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Por despecho con la vaquerita de gran pecho

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Antes que nada quiero comentar que como siempre hago en mis relatos para cuidar la privacidad de los protagonistas cambiando los nombres de las personas que hago mención en los mismos, en especial de las chicas con las que pase muy ricas experiencias. Les digo esto porque en algunas ocasiones trato de que el seudónimo que utilizó tenga algo que ver con su nombre real o alguna característica personal. En esta ocasión no es la excepción ya que la protagonista estaba por llamarla Lilly por lo similar a su nombre real, pero recordándola para este relato sin falsas atribuciones me vino a la mente la imagen de Jessie la vaquerita de la película infantil de los juguetes. Más adelante espero que imaginen su personalidad tal como la describo.

Contacté con una chica de la ciudad de Toluca, estado de México, esto me callo como anillo al dedo ya que básicamente mi idea de conocer a alguien de esa localidad, pensé en ese momento que me serviría de cierta forma de investigar o acercarme al área de Sofia Marian (en este relato la abreviare como SM), estaba obsesionado con aquella “Güera misteriosa de Toluca” ya que llevaba casi dos meses sin verla y cuando hablaba con ella por teléfono, por lo regular aunque decía que me extrañaba y que quería hacer las cosas bien, terminaba por poner obstáculos en nuestros encuentros o formalidades. Había dejado a mi Puti-Nerd por SM y simplemente ella no daba señales de vida (Me había quedado como el perro de las dos tortas). Andaba en depresión y como dijera la letra de la canción del maestro Lora, ADO.

“No me he podido consolar

Desde que mi novia me dejó.

No me consuelan las chaquetas,

Ni las pastas ni el alcohol.

y a la chingada de aquí…”

Hoy puedo asegurar que el haber conocido a alguien de la misma ciudad de donde era SM fue un arranque de frustración y toxicidad de mi parte.

La chica que me brindo su amistad me abrió esa puerta y era precisamente lo que buscaba, una amiga con la que pudiera visitar Toluca y me llevara a conocer los lugares y quizá encontrar alguna pista acerca de la vida de SM, quizá encontrarme con que tuviera una doble vida. Les cuento esto porque de ahí deriva todo este relato, una cosa llevó a la otra.

Conocí primero a Josefina (*) una chica común y corriente, tez morena, de cuerpo un poco ancho, de rasgos faciales no tan femeninos, pero muy buena onda la chica, el inicio de una amistad con ella no era precisamente de ligue sino como ya les comentaba líneas arriba, estaba enculado de otra chica. Fue avanzando nuestra amistad y en una ocasión me pregunto si no me enojaba si me presentaba a una amiga a la cual unió en nuestras charlas, la verdad que no me molestaba ya que no buscaba otra cosa más que amistad y quizá poder seguir con mi plan de “tóxico incognito”.

Charlando en línea, me invitaron a conocerlas y “conocer Toluca”. Lo cual me parecía fabuloso ya que mi intención era precisamente ir a Toluca y estar cerca de la casa de SM. Ahí fue donde conocí completamente a ambas amigas, Josefina ya la describí líneas arriba, ahora toca el turno de Jessie, ella es una chica delgada de bonitas formas en general aunque le faltaba un poco de nalga, pero lo que le faltaba de nalga le sobraba de tetas, se le veían hermosos esos dos montes aun sin que los mostrara a la vista, ya que su cuerpo esbelto contrastaba con esos dos melones que tenía bien puestos. Su piel clara, cabello castaño ondulado abajo del hombro, guapa la chica, por su forma de vestir casi siempre la vi de jeans y blusas entalladas de manga larga, le daba un parecido a la vaquerita Jessie de la película que les comenté, su forma de hablar tenía un acento tipo de “provincia”. Cuando las conocí en persona por primera vez la verdad que Josefina no era agraciada, pero con Jessie era distinto y aparte tenía dos poderosas razones que incitaban al pecado y eso me animaba a que si no lograba investigar nada acerca de mi objetivo principal (SM) ojala y llegará a tener algo con Jessie.

