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Mi esposa rompe las reglas (III)

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Ceci, mi esposa, me había entregado una lista con todas las personas que quería cogerse antes de terminar el año. Me pidió que tachara los que no quisiera que se la cogieran y si quería podía elegir el contexto del encuentro y si quería participar o no. Le pedí un tiempo para analizar la lista, además la situación se dilató porque otra situación se cruzó en el camino.

Laura, la amiga del trabajo de Ceci y con quien yo había cogido ya un par de veces con el beneplácito de mi esposa, había acordado investigar mediante una conocida de confianza la posibilidad de acceder a una orgia de alto calibre.

Son gente rica, un grupo cerrado y exclusivo, no es fácil entrar. Mi amiga y su esposo hacen parte. Ella me dijo que le enviara fotos de nosotros, que escribiéramos una carta solicitando una invitación especial y que nos hiciéramos esta lista de exámenes. - Nos contó Laura durante un almuerzo de medio día al que las invité.

Esa misma noche Laura fue a nuestra casa con un maletín lleno de ropa. Ella y Ceci pasaron un buen rato probándose ropa y maquillándose con la intención de tomar unas fotos que llamaran la atención. Según la amiga de Laura, si un comité o algo similar que administraba el evento nos encontraba atractivos y nuestros exámenes salían bien, era posible que nos dieran acceso como invitados por una ocasión, nunca estaba de más gente bonita y nueva en una orgia.

Mientras tanto, yo escribí la carta.

A quien interese:

Desde hace un par de meses que mi vida cambió cuando decidí hacer un intercambio de parejas con un amigo. Desaté un aspecto de mi esposa que siempre había estado allí pero amarrado a un miedo paralizante, el miedo de perder a la persona que amas.

Desde que empezamos a ver a otras personas nuestra vida está llena de emoción, nuestra relación fluye mejor, dejamos aquel miedo a la infidelidad y el otro miedo de perder al otro se transformó en una confianza sólida.

En ese camino conocí a Laura, amiga mi esposa y hemos formado una relación diferente en la que tres personas se reconocen física y emocionalmente como iguales, nos estamos divirtiendo.

Somos cuidadosos, entendemos los riesgos que esto implica. Solo esperamos que nuestras fotos les gusten y que quieran tanto como nosotros compartir esta increíble experiencia. Por cierto, llevo a ustedes un par de diosas, espero que allí haya algo bueno para mí.

Decidimos tomar las fotos en la habitación. Ceci se había puesto un vestido enterizo rojo brillante de tiritas de en los hombros y una falda que apenas si le cubría las nalgas y tacones rojos. Laura llevaba un top morado, el abdomen descubierto, una minifalda morada también y zapatos blancos de plataforma. Primero tomé con mi teléfono las fotos de Ceci, de frente, de lado, de espaldas, una riendo en plano cerrado y un par sugestivas de piernas abiertas y arrodillada en la cama volteando a ver a la cámara. Se veía increíble, me empecé a excitar. Después vino Laura, las mismas fotos de cuerpo entero y luego las sugestivas. Sentí que posaba para mi y no para aplicar a la orgia cuando se subió en la cama y se colocó paralelamente a la cabecera. Posó su cara sobre las sábanas, arqueó la espalda y levantó el culo. Espectacular.

Cuando fue mi turno tenía una erección de los mil demonios muy evidente. Yo llevaba un traje negro con camisa blanca.

¿Uy pero qué está pasando ahí abajo amigo? - Dijo Ceci riendo y viendo mi entrepierna.

Soy solo un humano mi amor

Yo quiero unas fotos especiales para mí

Terminaron mis fotos básicas. Las poses sugestivas de mi parte no iban a aportar mucho, así que terminó la sesión. Por lo menos la parte oficial.

Siéntate y sacate eso - Me dijo Ceci empujándome a la cama.

Sácalo tú - le respondí.

Bruscamente tomó mi pantalón y desató el botón, el cierre bajó solo por la fuerza con que jalaba. Mi falo salió como un resorte.

Ufff… Mira eso - Dijo Laura.

