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Mi prima Rebeca pidiendo dinero a mi papá
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Tiempo de lectura: 9 minutos

P: Hijo, abre la puerta que están tocando

Y: Es Rebeca…

P: Hazle pasar que le voy a dar algo

R: Hola Palaner, ¿está mi tío?

P: Pasa hija… toma el sobre que está en la mesa y siéntate a desayunar

Y: (mientras yo pensaba que mi padre a mi nunca me hace el desayuno)

R: Hola tío, me da mucha pena, pero me tengo que ir, quizás puedo venir en otra ocasión

P: No me hagas esto, te veo en 15 días para darte lo demás

R: Si tío, muchas gracias…

Rebeca sólo entró por el sobre y se largó, ni si quiera hizo por saludarnos de beso.

Iba vestida con unos jeans muy ajustados, una blusa blanca con un escote discreto pero se notaban sus abundantes y firmes senos cuando caminaba.

Como Rebeca mide 1.65 yo podía ver el inicio sus senos desde mis 1.84 centímetros de altura.

Hasta ese punto no sabía qué era lo que mi padre le entregaba, pero Rebeca siempre decía que todos los días iba al gimnasio.

Por lo que en sus piernas, su culo y su cintura, se le hacía notar.

Tenía el cuerpo perfecto, quizás no la cara perfecta, pero sabía lo que traía.

Y: ¿Qué había en el sobre?

P: Nada que te importe… ¿no tienes universidad hoy?

Y: (cerré de un portazo)

Dos semanas después…

Eran las 5:15 pm y yo había llegado antes a casa.

En la puerta del edificio estaba Rebeca alcanzando el timbre para que le abriera alguien.

Y: No hay nadie, y mi papá llega en dos horas…

R: Uy… qué genio. Mi tío me dijo que me había dejado algo en la mesa y a eso vine…

Abrí la puerta y le indiqué a Rebeca que pasara…

Rebeca sonrió y sólo comenzó a subir las escaleras.

No pude evitar ver su tremendo y bien formado culo.

Esta vez ella traía unos leggings color negro que transparentaban lo blanco de sus asentaderas y la línea ultra delgada del hilo dental que traía de color rosa neón.

Se movía a los lados y cuando la escalera doblaba, ella volteaba como para monitorear mi vista, que evidentemente estaba clavada en su trasero.

Ella subía feliz, como tarareando una canción.

En eso se quedó parada al lado de la puerta, esperando a que yo llegara a abrirla.

Rebeca era cinco años más chica que yo, así que hasta cierta forma me respetaba.

Entonces, cuando me iba acercando a la puerta, escuché como se le cayeron unas llaves que siempre traía en la mano, se agachó y justo su culo me quedó en el pito.

Me valió madre y se la arrimé, diciéndole…

Y: Qué pedo… perdón

R: jajaja, no pasa nada, soy una tonta, y se me cayeron las llaves

Evidentemente mi pene se puso más duro de lo que ya estaba en las escaleras

Cuando abrí la puerta, Rebeca encontró el sobre en la mesa y se dirigió a ella.

Yo cerré la puerta con llave.

Ella volteó y no dijo nada, solo dibujó una leve sonrisa.

Cuando me acerqué a ver que tomara el sobre, a Rebeca se le deslizó de las manos y se le cayó.

Esta vez ella estaba de frente a mí, y se agachó por el sobre dejando ver el escote que traía puesto con la blusa de hacer ejercicio que se había puesto.

Para mi sorpresa, Rebeca no traía sostén.

Y se le notaban los senos bicolores, ya que no se dónde madres se había ido a asolear el fin de semana.

Pude notar el color carne de sus pezones que empezaban a ponerse duros.

Y: ¿Te fuiste a la playa prima?

R: jejeje, ¿por qué lo preguntas?

Y: pues porque traes los senos más blancos que el cuello

R: Ay baboso! Qué dices!

Y: jajajaja ¿si o no te fuiste a la playa?

R: Pues si, pero no me tienes que andar viendo los senos…

Y: A ver corazón, te recuerdo que estás en mi casa, que traes un escote que deja ver todo, que te agachaste y no te cubriste los senos. Si en verdad no quisieras que te los vea, o te los tapas, o te pones otra blusa, o de perdida usas sostén… así que déjate de mamadas

R: … ok, ya perdón, es que pues eres mi primo y… ya sabes

Y: ¿ya sabes?

R: pues si… o sea, no es normal

Y: ¿no es normal?

