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Nicol (1): Rompiendo la rutina

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A Nicol la conocí cuando me fui a vivir un tiempo con mis abuelos, ella vivía en la casa de al lado y siempre la miraba por la ventana, de un 1.60 su cuerpo no estaba mal y siempre que estaba en casa vestía un shorts jeans desgastados y blusa de tirantes, yo admiraba su belleza y así por las tardes solíamos jugar a los naipes cuando mis abuelos salían.

Acompañándome a pasar el rato nos fuimos conociendo y hablábamos de todo un poco, hasta que una tarde llegó con una de sus locuras, le había robado dos vinos dulces a su papá y pidió que lo compartiéramos mientras jugábamos como siempre, no pude negarme y así empezamos tomando pequeños sorbos de una de las botellas hasta acabarla.

Sin darnos cuenta el sabor dulce del vino nos había embriagado y para la segunda botella de su propia boca salió que aparte de beber debíamos quitarnos una prenda, no pude negarme y así después de cinco rondas Nicol término en brasier y una tanga deportiva, lo cual provocó que tuviera una erección aunque aún podía ocultarla gracias a llevaba puesto aún mi camisa.

Decidido y confiado en que ganaría la convencí de apostar dos prendas y para mí mala suerte termine perdiendo, levantándome del sofá me despoje primero de la camisa y luego de mis bóxers, en cualquier otro momento habría sentido vergüenza, pero ahora solo sentía el efecto del vino.

La sonrisa pícara de Nicol lo decía todo al ver mi erección y yo solo permanecía inmóvil, hasta que ella misma me dio la botella de vino y dando el último pronto sentí sus cálidas manos envolviendo mi pene, no pude evitar escupir un poco de vino que bajó por mi pecho directo hacia la parte baja de mi abdomen.

Nicol pasó su lengua y limpio el camino que el vino había dejado para luego meter mi pene dentro de su boca, podía sentir su lengua jugar con mi pene y así estuvo entre estímulos que en todo momento podrían hacer que terminará por estallar en su boca.

Sabiendo cómo complacer después simplemente me soltó y yo pensé que todo había terminado, pero contrario a lo que yo esperaba se quitó el brasier y su tanga, acostándose sobre el sofá abrió sus piernas y se masturbo ella misma para luego solo decirme «Ya estoy muy mojada… y solo por hoy podrías meterla».

Ni siquiera tenía un condón a la mano sin embargo ella tampoco lo mencionó y así solo me coloque entre sus piernas y mi pene se deslizó dentro de ella, amasaba sus senos y mordía con delicadeza sus pezones.

Mientras disfrutaba de la calidez de su vagina la cual abrazaba mi pene, me gustaba sentir su respiración agitada y además sus quejidos cuando la golpeaba con fuerza, entrelazando sus piernas alrededor de mi cintura buscaba calmar mis arremetidas y por una parte estaba bien ya que aún no quería venirme.

Estaba en mi elemento e incluso cuando me cansé y me aparte por instinto Nicol se subió sobre mi y empezó a cabalgar sobre mi pene al tiempo que yo acariciaba sus senos, mordía sus pezones delicadamente y mis manos apretaban sus nalgas para atraerla más hacia mí, moviéndose en círculos refregaba su vagina en mi pene y aquel dolor se sentía placentero.

Después de eso simplemente la puse a cuatro patas y nalguee su trasero antes de volver a embestirla, me volví un zángano y solo pensaba en meterla tan profundo hasta que sentí una corriente nacer de mi cabeza y bajar hasta la punta de mi pene, yo sabía que estaba por venirme y se lo advertí.

Rápidamente ella se apartó y empezó a meter mi pene dentro de su boca, todo fue tan loco y así terminó tragando mi semen, fue sin duda lo mejor y así después de tan magnífico acto nos despedimos y acordamos volver a vernos para jugar.

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Espero que les guste este fragmento y que me lo hagan saber si tienen algunos comentarios…

Y si quieren parte dos solo tienen que esperar por la buena de Nicol.

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