Sí… qué tal… ¿Le tomamos unas fotos? - dijo Ceci.

Jajaja siii!

Sacaron sus teléfonos y empezaron a fotografiar mi verga desde distintos ángulos.

Espera… creo que se verá mejor si… - Dijo Ceci mientras lanzaba un escupitajo sobre mi palo y con la lengua y los dedos lo acomodaba a gusto para la foto que quería sacar.

Falta por aquí - dijo Laura acercándose y sacando su lengua con una cantidad jugosa de saliva que esparció desde la base, pasando por todo el tronco y hasta el glande de mi instrumento.

Terminaron su trabajo artístico.

¿Me compartes las que tomaste tú?- Le dijo Laura a Ceci.

¿Tanto te gusta la verga de mi marido?- preguntó Ceci.

Pues la verdad, sí, está deli

Te traje un día como regalo para él y ahora te lo coges cuando quieres. Te lo llevas y lo exprimes

¿Te molesta eso?

Un poco sí

¿Y si le preguntamos a él que piensa? Si le molesta cuando me lleva a un motel, me quita la ropa, me chupa el culo y después me la mete - Dijo Laura agarrandome la verga y metiéndosela en la boca.

Perra descarada

Así me dice amiga… que soy su perra

Ceci me miró, yo la miré. Me sonrió.

Las dos empezaron a chuparmela, sus labios chocaban disparando ráfagas de energía erótica por toda la habitación. Los vestidos elegantes desaparecieron y pronto nos fundimos en una sesión de caricias intensas. Los tres acostados en la cama, las manos buscaban donde posarse sin estar seguras de quién era el cuerpo. Follamos por un rato y nos quedamos dormidos.

Lo siguiente fue hacernos los examenes al otro día. Proceso claramente no tan placentero como los requisitos ya tachados. Era importante estar limpios para poder participar. Los exámenes tardaron tres días en estar listos pero salieron bien, estábamos encaminados.

Laura imprimió y llevó todo el material en un sobre a su amiga. A la vieja usanza, nada de emails que dejaran rastro. Le aseguró que una vez revisada la información, nos aceptaran o no, todo sería incinerado, esta gente se lo tomaba en serio.

Pasó una semana.

Hola babys… - Escribió Laura en un chat que teníamos los tres.

¿Alguna noticia amiga? - Dijo Ceci.

¡¡¡Nos aceptaron!!!! Es este sábado!

Wooo

Siii

La cosa empezaba como a las 7 de la noche. Yo quería ser puntual pero las chicas me aseguraron, mucho más experimentadas que yo en salir de fiesta, que era mejor llegar un poco más tarde cuando todo estuviera más prendido. Así lo hicimos. Ellas no comieron nada después del almuerzo y se practicaron unos lavados para limpiar el intestino de sorpresas no deseadas. Me excitó pensar que mi esposa estaba dispuesta a dar el culo una vez más a pesar de que conmigo no era algo que hiciera mucho. Era como si el amor no se conjugara con el sexo anal pero toda aquella perversión y morbo sí.

Tipo 8 bajaron, yo las esperaba en la sala ansioso. Llevaban los mismos vestidos de la sesión de fotos. Se veían putisimas.

Las traje al centro de la sala y les hice una reverencia para que pasaran. Sobre la mesa había tres tragos dobles de tequila y tres líneas de coca. Ceci se emocionó de inmediato y fue a por el polvo con un billete que yo había hecho un cilindro. Se inclinó, inhaló y se incorporó limpiándose la nariz.

Yo no sé, yo no hago eso - dijo Laura.

Te entiendo baby, y no hay problema, no te sientas obligada - le dije.

No seas tonta, vas a pasar la mejor noche de tu vida, métele fueeego uuu- gritó Ceci entusiasmada.

Pero no sé cómo se hace

Sacá todo el aire, contén la respiración, te pones el billete en la nariz y te jalas todo el polvo absorbiendo- le dije y le mostré cómo se hacía desapareciendo una de las dos líneas que quedaban en la mesa.

