Sobre el sofá desnudo me tumbé,
un mediodía reposado de otoño.
Me repensé y me sentí un poco ñoño:
"¿Por qué?"; no sé por qué hoy no la invité.
Anteayer mismo fue que la besé;
se desnudó y en su pelo se hizo un moño;
chupó mi polla y yo después su coño;
luego, follé, ¡cómo la disfruté!
Todo me vino a la imaginación;
en muy poco tiempo estuve empalmado,
y cedí el paso a la masturbación.
"Oh, nena, oohh, así, así", vi su felación;
"Oh, nena, oohh", me vi sobre ella montado;
"Nena, o-oh-oohh", reviví mi eyaculación.