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Mi hermano me hizo el amor y no se dio cuenta
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Hola, mi nombre es Laura, soy tez blanca, pelo mono, unos senos normales tirando a pequeños, pero mi mayor característica son mis nalgas, tengo unas caderas anchas y unas nalgas redonditas. Era fin de semana y mi hermano nos invitó a mi novio y a mí a ir a una finca de tierra caliente con piscina para celebrar su cumpleaños, a la cual iría con su novia Marcela y con otras dos parejas, lo cual aceptamos para salir un poco de la rutina del día a día, la idea era ir el sábado en la tarde hasta domingo.

Pero llego el sábado y a mi novio le pidieron un informe en el trabajo que se requería entregar el lunes a primera hora, por lo cual me dijo que fuera yo sola, ya que no quería que me quedará aburrida y ya habíamos dado las cuotas para la comida, el licor y la estadía. Y así fue, termine yendo sola con las otras tres parejas, entre ellas mi hermano y Marcela.

Al llegar quede sorprendida porque la finca era muy bonita y tenía una gran piscina, y la casa era de tres pisos, con un cuarto y un baño en cada uno de ellos, por lo cual, al acomodarnos, cada pareja quedo con una habitación y a mí me dejaron el sofá-cama que estaba en la sala del primer piso por estar sola. Igual no quería pasar aburrida por estar sola, por lo cual, apenas llegamos nos cambiamos todos y nos pusimos los vestidos de baño y nos fuimos los 7 a la piscina con comida, cervezas y botellas de tequila que habíamos comprado. Y así fue pasando el rato, entre trago de tequila y cerveza nos fuimos emborrachando alegremente todos, estábamos tomando muy seguido por la alegría de estar en la piscina, con buena música y un ambiente muy bueno. La que más estaba tomando era Marcela la novia de mi hermano, la cual generalmente no bebía, por lo que le estaba haciendo más efecto el trago, y entre trago y trago ella y mi hermano se besaban y manoseaban delante de todos, lo cual me provocaba cierta envidia de no estar con mi novio.

Pasado el rato Marcela ya estaba tan borracha, que no era capaz de sostenerse de pie, por lo cual al ser yo la más sobria de todos me ofrecí a llevarla a su cuarto, la cual estaba en el tercer piso, para dejarla dormida, -yo ahora subo- decía mi hermano también borracho. Pero al irla llevando, Marcela estaba tan borracha que me quedaba imposible subirla, por más que lo intente, estaba totalmente inconsciente, así que lo único que se me ocurrió era dejarla en el sofá cama donde iba a dormir yo y yo subiría a la pieza del tercer piso, y eso hice, la acosté en el sofá cama y subí por el pijama de ella que estaba en su cuarto (ya que estaba con el vestido de baño y este estaba húmedo), cuando baje, le quite el vestido de baño para ponerle la pijama seca. Al verla desnuda, me quedé un minuto contemplándola, me di cuenta que en contextura era muy parecida a mí, senos pequeños y unas piernas gruesas y nalgas también grandes, también vi que se dejaba crecer un pequeño montículo de vello en su vagina al igual que yo, la vestí como pude, le puse la cobija y la deje totalmente dormida.

Yo ya me sentía muy cansada, por lo cual no quería ir ya a la piscina, entonces mejor subí al cuarto del tercer piso para dormirme, a la pieza que iba a ocupar mi hermano con Marcela, cuando llegue me quite el vestido de baño que estaba todo mojado y me di cuenta que había dejado mi maleta en el primer piso, por lo cual me dio pereza y me acosté desnuda (no es algo que me guste hacer, pero dado el estado de embriaguez que tenía preferí dormir así), apague la luz y me puse la sabana encima, me di cuenta que la pieza quedaba realmente oscura porque la única ventana que había, estaba cubierta por una lámina de madera, entonces la poca luz que se veía era la que entraba del pasillo por debajo de la puerta.

