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La vida tiene sorpresas
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Tiempo de lectura: 11 minutos

Vivo en una zona donde la ciudad se expande, todavía recuerdo cuando por estos lugares la vida era más tranquila, más serena, pero de a poco la mancha urbana se fue apoderando de mi pueblo y ahora formábamos parte de la zona metropolitana, mucha gente, el bullicio del tráfico, sin duda la civilización con todos sus beneficios y problemas ya eran cotidianos en nuestro vivir, mucha gente nueva, caras desconocidas, comercio creciente y también la basura, el smog, la delincuencia… tantas cosas que envuelven a una metrópoli.

Vivía en una casa que me habían dejado mis padres, ellos ya habían dejado este plano y yo era hijo único por eso nunca tuve problemas con nadie para pelear la herencia que dejaron, al paso del tiempo me casé con una mujer oriunda del mismo pueblo que yo. Nos conocimos desde niños y pues y tampoco había mucho de dónde escoger, ya que yo tenía un taller de carpintería y desde mi hogar realizaba mis trabajos y el salir del pueblo era meramente para cerrar negocios o para compra de material, tengo dos hijos hombres y vivimos bien, sin lujos, pero también sin carencias, mis dos varones no quisieron estudiar y les enseñe el oficio para que salieran adelante y pudieran en algún momento hacerle frente a la vida.

Ya teníamos 20 años de casados y obvio que el hastió y la costumbre va llevando a cualquier relación al precipicio, lo nuestro ya era algo aburrido y sin nada de chispa porque no era nada nuevo, no hay nada más mortal que la perdida de la llama… y por eso comprendí muchas cosas al paso de este tiempo… de lo poco que no había cambiado en toda esta vorágine era precisamente la parroquia, ella conservaba su estilo y si alguien quería recordar tiempos pasados bastaba con fijar la mirada en la arquitectura de dicha construcción para poder subir al túnel de tiempo y poder traer al presente los mejores recuerdos.

Yo en ese lugar me casé y ahí fueron presentados, bautizados hicieron su primera comunión mis cachorros, esperando también que algún día también en ese lugar lograran desposarse. El padre de aquella capilla seguía siendo el mismo y por lo general un personaje como el conoce a todos los habitantes de un pueblo y también a aquellos que habían emigrado para establecer su casa o su negocio ahora en la zona metropolitana.

Yo solía salir del pueblo que después se convirtió en colonia que formaba parte de una alcaldía a cerrar tratos con clientes para diversos trabajos, para compras de madera y de herraje, así como de material de barniz y también para la colocación ya fuera de un closet o de una cocina integral o de lo que fuera, escaleras, camas, bares, etc. En una salida a el centro de la ciudad, uno de mis hijos y yo regresábamos del trabajo para ir a descansar a la casa, ¡¡cuando llegamos mi otro muchacho estaba acostado en un sillón viendo un programa de televisión y le pregunte por su madre a lo que contesto que había ido al mercado!!

Cosa que parecía imposible pues ya eran más de las 7 de la noche y el mercado cerraba desde las 6 obviamente algo no estaba bien así que deje mi mochila y salí de casa para irla a buscar, el mercado estaba en su mayoría cerrado, pero solo había un acceso que estaba todavía abierto para que los locatarios pudieran abandonar las instalaciones, pedí al custodio que me permitiera el paso al baño de rápido mientras depositaba una moneda de 5 pesos en su mano y prometiendo que no tardaría, el me flanqueo el paso y me metí casi corriendo para aparentar que en verdad llevaba prisa…

Algo dentro de mi sabía que algo no marchaba bien y que tenía el presentimiento de que lo que iba a descubrir no sería de mi agrado, había una mezcla de emoción y de miedo algo que no podía descifrar, bajel el ritmo de mi caminata al percibir que el local del carnicero estaba aun con luz y con la cortina a medias… muy sigilosamente me acerque y sin hacer ruido, solo para descubrir que en efecto mi esposa estaba ahí dentro, estaba empinada sobre un banco y con el vestido hasta la cintura y con los calzones hasta el piso, las tetas las tenía al aire y el carnicero sin piedad alguna le encajaba su miembro una y otra vez, ella gemía a voz lenta y casi callada, tanto que con su misma blusa tapaba su boca para que acallara todo lo que su boca quería gritar…