Lo hizo, solo inhaló media línea y el resto salió volando cuando tosió fuertemente. Le entregué un trago de tequila a cada una, brindamos y nos bebimos todo el contenido. Pedimos un taxi, los tres íbamos en la silla de atrás, yo en el medio. Debido a la coca nos envolvimos en una conversación frenética.

Mucha atención, no nos podemos distanciar demasiado, siempre mantengámonos al alcance de los otros. Parece un evento seguro pero una nunca sabe - Les dije.

No te preocupes mi amor, no te voy a dejar solo porque te roban, ya te dejé solo con esta perra y mira - dijo Ceci.

Idiota - Respondió Laura en tono jugueton.

Llegamos al sitio, era un edificio de oficinas. Debido al día y la hora todo estaba apagado, parecía cerrado. Nos acercamos a la entrada y pudimos ver a una pareja de unos 40 años entrar por una puerta pequeña a un costado de la fachada, debía ser por ahí. Las tomé de la mano y avanzamos. El guardía, una mujer alta y ancha nos miró, teníamos toda la pinta de ir a aquella fiesta. Nos pidió nombres y documento de identidad. Contrastó la información en una tablet y nos dio acceso. Piso 12, dijo.

Llegamos a un ascensor donde esperaba la pareja que había entrado antes de nosotros. Ella era alta, de cabello castaño, algunas arrugas asomaban en su rostro pero era una mujer muy atractiva. Él era delgado y calvo e igual de alto que ella. Nos sonrieron y nos saludaron.

No los había visto antes por acá - dijo la mujer elegante.

Primera vez - Respondí.

Oh que bueno, de pronto nos vemos luego - dijo sonriendo levemente mientras se abría la puerta del ascensor y entrábamos todos juntos.

El trayecto fue silencioso, el ascensor tenía espejos por todos lados, tenía una vista completa de todos allí dentro. La señora elegante me miró seria, yo la miré pero terminé quitando la mirada intimidado. El señor elegante miraba descaradamente a mis chicas.

Al abrirse la puerta ya en el piso 12 la música y las voces inundaron el ascensor. Nos adentramos en un recinto amplio con ventanales de piso a techo, el mobiliario era rojo mate, la gente toda estaba muy elegante, mis chicas estaban vestidas un poco vulgares. Aquello hacía que contrastaran bastante y conforme avanzábamos en dirección a la barra muchas miradas se posaron en nosotros. Los hombres las miraban con lujuria a Ceci y a Laura, era como carne nueva, además de carne popular para aquel círculo social, toda una fantasía.

Pedí tres tragos dobles de tequila que me costaron una millonada, podía pagarlos pero era mucho más de lo que pagarías por unos tragos en cualquier otro lado. Ceci se lo tomó de un envión, la notaba ansiosa. Me miró.

¿Puedo ir por ahí mi amor? Quiero conocer gente, yo vuelvo en un rato - Me dijo hablándome a modo de súplica.

Claro amor, solo mantente a la vista

Sip - me besó en los labios y se perdió entre la gente que charlaba amenamente, algunos bailaban también pero aún nadie estaba follando.

Me puedo quedar contigo - Me dijo Laura, creo que estoy un poco nerviosa.

Claro que sí baby, conmigo estás segura

Nos mantuvimos en la barra charlando, había buena conversación entre Laura y yo, no solo era follar, era una mujer que sabía de muchas cosas y eso me resultaba interesante. Con Ceci, amándola y todo, los temas eran más limitados. Tomamos otro par de tequilas, la mezcla de coca y alcohol se sentía deliciosa. Le insistí a Laura que inhalara un poco más y aceptó. Nos metimos en el baño de hombres en un cubículo. Yo saqué una tarjeta de crédito, tomé un poco de polvo de la bolsa y lo introduje en mi nariz. Ella esperaba lo mismo pero iba a ser distinto. Desabroché mi pantalón, saqué mi pene a medio parar, esparcí un poco de coca en el tronco y le pedí a Laura que lo tomara de allí.

