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Mi madre (1)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

1,80 de alto, piel blanca como la luna, ojos verdes esmeralda, pelo negro, poco más abajo de los hombros y muy lacio, con pequeños pechos en punta y una pequeña cola, bien parada.

Y ahí estaba ella. Parada y apoyada contra el marco de la entrada a la cocina, mirándome fijamente con esos ojos verdes y esa mirada que penetraba hasta el espíritu. Solo vestía una bombacha gris clarita, casi blanca y una remera que le quedaba chica, a la altura de la mitad de su panza, dejando al descubierto su obligo. Ya desde donde me encontraba podía ver que su bombacha tenía mojada la entrepierna y se notaba en su respiración que estaba algo agitada. Sus pechos triangulares se veían más en punta que de costumbre, haciendo que sus pezones como dos puntas de flecha.

-Ven aquí Christian me dijo agitada, pero calmada a la vez.

Me acerque tímidamente hasta quedar casi pegados, casi no podía respirar de lo que estaba viviendo. Me agarro del cuello de la remera y empezó a caminar hacia atrás de espalda si dejar de mirarme hasta la mesada, donde de un pequeño empujón se apoyó, casi sentada sobre ella tenía una pierna estirada que le serbia de apoyo mientras que la otra la tenía colgando y flexionada, apoyando su muslo sobre la mesada.

-Agachate Christian, quiero que pruebes algo.

Y al mismo tiempo que me decía eso sin haberme soltado del cuello de la remera me empujo lentamente hacia abajo hasta donde le dio el brazo por las distancias, pero una vez ahí continué bajando hasta quedar de rodillas. Tenía enfrente el fruto de mi madre, eso que tanto había deseado y que me hacía temblar de la excitación. Podio oler ese olorcito algo ácido que emanaba y ver una humedad que sobresalía de entre la tela.

-Quiero que me pruebes. Me dijo -que chupes mi jugo Christian. Y agarrándome de la nuca me acerco a su entrepierna.

Me acerque y apoye mis labios sobre esa bombacha empapada. Instantáneamente mi madre lanzo un pequeño gemido y me apretó contra si, como queriéndome meter en su entrepierna. Cuando relajo ese empujo le agarre una nalga con cada mano, apoye mi boca sobre su bombacha, justo en la parte húmeda y succione como si tomara aire sobre ella. Podía saborear ese jugo que salía entre la tela y entraba en mi boca y era lo más rico que jamás había probado, mi madre se estremeció completamente y nuevamente me apretó sobre ella, me levanto agarrándome de los pelos y mirándome la boca dijo.

– quiero probarlo yo también, mmmm que delicia, que rico todo esto, quiero que bajes, que me la chupes toda Christian, quiero que saborees el amor de tu madre y que después también me lo compartas.

Volví a bajar y comencé a darle pequeños mordiscos sobre su ropa interior y nuevamente succionadas. Sentía como la cola de mi madre se ponía dura cuando se estremecía. Agarre la pierna que tenía dobla, se la baje. Dejándola parada y ahí pude bajarle la bombacha. Volví a subirle la pierna y quedé frente a esa fuente de néctar que me pedía a gritos. No podía creer lo que tenía enfrente. Era la concha de mi madre, completamente abierta frente a mí, el lugar por donde yo había salido y ahora podía probarlo, saborearlo y tal vez hasta volver a entrar.

No pude contemplarla mucho porque moría de ganas de volver a entrar, me acerque y comencé a besar la pierna que tenía sobre la mesada, desde la rodilla hacia la entrepierna y cuanto más me acercaba más apasionado hacia los besos, sumaba lengua y algunos mordisquitos los cuales la hacían gemir cada vez más, una vez en su entrepierna comencé a besarla, como si besara la boca de mi amada. Comencé con los labios y fui sumando lengua, juntando la increíble cantidad de flujo que salía, nunca había visto una mujer mojarse tanto. No podía parar de chuparla y mi madre que por momentos se agarraba de la mesada y por momentos me agarraba la cabeza y me empujaba contra ella.

-si Christian, chupa la concha de mami, quiero que la comas toda. Disfrutala, saborearla, es toda tuya ahora. Hay si ahí-grito en cuanto empecé a succionar su clítoris y cuando lo tenía en mi boca lo rozaba con la lengua mientras al mismo tiempo agarraba fuerte sus nalgas

-Vas a hacerme terminar Christian, seguí así, hace acabar a mami-y de golpe un gran chorro salió emanado de la parte baja de su clítoris llenando mi boca y obligándome a tragar y que me rebalsara mojando todo mi pecho ya que en ese momento mi madre me apretó contra ella.

