiencia única.

Mientras me terminaba de limpiar el lampiño culo me suena el teléfono, era un mensaje de mi hijo, me decía que había que suspender el viaje, que el lugar que había reservado lo había perdido que lo estafaron.

- ¿Qué pasa? ¿Algún problema?

-Nada, mi hijo, me aviso que suspendió el viaje.

- ¿Por qué?

Y le explico lo que me había contado mi hijo.

-Tengo una idea, te puedo ayudar.

- ¿Cómo?

-Conozco un lugar, una playa privada, es un lugar exclusivo.

-No hace falta, gracias, no podemos pagar un lugar caro.

-No hay ningún problema, la dueña es amiga mía y los puede recibir sin cobrarles nada, serían mis invitados. Solo le tienen que decir que son pareja.

-Pero no te quiero comprometer

-No es ningún compromiso, fuimos algo más que amigas y ella no se negaría a nada que le pida. Ahora la llamo y arreglo todo, se llama Elsa y es una persona muy buena.

Termina con su trabajo, quedo sin un pelo como un bebe, me visto y Lea me pasa todos los datos y el lugar de su amiga. Fue la mejor depilación que tuve en años, me costaría volver a depilarme con mi amiga.

Parto presurosa a casa, tenía ganas de contarle a Agustín las novedades.

-Hola Agus.

-Hola

-Partimos mañana.

- ¿Cómo? ¿A dónde?

-Me recomendaron un lugar y es más, es todo gratis.

-Pero ¿Por qué?

Ahí le cuento como conocí a Lea, lo copada que era, pero no entre en los detalles, solo le dije que fui a depilarme. Solo nos quedaba preparar todo para partir a destino en la mañana, llegar a las coordenadas de GPS que me había indicado Lea y que preguntará por Elsa, su más que amiga. También le cuento que como única condición me dijo que hagamos como si fuéramos una pareja. Agustín se echó a reír, dijo que trataría de parecer mayor.

Ese día fue inolvidable, no podía creer que todo haya salido bien, hasta cuando me metí en la ducha me pude masturbar pensando en el dedo que le había metido en el dilatado ano de Lea.

Al otro día partimos de casa temprano a eso de las 7 am con rumbo desconocido a unos 78,4km, siguiendo las indicaciones de un GPS, sólo sabíamos que íbamos en busca del mar.

La dirección era la correcta, pero era una zona que desconocía, alejada de toda ciudad. Atravesamos varios kilómetros de altos abetos que se cerraban sobre un camino sinuoso, de repente los altos arboles se abren para dejar ver una especie de cabaña de gran tamaño, era el hotel de Elsa. Eran las 11 h aproximadamente, no se veía a nadie en el lugar, todo prolijo pero vacío. Estacionamos al lado de unos autos que se encontraban estacionados a un costado del hotel. A lo lejos se escuchan ruidos de gritos y gente riendo, el olor a mar era muy fuerte. Descendemos del automóvil y bajamos el equipaje, vamos rumbo al hotel.

Entramos al hotel y estaba completamente vacío, solo una pequeña campana sobre el escritorio de la recepción. Nos quedamos contemplando una pintura al óleo de un tamaño considerable de una mujer desnuda. Mi hijo toma la campanita y como en una película la empieza a sonar.

De repente escuchamos la voz de una mujer a nuestras espaldas y giramos los dos a la vez, era Elsa, una mujer de unos 28 años, completamente desnuda.

-Hola ¿Deben ser Jazmín y Agustín?

-Si.

- ¿Cómo están? Mi nombre es Elsa. ¿cansados del viaje?, me avisó Lea que vendrían, es hora de relajarse. Vengan los llevaré a su cabaña.

Nunca me hubiese imaginado que había sido engañada por Lea, que habíamos caído en una trampa. No sabía que hacer, sólo podíamos mirar el hermoso cuerpo de Elsa, la piel parecía dorada, era increíble su belleza, no podíamos alejar la mirada de su culo, era hermoso como se bambaleaba a cada paso, era un culo perfecto, superlativo. Hipnotizados caminábamos a unos pasos detrás de ella mientras nos acercábamos a una pequeña cabaña, de repente frente a la puerta de entrada se agacha sin doblar las piernas para tomar unas llaves que había debajo de un tapete, conocimos su rosado ano depilado.

