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Primera aventura con una trans increíble
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Primeramente, quisiera presentarme, mencionar que me llamo Manu, estudiante universitario, y que desde hace cierto tiempo he sentido un fetiche por las trans, lo cual da origen al relato (sucedido hace poco tiempo) que deseo contar.

Soy heterosexual, únicamente había estado con mujeres, pero desde hace unos años, navegando por internet, empecé a ver videos de transexuales, los cuales me llegaron a gustar y excitar bastante cabe decir, habiendo visto mucho contenido y llegando a desear vivir una experiencia (lógicamente que no sería similar a lo visto en esas páginas) con una transexual.

Ahora bien, ya con toda la presentación hecha, el relato de lo vivido (una de las experiencias más excitantes de mi vida por cierto) empieza así:

Estando un lunes en la universidad, bastante aburrido, me puse a mirar algunas páginas de scorts (que nunca contrataba, únicamente quería ver que tipo de chicas había en mi ciudad, del ámbito sexual profesional), viendo y viendo, no encontraba nada llamativo, entonces, ingrese a la pestaña de trans, a la par que abría otra página de gifs e imágenes para acompañar a las publicaciones de las scorts.

Entre la variedad de chicas que publicaban, unas tres eran bastante atractivas, subían unas cinco a nueve fotos suyas, y el la descripción de sus servicios eran, en general, normales y genéricas, en eso veo la de una chica que con sus palabras me excitaron (como describía sus servicios y atención) y reviso sus fotos y mostraba sus pechos (no muy grandes) y su ano, bien visible, era una chica más que hermosa. Aunque no mostraba en ningún momento su pene (lo cual me decepcionó un poco, pues en las publicaciones de trans me da cierto morbo que muestren todo). En fin, ya estaba algo caliente, mi pene ya se había quedado medio erecto, entonces paso a la otra página y veo gifs de trans (o shemales) eyaculando, lo cual termina de completar mi erección. En ese momento se me ocurre que, dado que no tenía nada que hacer, y que la dirección de la chica trans decía que se encontraba cerca (relativamente) ¿por qué no tener relaciones con ella? Lógicamente la duda me invadió, nunca había contratado a nadie, y mucho menos a una trans, únicamente me había masturbado con videos y demás.

Volví a ver sus fotos, y se veía tan increíble, ese ano era perfecto, sus nalgas, todo su culo y llegaba a ver apenas sus testículos, los cuales, junto con su pene, deseaba ver. Con la calentura, decido escribirle, un mensaje simple:

-Hola, como estas? Querría saber cuánto cobras por tus servicios

Espero la respuesta, la cual llega al cabo de casi media hora.

-Hola papi, por una hora es "x monto".

Lo cual resultaba bastante accesible para mi, y entonces pregunto por sus servicios (que estaba dispuesta a hacer y que no) aunque yo solamente quería actuar de activo, no pensaba ni pienso dejar que alguien me penetre a mi.

Su respuesta me convenció.

-Tienes una hora bebé, puedes hacer todo lo que desees en ese tiempo.

Con eso, le dije que fijáramos para dentro de una hora (así le daba tiempo de prepararse y yo de decidirme del todo) y quedamos en encontrarnos en un motel.

Realmente, lo único que yo deseaba era penetrarla, y ver como ella eyaculaba, nada de extraordinario.

Salí de la universidad con mucho nerviosismo, iría a un motel a coger con una trans, algo impensable unas horas antes; mi pene estaba duro de pensarlo, por lo cual la decisión ya estaba tomada.

Fui conduciendo hasta el motel, pensando en cómo sería e imaginando mil cosas en el camino.

Ingreso a la habitación, y le escribo diciéndole en cual estaría, y me responde ella que llegaría en veinte minutos aproximadamente.

Ansioso, aguardo en la cama, voy al baño, tomo una ducho, me siento en la cama, me recuesto, veo sus fotos, me siento de nuevo, en fin, un manojo de nervios aunque más que nervios, eran ansias y demasiada excitación.

Mi pene (normal, de unos 15 cm, pero grueso) ya se encontraba más que listo para todo, incluso ya estaba bien lubricado, hasta temía que terminaría muy rápido, por como se encontraba ya.

El tiempo no pasaba, parecía que no llegaría nunca, hasta que al fin escucho un ruido, finalmente llegó.

La emoción me ganó y fui a mirar a la puerta, y ahí la vi, estaba subiendo, tenía un abrigo grande y largo que escondía todo su cuerpo.

La veo y nos saludamos muy amistosamente, era muy amable y agradable.

-Hola bebé, me esperaste?

Y me da un beso

-No mucho, pero ya tenía muchas ganas de conocerte.

En eso, hablando un poco, se quita su abrigo y veo su increíble cuerpo, es alta, de 1.80 aproximadamente (yo tengo 1.87, así que estaba bien) unas largas y bien definidas piernas, abdomen plano, unas nalgas firmes, brazos finos, pechos bien formados y puntiagudos (ninguna operación por cierto), un largo pelo café y muy hermoso, y su rostro era sencillamente perfecto, sus ojos, su nariz, su boca y sus deliciosos labios. En fin, una dama total, elegante y erótica, imposible era afirmar que se trataba de una transexual a simple vista, incluso su voz era muy femenina, sexy y suave. (luego haré la descripción del aspecto sexual).