Ambas chicas eran muy agradables, sencillas, joviales, en plenitud de su juventud rondaban los 24 años de edad. Recuerdo que en algunas charlas con Josefina insinuaba que si me gustaba su amiga, que la “flaca” como ella le decía era una chica muy seria y soltera, hasta llegó a decirme que Jessie tenía tetas grandes, prácticamente animándome con Jessie.

Viajé en varias ocasiones a la ciudad de Toluca, en las cuales tuve la fortuna de que ellas fueran mis guías de turista personal. Procurando pasar por la casa de SM cuando iba a Metepec, el centro, etc. Ya saben tratando de encontrarme con mi objetivo (que nunca logré encontrarme con SM), para ese momento después de varios viajes y despues de mi decepción creo que me enfoque en Jessie, ya que Josefina dejó de asistir a nuestros encuentros con algún pretexto o no se si yo solo invite a Jessie con la finalidad de tener un acercamiento más personal con ella, su dos grandes pechos me hacían fantasear ya con ella y su amiga de cierto modo quería que entre Jessie y yo surgiera algo. En vista de que SM no daba señales de vida y por despecho fue que me decidí aventarme al ruedo para montar esa vaquerita para nada despechada, ya andaba bien ganoso con Jessie creo que eso se notaba y por eso Josefina ya no nos acompañó en ese tour por la ciudad.

Nunca he sido un hombre hostigante e impertinente o que tire la onda mal plan a las chicas, siempre paciente y de cierta forma introvertido tímido, pero tal vez mis deseos con Jessie eran más que obvias. Esa tarde Jessie me llevó a conocer varios lugares del centro, entre ellos el estadio de fútbol (ella es fan de su equipo local) y también me llevó a un parque llamado Matlazincas el cual está en un pequeño cerro con un bosque, tiene un museo, etc. Caminamos hasta la cima donde hay un mirador con un kiosko o pérgola, con una vista digna de una postal, se contemplaba la ciudad con un cielo totalmente limpio y azul, con los árboles verdes a nuestro alrededor, algo dentro de mí me dijo “de aquí eres, es ahora o nunca”.

Jessie estaba parada frente a mi recargada en la baranda del mirador y yo sentado detrás de ella pensando y extrañando que no fuera la güera quien me diera esos tours, contemplando esa bella postal enmarcado por la silueta de Jessie. De un momento a otro me di valor, me paré de mi asiento llegando por detrás de ella abrazándola en plan de camaradería pero a la vez con cierta seguridad y cachonderia y sin dar pauta a algún rechazo de su parte cuando ella volteo a verme sorprendida por ese gesto de mi parte, con toda la adrenalina de mi parte acerque mi cara a la de ella y la bese. Fue como una cubetada de agua fría para ambos, con toda la carga sexual de ese momento y la excitación que me había generado verla parada ante mí, es un hecho que sentía una atracción sexual por ella, aunque nunca mostró sus tetas en escotes, pero sus blusas enmarcan perfectamente el contorno de ella, ante su forma fina y delgada de ella.

En ese momento con esa vista grandiosa de la ciudad la tenía frente a mi, del primer beso que duró varios segundos que mantuvimos nuestros labios unidos y no hubo rechazo de parte ella, siguieron mas besos hasta que nos cansamos, nos sentamos y en la cara de ella había cambiado totalmente, pasó de ser aquella cara normal de amigos a una de extrañeza podría decir que diferente, quizá de igual forma que yo ella captó la cachonderia y excitación con que la bese. Sus ojos se habían tornado pequeños y nos mirábamos más a los ojos, para terminar besándonos, fueron muy ricos esos besos.