Se arrodilló, se tapó una fosa y desapareció aquello de mi falo. Lo chupó por un rato después. Salimos y fuimos de nuevo a la barra. Pude ver a Ceci hablando y muy integrada con una pareja en un sillon en el centro del recinto, la mujer tenia el cabello negro oscuro, la piel muy blanca y un aspecto medio gótico, un par de tetotas se apretaban en un escote amarrado con cordones en el pecho. No me fijé mucho en su pareja porque la mirada de Ceci se cruzó con la mía a la distancia.

Me saludó, la saludé y le dijo algo a su nueva amiga mientras me apuntaba con el dedo, luego apuntó a Laura y ambas chicas se echaron a reír. La chica gótica me dedicó una mirada y yo le dediqué una sonrisa.

Tu esposa puede ser una perra muy pesada cuando se lo propone - Me dijo, tal vez sintiendo que las chicas en el sillón se burlaban de ella o algo.

Lo sé, a veces puede no ser fácil. Siento que le incomoda o le da celos lo nuestro-

Siento lo mismo. Pero que se aguante - Laura me tomó y me encajó un beso largo.

El evento principal puede dar inicio.

Algunos vitorearon, algunos se desplazaron rápidamente, pero la mayoría, tal vez acostumbrados, simplemente se empezaron a desvestir. La concurrencia era variada, no todo el mundo era atractivo pero podría decir que un poco más de la mitad de la gente clasificaría como alguien deseable caminando por la calle. La edad promedio podría ser unos 35 años.

Laura y yo observábamos. Ceci besaba a la chica gótica mientras su pareja le quitaba los cordones del corsé que apretaba sus abundantes tetas. Una voz me sacó del trance en que toda aquella energía me tenía. Un hombre atlético, alto moreno y una chica de cabello corto y liso hasta los hombros con un cuerpo de muerte fruto de miles de horas de gimnasio estaban a nuestro costado.

Quisiera saber si te gustaría un intercambio. Ella es mi esposa Nadia, me llamo Robert. Tu esposa me parece muy atractiva. ¿Qué dicen?- Dijo el moreno alto.

No traté de corregirlo con aquello de que Laura era mi esposa. Ni miré a Laura, yo estaba con la mirada fija en Nadia y su licra gris, era casi su piel y dibujaba un cuerpo perfecto y culo durísimo.

Por supuesto - Respondí.

Me acerqué a Nadia.

¿Que te gusta preciosa? - Le pregunté.

Seguir órdenes - respondió.

Pues quitate todo y ponte a chuparmela

Caminamos hacia un sillón circular grande que había en un costado de la sala. Varias parejas ya empezaban sus faenas y encontramos un espacio adecuado. Me quité toda la ropa y me senté en el mueble. A mis espaldas una señora de unos 55 años tiraba con un joven bien ejercitado. A mi lado dos mujeres se besaban y a mi otro lado un tipo taladraba en cuatro a una mujer morena. Las palabras dieron paso a los gemidos en todo el lugar.

Nadia se quitó toda la ropa en frente mio, casi como si quisiera que la viera mientras lo hacía. Apareció un cuerpo increíble cómo tallado con cincel. Yo no sé mucho de músculos, pero aquella chicas los tenía todos en su lugar.

Eres perfecta- le dije.

Sonrió y se inclinó sobre mí. Abrió su boca y se tragó mi falo. Tenía este gusto por llegar hasta la base. Aquello hacía que salivara un montón y toda mi zona genital era un mar de fluidos babosos. Me dejé consentir mientras inspeccionaba con la vista el área a mi alrededor. Todo el mundo follando, en parejas, en tríos, intercambiando. Vi a Laura aún en la barra. El moreno ya completamente desnudo y con un cuerpo tan monumental como el de su mujer, sostenía a Laura a centímetros del suelo. Ella, aún con su ropa, se apoyaba sobre la barra con los brazos y él tomándola de la cintura la alzaba para quedar a tiro de su coño. Sus piernas colgaban y podía distinguir sus gritos de entre todos los demás. No veía a Ceci por ningún lado.