Mientras me estaba quedando dormida empecé a recordar la manera como Marcela y mi hermano se tocaban y besaban en la piscina, como frotaban y pegaban sus cuerpos y se tocaban dentro de la piscina para que no los viéramos, estos pensamientos, el licor tomado y el roce de la sabana en mi cuerpo desnudo empezaron a poner mis pezones duros y generar un calor en mi vagina, la cual empecé a sentir lubricada. Estaba en esos pensamientos y quedándome somnolienta cuando empecé a sentir un ruido, era alguien que estaba subiendo las escaleras, el ruido se hacía cada vez más fuerte por lo que me di cuenta que venía para la pieza donde yo estaba, gire mi cabeza hacia la puerta y veo q esta se empezó a abrir lentamente y aunque estaba muy oscuro logre ver la silueta de mi hermano entrando a la pieza y cerrando la puerta tras de él, por lo cual quedo nuevamente a oscuras, aunque mis ojos estaba ya un poco acostumbrados a esta oscuridad, veo que él se dirigía con pasos torpes a la cama:

-Amor, ¿ya estas dormida? – Decía mi hermano con un tono ya un poco borracho, ahí me di cuenta que él pensaba que estaba su novia Marcela donde yo estaba acostada, no le respondí nada, me dio cierta gracia y quise saber en qué momento me reconocería.

-Es que estoy muy excitado y no quiero acostarme con esta calentura, me dejaste muy caliente en la piscina- Esto me dejo en shock, me quede sin palabras mientras logro ver en la oscuridad que se quitó la pantaloneta de baño y se acostó al lado mío, la verdad no sé si fue el licor o qué, pero lo que dijo me provoco un calor y cosquilleo en mi vagina que me dejaron muda, ya cuando le iba a decir que era yo la que estaba acostada en la cama, el hábilmente me quito la sabana y me empezó a acariciar uno de los senos y el otro me lo empezó a chupar, lo cual provoco en mí, una corriente que me llego directamente a mi vagina, sintiendo como lubricaba.

-Que rico que estas desnuda- me decía, mientras tenia uno de mis pezones en su boca y el otro lo tenía entre sus dedos, yo solo me limite a dar gemidos ahogados, no sabía qué hacer. De pronto sentí como dejo de acariciar uno de mis senos, y mientras seguía chupando uno de mis pezones, bajo su mano hasta mi vagina, con lo cual apenas sentí sus manos y dada mi excitación mis piernas se empezaron a abrir, lo que le permitió a mi hermano tocarme a su gusto toda mi vagina

-Vaya, estas súper mojada, veo que no era el único caliente, que bueno que subí- me decía mientras me tocaba el clítoris en círculos, lo que provocaba que mis caderas se empezaran a mover al vaivén de sus caricias, y arrancaba de mis gemidos los cuales trataba de disimular para que no descubriera que no era su novia la que estaba masturbando de esa manera. Mientras seguía con mi pezón en su boca, y acariciándome abajo, empezó a meterme los dedos, lo cual me llevo a la gloria y ese corrientazo hizo que abriera mis piernas del todo, lo cual con mi muslo derecho logre sentir algo, al bajar mi mano y tocar, me di cuenta que era su pene erecto que me rozaba la pierna.

-Me encanta que me toques-me dijo, lo cual me motivo para agarrar su pene, el cual se sentía de buen grosor, y empezar a masturbarlo, a ese punto yo ya estaba súper excitada, y ahí estábamos los dos, dándonos placer mutuamente. Pasaron así unos minutos, donde me sentía muy cerca del orgasmo, dejo de tocarme y con mi pezón derecho aun en su boca, empezó a acomodarse encima de mí, acomodando sus piernas entre las mías, lo que me obligo a abrir las mías, quedando totalmente a su merced, aunque en ese punto estaba muy excitada, sabía que no permitiría que me penetrara, no quería cruzar esa barrera, y tampoco sabía cómo le iba a explicar que lo había dejado llegar hasta ese punto sin decirle nada.

Ya me iba a disponer a decirle que parara, que no era su novia a la que se disponía a penetrar, hasta que sentí que saco mi pezón de su boca y con pequeños besos empezó a bajar por mi abdomen, por mi ingle hasta que sentí su respiración en mi clítoris, el cual se metió rápidamente en su boca sin darme tiempo de decirle nada, lo que provoco en mi un corrientazo que me arranco un gemido, el cual no pude ahogar –Mmmm- gemía yo, mientras su lengua hacia círculos y jugaba con mi clítoris de una manera espectacular. Luego de unos minutos, sentí como con sus manos me agarro la parte de atrás de mis muslos y los tiro hacia mi cabeza, levantando mi cadera y dejándome con las piernas totalmente abiertas y con mi vagina totalmente a su disposición, lo cual aprovecho y empezó ya a meter su lengua dentro de mi rajita, mi propio hermano me estaba penetrando con su lengua, provocándome gemidos cada vez que la sentía adentro, y como la dejaba ahí y la movía, podía sentir mis jugos vaginales empapando toda su cara, los cuales lamia con ganas.

