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Mi compañera Laura

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—No les vas a decir nada de esto a Lucas?

—Quédate tranquila que no le voy a decir nada.

Entonces abrió su boca y me empezó a practicar el mejor sexo oral de toda mi vida, pero quien es ella se estarán preguntando. Ella se llamaba Laura y era una rubia de unos 19 años que me tenía tontísimo debido a su cuerpo. No era una rubia tetona o culona sino todo lo contrario, tenía senos pequeños y un culito como una manzanita. A ella la conocía porque era la novia de mi hijo Lucas y aparte porque trabajaba conmigo.

Lau como así la llamaba de forma cariñosa era una chica que quería trabajar pero los empleos que conseguía eran un poco mierdas así que la ayude a que ingresara a trabajar en el banco en donde trabajo ya hace un par de años. Obviamente no le conseguí un puesto al nivel del mío, pero por lo menos iba a tener un buen sueldo e iba estar bastante cómoda haciéndolo. El puesto que le conseguí fue como una de las dos chicas que hacen promociones de una tarjeta de crédito en la recepción del banco.

Entonces como ella empezó a trabajar conmigo tenia que pasarla a recoger todos los días y era un placer hacerlo porque por un lado ella iba feliz siempre a trabajar y eso a mi me encantaba, y por otro lado, el uniforme que debía usar le quedaba infernal. Ella se tenía que vestir toda de rojo con una calza que hacía que se le marcase bien el orto y con una especie de top que tenía una pequeña abertura que dejaba que se le viese el escote. Además debía usar la típica gorrita con el logo de la tarjeta de crédito.

Como les decía anteriormente ella iba feliz a trabajar ya que le encantaba el puesto que le había conseguido, por lo tanto, estaba muy agradecida conmigo así que me lo agradecía dándome un abrazo y un beso cada vez que se subía a mi auto. Debido a este comportamiento de ella la empecé a querer así que yo también la abrazaba y le daba besos pero no como ella lo hacía sino que a veces la sorprendía por detrás y le colocaba mi brazo alrededor de su cuello para luego darle varios besos en la mejilla. Por todo esto y más nos volvimos muy cariñoso con las semanas, por lo tanto, yo que soy muy confianzudo empecé a agarrarla de la cintura convirtiéndola en mi chica y yo en su hombre.

Todo el mundo empezó a sospechar que teníamos algo, así que nos consultaban y ambos decíamos lo mismo, que éramos como padre e hija a pesar de que teníamos un comportamiento medio raro. Por un lado ellos nos veían siempre juntos y abrazados y por otro lados veían cuando yo la chuponeaba toda y esto ocurría porque mis besos con las semanas se convirtieron en una especie de chupones que recorrían su cuello y terminaba en su mejilla. Así era nuestra relación, nos queríamos mucho y lo demostrabamos ante todos pero hasta ese momento no llegó a ocurrir nada entre nosotros.

Una noche luego de salir de trabajar fuimos hasta el estacionamiento (quedaba a unas cuadras y era un edificio de 3 pisos) como todo los días en busca de mi coche, allí en el segundo piso y justo en frente de mi auto ocurrió algo. Yo siempre dejo que ella se me adelante ya que me gusta mirarle el orto, así que esa noche iba detrás de ella mirándola y pasó que ya no pude seguir conteniendome por lo tanto al llegar a mi coche hice algo que no había hecho nunca. Ella que estaba 3 pasos delante mío tomó el camino hasta la puerta del acompañante y yo en vez de doblar e ir hacia mi puerta seguí su camino hasta llegar a ella.

Entonces yo que estaba loquisimo por ella la agarre fuertemente de la cadera con mis dos manos y empece a chuponearla por todo el cuello como si fuese un vampiro. Ella no dijo absolutamente nada y parecía que le gustaba ya que que después de 2 o 3 segundos inclino un poco su cabeza hacía la derecha para que yo pudiera chuponearle mejor. Esto me condujo a querer tocarla más así que yo deje de sujetarla y empecé a tocarle las tetitas y a decirle cosas que nunca le había dicho.

—Me volves loco.

—Estas deliciosa corazón.

—Tengo ganas chuparte toda.

Todas estas cosas se las dije cerca del oído y ella me respondía con gemidos con lo cual hizo que le pidiese que me chupase la pija.

—Chupame la pija corazón.

Ella se dio vuelta y se arrodillo justo en frente mío, entonces con mi ayuda me abrió el cierre del pantalón y saco mi enorme poronga que se encontraba ya toda pegoteada hacia afuera. Ella que estaba entre la pared y el coche sacó un par de pelos de la punta de mi chota y antes de metersela en la boca me dijo lo siguiente con voz de trola.

—No les vas a decir nada de esto a Lucas?

—Quédate tranquila que no le voy a decir nada.

Entonces ella abrió la boca y se la trago hasta la mitad, luego se la sacó y volvió a metersela nuevamente. Así estuvo metiendo y sacando hasta que yo hice que pasara la mitad ya que la tomé de la cabeza e hice que se la tragara casi por completo por varios segundos. Luego la solté y de su boca cayó saliva que llegó hasta el suelo, después de eso volvió a agarrar mi poronga y me empezó a lamer todo el tronco desde abajo hasta llegar a la punta de mi chota. Allí ella hacía el mejor movimiento que consistía en mover la lengua hacia arriba y hacía abajo como si estuviese pintando la cabezota de mi chota.

Con los minutos ella se fue excitando más y más hasta que empezó a tocarse las tetas por encima del top, entonces yo que la miraba tocandose quise vérselas así que le subí el top para poder hacerlo. Entonces ella comenzó a apretarse los pezones mientras tenia mi pija metida en la boca y ver eso allí fue algo único y maravilloso. Estaba cumpliendo mi sueño de poder cogermela y como fue la primera vez no aguante demasiado tiempo.

Cuando sentí que me venía volví a agarrarla nuevamente de la cabeza e hice que se la tragase casi por completo. Entonces dentro de su boca explote y la llene por completo de leche, la cual no le quedó otra que tragarselo. Luego de eso me la saco y le pego varias lamidas con la lengua hasta dejarmela limpita. Después de todo esto ingresamos a mi auto y como hago todos los días la llevé hasta a su casa, luego fui a la mia e hice como si nada hubiera pasado.

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