Pasado un rato subí a Nadia al sillón y le di en cuatro. Ese par de nalgas duras rebotaban deliciosamente sobre mi humanidad como gelatina cuajada. Estiraba sus brazos sobre el mueble y sus músculos aparecían definidos ante mi. Sus manos chocaron contra un cuerpo. Levantó la mirada y yo también. Era la mujer elegante del ascensor que en posición de ranita cabalgaba sobre un tipo atlético.

Jajajaja lo siento - Le dijo Nadie a la señora.

No te preocupes querida - Dijo fijando su mirada en mí.

Hubo una conexión instantánea entre Nadia y el chico que follaba con la elegante mujer. Ella avanzó gateando sacando mi verga de su coño y mirando la señora pidió permiso para tocar al chico.

Todo tuyo querida - Le dijo la señora que se levantó y se acercó a mí.

Nos vemos de nuevo - le dije.

Sí, dije que tal vez nos veríamos, ¿vienes conmigo?

Me tomó de la mano y la seguí. Era más alta que yo. Los años se le notaban pero era una mujer muy bonita, elegante, imponente. El plan de mantenernos a la vista de los otros se había ido al demonio. La señora me llevó por un pasillo que no había visto al fondo del recinto. Habían seis puertas, caminamos hasta llegar a la más lejana y entramos.

Dentro de la habitación había una cama, un jacuzzi, un par de muebles, espejos en todas las paredes y el techo, una luz tenue rosada iluminaba todo con suavidad. En una silla frente a la cama estaba el esposo de ella, aún vestido desplegando elegancia.

A mi esposo hace años le gusta ver como me follan. Venimos acá cada mes, él no toca a nadie, no hace nada, solo alquila esta habitación y se sienta a esperar. Yo puedo hacer lo que quiera con la condición de que tengo que venir de tanto en tanto a esta habitación con un alguien - Me dijo con una voz aterciopelada y sensual.

Me pidió que me acostara en la cama de manera que su esposo tuviera el ángulo perfecto para ver como se acercó a gatas entre mis piernas, separó las suyas y empezó a darme sexo oral. Yo me entretenía con el espejo del techo viendo la figura de aquella hermosa señora. Me pidió que le diera en cuatro.

Mira mi amor, tu esposa la perra, la insaciable, la que no puede evitarlo. Perdóname cariño, pero amo esto, me encanta follar con otros. - Le decía a su esposo.

Debido a la cocaína no me podía venir.

Me ha gustado mucho esto, pero quiero salir - Les dije.

Por supuesto - Respondió ella. Ambos salimos de allí. Yo buscando nuevas aventuras, ella buscando otro dildo para llevarle a su esposo.

Me involucré en un trío y follé con una señora de unos 60 años. Tuve una oportunidad de tirar con una chica espectacular pero su esposo exigía un intercambio. Busqué pero no pude encontrar a ninguna de mis chicas para efectuar el trueque. Finalmente, ya exhausto decidí acercarme a un sector donde la gente estaba sentada y vestida. Busqué mi ropa, pedí un whisky y llegué donde un grupo de gente. Tres mujeres y dos hombres hablaban amenamente y me aceptaron e involucraron en la conversación. Les conté mi contexto y les pareció muy divertido que estuviera allí con mi esposa y su amiga. Todos tenían historias increíbles, una pareja eran primos y solo se veían allí porque su familia no aceptaría la relación. Otros eran amantes y otra era una mujer sola cuyo marido estaba de viaje constantemente. Se llamaba Natalia, era de cabello negro, delgada y elegante, parecía una modelo, charlamos por un rato, le pedí su número y me fui a buscar a mis chicas.

Encontré a Laura en la barra.

¡uuuh! Ha sido genial! - gritó al verme.

¡¡¡sí!!! ¿Has visto a Ceci?

Sí, me encontré un par de veces con ella. Incluso me involucró en un gang bang. Eramos ella y yo con cinco tipos. Al principio era solo ella, pero la vi y me acerqué y me invitó. Ellos estaban alrededor de nosotros. Después nos dieron por delante y por detrás al mismo tiempo ¿Sabes? Como en el porno que un tipo se acuesta y te la mete por el coño y otro llega por detrás y te la mete por el culo… uffff… ¡a las dos! ¿puedes creerlo?... Fue espectacular. Al final nos pusieron en el centro y se vinieron sobre nosotras. Tuvimos que buscar un baño para ducharnos… hay duchas ¿Lo sabías?- Decía Laura un poco ebria y efusiva.

