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Mi novia viste en liguero para Yaja y mi primera vez anal

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El cumpleaños de Yaja lo celebramos en la cama: ella, mi esposa y yo. Fue la primera vez que Yesica usó lencería muy sexy y a mí me penetró una mujer por el culo.

Cada cumpleaños del grupo de amigos lo celebrábamos de manera especial. En esa ocasión festejaríamos a Yaja, la hermosa morenita novia de Sara y amante de mi esposa, al menos en el plan sentimental.

Le pedimos permiso a la señora Camila para festejar el cumpleaños de Yaja en el cuarto y como en ese tiempo me la seguía cogiendo, nos lo concedió, aclarando que no hiciéramos escándalo y menos una orgía, pues ya nos conocía cómo éramos de calientes. Le aseguramos que no habría nada de sexo, sólo el festejo y así se quedó tranquila.

El sábado compramos pastel, pizzas y cervezas. Decoramos con globos y pusimos música sin tanto volumen. Nos divertimos, Yaja todo el tiempo estuvo abrazada a Sara, se besaban y mimaban, se veían muy enamoradas. Cuando ya era tarde, Sara se tuvo que ir pues como les hemos contado, vivía lejos de donde estábamos, Yaja la acompañó. Igual se despidieron Arturo y Maribel, también Alex se retiró, nos quedamos a limpiar Yesica y yo.

- Falta que le demos su regalo a Yaja, apúrate que no ha de tardar en regresar - me dijo mi novia. Al instante me imaginé que Yaja pasaría la noche con nosotros y solo de imaginar cuánto sexo tendríamos, estaba más que excitado.

Al poco rato llegó Yaja, nos ayudó a terminar de limpiar y como si ella y Yesica tuvieran un imán, de golpe unieron sus cuerpos, se besaban con desesperación. Yesica la detuvo y le pidió que esperara en la cama por sus sorpresas, así que ya sentada le vendó los ojos y a mí me ordenó que me metiera a bañar y que no saliera hasta que ella me avisara. Y así lo hice, mi verga me dolía de tan excitado que estaba e impaciente por saber cuáles eran las sorpresas para Yaja. Mi Yesica tocó la puerta del baño, salí y tenía frente a mis ojos a una belleza en lencería, mi novia estaba usando el juego que le regaló la señora Camila. Vestía un liguero de encaje, que hacía juego con un brasier y una tanga del mismo diseño, en color blanco y era la primera vez que mi novia se rasuraba su pubis, dejó solamente una línea de bello que cubría la tanga que traía puesta. Sus hermosas piernas dentro de unas medias blancas y traía puestas unas zapatillas de correas. Me abalancé a besarla y acariciarla, pero me detuvo, me dijo que todo eso era para mí, pero esa noche sería de Yaja, pues ella vestida así, sería su regalo y que yo le daría el mío, cuando ella me lo ordenara. Le contesté que sí, lo que ella dijera y entonces acercó sus labios a los míos y me dio un pequeño beso. Verla vestida así, es uno de mis mejores recuerdos.

Se acercó a Yaja y al quitarle la venda, igual que yo se quedó impresionada. Pues en verdad era una visión maravillosa, su cuerpo estaba muy bien formado, enfundada en esa lencería de verdad que la hacía ver más hermosa, mucho más hermosa. Se besaron con desesperación y Yesica le ayudó a desnudarse. -Soy tu regalo esta noche, hazme lo que quieras -le dijo. Y se recostó en la cama, Yaja se fue directo a desabrochar su brasier y a liberar sus hermosas tetas, las lamió, besó, chupó y mordió con tanto deseo que el dolor que le provocaban sus caricias tenían más mojada a mi novia, su entrepierna así se veía, húmeda, deseosa de ser probada por la festejada.