Hasta un rato después me pregunto por qué había hecho eso, por que la había besado. En verdad ni yo mismo sabía que había sucedido, les digo que nunca en mi vida fui un tipo rompe corazones, nada de eso, solo me lance. No le podía decir que solo fue por sus tetas, no tenía palabras para eso que había hecho pero en verdad sentía la necesidad de hacerlo y como les dije, ese era el momento y el lugar, no había de otra. No me iba a arrepentir que tuve la oportunidad como otras veces y no lo aproveche.

Le di una excusa omitiendo mi sentir sexual hacia sus bellas tetas y preferí decirle una mentira piadosa, que me gustaba y que creía que los dos lo deseábamos, en fin ese día entre besos y caricias “normales” sin demostrar mi gran interés por sus tetas firmes y grandes. Terminamos siendo más que amigos, éramos amigos con derechos, de cierta forma no quería comprometerme con alguien más porque si trataba de ser fiel a Sofía, pero pues una cosa me llevó a la otra, así que ahí estaba con Jessie disfrutando de su compañía y sus besos en tierra de la Güera misteriosa.

Nos despedimos ese día con arrumacos, deje la ciudad con un dolor de huevos rico, la verga bien capeada de mis mecos y mi jeans con un bulto que me había ocasionado esa grata experiencia con Jessie la vaquerita.

Ya en nuestros mensajes había dejado de ser tan formales, ya nos escribíamos más personalmente con arrumacos de “novios” y nos vimos un par de veces más antes de que ahora yo fuera su anfitrión. Invité a ambas amigas a visitar la Ciudad de México, ahora yo sería su guía, lo cual Josefina dijo que no podía ese día y por mi parte yo lo veía muy conveniente que solo pudiera estar con Jessie, para lo cual le dije que llegara temprano para poder dar un paseo por la gran ciudad. A esas alturas la relación con Sofía había quedado en pausa porque no sabía nada de ella y Jessie nunca supo de Sofía. Así que me di esa oportunidad con Jessie.

Ese día en mis terrenos quería dar un paso más allá de solo besos y caricias básicas, así que con ese plan en mente me avente con todo al ruedo (previo a salir a su encuentro prepare condones y bebidas en el refri, ya que en mi mente suponía que ese día ella estaría conmigo). Fui por ella a la terminal de Observatorio, nos saludamos con una gran sonrisa de reencontrarnos, nos dimos un primer beso de bienvenida con sus labios delgados sonriendo siempre y el grato sabor de jugar nuestras lenguas en ese primer beso. Primero fuimos a abordar un “Turibus” (Un autobús con rutas turísticas de la ciudad) que nos llevó por los lugares emblemáticos de la Ciudad de México, nos bajamos en polanco para enseñarle por donde trabajaba y después comer en un buen restaurante tratándola como la princesa que era y se merecía ser tratada.

Abordamos nuevamente el autobús turístico ahora a la zona sur, por lo que en Coyoacán le dije que nos bajamos para ir al bosque de viveros al sur de la ciudad, mi plan era hacer eso más íntimo y sin tanta gente del autobús así que caminamos por los senderos del parque para después sentarnos en el césped a la sombra de un árbol frondoso, hablamos de nuestras vidas, nuestra relación, entre besos y arrumacos, lo cual me prendió demasiado, ese día Jessie llevaba un vestido que se le veía bonito su cuerpo, aunque el vestido era abajo de las rodillas se estilizaba perfectamente su cintura pequeña y resaltando sus grandes tetas, mostrando el nacimiento de sus blancas tetas por un discreto escote que el vestido floreado permitía ver, Desde que la vi llegar con ese atuendo y zapatillas bajas pero acorde con su atuendo fresco y juvenil me tenía a mil y sabía que no podía desperdiciar una oportunidad de esas con Jessie la vaquerita y quería que esa tarde lográramos montarnos.

