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Le pago con sexo al comandante
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Esto que me pasó fue en vísperas de Navidad, iba yo un poco tomada ya que me había ido de fiesta con unas amigas, traté de tener sexo con alguien, pero se me zafó, así que triste, ebria y cansada manejaba de regreso a casa.

En mi país existe el famoso alcoholímetro y para mi mala suerte caí en uno, unos oficiales me hicieron orillarme.

P: ¡Señorita necesitamos que sople!

L: Pero oficial, ¡cuál es el motivo!

P: ¡Dios, está ebria, a ver salga del auto!

L: Pero, por qué? ¡No hice nada!

Me hicieron salir del auto, ese día traía un minivestido azul, me llegaba al muslo, los oficiales me miraron y se quedaron atónitos, me pidieron que en hiciera hacia una patrulla, yo lo hice, sentía las miradas lesivas de todos, entonces camine más coqueta, mas provocadora, los policías se venían en seco, yo sonreí y miraba a todos.

En eso un tipo medio gordo con cara de perro se acercó a mí, era el comandante o encargado de ahí, me dijo que al romper la regla me tendría que llevar al “torito” 24 horas por estar manejando en estado de ebriedad, yo con actitud soberbia me reía, el comandante me miraba serio y me decía qué llamaría a sus compañeras para que me trasladaran, al oír eso lo primero que se me ocurrió fue coquetearle al gordo.

L. Hay una forma de arreglarnos comandante?

C: Ninguna, ¡pagar su condena!

L: ¡No sea malito, ayúdeme y yo le ayudo a usted!

C: ¿En qué me ayudarías?

L: ¡No sé, en algo rico!

El gordo comandante me miro de arriba abajo, me sonrió, me tomo de la cintura y me llevo hacia su camioneta.

C: ¿Pues dime que me darás hermosa?

L: ¡Que necesita comandante!

El muy barrigón me miraba de arriba abajo, se lamia los labios, me tomo del hombro y me dijo que tenía que ir con él a su caseta que estaba más adelante, le hablo a un subordinado y le dijo que no lo molestaran que hiciera mi carro delante de la caseta y ahí lo dejaran, que íbamos a hablar un acuerdo.

Yo no era tonta sabía que me pediría sexo, pero como estaba caliente y con el alcohol sería más fácil para mi salir librada del “torito” además no me caería mal ganar algunas influencias gracias a mi cuerpo.

C: Nena, la verdad estás buenísima, ¡un manjar como tú no aparece sola por estos lados!

L: Gracias comandante, ¡es que vengo de una cena de trabajo!

C: ¡Con razón esa vestimenta tan sexy!

L: Le parece jajá ¡gracias!

C: ¡Esas curvas perfectas, esas piernas, dios, corre peligro sola!

L: ¿Así? ¡Cómo cual!

C: ¡Como que la desvistan y le hagan un rico sexo!

L: ¿Así? ¿Y será rico?

C: ¡Mamacita, veras que sí!

Él se lanzó sobre mí y me comenzó a besar el cuello, lo hacía como desesperado, sus manos acariciaban mis piernas y subían por debajo de mi mini vestido, llevo su mano directo a mi vagina y la empezó a frotar, sus dedos gordos apretaban fuerte que en lugar de sentir placer me dolía un poco.

Me desato el botón del escote y saco mis tetas, las cuales lamia con su lengua rasposa, mi pezón era mordió violentamente, eso me gusto un poco, ¡hizo a un lado mi tanga y comenzó a jugar mis labios vaginales!

Se quitó su chamarra de policía, se bajó su pantalón y se quitó su camisa dejándose en camiseta y una trusa muy fea, me quito el vestido y me llevo hacia un sofá que tenía ahí, se recostó y me pido se lo chupara, le quité su trusa y un pene de unos 12 cm gordos y con su prepucio cubriendo su cabeza fue lo que me encontré, comencé a acariciarlo con mis manos primero, ¡pero el comandante ya estaba excitado y su fluido pre seminal me ayudo a bajar su cuero!

C: ¡Vamos mamacita chúpalo, uf, chúpalo nena!

L: ¡que mojada la tiene!

