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Lavando el auto con mamá

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Una tarde decidí lavar el auto,  como estaba yendo al gimnasio quería aprovechar en hacer el esfuerzo físico necesario para mantenerme en forma, me puse tan solo unos shorts y comencé a hacerlo, pero algo hizo distraerme, era mamá en su habitación, se estaba cambiando de ropa, y pude verla tan solo en bragas y sostén, la verga se me puso dura, ya tenía 2 años de estar deseando a mamá sexualmente solo que mi timidez no me dejaba ir más allá de lo que imaginaba o soñaba. De un momento a otro ella giró la cabeza y nuestras miradas se encontraron, me volteé rápidamente y me puse rojo, estaba nervioso, pero continué haciendo lo mío y después de unos minutos mamá bajo.

—Hey Jorge, hijo!

—Ah!... ma... mama! qué pasa? me asustaste! —dije saltando.

—Te asuste? En que estarías pensando no? —dijo burlonamente.

—En nada solo que... me llamaste así de improviso y...

—Bueno, bueno, solo quería saber si quieres mi ayuda.

—Para lavar el auto? No mama gracias, en verdad, además no estas vestida.

Adecuadamente para esto, mejor...

—A qué no? Bueno tengo puesto estos jeans viejos.

—Sí, y te quedan muy bien... pero de arriba... la camisa no ayuda...

—Eso lo arreglo en un momento. —dijo mi madre y se sacó la camisa, abajo tenia puesto una camiseta apretada color blanco— y ahora que me dices?

—Bue... bueno... —le quedaba bella su camiseta, dos montes sobresalían de ella, solo asentí con la cabeza y comenzamos a lavar el auto. Con los segundos que pasaban me di cuenta de que no llevaba sostén, por lo que intenté jugar un poco a mojarle su hermosa camiseta.

—Hey Jorge, pero que haces... jajaja... ahora veras! —dijo mi madre justo cuando la moje.

—No mamá solo fue una broma...

—Una broma eh? ahora veras muchacho... toma!... jajaja... —ambos reímos y jugamos como chiquillos con el agua, poco a poco la camiseta de mamá se fue mojando hasta que se empapó por completo. Las tetas de mamá se traslucieron, los pezones se pegaron a la camiseta y yo me quedé impresionado y estático viendo esas grandes y hermosas redondeces.

—Pero hijo que te pasa, que... oh!... pero que bulto es ese!... —dijo mi madre bajando la mirada, la verga la tenía parada y dura debajo de mis shorts.

—Oh! —dije sorprendido y me di vuelta...— no!, eh!, no mamá, no es nada solo… Es que… es que... disculpa... yo...

No supe que decir, mamá se vio la camiseta, y se dio cuenta que sus tetazas se traslucían excitantemente, había descubierto lo que me había puesto la verga así de dura.

Me fui rápidamente al baño, estaba nervioso y decidí darme una ducha para ver si así me bajaba la calentura, pero dentro no pude sacarme de la mente las tetas de mamá, aquellos globos invadieron mis pensamientos y me comencé a excitar, mi verga volvió a ponerse larga y dura, me decía que no podía pensar esas cosas, pero la calentura fue más y más grande, me cogí el pene y lentamente me fui corriendo el prepucio arriba y abajo, era una locura! Me estaba masturbando y la causante era mi madre y sus ricas tetas! De ahí en adelante ya no quise parar, estaba decidido a correrme dentro de la tina de baño pensando en mi madre, el agua hacia el ruido suficiente para no ser escuchado por ella, seguí haciéndome la paja más fuerte, pero algo me detuvo...

—Interrumpo algo?

—Ah! Qué? pero… mama! —Dije sorprendido, estaba tan concentrado en imaginar a mi madre desnuda que no la escuché entrar, había olvidado cerrar la puerta con cerrojo y ahora ella estaba dentro de la tina y abrazándome la espalda.

—No te preocupes hijo, todo está bien —me dijo y no podía verla pues me tenía abrazado.

—Mama! qué haces aquí, yo... yo...

—No digas nada, bebé… sé lo que hacías... te estabas masturbando no es así?

—Como! no, que dices!... solo estaba...