Ella sudaba de una manera que yo jamás en todo el tiempo de casados lo había podido lograr, el arma del carnicero era más grande que el mío a simple vista y deslizaba todo dentro de ella, yo quise hacer mil cosas, desde atacarlo y también salir corriendo de ese lugar, pero un cosquilleo en la zona baja de mi pelvis, una sensación en la que no me desagrado del todo lo que estaba viendo, por supuesto yo estaba encolerizado por ver que otro cobrón perforaba a mi mujer pero lo que realmente me estaba agradando era ver como ella estaba disfrutando de una manera que jamás la había visto… el carnicero seguía arremetiendo con todo y no se veía para cuando terminaría, ella seguía disfrutando y se abandonaba al sentirse invadida por tremendo tronco, el bufaba y la jalaba con fuerza desde las caderas, hasta que el inevitable momento de vaciarse había llegado, mi esposa de un movimiento se safo y cayo de rodillas frente a su virilidad y comenzó a chuparlo de una manera frenética que rápido logro que el sacara su leche y ella bebió un poco y el resto lo dejo caer entre sus tetas mientras con sus manos esparcía todo el semen en su pecho con su boca limpiaba el garrote de aquel hombre que le había dado una senda cogida y sobre todo identificar su rostro lleno de satisfacción, no sé por qué no me atreví a interrumpirlos y solo baje mi cabeza y me dirigí a mi casa todo deshecho y pensativo…

Cuando ella llego a la casa se hizo la sorprendida y me quiso besar, obvio que no se lo permití y me salí con rumbo a mi taller, ella me siguió en silencio como adivinando que yo sabía algo o al menos me daba cuenta de algo, pero por más que me pregunto qué era lo que tenía no obtuvo ningún tipo de respuestas, solo mi silencio la acompaño, me puse a trabajar para dejar pasar tiempo y poder saber que tenía que hacer y cómo hacerlo

Tenía tiempo que no bebía nada de alcohol, pero la manera en que me sentía solo podía mitigarlo un poco de unas copas… No sabía si correrla, no sabía si yo irme todo estaba revuelto y no lograba poner mis ideas en orden así que la noche comenzó a pasar, así que mi única solución fue acudir por un consejo y la persona en quien más confiaba era el párroco de la iglesia, solo era tiempo de esperar a que amaneciera y así lograr una charla con ese personaje. La noche paso lenta y me despejo el repiquetear de las campanas llamando a misa, me despeje y lave mi cara para poder acudir al aposento, sabía que tenía que escuchar la misa y así lo hice, al concluir el sermón busque la manera de poder entrevistarme con él, pero alguien se atravesó en mi camino, era una mujer que jamás había visto, ella iba acompañada por otras personas que no lograba identificar con precisión, comenzaron a salir de aquel lugar y yo quedé impresionado con los bellos ojos de aquella mujer.

Yo también abandone la iglesia para poder verla más tiempo en la explanada de la parroquia, me movía de manera discreta pues no quería incomodar a nadie, pero algo dentro de mí también se encendió… no sé qué fue, pero simplemente esos ojos me habían atrapado, ellos eran 6 persona 4 mujeres y dos hombres todos de edad adulta detuvieron su andar en un puesto de comida para comprar algo y ahí vi la oportunidad de poder acercarme como un cliente más sin levantar sospechas, me coloqué cerca de ella y mi olfato pudo percibir un aroma delicado de una fina fragancia que ella despedía y eso me engancho aún más, tenía que conocerla a como diera lugar y por cosas del mismo destino giro sobre su propio eje con vasos de atole en sus manos y chocó de frente conmigo, derramo algo de contenido sobre mi sin ser mucho, entonces pude escuchar su angelical voz deshaciéndose en disculpas mientras tomaba una servilleta y trataba de limpiar mi playera, todo eso no importaba pues por fin sus ojos me vieron y me pareció un momento mágico -discúlpeme por favor… pero que tonta soy- yo le detuve sus tersas manos diciéndole que no se preocupara que todo estaba bien, pero al hacer eso sentí de nuevo una descarga eléctrica con el simple rose de su piel.