R: pues si… que como mi primo, me veas…

Y: oh ya… entonces, no es normal que le vea las tetas a una vieja bien buena

R: jajaja, ¿bien buena?

Y: pues el hecho de que seas mi prima, no te quita lo buena, y no porque seas mi prima no te voy a ver

En eso ya me estaba tocando la verga encima del pantalón

R: ¡déjate ahí!

Y: ¿te recuerdo que estoy en mi casa?… además, ¿a qué vienes? ¿qué es eso que mi papá te da en el sobre?

R: ¿qué te importa piche chismoso?

Y: a ver hija de la chingada…

Le arrebaté el sobre y vi que era dinero…

Y: ándale cabrona, conque pidiéndole dinero a mi papá

R: pues si… ¿qué tiene?

Y: no… si no tiene nada de malo culera, pero le voy a decir a mi tía…

Rebeca sabía que yo era el sobrino consentido de mi tía Minerva, su mamá

R: dile… ella ya sabe…

Y: perfecto, ahorita le marcamos para decirle que ya viniste por el dinero

R: anda márcale

Y: ¿qué te hace pensar que no le voy a marcar pendeja?

R: ¡NO! PARA por favor no le marques…

M: ¿Bueno, Palaner? ¿Mijito cómo estás?

Y: Hola tía chula, muy bien, ¿y tú?

M: Ay mi amor, bien gracias, me espantaste, ¿estás bien?

Rebeca murmuraba con cara de súplica para que no le dijera nada a su mamá.

En eso me acerqué a Rebeca y dirigí mi mano a sus senos.

Rebeca se tapó el escote.

Y: Ah tía, si fíjate que te quería pedir algo, pero me da mucha pena porque pues, ya sabes que yo nunca te pido nada

M: ¡Ay mi vida! Faltaba más, pídeme lo que quieras…

Rebeca hacía cara de enojo pero me seguía suplicando que no dijera nada.

Yo le quité la mano del escote y aunque opuso cierta resistencia, decidió ceder…

M: Palaner, ¿estás ahí?

Y: Ah si tía, lo que pasa es que ando bajando del edificio y ya sabes, dame unos segundos…

En eso puse el MUTE para que mi tía escuchara nada, sin que Rebeca se diera cuenta….

R: (en voz baja) por favor no digas nada…

Y: entonces haz lo que te digo, si no vales madre hija de la chingada

Rebeca en sollozos asintió.

Y mis manos ya estaban rozando sus pezones que se ponían duros al sentir mis dedos, encima de la licra de la blusa verde neón que traía puesta…

M: Palaner, mijo, ¿todo bien? Voy para allá…

En eso sonreí y vi a Rebeca…

Rebeca comenzó a llorar… y quité el MUTE

Y: Hola tía, no… mira, no es nada malo, te quería pedir que me apoyaras ahora que es el cumpleaños de mi prima Rebeca…

Rebeca me miró con ojos de asombro, mientras mi mano estaba desnudando sus senos y yo comenzaba a ver cómo su piel de ser cobriza en el pecho, se iba aclarando abruptamente por una línea que estaba a la altura del traje de baño que se había puesto mi prima en la playa…

Y: ¿Cómo ves tía?

En lo que mi tía me respondía, me acerqué a lamerle la aereola rosada que redondeaba un pezón pequeño que parecía un botón color rosa chicle…

Lo chupé hasta que escuché que mi tía me dijo…

M: Ay qué lindo hijo, por eso te adoro… dime, ¿qué tienes pensado para celebrar a tu prima?

Y: Pues pensaba en hacer algo como cuando éramos más pequeños que nos consentías llevándonos paletas de hielo como las que le encantaban a Rebeca, de esas de fresa y coco.

Yo seguía chupando y lamiendo esos senos abundantes de Rebeca a lo cuál su mano ya estaba en mi cabellera dándome caricias…

M: Pero esas paletas ya no las venden hijo…

Y: Por eso tía, las hacemos…

Yo le bajaba la blusa a Rebeca para que descubriera los senos.

Y: Tía, me da pena, pero ya pasó el taxi por mí, ¿cómo ves si te hablo más tarde para decirte mi plan y lo hacemos con calma?

M: Si mi amor, si necesitas algo más, tú llámame. Eres un lindo. Te mando un beso. Y salúdame al amargado de mi hermano.

Y: Te quiero mucho tía…

M: Ay mi amor, yo también…

…..

R: ¡Imbécil! ¡Qué poca madre tienes!