—Shhh... —Dijo mi madre— voltéate y mírame! —me soltó y lentamente voltee, no pude creer lo que vi, mi madre se había quitado la camiseta y únicamente tenia puesto sus bragas, sus grandes tetas se habían apretado a mi espalda y ahora las veía desnudas, hermosas, carnosas, con pezones gordos y duros, su cuerpo era un monumento, cintura delgada, caderas anchas y piernas estupendas, todo un mujerón!

—Te gustan mis tetas hijo? Esto fue lo que ocasiono tu repentino... endurecimiento no es así? Y qué me dices de esto? —dijo mi madre dándose la vuelta y mostrándome su bello y desafiante trasero.

—Oohhh… mama eres... bellísima. Pero...

—Jorge, hijo, no pongas peros mi dios!... sí que has crecido hijo mío!... que verga tan grande tienes! —dijo mi madre mirando fijamente mi gran bulto.

—Mamá es que...

—Que!... que yo soy la causante de semejante cosa?... mmmm, lo sé... hijo, no sientas pena, aunque no lo creas me siento halagada.

—Halagada? pero mamá, soy tu hijo y no debería...

—Lo sé, lo sabemos, eres mi hijo y yo tu madre y no deberías reaccionar así con tu mami, pero... Como es que no puedes apartar la vista de mis tetas? —Añadió mi madre y tenía razón, no podía quitar la vista de aquel par de ubres, tampoco de su escultural cuerpo, ni mucho menos de su trasero, estaba encantado e hipnotizado de mamá— no te estoy recriminando, tesoro, no... es más, quisiera que podamos llegar a algo más lejos el día de hoy.

—Algo más lejos?... mamá, yo...

—Lo sé, te sientes extraño, y yo también, sabes? Son muchos años que tu padre no me toca siquiera, para él su trabajo lo es todo, y sé que tú me has estado observando, por no decir espiando... no sé qué me pasa, pero lavando el auto me excitaste, si, lo hiciste, porque me sentí deseada nuevamente, hijo... y te hiciste hombre enfrente de mí, por mí es que tienes tu verga así de parada y dura y eso me ha calentado mucho hijo... yo...

—Mamá, no sé qué está sucediendo... pero debes saber algo... hacía mucho tiempo que yo... como decirlo... te pensaba, imaginaba te miraba con... otros ojos y...

—Lo sé tesoro, lo sé —dijo mi madre— no soy tan ingenua como crees, solo quiero que ahora te dejes llevar por mí —y lentamente tomó mis manos y las besó tiernamente— así, no tienes que temer hijo, esto te encantará —una electricidad recorrió todo mi cuerpo y más aún cuando las dirigió hacia sus deliciosas tetas.

—Oh! Mamá...

—Shhh... Solo siéntelas, bebe, tócamelas, acaríciamelas, así...

—Mmmm!... son tan suaves, tan bellas, y tan carnosas, mama...

—Te gustan no es así? Dímelo...

—S-si!... me gustan mucho... —dije, estaba encantado con los pechos de mamá, ella suspiraba como toda una gatita, y mi verga reaccionó a tales caricias, estaba una piedra. Mi madre se dio cuenta de ello y se agachó lentamente.

—Mira que polla tan linda tienes, hijo —me dijo al cogerla con sus suaves manos, me lo acarició y me corrió el prepucio adelante y atrás.

—Oh mamá... dios!... mmmm... oh, se siente tan bien! —gemí, su mano se deslizó por mi mástil una y otra vez, mis venas crecieron y se llenaron de sangre, la cabecita igual, la tenía más grande y gorda, mis pelotas se entumecieron de la excitación.

—Oh hijo, eres todo un hombre... así te la he puesto de dura? Pobre bebé, creo que necesitas bajar esta tensión y yo te ayudaré. —Mi madre comenzó a besarme la punta, sus carnosos labios llenaron la cabeza de saliva y poco a poco se fue tragando mi palo

—Oohhh mamá ahhh!!!... que boca tienes!... mmmm... —sus labios recorrieron centímetro a centímetro cada poro de mi verga, se lo tragó hasta los huevos y yo gocé y gocé con cada chupada gloriosa, su lengua me lamió la pelada como si fuera un chupete y otras jugó con mis bolas que me erizaron los vellos.