Todo se solucionó en ese momento y ella cuando fijo su mirada en mí también hubo una reacción que la perturbo por un momento. Fue solo cuestión de un par de segundos, pero algo hizo clic…

Ella se retiraba con su familia y yo la seguía con la mirada, quise averiguar donde vivía y los seguí de lejos y descubrí que no vivían lejos de la iglesia, pero no estaba seguro que ella también viviera allí, por suerte un amigo era su vecino y me conto que era la hija de la dueña de la casa que estaba de visita y que su residencia era en la parte centro de la ciudad, eso me dio la información necesaria para diseñar una estrategia para poder verla, pasaron dos días y corrí con suerte cuando la vi salir sola de esa casa y dirigirse con rumbo a la iglesia, la seguí con sigilo y vi cuando ella se estaba confesando con el padre y cuando terminaron ella se puso a orar por unos 5 minutos y luego salió de ese lugar yo me iba a jugar el todo por el todo y me pare en los escalones esperando a que saliera, ella venia con la mirada clavada en el piso y cuando me sentio cerca levanto su mirada y me topo de frente, sus ojos se clavaron en mí y por unos instantes no sabíamos que decir ni que hacer hasta que me pregunto -se le ofrece algo?

Yo iba por todo y el que me rechazara era una posibilidad real pero ese instinto que había despertado en mi me habían convertido en alguien atrevido… -Si se me ofrece algo y le parecerá muy loco de mi parte, pero desde el día que la vi simplemente no he podido sacarla de mi pensamiento- ella abrió más sus hermosos ojos y solo atinó a decirme -gracias- le extendí mi mano para ayudarla a descender el resto de la escalinata y ella acepto el gesto amable.

Ella estaba intrigada por el trato y por mi interés y como toda mujer que es curiosa por su naturaleza quería llegar hasta el final y saber que pasaba. Ella era más extrovertida y eso ayudo mucho a que las cosas fueran más agiles y sencillas, me dijo que le invitara un agua de sabor y que podíamos platicar, eso para mí fue más que música para mis oídos.

Busqué un lugar en donde yo no fuera conocido y que nos proporcionara la discreción necesaria, para fortuna de ambos la charla inicio amena y como a los 20 minutos ya platicábamos como si lleváramos años de conocernos, luego fue inevitable que saliera a la plática quien era yo, a que me dedicaba y la pregunta del millón si estaba comprometido o alguna cosa como tal, yo no quería mentirle así que le conté todo lo que me preguntaba de una manera natural… y una pregunta llevaba a otra, hasta que me cuestiona que si estaba casado y con hijos y ya con una vida realizada entonces que era lo que buscaba… con pena y vergüenza le dije que era lo que había sucedido con mi esposa apenas unos días atrás y ella solo me escuchaba con atención, le dije que ese día que la había visto por vez primera yo buscaba el consejo del cura pero ya no logre hablar con él ya que me tropecé con su mirar, ella entendía y en su mirada veía un poco de compasión por mí, hubo unos segundos de silencio y pensé que en ese momento ella se despediría y que al menos para mí me sirvió para poder vaciar mi costal de tragedias, pero para mi sorpresa me dijo que el mundo no se acababa ahí, que yo era aún joven y que sin duda encontraría a alguien mejor, que no cometiera una locura y que lo mejor para todos seria hablar y llegar a buenos acuerdos, mientras yo todo eso lo entendía yo lo que deseaba era decirle que me había enamorado de ella, y para eso ahora me toco a mi realizar las preguntas, entonces supe que era casada y que también tenía dos retoños que trabajaba y que su madre le había realizado una misa póstuma a su papá que había ya partido también en años atrás pero que les había pedido a ella y a sus hermanos que la acompañaran, de repente su pregunta… Sabes bailar?