-Llegamos, pónganse cómodos, dejen su ropa, en un rato los paso a buscar y los llevo a la playa, les muestro las instalaciones y así conocen a mis amigos, que le preparan la bienvenida.

Entramos a la cabaña y cerramos la puerta nos miramos y quedamos en silencio por un rato.

-No sabía que era una playa naturista, no me dijo nada Lea. ¿qué hacemos? ¿nos vamos?

-Ya estamos acá, nos quedamos.

-Pero tenemos que estar desnudos y Lea le dijo que éramos pareja.

-Igual acá no nos conoce nadie, pero no pasa nada si te da vergüenza que te vean desnuda, no hay problema nos vamos

-No, yo por vos

-Yo no tengo problemas en andar desnudo, pero si tenemos que pasar por una pareja, primero te tengo que ver desnuda

-bueno, dale, que ya nos va a venir a buscar

Casi no podía respirar, estaba excitada, estaba temblando y tenía vergüenza, pero la situación era muy morbosa, mi hijo estaba sentado a unos pocos centímetros de distancia esperando a que desnudase como una puta. Tome coraje y lo hice, dejo toda la ropa en el suelo y mientras me río en forma nerviosa, levanto los brazos y doy unos giros para que pueda mirar mi cuerpo. Se podría decir que estrene mi vagina pelada ante los ojos de un hombre.

-Listo, ahora es tu turno. Jajaja

Tome su lugar en la silla, como un jurado de concurso analizando un participante. Agustín tenía una sonrisa en la cara que no disimulaba, parecía como si hubiera buscado esa situación. Enseguida queda con el torso desnudo y a los pocos segundos se bajó toda la ropa y acá la sorpresa. Salto como un trampolín una enorme pija erecta que me apuntaba y la sacudía orgulloso. No podía alejar la vista de semejante trozo de carne, era impresionante, nunca lo hubiera imaginado de mi hijo, que tenía un monstruo entre las piernas.

-Veo que estás excitado. No podes estar así, tiene que venir Elsa y te puede ver con esa cosa dura.

-jajaja que tiene de malo, es natural

-va a pensar que es por ella.

-también puede ser por vos, ¿no eres mi pareja?

-jajaja, no seas bobo, dale te voy a ayudar antes que venga Elsa.

No sé cómo se me ocurrió la idea, pero no me pude resistir, encontré la escusa justa y no quise perder la oportunidad. Me arrodillo y tomo con mi mano derecha ese hermoso tronco, lo sentía latir en mi puño, no aguanto más y me lo meto en la boca, se lo empiezo a succionar con furia, me lo quería tragar, pasan unos pocos segundos y después de un pequeño gemido siento como me llena la garganta de un espeso chorro de leche que me ahoga. Estaba tan excitada que no me di cuenta que había acabado con un largo chorro en el piso. En ese instante, casi como sincronizados, se escuchan unos golpes en la puerta, era Elsa.

- ¡Chicos! ¿están listos?

Así arrodillada como estaba levanto la cabeza y cruzamos miradas, sin decirnos nada miramos la puerta como si nos hubiésemos olvidado que regresaría a buscarnos. Por lo menos había logrado el objetivo por el cual se la había chupado, mi hijo había perdido la erección. Me pongo de pie y sin pensarlo encaro la puerta, ya estaba jugada, quería más.

-Hola chicos ¿Están listos?

-Si

-Bueno, empecemos el recorrido.

Seguimos a su hermoso cuerpo, luminosos por los rayos del sol, no podíamos alejar la vista de ese cuerpo. Caminábamos unos pasos por detrás, por un sendero cubierto de árboles, cada paso que dábamos era en dirección al sonido del mar. De repente empezamos a pisar arena y caminar con esfuerzo, el culo de Elsa se sacudía con cada paso, el cielo fue creciendo y empezamos a ver el mar, el sonido ya no era solo del mar, sino que se escuchaba un fuerte murmullo de gente.