Lo siguiente que sentí fue como empezó a lamer mis nalgas, primero una y luego la otra, se sentía muy rico, hasta que sentí su lengua llegar hasta mi ano, era la primera vez que me hacían eso, por lo cual mi primera reacción fue apretarlo, su lengua hacia círculos en mi ano y sentía como presionaba con la intención de meterla en él. –No le dará asco? – pensaba yo en ese momento, pero ante su insistencia, y creyendo que era algo normal que le hacía a su novia, me relajé y sentí como su lengua entro, y con ella hacia círculos dentro de mi culito, provocándome un calor que me empezó a excitar muchísimo, algo que a ningún novio le había permitido hacer, y ahí estaba mi hermano, comiéndome el culo literalmente.

-Que rico amor, ese culo te sabe delicioso- Decía mi hermano cada vez que sacaba su lengua de mi ano, luego puso su boca nuevamente en mi clítoris y empezó a jugar con él con su lengua, haciendo círculos, lo que empezó a generarme ese calor que se siente cuando se está cerca del orgasmo, lo cual mi reacción fue coger su cabeza y apretarlo más contra mi vagina, y restregarlo contra esta para que no fuera a parar, en ese momento siento que suelta una de mis piernas y coloco uno de sus dedos en la entrada de mi ano, por más que trate de apretarlo, estaba tan dilatada que empezó a meterlo, apenas sentí que metió todo el dedo en mi culo y con mi clítoris en su boca, sentí llegar el orgasmo- ahhh- gemía mientras empecé a sentir ese maravilloso orgasmo que recorría todo mi cuerpo y me hizo temblar, fue tan fuerte que me toco apartar a mi hermano porque mis piernas empezaron a moverse como si les estuviera pasando corriente, sentía como todo el calor se me concentro en mi parte baja sintiendo como salía liquido de mi vagina, mientras el resto de mi cuerpo comenzó a relajarse y empecé a sentir un estado de éxtasis.

En ese momento de relajación, y mientras sentía que apenas recuperaba mis sentidos, mi hermano se subió y se colocó encima de mí, y no me logre percatar que empezó a acomodar su pene totalmente erecto en la entrada de mi vagina, cuando estaba dándome cuenta de la realidad empujo y me penetro- ahhh- logre decir, mientras mi vagina totalmente mojada se abría ante su pene, hasta sentir que sus testículos tocaron mis nalgas, trate de decirle algo pero fui callada con sus labios, los cuales se fundieron con los míos en un beso muy apasionado, antes el besar a mi hermano me hubiera generado asco, pero en esa situación me encanto, y mientras me besaba empezó un mete y saca lento y delicioso, sentía como si lo fuera a sacar y empujaba hasta el fondo, y en cada arremetida lograba emitir sonidos mientras me seguía besando, como si estuvieran aplaudiendo, en ese punto ya no me importaba nada, ya sabía que no había vuelta atrás por lo cual decidí disfrutar al máximo. Estuvo en ese bombeo lento y delicioso bastante rato, y en cada embestida iba sintiendo el próximo orgasmo acercarse, y mientras me penetraba besaba mis labios, bajaba por mi cuello, me chupaba los senos, y volvía y subía a mi boca.

Ya estando muy excitada, mi hermano paro y sentí como saco su pene, y se arrodillo en la cama. –Amor, ponte en cuatro- me dijo, con lo cual me di la vuelta y así arrodillada quedé en posición de perrito, allí sentí como agarro una de mis nalgas con una mano y con la otra dirigió su pene para penetrarme, cuando lo hizo cogió muy fuerte las dos nalgas, una con cada mano, las abrió, y empezó un mete y saca muy rápido y profundo, mientras yo acomodaba mi cara contra la almohada para ahogar mis gemidos en esta, sintiendo como el calor se me empezó a centrar en mi vagina, indicios de que el orgasmo estaba otra vez cerca, hasta que sentí como me empezó a penetrar el ano con uno de sus dedos, mientras seguía penetrándome con su pene mi vagina, sentirme penetrada por los dos orificios al mismo tiempo me hizo explotar nuevamente en un segundo Orgasmo, con lo cual tuve que morder la almohada para contener el gemido que este me provoco, me sentía en la luna, sentía los corrientazos en todo mi cuerpo mientras él seguía penetrándome con su pene mi vagina y con uno de sus dedos mi ano.