Yaja fue bajando por el vientre de mi novia, besando cada parte por donde pasaba y cuando hizo su tanga a un lado, comenzó a mamar su panocha con tanto deseo que parecía que deseaba meter su cabeza en ella, quien no tardó en venirse tan fuerte de lo caliente que estaba. Yajaira la siguió chupando mientras mi novia se retorcía sobre las sábanas, pidiendo más a lo que Yaja usando tanto sus labios, lengua y dedos, prolongó más sus orgasmos, me vine en mis manos de tanto masturbarme, pues lo que pasaba en nuestra cama era más que deseo, más que perversión, una escena xxx de las películas que veíamos. Yaja colocó su panocha sobre los labios de Yesica quien entre jadeos alcanzaba a saborear la vagina que tenía en su boca y se movía buscando su orgasmo, mientras sus manos acariciaban las tetas de mi novia, cuyos pezones se miraban duros y los pellizcaba, al mismo tiempo que movía sus caderas sobre la boca de mi novia y al poco rato la vi venirse mientras mi novia trataba de beber su venida. Se bajó de la cara de mi novia y se recostó a su lado, estaban llenas de sudor, pero así unieron sus labios y lenguas, en un beso tranquilo pero muy excitante.

Luego que se recuperaron Yaja le decía cuánto la amaba, sin dejar de besarse, como ya lo he escrito antes, parecían dos enamoradas. Yo seguía de pie, se dijeron algo en el oído la una a la otra, para luego levantarse. Yésica me ordenó que me acostara en medio de la cama y así lo hice, boca arriba, saco unas cuerdas y con ellas amarraron mis manos y pies a las esquinas de la cama, ahí estaba yo, con la verga parada y sin poder tocarme. Yaja se sentó sobre mi cara y se movía usando mi boca para masturbarse, Yésica se iba a montar sobre mi verga, pero Yaja se lo prohibió, pues esa noche ella le pertenecía e iba a hacer lo que ella dijera. Yésica estuvo de acuerdo así que se quedó sentada en la orilla de la cama, tocando su entrepierna mientras veía a Yaja moviéndose sobre mi cara. Saboree ese delicioso sabor de su orgasmo, lamí su panocha estirando mi lengua lo más que podía y chupaba con mis labios, mientras sentía que mi verga estaba por reventar de tan caliente que me sentía.

Se inclinó un poco sobre mí y me dio un beso en la verga. No me di cuenta cuando Yesica sacó el consolador que también le regaló la señora Camila, cuando Yaja se bajó de mí, mi novia se lo extendió y le dijo que yo era su regalo también e igual podía hacer conmigo lo que ella quisiera. Sobra decir que Yaja sonrió cuando vio aquel consolador y a mí sometido para ella. Se volvió a comer a besos a mi novia mientras acariciaba sus pechos desnudos. Me desamarraron de las esquinas de la cama, solo para voltearme y quedar boca abajo y esta vez solo ataron mis manos, Yaja me iba a penetrar con aquel consolador, así que solo me quedaba disfrutarlo.

Yo mismo me acomodé en posición de perrito, Yesica y Yaja me usaron como mesa para acariciarse y besarse. Yo tenía prohibido besar a mi novia o intentar tocarla en esa noche, así que Yaja era quien guiaba las posiciones y yo estaba muy caliente, pero ya deseando sentir ese consolador en mi culo, pues como a Yesica también me encantaba el sexo anal y deseaba experimentarlo y la verdad es que ya me había hecho a la idea que sería Yaja quién me estrenaría, aunque nunca pensé que sería con un consolador.