Ya estábamos en la playa, el sol nos golpea a pleno, iluminándonos como reflectores en un escenario. Elsa gira la cabeza y extendiendo su brazo señala a sus invitados, un grupo de unas veinte personas, de todas las edades, de todos los sexos, con algo en común, su desnudez.

- ¡Chicos! Llegaron nuestros invitados. Prepárense para darles la bienvenida.

Se adelanta una mujer mayor, camina hacia nosotros y toma de la mano a mi hijo y se lo lleva, mientras un hombre también mayor viene hacia mí. Puedo ver que la mujer lleva a mi hijo hacia una fila de mujeres que estaba a unos metros. El hombre me toma de la mano y me lleva a donde estaba un grupo de hombres masturbándose, hombres de todas las edades y tamaños. Miro hacia donde estaba mi hijo y las mujeres lo rodeaban arrodilladas mientras se turnaban en chuparle la pija. El hombre que podía ser mi abuelo en forma descarada, mete su mano en mi culo y me empuja señalando una especie de camilla y me dice que acueste boca arriba, le hago caso, me toma la cabeza con sus dos manos y la acomoda afuera de la camilla, me queda la cabeza colgada en un extremo.

Primero fue el hombre mayor y luego siguieron los otros, empezaron a pasar uno por uno con sus penes erectos a meterlos en mi boca, prácticamente me violaban por la boca. El abuelo tenía un pene gordo y flácido, lo sacudió varias veces en mi boca y luego lo saco. Después siguió uno con un pene más fino pero duro, ese sí acabó en mi boca, el gusto del semen era diferente al de mi hijo, luego siguieron varios y todos acababan en mi boca. Creo que era el quinto o sexto, que tenía un pene enorme, entró con dificultad en mi boca casi empujando con violencia, sentía que llegaba a mi garganta y cuando lo hizo un golpe de semen me hizo alejarlo porque me ahogo, sentí como pasó el semen a mi nariz. Me volvieron a acomodar y siguieron desfilando hasta que terminé de chupar y tragar todos los penes.

Cuando terminaron, todos hablaban entre ellos y reían, veo como se acerca Elsa con una gran sonrisa de la mano de mi hijo. Agustín venia con su pene flácido y largo oscilando a cada paso, también traía una sonrisa de satisfacción.

-Bueno, chicos, ahora es su turno, ya somos una familia, ¡cojan!

Agustín se acerca y me toma de la mano, me da un beso en la boca y me dice que me ponga en cuatro patas en la arena, tenía el pene erecto, muy colorado, casi morado. Ya estaba en cuatro y me hunde su cara en el culo, me lo empieza a chupar por casi dos minutos hasta que se detiene y me empieza a penetrar por el culo, pego un pequeño gemido de dolor y empieza a bombear con fuerza, todo el acto acompañado por el grito de aliento de nuestros nuevos amigos. Mientras mi hijo me daba por el culo, Elsa se pone delante de mí en la misma posición y me ofrece el culo, no lo dudo, meto mi cara entre sus nalgas, respiro su olor mientras le chupo el ano con desesperación, parecía poseída.

No podía creer que ese día y en unas pocas horas pasamos a ser una especie de objeto de exhibición para el placer de unos desconocidos, que pasamos a disfrutar de ese placer, que nos gustaba ser parte de eso, era toda una locura, somos madre e hijo, pero no lo podíamos evitar, era como si hubiéramos pasado un portal del cual no podíamos regresar. Tal vez estábamos en el infierno y nos gustaba.

Cuando mi hijo acaba con mi culo, alejo la cara del culo de Elsa, miro a nuestro alrededor y todo era una orgía, era todos contra todos y nosotros ya éramos parte de ese todo.

Y sí, todos sabían que éramos madre e hijo, los únicos que no lo sabíamos éramos nosotros.

(9,13)