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Mi prima entrega todos los agujeros para ser una gran puta

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Un tiempo atrás, luego de venir de compras, Pato, mi hermana, mi prima Carla y una amiga, Gina, se sentaron a tomar una limonada en la cocina. Carla tiene 20 años, tiene un buen cuerpo, unos pechos grandes, firmes, y un culo espectacular. Aunque aparenta ser muy liberal, muy mente abierta, esa tarde me enteré que no era tan así.

Yo estaba en el living leyendo y podía escuchar claramente lo que hablaban dado que la puerta de la cocina estaba abierta.

—¿Cómo van tus cosas con Tomy? Le preguntó Pato a Gina.

—Tranquilas, sinceramente esperaba más. Tenemos onda, pero no hay esa chispa que me enciende. ¿Vos Carla?

—Nada, sola, embolada…

—Yo me di el gusto, me lo tiré a Juan Carlos, y el muy hijo de puta me cogió con todo, hasta por el culo me la metió. Dijo mi hermana y me sorprendió su frontalidad.

—Que suerte que tenes, no te imaginas las ganas que tengo que me agarre uno así, y que me coja con todo el culo, que me vuelva totalmente loca. Dijo mi prima y fue otra sorpresa.

Cambiaron de tema y volví a mi lectura…

Quince días después de esa charla, un sábado a la noche salí con unos amigos a bailar, y nos encontramos con mi hermana y mi prima en el boliche. Cerca de las tres de la mañana, estaba con un amigo en la barra y se acercó Carla, bastante “entonada” por el alcohol que había tomado.

—Hola Pipi…

—Hola Carla, ¿Todo bien?

—Como el culo… parece que Uds. no tienen ganas de pasarla bien, sentados en la barra…

—Tenemos ganas de pasarla bien, el tema es que no conseguimos con quien, todas están “calentando la pava” y arrugan para partir…

—No me preguntaste, Jajaja.

—¿Queres partir Carla? Con mi amigo tenemos ganas de fiesta…

—Wow… ¿Los dos para mí sola?

—Si es lo que querés, lo tendrás…

—Voy a buscar mi campera. Dio y se alejó.

—¿Es en serio lo que dijo? Me preguntó Fer, mi amigo.

—Creo que sí…

En dos minutos volvió y los tres nos subimos al auto de Fer, ella sentada atrás.

—Espero se comporten como caballeros, soy una joven sin experiencia, nunca he hecho algo como esto. Dijo Carla riendo.

—Seguro, vos nunca menos de tres tipos. Dijo Fer…

—En serio Fer, Nunca hice un trío...

—Tranquila que la vamos a pasar bien… Dije.

Llegamos a un motel y ni bien entramos a la habitación hicimos un sándwich con ella y le quitamos la ropa, luego nos quitamos la nuestra y ella se puso de rodillas a chuparnos la pija.

—No lo haces nada mal Carla… te gusta chupar parece.

—Me encanta, más ahora, que tengo dos hermosas pijas para mí sola. Dijo y siguió chupándonos.

Nos tiramos en la cama y siguió chupando por un rato, pero primero la pusimos entre los dos, con su culo hacia nosotros. De pronto le metíamos los dos dedos en la concha, o uno en la concha el otro le daba chirlos en el culo. Cuando fui a meterle un dedo en el culo, ella me dijo que no, que era virgen.

—Carla, te pienso coger el culo, bien cogido… No jodas…

—Pipi… entonces despacio, dilátalo.

Lo moje con sus propios jugos y fui entrando lentamente. Ella lo sintió y se volteo para mirarme sonriendo… Intercambiamos agujeros con Fernando y entre los dos le abrimos bien el culo.

—Cójanme…

Fer se levantó y como estaba Carla, en cuatro patas se al metió por la concha y yo por la boca. Ella se puso loca, se movía con todo para chuparme y se apretaba las tetas sin parar. Luego de unos minutos, empezó a tener orgasmos y a gritar cada vez que podía por mi pija en su boca… Primero acabó Fer llenándole la concha de leche y luego yo que hice lo mismo en su boca. Luego de ir al baño, se acostó entre los dos en la cama mientras tomabamos cerveza.

—En serio que se siente lindo estar con dos tipos…

—Eso que recién estamos entrando en calor. Dijo Fer.

—Wow… ¿En serio?