—Así!... así mama!... ooohh... no sabes cuánto espere esto... oohhh! —dije acariciando el cabello de mama, mis manos se perdieron en su espesa cabellera negra y la incité a comerme más y más la verga.

—Mmmm... despacio hijo... ah, ah, ah —dijo mi madre jadeando— tenemos tiempo de sobra, tu padre no llegará hasta la noche, calma —añadió y era cierto, él regresaba normalmente en la tarde, pero era viernes y no lo haría hasta la noche.

La calentura invadió mi ser, poco a poco fui dejando atrás mi timidez inicial y ahora viendo a mi madre hacerme una mamada sensacional me armé de valor para hacerle lo que quisiera, por eso una vez que dejó de mamarme, fui yo el que la puso de pie y la besé en los labios.

—Mmmm oooh hijo... ese beso fue delicioso... yo...

—Shhhh... ahora es mi turno de hacerte gozar mamá —le dije y le di otro beso exquisito, nuestras lenguas se entrelazaron en el interior de nuestras bocas, estábamos fuera de control. Le besé las mejillas, el cuello y por supuesto... las tetas.

—Oohh tesoro, así... aahhh! Chúpame las tetas!... mmmm... oohh! —mi boca encontró sus pezones gordos y deseosos de ser succionados, recordé mis tiempos de crío, amamanté sus tetas como un caliente bebé, eran riquísimas, cada globo era suave y bello y los apreté con mis manos para ser lamidos y chupados con total fervor, no me proporcionaban leche esta vez, pero el contacto con tales ubres maternas era un placer inexplicable.

—Ahhh...ooohh dios!... hijo mío, así, bebe!!!... aahhh! —gemía y gemía mi deliciosa madre, mientras lactaba sus pezones le acaricié la espalda y el trasero, aun tenia puestas las bragas y no me quedó otra que arrancárselas, esta vez mi madre quedó completamente desnuda y a mi disposición.

—Oohh hijo! Que haces! aahhh! Si, si bebe, sácame las bragas toda, vamos, quiero quedarme desnuda para ti... mmmm! —mi boca bajó a su ombligo, la llené de saliva y baje aún más para encontrarme nuevamente con aquella caverna donde había nacido hace 18 años: su raja húmeda y deseosa de una lengua, la mía, su hijo.

—Oohhh mamá… tienes la rajita más hermosa del mundo, deja que te la chupe —dije y mi lengua recorrió sus labios mayores y menores, los mojé y chupé a mi antojo, me ayudé con los dedos para probar por primera vez su jugoso clítoris.

—Ahhh! Dios!... cómeme, bebe!!... chúpale la concha a mami... así! —cada lengüeteada que le daba a su clítoris era una delicia, de ella emanaron jugos, sabores y olores nuevos para mí, estaba muy excitado e hice que mi madre se diera vuelta para que me mostrara su bellísimo trasero, ella lo hizo apoyando las manos en las mayólicas del baño.

—Hazme tuya Jorge! ahora hijo… quiero sentirte dentro de mí! —gritó mi madre sacando el trasero, yo me coloqué tras ella y le besé el cuello y la espalda lentamente, me cogí la dura y larga verga y con la otra mano abrí sus estupendas nalgas para hacerme paso, en ese instante penetré la concha de mi hermosa madre.

—Ahhhh! Si! —gimió mamá.

—Ooohhh mamá!... aaahhh... ooohhh! —gemí yo también, de un solo empujón toda mi verga se la incrusté dentro, mis bolas chocaron sus nalgas y mis manos se aferraron a sus anchas y hermosas caderas, el mete y saca no se hizo esperar, golpes y golpes a su raja hicieron a mi madre delirar y a mi gozar como nunca me había imaginado. ¡Plap plap plap! Se escuchó en el cuarto de baño, era un sonido lechoso, era el sonido de cómo me estaba cogiendo a mi exquisita madre y al estilo perrito.

—Oohhh tesoro, hijo!... sigue, cógeme, cógeme! métemelo todo, todo!

—Oh mamá! Aahhh! que concha tan rica tienes! y que culo tan redondo y carnoso... mmmm... me encanta... toma!... toma! —dije y comencé a darle unas palmadas a su trasero mientras me la cogía.