En eso tomé a Rebeca del cabello largo y lacio que le llegaba a la mitad de la espalda y le dije:

Y: A ver pendeja, vele bajando de huevos porque ya viste que mi tía hace lo que yo le diga. Y si quiero ahorita mismo te viene cargando la verga. ¿Cómo ves?

Rebeca con las tetas de fuera vio que yo hablaba en serio…

Y: O me dices para qué madres es ese varo que le estás sacando a mi papá que por lo visto mi tía no te quiere dar, o le digo a mi tía, que además me va a defender de mi papá cuando todos se enteren y te quedas sin dinero, y sin la pendejada para lo cual lo has estado usando…

R: Puta madre, okey, ya… está bien. Tú ganas…, porfa suéltame del cabello y te digo…

Y: Apúrate porque mi papá llega en media hora

R: La neta es que la cagué la otra vez que salí de peda, y choqué, entonces estoy pagando el desmadrito que hice… Mi mamá no se puede enterar porque para mi cumple le pedí un viaje a Europa y me dijo que lo tenía que pensar por lo desmadrosa que soy… entonces si se entera lo que pasó en esa peda, adiós viaje…

Y: Ah… entonces, estás ensartadísima… y mi papá ¿qué gana a todo esto?

Rebeca sonrió…

Y: Contéstame pendeja…

R: Pues, cuando no estás, yo vengo a pagarle a mi tío con lo único que tengo…

Y: No mames que te lo estás tirando…

R: Pues… no, no me lo estoy cogiendo. Él sólo se conforma con que se la jale y me agarra las boobies… ni siquiera me las ha chupado como tú…

Y: chale…

R: Así que, siéntente orgulloso que eres el primero de la familia que lo hace…

Y: Bueno… nos quedan 25 minutos para arruinarte la vida o bien para salvarte… tu eliges…

R: no no mames Palaner, porfa ayúdame… y hago lo que quieras…

Y: Pues por lo visto no tienes mejor opción… pero no creas que esto se va a quedar aquí, lo que pase hoy sólo será la firma del contrato que estás firmando conmigo de por vida… o bien, le llamo a mi tía Minerva ahorita…

En eso Rebeca puso mi mano en su seno izquierdo, se hincó y me dijo…

R: ¡QUE NO!, y si acepto el trato…

Me bajó el pants que traía puesto, puso sus labios carnosos sobre mi verga que dejaba notar el bulto que iba “in crescendo”.

Con mis brazos largos, pude alcanzar uno de sus senos, y con el otro su cabeza, que la presionaba hacia mi pelvis…

Me bajó el boxer y la muy puta me la empezó a mamar….

Hija de la chingada, sí sabía lo que hacía, porque empecé a sentir espasmos justo cuando sentí sus labios abrazar mi glande que estaba ya colorado de tanta sangre irrigada…

No mames, qué mamada… me tuve que agarrar de la silla y con el otro brazo de la pared.

La cabrona me estaba mamando sin manos, mientras se quitaba la blusa.

Cuando tiró la blusa hacia atrás, se comenzó a tocar una teta y con la otra mano su clítoris encima de los leggings, que por lo visto estaba durito porque gemía mucho.

Vi la manera de estabilizarme doblando un poco las rodillas.

Me quité la playera y comenzó a poner sus manos en mi pelvis…

Ella me seguía mamando.

En eso, me entró una llamada…

Era la tía Minerva…

Y: Hola, tía, ¿todo bien?

M: Hola corazón, si todo bien, ¿no te agarro muy ocupado?

Rebeca comenzó a succionar mi pene… y suspiré

Y: Ay… no tía, perdón es que el taxista se pasó un tope y me pegué en la cabeza… ¿todo bien?

M: Ay mi amor… y yo molestándote… no, es que hace rato olvidé decirte que hay un viaje que todavía estoy considerando para Rebeca, por su cumpleaños… la escuincla se quiere ir a Europa ¿cómo ves?

Y: Ay tía qué consentidora andas… ¿y luego?

Rebeca al escuchar eso, se levantó y se puso de espaldas hacia mí, para que mi pene se pusiera entre sus nalgas cubiertas por sus leggings negros….