En eso, procedo a pagarle el monto acordado, para que así podamos estar más tranquilos, y no se preocupe por ello.

Me pregunta si ya me había duchado y si estaba cómodo, lo cual respondo que si.

Seguidamente ya empieza lo erótico. Me abraza y me da muchos besos, profundos, fuertes, puedo sentir su lengua junto a la mía, sus labios besándome firmemente, con delicadeza primero, luego con más firmeza, con más sexualidad, recorría su lengua por mi boca primeramente, luego por mi cuello, por mis orejas, para volver a cruzarse con mi lengua.

Nos acostamos (ambos con ropa aún) y mientras me seguía besando y pasando su exquisita lengua, me susurraba preguntando que haríamos (obvio con un tono más que lujurioso, para encender la velada) mientras colocaba su mano sobre mi miembro, y jugueteaba por encima del pantalón.

-Primero quisiera que uses tu boca.

Atine a decirle, después de esos besos, quería que mi pene sienta ese calor, y sobre todo su húmeda lengua.

-Y después que?- Me preguntaba entre gemidos y un tono que haría terminar a cualquiera.

-Después quiero que te subas y me montes, quiero estar dentro tuyo.

Acto seguido, y sin esperar más, procedió a desabrochar el pantalón, mi pene ya estaba duro, con el erótico masaje que me había dado por sobre la ropa.

Metió su fina mano en mi ropa interior y suavemente sacó mi pene, lo acarició lentamente, empezó a besarlo y acercarlo a su rostro viéndolo atentamente; estaba a punto de realizarme el sexo oral más intenso que había recibido, pero antes le pido a Rebeca (su nombre, que hasta ahora no lo había mencionado) para sacarse la ropa, primeramente se quita el sostén, viendo sus pechos suaves y delicados, con los pezones ya endurecidos y puntiagudos, yo me saco el pantalón, y ella su pequeño shorts, queda solamente con una tanga roja, a lo cual le pregunto si podría sacárselo, para ver también su pene, lo cual accede gustosa; yo había leído que muchas trans no sean sacarse su ropa interior, solamente apartarlo en la zona anal, al momento de la penetración, ya sea por vergüenza de ellas o porque algunos clientes no lo quieren ver, en mi caso, lo que más excitación me producía, y era lo principal de mi fetiche, era justamente ver su pene.

Y justamente sobre ello, su pene es de un tamaño mediano pequeño, digamos unos 13 cm, el tronco bien grueso, y la cabeza puntiaguda, y sus testículos colgaban de manera que me excitaba mucho al verlo, y para completarlo, estaba semi depilada (esto es, con el vello púbico corto, como para poder ver bien todo su sexo, pero manteniendo el vello) lo cual me genera una lujuria y excitación desmedida, pues me gusta bastante que mis parejas sexuales sean "peludas" en esa zona (es otro fetiche, siempre buscaba videos e imágenes de ello) pero no creí que la primera trans con la que tendría relaciones lo tendría así, y dado que es algo difícil pedírselo a una scort, supongo, me sentí muy feliz de haber elegido bien a mi transexual.

Ya bastante excitado después de ver ese pene suyo, procede al oral, saca un preservativo de su bolso, y se lo coloca en la boca, y me lo pone al tragarse mi pene, con total maestría.

Inicia una subida y bajada lenta, como saboreando cada milímetro, cada vez más rápido, progresivamente, con mucha lubricación, mientras sostiene y masajea mis testículos con una mano, con la otra sostiene mi pene, succionando delicada pero duramente a la vez, realizando una ligera y pequeña masturbación en la base.

Sigue chupando y chupando, realmente estaba disfrutando de un oral exquisito, ella se encontraba de cuatro, y yo acostado, habiéndose colocado a mi costado, con mi mano podía agarrar su pene, que se encontraba bien duro y erecto, apuntando hacia arriba, decidí empezar a hacer lo que estaba queriendo, que era tocar su pene, inicie tanteando primero, tocando lento, con algo de inseguridad, luego fui agarrando con más confianza su miembro, iniciando una muy suave y lenta masturbación, dado que nunca antes había tocado otro pene, no quería hacerlo fuerte y lastimarla, por lo que iba yendo progresivamente. Lo cual parecía gustarle a ella (a sabiendas de que es su trabajo, pero igual creo que lo disfrutaba un poco) entre lamidas y chupadas también oía sus gemidos, y la rapidez de su succión era más y más, engullía cada vez más mi pene, hasta el fondo de su boca, luego lo sostuvo con ambas manos en la base y lo dejo bien recto, y procedía a metérselo con fuerza en la boca, sentía como su lengua se movía con violencia, golpeaba deliciosamente mi glande, lo rodeaba, por momentos solamente chupaba la cabeza, y lo hacía con mucha succión y fuerza, por momentos daba mordisquitos y luego lamidas; al mismo tiempo, yo le tocaba, con más ímpetu y velocidad, hacía movimientos más rítmicos en su pene, masajeaba sus testículos colgantes, que eran muy suaves al tacto. También ella, bien juguetona, acariciaba constantemente los míos, intercalando sus chupadas y lengüetadas entre mi pene y mis testículos.

