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Me lo meten en la entrevista de trabajo

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Estaba una vez con un grupo de amigas tomando un café, mientras una nos contaba que llevaba tiempo sin encontrar trabajo y en la última entrevista que fue, el jefe era un viejo verde que todo el tiempo estaba mirándole las piernas, el escote y de vez en cuando, le tiraba una frase en doble sentido, incluso, al terminar la entrevista, el viejo la fue a dejar a la puerta de su oficina para despedirse y puso su mano más abajo de su cintura, llegando al inicio de sus nalgas.

Se puso roja de vergüenza y salió de ahí hecha furia, pero sin saber por qué no había sido capaz de enfrentar al viejo y eso la tenía un poco descolocada. Nosotras la animamos haciéndole ver que a veces una se bloquea con éstas situaciones y que ella no era culpable de nada, que lo mejor era olvidarse de aquello y seguir en la búsqueda de empleo en otras empresas.

Sin embargo, no pude evitar imaginarme yo en la situación de ella, siendo deseada por un vejete bien caliente... Mmm de solo pensarlo me humedecí, pero tuve que dejar la imaginación para otro momento, para seguir con las conversaciones entre mis amigas y yo.

La junta siguió de lo más alegre, contando y escuchando anécdotas que nos habían pasado desde todo el tiempo en que no nos habíamos visto ni hablado y yo, cada tanto, volvía a imaginarme esa escena del viejo, pero con su mano en mi culo y eso me gustaba. Volví a mi casa y aquella imagen no desapareció, es más, cada día se le agregaban más detalles hasta que por fin, se me ocurrió hacer algo.

Llamé a aquella empresa y pregunté si había algunas vacantes disponibles (a pesar de que yo sí tenía trabajo), me dijeron que sí, que necesitaban una secretaria de gerencia responsable, porque habían ido varias chicas, pero ninguna se quedaba en el puesto, pedí si podía agendar una entrevista y me citaron para el lunes siguiente a las 9 am.

Mi corazón latía a mil cuando corté el teléfono, así que me puse a hacer un curriculum falso (yo no soy secretaria jijiji) y preparé una ropita muy sexy, una falda muy cortita que lucieran mis piernas y el borde de mi culito, una blusa con bastante escote si le suelto algunos botones y lo mejor fue la ropa interior, elegí un sostén de copa abierta (es decir, que tiene solo la copa pero quedan los pechos al aire), portaligas y un calzoncito de encajes muy chiquito que apenas me tapa la conchita y todo lo demás es solamente un hilo finísimo. Todo en blanco, por supuesto.

Pedí la mañana de ese lunes, libre a mi jefe para ir a hacer unos trámites y el aceptó, así que, el plan funcionaba a la perfección.

Y llegó el día, me preparé con mi ropa normal para mi oficina y llevé un bolso donde iba el atuendo que usaría para la entrevista, para que mi novio no sospechara nada. Me despedí de él y fui en rumbo de aquella empresa, era un sector industrial donde no había mucho flujo de personas así que estacioné mi vehículo a unas 2 cuadras de la empresa, me pasé a los asientos traseros y comencé a cambiarme de ropa.

El solo hecho de saber lo que estaba a punto de hacer, me calentaba enormemente y me motivaba a ser más atrevida aún, así que, una vez lista, bajé del auto con esa mini cortita, me puse gafas oscuras y comencé a caminar lentamente, cada camión que pasaba, era un silbido agudo de su conductor al verme y varias veces me gritaron algo que no pude escuchar bien, pero ya imaginarán que cosas podrían ser jijiji.

Llegué a la empresa y avisé que venía a la entrevista, salió un guardia que abrió los ojos como huevos fritos cuando me vio, me dijo que avisaría y que lo esperara ahí. Al rato salió y me dijo que pasara, caminé firme sabiendo que por detrás me estaba mirando el culo, todo eso ya me tenía muy caliente y le di los buenos días al jefe que veía algo en la pantalla de su computadora.

–Buenos días –dije yo.

–Buenos días señorita, tome asiento, la atiendo enseguida –Respondió sin voltear.

Eso me dio tiempo para sentarme y buscar una pose sugerente, así que abrí mi blusa y crucé mis piernas, sabiendo que a él le gustaba eso, aproveché también para mirarlo y no era un tipo tan viejo, debe haber tenido unos 55 años como mucho, de pronto se da vuelta y casi se le cae la boca cuando me ve.

–Perdón señorita, pero tenía que enviar esos mail de forma urgente, dígame ¿viene por el cargo de secretaria?

–Sí, si, aquí tiene mi curriculum –Al abrir mi carpeta, separé las piernas, sabiendo que quedaría a la vista todo el triangulito blanco de los encajes de mi calzón y que él no perdería la oportunidad para verlo– Espere, que por aquí lo dejé –demorándome en encontrarlo para darle más tiempo para su visión– Tome aquí está.

El hombre estaba como shockeado, no atinó a recibir mi curriculum y tuve que insistirle que lo tomara, para eso, me incliné hacia adelante dejando que se vieran mis tetitas y sus ojos se fueron directo a mis pezones.

Hizo como que lo leía y me miraba de reojo, yo mientras tanto, miraba la oficina poniendo cara de tonta y que no me daba cuenta de que tenía mis piernas abiertas y que se veía todo desde la posición en que estaba él.

–Aquí en su curriculum no dice que tiene experiencia como secretaria de gerencia.

–No, no tengo, pero aprendo bien rápido.

–¿Segura? Aquí es mucho el trabajo

–Sí señor, yo hago lo que sea.

–¿Lo que sea?

–Sí, lo que usted me diga, muéstreme que hay que hacer.