Me tenía más que prendido, entre besos y caricias, muy cómodos en la discreción y anonimato que nos daba la sombra de ese árbol alejado del paso de los visitantes del parque, no deje pasar más tiempo así que en uno de los besos apasionados me aventure a avanzar mi mano por su hombro debajo del tirante de su vestido, suavemente hasta llegar a acariciar el nacimiento de una de sus tetas, al ver que no me decía nada avance poco a poco hasta tocar con las yemas de mis dedos ese pezón café erecto y duro, ya llevaba la de gane, ella no me decía nada entre besos y caricias yo ya tenía totalmente mi mano dentro de su escote queriendo abarcar una de sus tetas, mientras amasaba una y pasaba a la otra, apretando suavemente y magreando esas carne rica entre besos y caricias de ambas partes, se las acaricie suavemente y hasta le bese una de ellas y su botón café lo había probado por fin esta tarde. Ya estaba mas que caliente y espero que ella también ya que no se portó fría más si un poco mesurada. Ahí mismo sentados le dije que me gustaban sus “niñas” que si me dejaba darle besitos a sus nenas y sonriendo aceptó mi petición indicando que eran mías que si le gustaban. Alabando lo bonitas que eran sus nenas igual a la “mamá”.

A esas alturas yo deseaba coger con ella, por lo que no podía dejar que la tarde terminara así y con esa intención le indique que yo quería comprar algunas plantas para mi nuevo departamento que estaba prácticamente cerca, fuimos a donde están los viveros y locales de venta de plantas y flores, escogí una maceta grande con plantas de ornato para la entrada de mi departamento. Para ella un ramo de flores bellas como Jessie, sabía que eso le agradaría, fuimos a mi departamento a dejar la maceta recién adquirida.

Una vez en mi “cancha” la invité a refrescarse con unas bebidas, unas Caribe Coolers eran una gran elección para el momento, las bebíamos mientras ponía la TV queriendo ganar tiempo y nos sentamos en el sofá azul en el que tantas experiencias gratas viví sobre él. Ahí sentados seguimos con los besos y caricias, prendiendo de nuevo los motores, donde ya tenía a sus “nenas” fuera de su ropa y las besaba completamente. Sí con sus blusas se veían wow, así de fuera al natural en vivo y a todo color son otro rollo, perfectas, duras redondas (cuando la conocí hubiera jurado que eran operadas, pero pude comprobar que eran 100% naturales) rematadas con un pezón de tamaño mediano con botoncito durito precioso, los lamia una y otra vez con mi lengua y besas lo más que podía abarcar de esas bonita y grandes tetas, le repetía que estaban muy bonitas sus niñas, que me encantaban y tenían loco, ella solo sonreía y me acariciaba la cara y la cabeza mientras me amamantaba de sus dos pechos.

Cuando meti mi mano debajo del vuelo de su holgada falda, recorrí sus piernas que aunque ella era delgada sus piernas tenían un buen tono, sintiéndose muy rico avanzar mi palma de la mano desde su rodilla hasta llegar arriba de las piernas, justo donde ya se sentía la humedad en su prenda íntima, encontrando al tacto que ella llevaba una tanga al sentir las tiras de su prenda íntima, confirmando después que era del mismo color rosa que su bra que contenía el peso de sus dos hermosas tetas. Mientras nos dabamos un faje riquisimo metí mi mano dentro de su tanga topándome con un pubis bien arreglado, la tenia depilada de los lados y solo un mechoncito arriba de su clítoris el cual su humedad ya era notoria con una mancha de sus jugos en su tanga.

Hice que se levantara del sofá para que su vestido cayera al piso lentamente deslizándose hacia abajo quedando solo en su ropa interior ante mí, se veía hermosa en ese conjunto de ropa interior cubriéndose instintivamente en una señal de pudor, la hice sentir deseada con besos por su vientre y piernas, hasta llegar a su entrepierna la colme de besos sobre su tanga, sus cadera y sus nalgas. Me puso a millón el saborear sus pubis depilado haciendo a un lado su tanga, sutilmente ella me levanto para besarnos apasionadamente y ella misma se encargó de quitarme la ropa para estar en igual condición, así desnudos los dos en la sala del departamento nos abrazamos de pie acariciando nuestras pieles.