-Ya estoy que termino amor, quiero correrme en tu culo- decía mi hermano, mientras sentí como sacaba su pene y su dedo de mí, creyendo yo que iba a eyacular encima de mis nalgas, cuando siento que acomoda la cabeza del pene en la entrada de mi ano, y dado lo dilatado que lo tenía y lo excitada que estaba con mi recién orgasmo, con una leve presión logro meter gran parte de su pene en mi culo hasta ese momento virgen, sabía que en ese punto no podía decirle nada ni impedírselo, no había forma de yo explicarle como había permitido llevar la situación hasta ese punto, y creyendo yo que el sexo anal era habitual entre él y su novia, me dispuse y prepare a perder mi virginidad anal, luego lo saco un poco y volvió a meterlo ya un poco más, luego lo saco otro poco y después lo metió mas, en cada embestida sentía como su pene se iba abriendo camino en mí, hasta que en una de esas siento el golpe de sus testículos en mi vagina, indicándonos que ya tenía todo su pene dentro de mi culo, apenas sintió eso, empezó un mete y saca lento pero largo.

-Está muy apretadito tu culo amor- decía mi hermano mientras lo sacaba casi todo y lo metía nuevamente hasta el fondo, lo hacía sin prisa, lo que me permitía acostumbrarme al dolor que sentía, aunque después de unas cuantas embestidas el dolor desapareció y empecé a sentir un placer diferente para mí, lo cual genero el calor del orgasmo otra vez centrándose en mi parte baja, así que dirigí una de mis manos y empecé a estimular mi clítoris para poder acelerar mi orgasmo ya que sabía que mi hermano estaba cerca de terminar.

-mmmm me vengo, me voy a correr- Decía mi hermano, mientras empezó a acelerar las embestidas a mi culo, y empecé a sentir como me llenaba de su semen caliente, calor que me envío el ultimo corrientazo y me provoco un tercer orgasmo, y nos empezamos a venir los dos al mismo tiempo, mientras mis piernas empezaban a temblar, deje caer todo mi cuerpo a la cama mientras mi hermano quedaba encima de mi espalda aun con su pene dentro de mí, dando sus últimos bombeos. Nos quedamos un par de minutos recobrando el aliento, hasta que siento como saca su pene ya flácido de mi ano, se levanta y siento como me da un beso y una palmadita en cada nalga. –Wow amor, estuvo delicioso, no pensé que me dejarías metértelo por el culo, gracias por dejarme ser el primero, fue el mejor regalo de cumpleaños que me han dado- me decía mientras sentía como con su dedo tocaba por encima mi adolorido ano, ahí me di cuenta que nunca habían tenido sexo anal, lo cual me ocasiono una risita interna. –Voy otra vez a la piscina a terminar unas cervecitas que quedaron, ahorita subo, descansa. Te amo- me dijo, mientras se levantaba, cogía la pantaloneta de baño y salía de la habitación.

En ese momento caí en la realidad de lo que había pasado, y aunque me generó un sentimiento de culpa, también sabía que me había encantado, ya lo que me preocupaba es que mi hermano no se fuera a dar cuenta de lo que paso, por lo cual sabía que no me podía quedar en el cuarto y que debía subir a Marcela como diera lugar a la cama, así que, a pesar del cansancio, entre al baño, me limpie el semen que aún me salía del ano, me puse el vestido de baño y baje al sofá cama donde estaba ella dormida. –Marce, Marce, despiértate que debo llevarte a la cama- le decía mientras la iba despertando, y aunque estaba muy somnolienta, logro poner de su parte y me facilito un poco el trabajo de colocar su brazo encima de mi hombro, levantarla y así iniciar la subida al tercer piso. Después de un gran trabajo logramos llegar a la pieza del tercer piso y se desplomo nuevamente en la cama, aquella donde su novio, mi hermano, me había hecho suya. Ya estando acostada le quité la pijama para dejarla desnuda tal cual estaba yo, la cubrí con la sabana y me fui para el sofá cama, me puse mi propia pijama y me quede dormida pensando en la noche tan excitante que había pasado.

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