—Carla, te voy a hacer el culo… y vos dijiste de pasarla bien, queremos pasarla muy bien…

—Desgraciado, mi culito virgen…

Sin decir nada, empezó a tocarnos las pijas, luego a masturbarnos para finalmente ponerse a chuparnos nuevamente hasta que las tuvimos bien duras. Ahí fue cuando la hice acostar boca arriba, puse sus piernas en mis hombros y se la empecé a meter por el culo mientras Fer se colocaba a su lado para que le chupe la pija.

—Duele Pipi…

—Aguanta, ahora viene el bueno. Dije.

La metí hasta la mitad, y progresivamente fui bombeando hasta meterla toda y darle con todo.

—Como me gusta tu pija en mi culo, por favor… Dijo Carla.

—Tenes un lindo culo para darte con todo, un culo muy puto…

—Como la dueña jajajaja.

Estuve un rato largo taladrando su culo, hasta que me acosté y Fer ocupo el culo de Carla con su pija. Ella como podía se giraba para chuparme la pija.

—Por favor, que duro que me estás dando Fer, no pares…

—Ni pienso parar te voy a llenar el culo de leche…

—Si, por favor, y vos Pipi, en mi cara y mis tetas, quiero sentirme una gran puta…

Varios minutos después le cumplimos su deseo. Yo acabando en sus tetas y Fer en su culo. Ella tuvo un orgasmo bien fuerte y se quedó acostada.

—Chicos, tengo que confesar que me sorprendieron, no los hacía tan geniales en la cama.

—Gracias, pero falta algo, cogerte los dos juntos.

—¿Ahora? Pregunto ella sorprendida.

—Tomemos una cerveza. Dije.

Tomamos una cerveza y ella se ocupó de ponernos las pijas bien duras. Fer hizo que me monte y ella se metió mi pija en la concha y se empezó a mover como loca, mientras chupaba a Fer. Así la dejamos un rato, hasta que tuvo un orgasmo y luego se colocó detrás de ella y se la metió con todo en el culo. Carla dio un grito, mezcla placer y dolor, y con Fer nos empezamos a mover con todo.

Carla gritaba de placer y haciendo que se incorpore un poco, me puse a chuparle las tetas como loco, y cuando le mordía los pezones ella aullaba de placer…

—Amigo, ¿Me hace un lugar? Dijo Fer.

—Está hecho, pase nomas.

Saco la pija del orto de Carla y la fue empujando junto a la mía para darle los dos por la concha.

—Animales, paren, me van a hacer mierda la concha.

—Tranquila que se estira, ya estoy entrando. Dijo Fer.

—Hijos de puta…

—Ahora sí, sos una gran puta con una gran concha. Dije.

Carla no contestó, gritaba como loca de placer mientras se retorcía los pezones… Los dos acabamos en la concha de ella, que como pudo se puso de rodillas para chuparnos las pijas y limpiarlas. Luego fue al baño y se dio una ducha.

Cuando salimos del motel, la llevamos a su casa, nos despedimos con un beso y nos fuimos a dormir.

Al día siguiente, desperté al mediodía. Mis viejos estaban haciendo un asado y habían invitado a mis tíos, padres de Carla y a ella obviamente. Cuando ella me vio aparecer en el quincho, se sonrió y cuando me dio un beso en la mejilla para saludarme me dijo al oído:

—Hijo de puta… me partieron…

Yo me sonreí y salude al resto. Al atardecer, Pato y Carla se pusieron a tomar sol, charlar y las dos me miraban sonriendo. Un rato después llegaba Gina y se sumó a la charla. Al anochecer se fueron todos y yo me senté a leer. Mi hermana vino con un libro y se sentó a mi lado.

—¿Así que le dieron con todo a Carla con Fer?

—Ella quería pasarla bien…

—Pues hermano, te cuento que ahora Gina es la que quiere pasarla bien… Carla nos contó con lujo de detalles lo que le hicieron…

—Que bocona…

—Boludo, Uds. quizás no entiendan lo que es para una mina que dos tipos la hagan gozar como ella dice que la hicieron gozar… Te aseguro que yo nunca tuve una experiencia así, y Gina tampoco. ¿La van a coger entre los dos?

—Ni idea… Que me llame, me diga y con Fer vemos si la “atendemos”.

—Bueno… pero ojo que Carla quiere hacer un cuarteto, esta enviciada.

—¿Un cuarteto con Gina? Mira vos…

—No… no con Gina… Dijo y se levantó y se fue.