Con mi verga erecta la frotaba sobre su tanga al estar casi de la misma altura, tratando de avanzar lo más que podía. La abrace y abrace mientras caminábamos asi entrelazados hasta la mesa del comedor, donde la recargue sentándose al borde de la mesa, abierta de piernas y yo entre ellas frotando mi verga en su panocha prácticamente sobre su tanga, bese sus tetas y baje hasta encontrarme con su panocha para hacerle a un lado la tela de su tanga y le aplique una rica mamada de panocha el cual estaba coronado de una motita de pelos, lucía y sabia delicioso ese manjar, metia mi lengua entre sus labios y succionaba su clítoris. Entre gemidos ella pidió que ya no la torturara más, así que me levante me puse rápidamente un preservativo colocándome frente a ella y la besé frenéticamente con el sabor de su panocha en mi boca, mi falo se introducía en su excitante puchita, sentir esa sensación fue lo máximo había logrado poseer a mi vaquerita bella, ambos exhalamos de satisfacción al sentir lo apretadita que estaba la pucha de mi vaquerita.

Mientras la penetraba lo más rico posible para ella, la jalaba hacia mi de sus nalgas, como si la cargara pero ella estaba sobre la mesa. Se recostó sobre la mesa mientras la penetraba yo parado y ella abierta de piernas a mi lado, de lado, al hombro. Hasta ponerla recargada boca abajo en la mesa y yo darle desde atrás chocando mi pelvis con sus nalgas que aunque no eran muy grandes era cachondo tenerla empinada ella gimiendo y yo tomándola de sus hombros y hasta de su cabello para jalarla hacia mi como si se tratara de una potranca, mientras yo le decía lo rico que ella estaba, ella al escuchar mis palabras casi gritaba mientras la mesa sufría los golpeteos de mi empuje para meter lo más profundo la cabeza de mi verga, para que ella sintiera mi glande hinchado y ardiendo en el interior de su panocha. Sus movimientos y gemidos nunca los imagine tenerlos para mi, me daba cierta sorpresa mi flaca tetona vaquera.

Antes de venirme quería disfrutar de su bello cuerpo y principalmente de mi fetiche que me atraía de ella, sus tetas desnudas ante mi. Así que la conduje a la cama donde me senté en la orilla de la cama y ella se sentó dándome la espalda y ella tallaba mi verga con su pucha mientras yo la veía como mi falo desaparecía dentro de su cuerpo sujetándola de sus caderas. Lo que más me volvió loco fue cuando le tocó montar mi falo parado apuntando al techo de la recamara, ella misma se fue sentando introduciendo mi verga en su panocha y empezó a moverse ella gemía digamos que en un tono normal el cuarto de la habitación se escuchaba el golpeteo de sus nalgas pegando con mis huevos, ella misma se mataba dando esos sentones. Lo más excitante fue tener esa gran vista de cómo rebotaban sus dos grandes melones al momento de caer sobre mi cuerpo y al sonido tanto sus nalgas como la caída natural de sus dos nenas. Me amamante de ellas chupando sus pezones, mordiendo un poco mientras tomaba una de ellas y me pegaba como becerro, mi otra mano se ocupaba de masajear y pellizcar el otro pezón erecto entre gemidos de placer de Jessie la cual fricciono su pubis frenéticamente con mi palo dentro y después gimiendo más rico se dejó caer casi desfallecida sobre mi cuerpo en una venida de ella y la mía la alcance casi al mismo tiempo después de la de ella por esa tallada de panocha que me dio. Nos quedamos en silencio reposando la rica cogida, ella sobre de mi, nos besamos tiernamente como agradecimiento de tan bello encuentro.