C: ¡Agh, así nena, uf, así, dios, así hay que rico, agh!

Le daba unas tremendas chupadas, al tenerla de ese tamaño entraba fácil a mi boca, yo la succionaba con velocidad, quería hacerlo acabar, sabía que con mi boca podía hacer esa proeza y salir librada de ahí, pero el comandante aguantaba toda, mis chupadas, mis mordías incluso use mis tetas para estimularlo más, ¡pero aun así el gordo resistía pese a que su pene vibraba cada vez más anunciando su venida!

C: Nena lo chupas muy rico, eres una diosa mamadora, pero no me vendré aun, ¡quiero disfrutar más!

L: ¡Jajá, como diga comandante!

Me acostó y me despojo de mi tanga, comenzó a mamarme como loco, su lengua lamia salvajemente mis labios vaginales, su rasposa lengua entraba a mi vagina y saboreaba mi clítoris, de hecho, ¡el muy cerdo la llevaba de mi ano a mi vagina dejándome toda babeada de ahí!

C: Que rica concha, sabe a gloria, ¡nunca había tenido un monumento como tú!

L: ¡Agh, gracias comandante!

C: ¿Quieres mi verga en tu pepa nena, la quieres?

L. Si, métela, agh!

C: ¡Lo hare sin condón, eso me estorbaría!

L: ¡Como quiera, soy suya!

Me levanto las piernas y me las abrió como un par de tijeras, y de un solo empujón me entro toda, el gordo se movía bien la verdad, me besaba las pantorrillas, me apretar los muslos, gemía como cerdo, ¡pero la verdad su mete y saca me estaba haciendo gozar!

Se recostaba sobre mi dejando su peso encima, yo era más alta por lo que no me causaba mucho estrago, me mordía las tetas, me decía peladeces en la oreja, el comandante me estaba disfrutando con todo.

C: Me enloqueces, ¿quieres ser mi mujer?

L: Agh, no puedo, ¡soy casada!

C: Uf, ¿casada eh y que haces con mi verga dentro de ti?

L: ¡No sé, solo siga metiéndola!

C: ¡Me encantas nena, agh, uff, ag!

Se sentó en el sofá y yo subí en él, me dejaba caer de sentón mientras su lengua iba de mi cuello a mis tetas, se ahogaba en ellas apretándome las nalgas, yo empecé a disfrutar el sexo que por corrupción le entregaba a ese comandante.

C: ¡Que ricas nalgas, grandes y duras, ohm y tu boca!

L: ¿Que más le gusta señor?

C: Todo, eres una perra magnifica, agh, muévete más, ¡muévete!

Me puse en cuatro en el sofá y el me embistió rico, se movía rico, la verdad pese a su 12 cm la sabia usar muy bien ye s dicho de chiquita, pero rinconera aplicaba perfecto en él, me daba de nalgadas me jalaba el cabello, ¡el muy maldito me grababa con su celular mientras gemía como cerdo!

C: ¡Que ricas nalgas, uf, aprietas magnifico!

L: ¡Agh, dame más, muévete más!

C: ¡Me voy avenir amor, agh, me vengo perra!

L: ¡Démelo nene, dame tu semen, agh!!!

Comenzó a venirse rico, yo me movía para sentir más y conseguir un orgasmo, que, a medias, pero lo logre, el gritaba como loco, me daba de nalgadas, yo movía mis nalgas para hacerlo venirse todo, finalmente termino y quedo pegado como perro en mí, todo sudado y casi a punto del desmayo.

Me levante del sofá, tome unas toallitas de ahí y me limpie, le di un rico beso para que firmara que podía irme, mientras se vestía le hablo a su subordinado diciéndole que me escoltara a mi carro y me dejaron ir que ya había un acuerdo, el siguió las ordenes, antes de irme me pidió mi número, jajá yo le di uno falso y me fui a mi casa.

Al llegar me duché, pero como todavía estaba caliente me comí a mi marido, tuve un rico sexo con el haciéndolo venirse tres veces, le conté como me cogió el comandante y el me pidió que lo dejara mirar la próxima, pero esa historia se las contare después.

¡Saludos de su amiga Lety!

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