Tomó mi brazo libre y lo puso sobre sus senos…

M: Pues ya ves cómo es de relajista y me da pendiente que se vaya tan lejos sola…

Y: Parece que te preocupa que algo le pueda pasar tía…

M: Si mijo, por eso todavía no sé si regalárselo o no…

Y: No pues ¿qué te digo tía? Tú eres su mamá y tú sabes qué es lo mejor para ella…

En eso Rebeca se empinó y pude sentir sus leggings abrazarme la verga…

Y con sus manos comenzó a bajárselos con un ligero bailecito…

Cuando le vi las nalgas color cobre porque también se las había bronceado en la playa, le puse mi verga sobre el hilo dental que muy poco estaba cubriendo su vagina…

M: Por eso mijo, pero justo por eso te llamé… quiero tu consejo

Rebeca al escuchar eso… tomó mi pene con su mano y lo comenzó a frotar en medio de sus labios vaginales… tuve un espasmo y gemí…

M: ¿Mijo, todo bien?

Y: Ay si perdón tía, es que suspiré porque no me la pones fácil…

Rebeca en eso decidió acomodar mi glande en su hoyito vaginal para que la penetrara…

M: Ay mijo perdóname pero tu sabes cuánto la quiero y sabes cuánto te quiero a tí, no pude pedirle este consejo a nadie más…

Se la metí a Rebeca y gimió tan fuerte que tuve que toser para que mi tía no se diera cuenta…

M: ¿Estás malito mi amor?

Y: No tía, es que no he tomado agua y traigo reseca la garganta, pero mira ya se me ocurrió algo…

Rebeca se movía como una diosa, nunca nadie había movido el culo así para que me la cogiera…

M: Dime mijo…

Y: Parece que realmente quieres que vaya, porque sabes que eso la hace feliz…

Rebeca se seguía moviendo…

Y: Y como tienes pendiente en que vaya sola, yo te recomendaría que la dejes ir con alguien con quien tú sepas que va a estar segura…

Rebeca quería alcanzar algo con sus brazos extendidos hacia atrás por lo que mejor yo decidí recoger su cabello y enrollarlo en mi muñeca para tirar de él hacia atrás…

Cuál rienda tirando a una yegua despontrancada (la palabra no existe, pero me gustó para describir el recuerdo)… ver su espalda arqueada y sus nalgas rodeando mi culo y chocando con mi pelvis, era una sensación única…

Y: ¿Tía estás ahí?

M: Ay si mijo, es que tienes razón, cómo no lo pensé antes… ¿y sabes?

Y: Te escucho tía…

M: Yo creo que tú eres la persona indicada para ir con Rebeca a Europa

Rebeca gimió… y volví a toser…

M: Perdón mijo, ¿no te gustó? Anda… hazme ese favor…

Rebeca tomó mi brazo y lo puso sobre su seno… en eso se zafó de mi verga y se volvió a agachar para mamarme…

Y: No tía, cómo crees, Rebeca es como mi hermana y yo la cuidaré todo el tiempo, ya verás… sólo que no sé si ella quiere que yo la acompañe…

Rebeca me miró a los ojos mientras me mamaba y comenzó a sonreír… y bramar para que su garganta vibrara sobre mi glande…

Se levantó de un tirón… puso mi verga en medio de sus labios vaginales y me besó la boca…

M: mira mijo, tú por eso no te preocupes… yo la convenzo, además, no creo que sea difícil convencerla…

Rebeca se volvió a ir a mi verga a mamar…

Y: Oye tía, y otra cosa, me da mucha pena, pero me agarras en curva y no tenía contemplado ese viaje ahora…

M: A ver mijito, si tú eres como mi hijo, tú por el dinero no te preocupes, que además, todas las tarjetas las voy a poner a tu nombre para que Rebeca no pueda gastar ni un euro sin tu consentimiento…

A lo que yo me carcajee en silencio por lo que acababa de pasar… Rebeca me miró y con su boca gesticuló riéndose un: NO MAMES WEY…

M: Mijito, nada más mándame tu agenda para que cuadremos fechas con tu prima… y no te preocupes, que este favor te lo vas a poder cobrar con creces, ya sabes que siempre puedes confiar en mí para lo que necesites…

Y: Tía, tú eres mi consentida, y no es necesario que me devuelvas ningún favor, yo lo hago con mucho gusto…

En eso tomé a Rebeca por la cabeza y apunté su boca abierta a mi verga, la cuál no dudó en chupar…

Y: Te mando mi agenda en un momento para que cuadremos fechas… claro, si mi prima quiere…

Rebeca sonrió viéndome a los ojos, haciendo una pausa sin dejar de mover su lengua… y volvió a lo suyo…

M: Mijo, tú ya estás en Europa, lo demás, déjamelo a mí…

Noc noc noc…

Y: ¿Quién?

Mi papá: ¡ábreme la puerta!

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