Era increíble, como pude me solté y retrocedí unos centímetros para ver, mi madre era una fuente explotando jugo sobre mí, era lo más emocionante que había visto en mi vida, al tiempo que se retorcía de la excitación. Me agarro fuerte, me levanto ya todo empapado, me saco la remera y empezó a chuparme la cara de forma desaforada. Me chupaba la cara, el cuello y mientras me manoseaba la espalda y el pecho. Por momentos sentía como su concha volvía a escupir otro disparo que chocaba contra mi pierna a lo que ella.

En medio de ese éxtasis se paró frente a mí y me pidió que me desnude, a lo que le hice caso y parada frente a mi comenzó a frotarse el clítoris mirándome fijamente hasta que volvió a disparar un chorro pero esta vez apuntando a mi cintura y a mi pija la cual parecía que estaba a punto de explotar, bañándomela por completo junto con mis piernas. Instantáneamente bajo y comenzó a chuparme la cintura empapada de su acabada.

-Si Christian, que delicia.-decía mientras me lamia, llegando a mi pene. Una vez ahí me lo agarro de la base y se metió la cabeza en la boca haciéndome presión con los labios y comenzando una especie de remolino con la lengua que me hizo temblar, eran las estrellas adentro de esa cocina.

Mi madre chupando mi pija a punto de estallar, completamente bañada de su propia acabada, era un sueño del que no quería despertar.

-voy a acabar mama no aguanto así. le dije mientras gemía y la escuchaba gemir a ella.

-terminate todo mi amor, quiero que acabes en la boca de mami. Quiero probarte todo yo también.

Al escuchar eso, no pude contenerme más y estallé llenándole la boca, podía sentir toda esa leche hirviendo subir por mi verga hasta la punta y salir expulsada y recibida por la boca de mi madre la cual la esperaba con ansias.

Mientras terminaba mi madre volvía a gemir y temblaba, pero con mi verga en la boca y una salpicada tocaba mis pies mientras seguía acabando. Luego de mis disparos de leche, se la saco de la boca, pero se veía que no había tragado todavía, miraba en mi dirección pero con los ojos cerrados, mientras temblaba y podía ver como saboreaba mi semen y daba pequeños tragos hasta que abrió la boca y respiro

-hay mi amor que delicia, larga más por favor, quiero tomar más de tu semen, quiero cada gota-y comenzó a pajearme y pasar la lengua cada vez que se asomaba una nueva gota.

Sin dejar de mirármela, se sacó la remera y escupió sobre sus pechos a los cuales comenzó a tocar mientas me la chupaba. Yo estaba tan excitado que si bien había acabado de una forma extraordinaria mi verga había quedado trabada en lo más alto, como pidiendo más.

-Quiero que me cojas Christian! Quiero sentir esa verga en mi contra, quiero que vuelvas a entrar por donde alguna vez saliste mi amor y tiene que ser ahora.

Se dio media vuelta, puso las manos sobre la mesada y arqueo la espalda de una forma que quedaba su cola bien paradita mostrando su conchita a la altura perfecta de mi entrepierna.

En cuanto hizo eso, volví a agacharme, la agarré de las nalgas y se las separé, abriéndola y contemplando ese templo sagrado de donde una vez había salido y ahora iba a entrar de nuevo. Comencé a darle lamidas, literal eran lamidas, que la hacían estremecer.

-si Christian, chupa la conchita de mama, chupame todo, mordeme.-a lo que yo accedía y le mordía la nalga y luego la otra, subí y abrí sus nalgas hasta ver su ano, al cual tampoco pude contenerme y comencé a besar por los bordes hasta llegar al centro. Eso la volvía loca.

-basta Christian, cogeme, necesito tenerte adentro ya-me dijo casi a los gritos. Me volví a parar, la agarre con una mano de la cadera y la traje contra mí. Con mi otra mano agarré a mi pija de la base y comencé a rozarle la conchita empapada. Al apoyarle la cabeza podía sentir como se deslizaba nuevamente de lo que se había vuelto a mojar por chupar su culo. Hasta que ya me pedía que la coja hasta con movimientos involuntarios de su cadera.

La agarré con las dos manos fuerte de la cadera y le metí la cabeza y se la saque e instantáneamente se la volví a meter hasta la mitad y volvía a salir, todo con movimientos despacio, sintiendo como se me lubricaba dentro de ella y cada vez se deslizaba mejor, así comencé hasta que se hizo un movimiento constante y en ese momento se la metí hasta el fondo, trayéndola contra mí y me quede ahí adentro, la agarré de una teta, la hice soltarse de la mesada y pararse arqueada contra mí. Ahí le agarré la otra teta y comencé a menearme adentro de ella.