Le conteste que sí, no mucho, pero sí, me comento que ella regresaría a su casa al otro día y que quería pasarla bien antes de partir, así que pronto me puse a ubicar un lugar para poder ir a bailar y de las cosas buenas que deja la mancha urbana descubrí que había muchos lugares en esa zona para poder esparcirse, escogimos uno de música tropical y mientras mi celular sonaba con insistencia, yo lo ignoraba de la misma forma, llegamos y rápidamente pedí una mesa, ella de manera pronta me pregunto qué era lo que quería beber, rápido respondí que un tequila estaría bien, se lo pedimos al mesero y este pronto atendió nuestro pedido, para mi sorpresa ella lo tomaba solo con sal y limos mientras yo tenía que pedir un refresco de toronja para poder disfrutar de los tragos, bebimos dos y seguíamos sentados hasta que sonó en el ambiente una buena melodía y me pidió salir a bailar, yo entre el nervio y la indecisión de hacerlo bien acepte y la primera pieza fue un parto… ya que me equivoque muchas veces, pero ella me brindaba la seguridad que necesitaba, así fueron pasando más canciones y el lugar se empezó a llenar de forma importante y el bailar más apretados se hizo imperioso, yo ya había dejado atrás el nervio y ahora bailaba de una manera más suelta y desinhibida, el alcohol comenzó a hacer sus efectos y de a poco la sujetaba con más fuerza con más firmeza su cintura, era una delicia suprema poder sentir su anatomía y por el misma cantidad de gente que salíamos a bailar los espacios se reducían, fue cuando en un movimiento pude sentir su firmes senos pegados a mi pecho y eso solo comenzó a subir la temperatura, regresamos a la mesa y reíamos como dos adolescentes sin ningún tipo de tabú, la siguiente pieza era algo más lenta y con pasos más cadenciosos, rápido la tome de la mano y la invite a la pista y ahí fue donde pude acercarla mucho más a mi cuerpo, hasta que ella logro sentir el paquete que se ocultaba debajo de mi pantalón, solo pudo abrazarme y poner su cabeza sobre mi hombro mientras yo le tallaba a mi amigo en su zona abdominal, la canción termino y yo seguía con el compás y con el restriegue de mi macana sobre ella.

Llegó el momento en que las emociones estaban al cien y ya no se podía ocultar nada, de pronto me susurro al oído -vamos a un lugar donde podamos seguir la fiesta solos- de inmediato pedí la cuenta, pagué y salimos buscando el hotel más cercano a ese lugar, entramos y todavía llevábamos un cuarto de botella para seguir la fiesta, entramos a la habitación y le serví un trago más, ella se quitó sus zapatillas y me pidió poner algo de música, así lo hice pero de las bocinas de aquel lugar salió una canción romántica que invitaba a bailar pegaditos, así que la tome de nuevo por la cintura y comenzamos a bailar despacito, ella poco a poco comenzó a buscar mis labios y yo la bese desenfrenadamente pero ella sabía lo que quería y como lo quería, así que suspendió el beso y me pidió besarla más despacio y más candente yo no podía más que obedecer a la musa que exigía ser tratada como una diosa, cuando de pronto sentí su mano agarrándome la verga, con calma la masajeaba y empezó a sentir lo dura que la ponía, yo solo estaba admirado por lo que esa hembra hacía, después tomo una de mis manos y la coloco sobre una de sus tetas mientras que la otra la puso en medio de sus piernas, y pude sentir todo el calor que de su pucha salía, metí mi mano por dentro de su bra y su pezón ya estaba totalmente endurecido, comencé a masajearlo despacio mientras mi otra mano alzaba su falda y mi mano buscaba su panocha la cual ya estaba húmeda y más caliente que al inicio no me costó nada poder acariciar su clítoris el que también ya estaba hinchado por lo que pasaba, inserte un par de dedos dentro y arranque de su garganta un grito de total satisfacción, ella comenzó a hacer lo mismo con mi pantalón hasta que logro llegar hasta mi pito el cual ya estaba más duro que una viga de acero y así transcurrió la canción y nosotros seguíamos moviendo al mismo ritmo…