Ellas se besaban, mientras frotaban sus sexos, o se ponían en 69 comiéndose una a la otra, las veía venirse a cada rato y yo seguía maravillado con la lencería de mi novia, que cada roce de su cuerpo me provocaba espasmos. Me tuvieron así como una hora y ellas no se cansaban de darse placer. Yajaira recostó a mi novia a mi lado, su rostro quedó a centímetros del mío y en voz baja me decía "Te amo", mientras ella se colocaba detrás mío y empezó a escupir en mi ano, con sus manos abría y cerraba mis nalgas, mientras me decía que ese culo parecía de mujer, por el tamaño de mis nalgas, ella no dejaba de escupir, tratando de que su saliva entrara en mi ano. Sentí la punta del consolador hacer presión en mi ano, ella lo giraba y movía de un lado a otro, yo solo echaba el culo para atrás y no tardé mucho en ceder, sentí una punzada en el ano, pero también lo caliente de la saliva que Yaja seguía escupiendo hasta que después de unos minutos empezó su mete y saca, se acercó y me dijo al oído, "no sabes cuánto lo estoy disfrutando". Sentó a mi novia a su lado, justo atrás de mí. Y pude sentir cuando ahora era mi novia quien sostenía el consolador y me lo metía y sacaba, pues sus uñas largas rasguñaban mis nalgas, mientras Yaja le chupaba las tetas. A pesar del dolor mi verga seguía dura, la lencería de mi novia y el deseo por ser penetrado me tenían muy caliente. Disfrutaba que ese consolador entrara y saliera ya con facilidad. Yajaira tenía a mi novia entrecruzando sus piernas tras de mí y de algún modo seguía metiendo y sacando ese consolador en mi culo. Y teniendo ese espectáculo mi novia casi gritó cuando se vino, Yaja fue más cautelosa, solo gimió un rato, sin separar sus vaginas una de la otra, mientras yo las veía entre mis piernas o por mis costados. Ambas se veían hermosas. Yo ya no aguantaba, necesitaba venirme, pero estaba imposibilitado para tocarme, seguía amarrado de las manos a la cama. Yaja se colocó tras de mí, tomó con su mano mi verga y colocó su abdomen en mis nalgas, y así hizo presión sobre el consolador, me estaba penetrando de a perrito, mientras me jalaba la verga, no tardé mucho en venirme y lo hice a chorros, pero se sentía muy bien, era una sensación nueva, dolorosa pero deliciosa.

Me desamarraron las manos y me pasaron papel higiénico, yo solo me fui sacando el consolador, sentía mi ano ardiente y adolorido. Ahora sabía por lo que pasan las personas a las que les había hecho sexo anal, Yaja y Arturo. Yo sí que lo disfruté. Me levanté y me metí al baño a bañarme y lavar ese delicioso consolador, que se convirtió en juguete del grupo de amigos, al que le dimos un muy buen uso.

Cuando salí, ellas se besaban y mimaban tiernamente. Yo me sentía adolorido, pero dispuesto a estar con ellas, pero Yaja me recordó que Yesica era para ella toda esa noche, así que la cama fue para ellas, mientras yo me recosté en el piso sobre unas cobijas. No podía dormir por sus gemidos, pues ellas siguieron haciendo el amor por mucho rato del que no me di cuenta pues me quedé dormido.

Por la mañana las vi hermosas, desnudas, con rastros de sus orgasmos sobre su piel, chupetones sobre sus pechos, abrazadas, hermosas. Cuando se despertaron, le propusimos a Yaja salir a almorzar, pero ya debía irse pues en su casa su familia le iba a hacer una comida por su cumpleaños, a la cual nos invitó.

En esos dos o casi tres años que duró la escuela Yaja fue la persona ideal en nuestro trío, nunca tuvimos problemas, pues fuimos muy discretos y nos teníamos un cariño muy especial. A varios no nos gustó la carrera que elegimos en la universidad, así que a los dos años nos podíamos titular como profesionales técnicos. Y poco más de ese tiempo fue el que duró la relación de Yaja con Sara. Yesica y yo seguimos un tiempo más cogiendo con Yaja pues nos acoplamos bien en la cama, hasta que ellas encontraron un trabajo que las separó por tener distintos intereses. A mi novia le fue bien y a Yaja no tan bien como hubiéramos querido. Así que tomamos rumbos diferentes, Yesica y yo siempre juntos.

Yajaira tomó un rumbo difícil, en el que le iba bien, pero también le fué mal. Hoy en día está casada y vive en un municipio algo lejos de nosotros. Está bien, que es lo importante, tiene una familia, y aunque ya no tenemos contacto con ella siempre hemos deseado que le vaya bien. Hubo una reunión de exalumnos hace dos años, varios asistimos, pero ella fue una de las personas que no llegaron.

Aún la recordamos con mucho cariño y nuestros recuerdos nos hacen tener ricos orgasmos. Disfrutamos todo el sexo que tuvimos, fue deliciosa en la cama, abierta y caliente tanto como nosotros.

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