El martes, me llamó Gina, y con Fer la llevamos a un motel el miércoles y le dimos el mismo tratamiento que a Carla. Quedo loca, y como Carla, nunca había hecho un trio…

Para mi sorpresa, el viernes me llamó Carla.

—Hola Pipi.

—Hola Carla, ¿Qué te anda pasando?

—Que me hicieron una gran puta desgraciados, quiero más…

—Bueno, no hay problema. Hablo con Fer y vemos cuando nos juntamos.

—Pipi… Escuchame, ¿Qué les parece mañana, mis viejos se van de viaje, tengo la casa sola? Ah, y una amiga quiere sumarse, todos contra todos.

—Yo con Fer ni loco, paso. Dije riéndome.

—Me imagino… En serio, empezar a la tarde y terminar cuando no demos más…

—Ok… tu amiga, ¿Por lo menos es linda?

—Muy linda, y quiere ser una gran puta, que la cojan como a mí, o más…

—Hablo con Fer y te llamo.

Al día siguiente, a las dos de la tarde, llegamos con Fer a lo de Carla, y para sorpresa de los dos, “la amiga” de Carla no era otra que mi hermana.

—¿Vos sos la amiga? Le pregunté a mi hermana.

—Sí… ¿Te enoja?

—Somos grandes Pato… pero después no empieces, esto no, aquello tampoco…

—Te juro que no Pipi…

Ella se empezó a besar y quitar la ropa con Fer, y yo con Carla. En minutos las dos nos estaban chupando las pijas, se miraban y sonreían. De pronto, se pusieron en cuatro paras enfrentadas y nosotros detrás de ellas. Les metimos las pijas y para nuestra sorpresa, se empezaron a besar y a tocar los pechos.

—Así que esas tenemos. Dijo Fer.

—Y… Con algo nos teníamos que entretener cuando Uds. no existían. Dijo Carla.

Un par de minutos y Fer me hizo una seña. Hice correr a Carla y le acerqué la pija a la boca de mi hermana, que sin dudarlo se puso a chuparme. Vi que Carla se iba del living y tomándole los cabellos a Pato, le cogía despacio la boca. Carla a pareció con un bolso, de donde sacó un consolador y se lo metió en la concha, masturbándose con todo… Los dos acabamos y Pato nos limpió la pija a los dos.

Ellas se miraron, Carla saco el consolador de la concha y poniéndose detrás de Pato, se lo empezó a meter y sacar de la concha mientras le daba chirlos en el culo.

—¿Les gusta chicos? Dijo Carla.

—Muy lindo espectáculo…

—No saben lo que es esta puta… ¿Les muestro?

—Dale. Dijo Fer.

Carla fue al bolso, tomó un arnés y se lo colocó, puso un consolador y se puso delante de mi hermana para que lo chupe mientras ella le tiraba de los cabellos y mi hermana se metía dedos en la concha como loca. Nuestras pijas, lentamente fueron recuperándose y cuando Carla vio que estaba duras nos dijo.

—Pipi, quiero chuparte, Fer que Pato te la chupe.

Pero primero, se puso detrás de Pato y le enterró el consolador en la concha a mi hermana que dio un grito de placer. Carla la cogía y las dos nos chupaban… Pasaron cinco minutos y Carla nos mostró como le cogía el culo a Pato… Fer se acostó y Carla hizo que Pato lo monte, sin sacar el consolador del culo. Yo me puse detrás de Carla y le metí la pija en el culo.

La forma que gritaba mi hermana era tremenda, estaba loca de placer. Carla, se movía enterrándose mi pija y el consolador en el culo de Pato alternadamente… Estuvimos un rato, hasta que hice correr a Carla y yo le metí mi pija en el orto a mi hermana que me miró totalmente enajenada y no paraba de gozar. Carla se puso al lado de la cabeza de Pato y le dio a chupar el consolador, cosa que mi hermana hizo sin dudar.

—¿Amigo? Pregunté

—Adelante… Dio Fer.

Cuando Pato sintió que yo empujaba mi pija es su concha trato de evitarlo y Carla la tomo de los pelos. Los dos cogimos esa concha por un rato, hasta que acabamos en ella. Mi hermana, se dejó caer a un costado en medio de orgasmos que no acababan y Carla nos chupo la pija a los dos…

—¿Viste que no mentía Pato? Pregunto Carla.

—Ni una palabra…

Ese fue el primer polvo de la tarde. Fueron varios, a la tarde y a la noche. Algunos los cuatro juntos otros, Fer y Pato, mientras Carla y yo nos divertíamos en su cuarto.

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