De pronto ella se arrodillo y metió mi verga en su boca dando unos lenguazos y unas succionadas de otro mundo, nunca había sentido una sensación tan placentera y mientras ella me mamaba sus ojos buscaban los míos para ver el placer que causaba en mí, lo hacía de una manera tan deliciosa que no me pude contener y le tome su cabeza agarrándola de su cabello y metí toda mi tranca hasta la garganta, ella se agarró fuerte de mis piernas y no se resistió a tener todo mi bocado dentro de su faringe, al contrario se jalaba buscando que la llenara más de mi riata, no le importo en nada que de sus ojos brotaran lagrimas por el esfuerzo que hacía y al contrario con su lengua me acariciaba los huevos mientras tenía todo mi leño dentro, con una gran agilidad se empezó a retirar su ropa y de la misma manera me pedía que yo hiciera lo mismo, en un tris ambos quedamos desnudos, y ahora me tocaba a mi regresar el favor, así que agarre sus deliciosas tetas y las metí en mi boca eran algo demasiado sabrosas, eran un manjar exquisito que cada lamida que les daba ella se mojaba más y más yo no me podía detener y las mordisqueaba y las chupaba con un frenesí que nunca había experimentado, con sus gemidos solo me demostraba que lo estaba disfrutando al cien, hasta que me fue imposible empinarla al borde de la cama y dejarle ir toda mi hombría hasta el fondo y como premio me regalo un aggg!!! así cobrón!!! métemela toda.

Yo comencé a bombear y rebotaba contra sus nalgas y mientras yo la tenía bien agarrada por la cintura le daba unas estocadas hasta el fondo, sentía como mis huevos se iban inflamando pues mi leche ya quería salir, pero ella intuyo el momento y se salió momentos antes y con maestría me llevo hasta la cama, ahí me recostó y me volvió a besar buscando ganar unos preciosos momentos para que a mí se me pasara la sensación, así fue como ella se montó en mí y empezó a cabalgar de una manera escalofriante, mi verga entraba y salía y su boca me decía – la tienes muy grande… me lastima, pero me gusta- cundo comencé a sentir unos líquidos calientes que salían de su cueva y ella se apretaba las tetas y se movía con más fuerza, hasta que cayó desvanecida sobre mi pecho…

Pero no por mucho tiempo ya que ahora me pidió que yo me subiera y ella cerro sus piernas y pensé que estaba jugando, pero para mí sorpresa me puse arriba y mi chile se le fue como mantequilla, mientras al oído me decía que quería que la cogiera como a mi perra y que la hiciera mi puta sin ningún recato, yo estaba fascinado y también estaba sorprendido por todo el tiempo que había aguantado, pero ella era quien llevaba el ritmo y la sujete con fuerza y comencé a poseerla con fuerza, a hacerla sentir mi mástil dentro y de un momento a otro tenso todo su cuerpo y tuvo un orgasmo sublime, sin darme tiempo siquiera a reaccionar se dio vuelta y me dijo -ensártame- y como yo era su esclavo pues solo tenía que obedecer sus indicaciones y la penetre desde atrás pero levanto sus caderas un leve y mi verga se le resbalo por todo su culo!!! estaba apretado, caliente y delicioso, comencé a bombear hasta que ella me pego a su trasero y tuvo otro orgasmo, yo estaba fascinado y -loco de deseo hasta que ella me exigió…

-Dame tu leche ahora, quiero que nos vengamos juntos- así que comencé a penetrarla de nuevo con fuerza mientras ella se quejaba hasta que mi verga ya no pudo más y descargué en su culo todo mi semen y caí desvanecido junto a ella…

Un verdadero placer haberla conocido, intercambiamos números con la promesa de volver a vernos.

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