Ya era tarde y tenía que irla a dejar a Toluca, aunque hubiera querido que se quedara conmigo, pero ella tenía que llegar a su casa ya que aún vivía con sus padres, así que tomé las llaves del auto y la lleve hasta Toluca, con una flojera de haberme quedado en la cama cogiendo con ella, pero no hubo de otra aun cuando pasamos por varios Moteles por todo el trayecto de desde la Ciudad de México hasta Toluca, ya teníamos el tiempo encima así que solo nos limitamos a viajar hasta su ciudad, despidiendonos a unas calles de casa, no sin antes despedirnos con un apasionado beso y pidiéndole que me dejara despedir de sus niñas, lo cual ella acepto sacandolas un momento rapido y me apegue a chupar suavemente sus pezones que ya estaban sensibles de tanta chupada y mordida que le había dado al calor de nuestro encuentro previo. Sin más la vi caminar hacia su casa para después regresar yo a la mía, a la soledad de mi departamento, aunque sentía la satisfacción de haber logrado un punto con Jessie, era un hecho que no me sentía pleno por la culpabilidad de haber sido infiel a la güera misteriosa.

Continúe con Jessie viendome cuando SM se ausentaba, les comento que en uno de esos viajes a Toluca, según nos vio SM y me reclamo que hacía yo con una chica en Metepec, cosa que no se me hacía justo ya que si ella me vio, por que no me hablo, o quizás ella también estaba ocupada con alguien lo cual nunca me reveló, al final de cuentas andaba enculado con SM.

Con Jessie de repente fui perdiendo interés porque SM había despertado a su letargo, de repente Jessie un día me dijo que saldría de vacaciones con Josefina, se irían en plan de solteras a Mazatlán, cosa que le dije de mi parte no tenía inconveniente. Cuando ella regresó de su viaje, me evadía, hasta que en una ocasión me dijo que quería hablar conmigo, llorando me dijo que no era justo lo que ella había hecho ya que yo me había portado muy bien con ella, me dijo que en su viaje conoció a alguien y que se besaron, etc.

Ella se sentía con la carga de haberme traicionado, por mi parte no dije nada, solo que estaba bien que si ella era feliz adelante, por mi parte yo creo que mi ego machista hizo que me sintiera traicionado, pero a la vez sentía una liberación por que no la amaba y quién era yo para reclamar fidelidad si yo no lo había sido con ella, asi que solo nos dimos las gracias por todos los bellos momentos y quedamos como muy buenos amigos. Yo guardo el recuerdo de los días tan ricos que pasé a su lado, no era amor lo que sentía por ella, pero sí una atracción animal por sus ricas nenas.

Hable con ella hace un par de años ya que como quedamos como amigos me apareció en el Whatsapp y nos pusimos al corriente, de mi parte le platique de mi estatus actual, ella por su parte me dijo que trabajaba en un restaurante de Metepec (precisamente en donde se supone que me vio SM con ella) y se había casado (no se si con la misma persona con la que me “traiciono”) lo malo es que no le iba bien en su matrimonio, su marido la maltrataba y la trataba de lo peor, me dijo que a veces la golpeaba y que le reclamaba el no tener hijos.

Me dijo en plan de confesión que aún se sentía mal por cómo terminamos las cosas y que había sido una tonta por haberme traicionado y perdido, que ojala y la mujer con la que yo estuviera supiera aprovechar, etc. Sentí pena por ella pero solo me quedaba orientarla a que tratara de ser feliz, que no se deje maltratar por nadie y que llegará a buenos términos con su marido,

Aunque me antojaba volver a saborear esas ricas nenas y hacer gozar a esa flaca tetona como lo hicimos hace unos años, no creo que se diera nuevamente la oportunidad tanto por las condiciones de ambos. Pero dejando al futuro si alguna vez nos encontraremos nuevamente en Toluca, tal vez poder revivir esa flama con tan rica mujer tetona y golosa.

(9,50)