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Mi San Valentín

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Este catorce de febrero tuve que desechar a mis machos preferidos. Me pasé el día de cama en cama y de verga en verga.

Había planeado un día de San Valentín muy diferente, lo primero que hice fue hablar con Octavio, quién es alguien a quien de verdad aprecio, para pedirle que nos fuéramos a un bonito hotel. Le dije que si podíamos invitar a Mario y a Manuel, perfectamente él entendió lo que yo quería. Quedamos en ir el domingo muy temprano para que ellos regresaran con sus esposas y por eso, solo podrían escaparse unas horas.

A eso de las 6 de la mañana Manuel y Mario pasaron por Octavio y por mí. Nos fuimos directo al hotel. En el camino empecé a calentar el ambiente con una plática de lo que iba a pasar.

-Traes condones Mario? -le pregunté acariciando su pierna

-Sí, traje tres. Sólo a mí me haces usarlos -me dijo

-Pero así duras más, no como estos dos! Apenas la meten y ya me los están echando jajaja -le dije para animar

-Pero quiero hacerlo sin condón -contestó él

-Me gustaría pero no puedo dejar que mañana tu esposa se dé cuenta que traes los huevos secos -le dije con un beso rápido- por el bien de tu matrimonio hoy solo debes eyacular máximo dos veces

-Estoy igual compadre -dijo Manuel- yo que más quisiera que deslecharme con Fanny, pero en casa toca

-Eso sí, toca cumplir -contestó Mario

-Aquí yo soy el único que se la puede pasar aventando leche a lo loco -dijo Octavio

-Jajaja! Y me la vas a echar a mi? -pregunté

-Pues una parte -contestó

-Cómo qué una parte?! -golpeé su brazo con una sonrisa pícara- eres un cabrón!

-Ahora resulta que tu si te puedes andar cogiendo con varios y yo no? -me preguntó Octavio

-Sabemos mi vida, que te gusta ver como otro me mete su verga, te pone más erecto cuando me ves gritar de placer -le dije

-Te vamos a reventar mi corazón -dijo Octavio

-Lo dudo, pero me gustaría que lo hicieran…

Llegamos al hotel y rápido nos metimos en la habitación. Sabíamos a lo que íbamos y no teníamos mucho tiempo, cada uno se fue quitando su ropa y cuando estaban desnudos se iban acercando a mi. Yo ya estaba completamente desvestida y los recibía masturbando sus penes flácidos y besando con intensidad sus bocas en el primer intercambio de fluidos de la faena. Estuvimos en eso varios minutos, besándonos y metiéndonos mano por todos lados.

-Se las quiero mamar

Era la segunda vez que estaba con más de dos hombres al mismo tiempo y me sentía muy caliente. Me zafé de esos veteranos pulpos y me senté en el potro. En un instante tenía a esos curtidos hombres y a sus erectos penes apuntando a mi boca, esperando para mi trabajo oral. Yo sabía que aunque ellos eran mucho mayores, mi experiencia sexual era muy amplia y los haría gemir. Se las mamaba como una perra, masajeaba su glande con mis amígdalas y cuándo salían de mi boca escurriendo baba mezclada con líquido preseminal, se las jalaba para meter otra en mi boca. Así tomé turnos para mamarlos y lamer sus bolas repletas de mocos…

-Abre tus piernas -me pidió Mario al tiempo que se hincaba entre ellas- ya estás mojada

Ahí estábamos esas 4 personas enfermas de sexo, ellos sobando mis senos que tenías algunas gotas de saliva, mientras Mario bebía mi caldo directo de mi concha. A veces alguno se acercaba a mi boca y me besaba con lujuria. A estos viriles sementales no les molestaba tener sólo una hembra para fornicarla entre los tres, porque sabían que yo tenía mucha lujuria y vitalidad para soportar cuanta verga me quieran dar.

-Ya empiecen a cogerme, se nos va a hacer tarde -dije

-Sí, no puedo llegar tarde a mi casa -dijo Mario

-Pásense a la cama -les dije- está más grande

-Vas primero Mario  le dijo Manuel

Seguí chupándoles esas fogueadas herramientas, en lo que Mario se ponía el condón.

-Ahí te va

Me tomo la cadera y me la enterró hasta con huevos, un grito se escapó de mi boca. Me cogió con energía varios minutos mie yo resistía como una campeona sin dejar de complacer a los otros dos machos.

Mario se sentó para recuperar el control de su eyaculación. El siguiente fue Manuel, sin ponerse condón entró hasta que su glande tocó mi útero y me hizo retorcerme como una perra.

-Qué rico es tener sexo con varios hombres grite sacudida por las embestidas con mi mano en la verga de Octavio Ahhh

Se siguieron turnando para cogerme. Descansa uno y otros dos metían su miembro en mis orificios. En la habitación el sonido incesante de aplausos que hacían nuestros cuerpos, sus penes babosos por los líquidos genitales combinados de tres de nosotros y los gritos, jadeos y pujidos, era una actuación digna de un 14 de febrero.

Estuvimos casi una hora dándole a esa cogidota, me pidieron tiempo para relajarse y nos acostamos un poco. Después volví a erectar sus macanas con mamadas y jaladas, ya que estaban bien paradas me volvieron a dar. Esta vez cambiamos más de posiciones y entre Mario y Manuel me hicieron una doble penetración que me mantuvo gritando como una puta.

-Así! Así! Ahh! Qué rico! Me voy a venir otra vez!

-Vente perra! Ya vente!

-Soy su perra! Ahhh!

Me vine una vez más. Todo mi cuerpo temblaba sin control y mis ojos estaban en blanco. Me cogieron un poco más hasta que se empezaron a venir, De misionero mientras abrazaba a Octavio, él me llenó la pucha a la vez que gritaba como un animal. Manuel también se vino adentro de mi sin condón, el me dejó escurriendo de leche en posición de perra. Mario, el único que había usado condón se vino en mi cara.

-Feliz día del amor y la amistad -les dije acostada entre esos señores que me acababan de dar su semen

-Feliz día amiga

-Feliz día para ti también.

Descansamos un poco y en menos de tres horas ya habíamos salido del hotel.

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