–A ver venga, acompáñeme –Por primera vez sentí que él había recuperado el control de la situación y a mí no me quedaba más que entrar de lleno al papel de la secretaria tontita que no se da cuenta de nada.

Nos paramos y fuimos a un sector de su oficina donde había una fotocopiadora, me preguntó si sabía usarla, le dije que no pero aprendía si él me enseñaba.

–Ok –me dijo– párese acá.

 Me puse frente a la máquina y él se puso detrás mío, pero no muy cerca y me iba explicando cómo se usa, después la hice funcionar y le dije:

–¿Ve que aprendo rápido?

–Muy bien, ahora venga por acá –llevándome a otra zona de su oficina (era muy grande) donde había muchos archivadores.– Aquí hay que ir ordenando todos estos papeles por año y archivarlos donde correspondan, todas esas cajas de ahí también.

–¿Todas estas? –le pregunté agachándome y que pudiera ver mi culito– Uuuy, tantos papeles –siguiendo agachada. De pronto me enderecé y lo miré, tenía su pico parado, se le notaba, me hice la inocente y le pregunté– "¿y qué más?".

Me dijo, "volvamos a la entrevista, tome asiento, ¿quiere un café? Esta vez se lo preparo yo pero las otras tendrá que servírmelo usted si es que queda en el puesto".

—Ayyy gracias, si yo quiero quedar en el puesto.

Mientras me preparaba el café, volví a mirar su entrepierna y aún lo tenía duro, yo ya estaba re caliente, pero tenía que mantener mi actuación de niña inocente para disfrutarlo más.

–Aquí tiene su café.

–Muchas gracias (En ese momento se me ocurrió derramar el café en mi ropa y lo hice)– Ayy me quemé, estaba muy caliente –parándome de prisa y levantándome la falda para "limpiarme" el café, lo miré y estaba con la boca abierta, le pedí el baño y me dijo "sí, pase".

Ya dentro del baño, pude verme, estaba muy sexy de verdad, mi atuendo había sido escogido muy bien, pero ahora debía de dar un paso más y decidí quitarme el calzoncito y guardarlo en mi cartera, limpié mi blusa y mi falda y volví a salir y a sentarme frente a él.

–Perdone señor, es que me quemé cuando tomé la taza, por eso me manché.

–No te preocupes, ha de ser culpa mía por hacerlo muy caliente ¿Quieres otro?

–No gracias, mire como quedó mi ropita de manchada, mi calzoncito quedó peor, hasta tuve que guardarlo en mi cartera.

Abrió los ojos como platos y me dijo:

–¿Qué? ¿Te has sacado tus calzones y ahora estás sin nada?

–Sí señor, es que no traje otros

–Pero niña, con esa faldita se te va a ver todo

–¿Qué tiene de malo mi faldita?

–No, de malo no tiene nada, pero es muy cortita y podría verse toda tu cosita.

–¿Usted cree que es muy cortita? ¿Si quiere puedo venir a trabajar con otra más larga?

–No, a mi me encanta que sea cortita. Pero si andas por la calle sin calzones y con esa faldita, todos te verán completita.

–A ver, dígame si se me ve algo.

Me puse de pie muy rápido y comencé a caminar por la oficina, de un lado a otro, él me miraba con un deseo gigantesco, me imaginaba que tendría todo el pico parado en ese momento, pero yo no podía verlo detrás de su escritorio.

–No, la verdad no se alcanza a ver nada, pero si te agachas probablemente sí.

–¿Usted cree? A ver dígame si se ve o no –Me di vuelta y me agaché sin doblar las rodillas– ¿Se me ve algo o no?

–Es que estoy muy lejos, de aquí no veo nada, deja acercarme

Me quedé en esa posición, lo sentí acercarse hasta que llegó justo detrás mío y dijo "Sí, se ve y qué rico lo que se ve" , y metió su mano en mi culo.

–Ayyy señor, qué me está haciendo, mmmm, que rico.

Me acariciaba las nalgas y yo en la misma posición disfrutaba sus manos tocándome, él agachado detrás mío abre mis cachetes y mete su lengua en mi vagina que ya estaba toda mojada.

–Uuuy que rico señor, se siente rica su lengüita ahí, ahh, ahh, ahh.

De repente, se para, me pega unas nalgadas que disfruté muchísimo, se baja los pantalones y me mete el pico hasta el fondo.

–Ayyy señor, ¿esto también es parte del trabajo? ¿Haremos esto todos los días? Si es así, acepto, culéeme todos los días con ese tremendo pico que me encanta.

–Sí, me la voy a culear como la putita que es, todas las mañanas, para disfrutar de este culito rico.

–Sí, sí, sí, así sigaaa, siggaa, metamelo fuerte, hasta el fondo aaah, ah, ahhh, qué pichula tan deliciosa, dame más, dame, dame ah, ah ah.

No pasó mucho tiempo para que yo llegara al orgasmo mientras él seguía taladrándome, yo seguía disfrutando que me tuviera ensartada ahí en esa oficina hasta que sentí que su pichula se hinchaba y empezaba a disparar chorros de su semen adentro de mí y eso me hizo acabar nuevamente. (mmm qué rico).

La verdad es que aquello no duró mucho, luego él fue al baño y yo aproveché para salir de ahí son que se diera cuenta, me subí rápidamente a mi auto, me cambié de ropa y me fui de ahí, sin saber nunca, nada más de él.

Lo divertido y malévolo de mi parte (jijijiji) es que el nombre y el teléfono del curriculum que puse, eran los de una tipa de mi empresa que me caía muy mal, así que cuando la llamaban insistentemente para citarla de aquella empresa, ella no entendía porqué.

Mientras más comenten mis relatos, más me motivan a que les siga contando más de mis aventuras, besitos, ale.

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