-te gusta así mami?

-si bebe, cogeme así, entraste en mami, se siente lindo? Puedo sentirte completamente adentro, que excitación por dios-decía mientras gemía.

Ahí la volví a dejar agarrarse de la mesada y comencé a cogerla desaforadamente sin parar metiéndosela hasta el fondo y saliendo hasta casi por completo para volver a entrar. Era increíble chocar contra su cola y escucharla como gemía.

-hay amor me vas a hacer correr de nuevo la puta madree-y terminando de decir eso volvió a largar un chorro que la retorció al punto de que se me saliera y ella se tuviera que apoyar completamente sobre la mesada para no caerse del orgasmo, le temblaban las piernas de una forma que me iba a hacer acabar de nuevo a mí.

-hay mi amor, por dios, me voy a morir-me decía entre su orgasmo.

Agarré una silla de la mesa que se encontraba ahí al costado, me senté, la agarre de un brazo y la otra contra mí. La senté encima mío mirando de frente y comencé a chuparle las tetas, succionando esos pezones que parecían piedras, podía sentir parado hasta la pequeña aureola que tenía. Y ella me agarraba de la cabeza.

-si Christian, chupame, chupame las temas.-me decía ya más relajada y dejando y temblar por el ultimo orgasmo,-quiero que me cojas por el culo también Christian, quiero que me pruebes toda, cada agujero de mi cuerpo te quiere adentro, por favor, hacemelo.

Se bajo deslizándose por mis piernas y comenzó a chupármela de nuevo, pero sin tragar saliva, dejando cada gota de baba sobre mi pija hasta que parecía un palo ensalivado, ahí agarro su mano, y mientras se tocaba la concha se dio vuelta y se colocó en posición como para sentarse nuevamente sobre mí, entendí el mensaje, la sostuve de la cola y la fui guiando hacia apoyar su culo contra la punta de mi verga que estaba como loca por entrarle ahí. Apenas sintió mi pija empujo hacia abajo al punto de que sentí un dolor y ella grito.

-ah si mi amor, como me gusta, si cogeme Christian, cogeme-y comencé a levantarla y dejarla caer, que ella con la ayuda de sus piernas hacia un combo perfecto de sexo.

Sentía como su apretado culo abrazaba mi pija y cuando llegaba a la punta parecía que me iba a arrancar la cabeza, pero ahí volvía a bajar. Era inscribe como gemía entre dolor, pasión y goce.

-Voy a acabar de nuevo Christian, por favor no se canse ahora y seguí garchandome. Quiero que me hagas explotar de nuevo por favor, hacelo, hacelo Christian, haceme reventar. Reventarme el culo Christian, por favor te lo pido ah! -y su concha comenzó a escupir de nuevo, pero ya eran chorros que salían a la par que entraba en ella, ya no le quedaba ni para ser un chorro, gemía, temblaba y me arañaba de la pierna que me agarraba.-voy a terminar yo también mami, no aguanto más.

-Si bebe, acabame toda, quiero sentir toda esa leche llenando mi culo dale. Dale a mami esa lechita caliente, dale-escuchar a mi madre decirme esas cosas me hizo explotar de nuevo.

-si mi amor, que calentita, siento como me llenas! Pero no toda ahí por favor! -se dio vuelta me miro y antes que terminara de largar leche, que parecía otra manguera se la metió en la concha.

-si bebe, la conchita de mami también quiere lechita caliente, ah sí que rico-y se refregó contra mi hasta que no me salió más nada, a lo que se deslizo hasta el suelo, se sentó en su propio charco, y haciéndome un gesto de que la acompañe comento a juntar con sus dedos, el semen mezclado con su acabada que le chorreaba por las piernas y se lo llevaba a la boca.

-hay bebe que rico, que rica tu lechita mezclada con el jugo de mami. Como me gusta por dios! -y diciendo eso se volvía a retorcer en otro orgasmo mientras seguía tomando la leche que se le escurría. Y una vez que ya no salía nada se metía los dedos, hasta que tomo creo que la última gota. Una vez terminado el espectáculo de ver a mi madre saborear cada gota de jugo emanado por nuestros cuerpos, se incorporó en silencio, me miro fijo y sin decirme nada se retiró en dirección al primer piso.

Continuara…

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