—Oohh… si dame dame!... he sido una mami mala!... dame cariño!... ahhh! —monté a mi madre como si fuera una yegua y yo su fogoso jinete, sus tetas bambolearon adelante y atrás con cada cogida que le propinaba, estaba en el cielo, mamá me estaba dando lo más íntimo de su ser y yo a cambio le estaba dando mi dura y grande verga, era un intercambio sexual sumamente placentero.

Con la fuerza de la cogida hice a mamá ponerse en 4 patas y prácticamente me senté en su trasero para continuar perforándole la raja, le besé las mejillas, le soplé los oídos, olí su cabello, mis manos apretaron sus tetazas que iban y venían al compás de las penetraciones, hasta le jalé la hermosa cabellera negra simulando ser su jinete.

—Oh hijo, eres único!... dame, dame! Eso, así es! dame jinete!!!!... así!... eres solo mío! Móntame!... móntame!... ooohhh!

—Te gusta no es así mama?... Que yegua tan caliente tengo!

—Siii! Aahhh! Soy tu yegua, cariño! Oooohhh!

Hubo momentos en que penetré a mi madre 3 veces por segundo y eso hizo que ella se viniera en un intenso orgasmo.

—Oh cariño…

—Si... mami ya viene, ya viene!...

—Estoy cerca bebé, sigue dándome, fuerte, duro! Durooo! Ooohhh! Así así! Vamos! Cógeme! Cógeme!

—Aaahhh! Siii! Oooohhh! Mami viene! Mami viene!

—Vengooo! Oooohhhh!

Mamá casi se desmaya del placer, yo también estaba cerca de venirme, más aun al oír los deliciosos gemidos de ella.

—Ooohh mami… ya vengooo... estoy cerca!

—Si bebé vente, vente! Pero... espera!... espera!! —dijo mi madre y sin darme tiempo de reaccionar se volteó y arrodilló frente a mí, acariciándose las tetas me dijo:— pon tu verga entre mis tetas, cariño, sé que esto te gustará mucho —dijo mi caliente madre y yo sin perder tiempo lo hice, una vez que puse mi palo entre sus bellas carnosidades ella me aprisionó la verga.

—Ahora cógeme las tetas, hijo!... así, como si me estuvieras montando, vamos!

—Oohh mama!... eres maravillosa... toma! Toma! Ooohhh! —Dije y comencé a cogerme ese par de ubres, cada vez que la punta de mi verga salía mi madre aprovechaba en besarme, chuparme o lamerme el capullo, era fantástica!

—Así cariño, vamos, cógemelas fuerte!... quieres venirte entre mis tetas no es así? Mami quiere que te vengas en sus tetas...

—Oooohhh sí! Mamá, ya viene, ya viene! Y en tu cara mami? Puedo venirme en tu cara también? Ooohh!

—Si hijo! puedes venirte donde quieras, en mis tetas, mi cara, mi boca, quiero toda tu leche aquí, conmigo... vamos, vamos! —oír a mamá decirme esas cosas me pusieron las hormonas a mil y las estocadas a sus tetas fueron más y más rápidas y profundas hasta que no pude más…

—Mami! Oh mami! Siii! Ya vengo vengo! Aahhhh! Oooohhh! Que tetas! Aaahhhh! Aaaahhhhh! —Chorros y chorros de esperma salieron de mi pene e inundaron las tetas, cara y boca de mamá. Los restos de semen le colgaron en la barbilla y ella no tardó en probar cada gota.

—Oh tesoro, me has bañado toda!... pero valió la pena porque tu leche es deliciosa!... mmmm...

—Ooohh mamá, eres increíble!! —le dije sacándome con la mano hasta el último resto de leche para que ella se lo tomara.

Meses después...

Mi madre y yo continuamos cogiendo hasta el día de hoy, en varias oportunidades he eyaculado dentro de su vagina y por tal razón ha salido embarazada de mí. Nosotros queremos tener el bebé, pero el problema es papá, no ha tenido sexo con mamá hace meses y se dará cuenta que el hijo no es suyo sino de otra persona. Jamás sospecharía que es de su propio hijo, o si…

Fin

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