Wow, suena delicioso… pero ¿Dónde está Ceci?

Oh sí, me dijo que te dijera que se iba con un grupo de gente, que no te preocupes, que está bien-

Aquello naturalmente me preocupó. ¿A dónde había ido? ¿Con quién? Mi esposa rompió las reglas una vez más. Salimos del lugar, tomamos el ascensor y bajamos. Saqué mi teléfono y marqué el número de Ceci. Timbró dos veces y contestó.

¡ah! - se escuchó de inmediato.

¿Mi amor? ¿Dónde estás? - le pregunté.

Amor ¡ahhh! ¡Qué ricooo! Amor no sé, estoy follando con una gente

¿Para dónde te fuiste?

No se… ¡ah! Dejame pregunto

Pude oír entre gemidos y jadeos que le preguntaba a alguien en donde estaban.

Amor, voy en un auto en camino a la playa, no te preocupes, estoy bien, hay varias mujeres, ahora te llamo ¡ah!

Todo estaba fuera de control. Intenté llamarla de nuevo pero no me contestó. Estaba iracundo y preocupado, había faltado de nuevo a nuestro trato y además se había expuesto a quién sabe qué y no dudaba que estaba ebria.

Laura y yo tomamos un taxi a mi casa. Dejé de insistir al teléfono de Ceci. Me resigné a que pasara lo que tuviera que pasar.

No te mereces esto - Me dijo Laura.

No lo sé, yo fui el que incitó todo, sabía que se podía salir de las manos-

No tiene que ver, hicieron un trato beneficioso para ambos y ella no hace más que fallarte. Merece algo mejor, alguien mejor que te sea leal en todos estos juegos -

Follé con Laura en la cama matrimonial. Nos quedamos dormidos. En la mañana me despertó el timbre de mi teléfono.

Hola amor - Era Ceci.

¿Dónde estás? ¿Qué rayos estás haciendo?

Estoy en un hotel en la playa, como a dos horas de la casa

¿Con quién estás?

Con un grupo que conocí ayer en la orgía, me invitaron y quise venir… ¿tienes problema con eso?

¡Claro que tengo problema con eso! Se supone que preguntas primero, nunca te hubiera dejado ir en el estado en que estabas a otra ciudad…

Entiendo… bueno, me he divertido mucho. Supongo que tu también te divertiste, y supongo que ella está en mi cama, desnuda. Supongo que te viniste dentro de ella

No tiene que ver, tu sabes todo sobre Laura

Vuelvo mañana, estoy bien, no tienes que preocuparte ¿bueno?

Haz lo que quieras

Laura se quedó conmigo ese día también. Al siguiente día llegó Ceci. Al entrar nos encontró tirando en la cama.

Lo imaginaba - dijo.

Pues imaginas bien puta desconsiderada, si no lo cuidas tú yo te lo cuido - Dijo Laura estando en cuatro.

Ceci se abalanzó sobre ella y la golpeó en la cara. Laura respondió con un bofetón. Traté de controlar la situación en la desnudez total.

¡Quietas! Laura vístete, te llevaré a tu casa. Y tú me esperas acá - dije vehemente.

Así fue, llevé a Laura a su casa entre reproches y mal genio. Volví para encontrar a Ceci sentada en la sala.

Sino la dejas de ver yo me voy - Me dijo tajante.

¿Después de lo que has hecho tienes el descaro de pedirme eso?

Era solo sexo… idiota. Muy rico y muy divertido, pero solo sexo. Lo tuyo con Laura es otra cosa y lo sabes

Tenía razón.

Conocí a una gente, hay chicas muy lindas que te quiero presentar, vamos a follar como nunca has imaginado, los dos, ¡juntos! No la puedes volver a ver.- repitió.

Ok. Ahora me vas a contar todo lo que hiciste… y vas a tener que conseguirme muchas más amigas… ¿entendido?

Claro amor. Entendido

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