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Mientras mi marido no está, cogemos en mi casa
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Este es otro de mis relatos, este digamos que es la continuación del relato de la aventura sexual que tuve con Enrique.

Poco a poco mi obsesión y perversión fue creciendo, después de coger con Enrique en la calle me sentía más viva, más mujer, sé que suena absurdo, pero sentía que podía hacer lo que quería.

Una tarde de domingo, mientras mi marido llevo a los niños al centro comercial, yo estaba haciendo ejercicio en casa un mini short de licra y una blusa de top me acompañaban, estaba yo muy metida en eso cuando oí el timbre.

¡Sin cambiarme o taparme abrí la puerta y me llevé una gran sorpresa al ver que era Enrique!

Q: ¡Ahora si te agarre solita beba!

¡Como pude cerré la puerta! el me manoseaba las piernas y el trasero y su lengua entraba en mi boca de una forma tan juguetona que no pude resistirlo.

K: ¿Qué haces aquí?

Q: ¡Vamos adentro!

¡Entramos y el me llevo al sofá de la sala! Me tiro de forma desesperada y me rompió la tanga que traía puesta, después comenzó inmediatamente a devorarme la vagina.

Q: ¡Que rica vagina, sabe a gloria!

K: ¡Que brusco!

Siguió chupándomela deliciosamente, yo gemía del placer que me hacía sentir, ¡sus manos jugaban mis nalgas y mis piernas y su lengua endurecía mi clítoris!

Me la mamo un buen rato, tuve un rico orgasmo, ¡ese escuincle me estaba tratando como su puta!, pero me encantaba serlo.

Esto ay no era casualidad, ahora ya era u puta y estábamos en mi casa traicionando a mi marido.

Dejo de chupármela para sacarse su verga, que ya estaba dura y venosa, con violencia me tomo del cabello y me metió la verga de un golpe a la boca, mientras con su otra mano grababa la escena.

Q: ¡así nena chúpala, chúpala!

Graba mis nalgas y como devoraba la verga, yo estaba tan clavada que no me importo que me tomara video, ¡solo quería devorarme esa tranca dura y hermosa!

Saque mis mejores trucos, ¡se la mame tan fuerte y rico como por 10 minutos hasta que saco su leche en mi boca!

Q: ¡Ah!!! Que rico, ¡uhm!

K: ¡Uhm, ah!!

Me trague cada gota de su blanco semen, el me seguía grabando cómo me tragaba su leche.

Enrique aún muy excitado, me puso de pie y me desnudo totalmente, besándonos pasionalmente fuimos hasta mi recamara.

Su ropa quedo regada por toda la casa, al entrar en la habitación el me tiro en mi cama, me tomo de las piernas las puso en sus hombros y me la dejo ir violentamente, se movía fuerte, mientras, ¡mordía mi cuello y me apretaba las tetas!

Q: ¡Tómala puta, tómala!

K: ¡Dios, que rico, que duro!

Q: ¿Te gusta perra, es tuya?

Cruzo una de mis piernas poniéndome de ladito, que rico la sentía en esa pose, el me daba de nalgadas y de cachetadas, que salvaje estaba siendo, ¡pero me ponía más caliente esas acciones!

Me puso boca abajo y me la metió enterita, la sentía toda adentro mientras él me comía la oreja, ¡así nene, así! Le decía mientras él me mordía la espalda.

Q: ¡Que rica estás, que rico es coger contigo!

K: ¿en serio?

Q: ¡Desde que vi tus fotos del Facebook! ¡Y el saber que eras casada, me desato más el deseo en ti!

K: ¡No imagine que fueras una bestia sexual, cógeme bebe no hables!

Q: ¡Mi amor lo que digas!

Me puso en cuatro y tomándome del cabello e metió su verga hasta el fondo, yo estaba babeando del placer, ¡el me daba de nalgadas y de arañadas!

Q: ¡Que nalgas, que piernas, esta buenísima nena!

K: Si, disfrútame, ¡cógeme fuerte!

Q: Si amor, toma mi verga dura, ¡es tuya déjala seca!

K: ¡Que rico es coger aquí en mi casa con otro!

Me cogía riquísimo, yo movía mi cadera en círculos, su dureza me tenía a tope, Enrique sabía hacer su chamba, ya no me importaban los modales o ideales de familia o casada, solo quería disfrutar al máximo.

Sentí como inflaban sus testículos y como se endurecía más, le pedí se viniera dentro de mi vagina, yo comencé a moverme salvajemente como potra salvaje, ¡quería sentirla ya!

K: Ya vente papi, ¡dámela ya la quiero!

Q: ¡Pídemela, suplícala!

K: ¡Por favor lléname de tu semen!

Q: ¿Quién te coge más rico tu marido o yo?

K: ¡Tu nene, tu eres un dios sexual!

¡Como manguera me lleno la vagina de leche!

Mi orgasmo era maravilloso, él se movía para hacerlo más placentero, que rica sensación, yo mojaba todas mis sabanas, terminamos acostados riéndonos de lo bien que la pasamos.

Unos minutos después él se fue así como llego, yo me quede en la cama desnuda recordando ese rico momento, pero también con el problema del remordimiento.

Pero era momento de aceptar lo que estaba pasando, ahora tenía más ganas de experimentar, de disfrutar, ya no me detendría, ni siquiera por mi familia, ¡solo quería disfrutar más!

Kali

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