Luego de un rato de buen (buenísimo) sexo oral, empecé a tocar su ano, como mencioné, esa posición en la que estaba me permitía tocar bien todo su cuerpo, le tocaba sus pechos firmes, sus pezones duros, con masajitos, y sus nalgas redondas y carnosas, iba cada vez más metiendo un dedo en su ano, mientras ella suspiraba y gemía lento pero excitantemente, cuando ya estábamos por terminar con la sesión de sexo oral, volví a tocarle su pene y sentí que había mucho líquido preseminal en su cabeza, le escurría bastante, goteando bastante en las sábanas.

Como no quería eyacular solamente con sexo oral, la detuve y le pedí que se suba encima de mí.

-Hora de montar el show. – me dijo con una sonrisa pícara.

Se colocó encima mío (es una chica bastante alta, grande) se puso mucha saliva en la mano, en sus dedos y se los llevó a su ano, repitiendo esto dos veces más y luego sosteniendo mi pene lo acerco a su ano, apuntando bien, se fue sentando sobre él, debo decir que fue mi primera vez teniendo sexo anal (siempre había sido vaginal, ya que solo había estado con mujeres normales) y se sintió como otro mundo, primeramente, el rostro de Rebeca, su delicioso rostro mostraba excitación, a la vez cierto dolor, al darse la penetración, hacia gastos placenteros, gemidos fuertes y todo eso mientras me veía con ojos brillantes de lujuria. Mi pene, primeramente sintió una presión, al presionar su ano, luego cuando ya estaba entrando, se sentía estrecho y caliente, y fue absorbido por ese placentero lugar.

Primero, se dio la penetración inicial, todo mi pene estaba dentro de ella, nos miramos, nos sostuvimos las manos, y luego de un minuto a lo sumo, comenzó!

Iniciaba rítmica y lentamente, un sube y baja, con lentitud pero una progresión en la velocidad más que medida, cada vez respiraba más agitada, gemía más alto, los placenteros signos sonoros que emitía eran a la par de la velocidad de su montada. Su pene se balanceaba a la par, chocaba en mi abdomen, y cada vez brotaba más y más líquido pre seminal, cualquiera creería que ya era semen realmente y había eyaculado, pero no lo era aún.

Su ritmo aumentaba salvajemente, empezábamos a sudar, el ruido que se oía era sublime, de sus nalgas y pene golpeándose en mi, sus gemidos ya pasaban a ser gritos, le sostenía sus nalgas y la apretaba hacia mi, cada vez me montaba con más fuerza, se volvía más y más intenso, sabía que no podría aguantar mucho más a esa brutal cogida que me estaba propinando, se sentía un dolor placentero, al ser sus saltos más y más potentes, todo mi pene ingresaba hasta lo profundo de su ser, su mirada por momentos no se fijaba en mi, si no que cerraba sus ojos, o miraba hacia arriba. Únicamente me quedaba disfrutar cada segundo de ese ano que en ningún momento dejaba de apretar inmisericorde a mi pene. Sentía que me acercaba al clímax (antes le había preguntado si ella también podía eyacular) y quería verla soltando chorros y chorros.

Ya quedaba poco tiempo, le pedí que lo hiciera rápido, que me cogiera con violencia; no era necesario siquiera decírselo, comenzó con la montada final, una velocidad y fuerza que, sumado a sus gritos eróticos y gemidos infernales, lograron su cometido, sentí fuerza en mi vientre, sentía como mis piernas languidecían, sentía que el orgasmo se acercaba, mi pene ya estaba listo para largar cada gota de semen que tuviera, y lo hizo.

Fue un orgasmo como nunca antes, fue intenso, fuerte, abrasador, sentía cada chorro que salía del orificio de la glande; un placer abismal, otorgado por ese perfecto y riquísimo ano, de esa increíble transexual perfecta.

Mientras seguía eyaculando brutalmente, ella seguía perforando su ano con vehemencia, taladrando sin piedad su recto con mi pene, que había expulsado todo lo que tenía.

Le avise que ya había terminado.

-Ya largaste?- me pregunta jocosamente.

-Fue por los nervios- le respondí, de hecho, no había durado mucho en esa sesión de glorioso sexo anal, dado todo lo que había sucedido antes. Me habría encantado haber probado otras posiciones más, de cuatro, misionero, un 69 (aunque no le hare sexo oral tal cual, solamente me atrevo a un beso negro con ella). Así también, queda como tarea pendiente verla eyacular, lo cual no le pedí porque dijo que ya estaba agotada, por lo que, en el siguiente encuentro habrá mucha tarea por hacer.

Quedamos hablando un rato, conversando de temas variados, hasta que me avisaron que debía ir a ver ciertas cosas pendientes, por lo que allí quedo todo con ella.

Fue la primera vez, teniendo sexo anal y la primera vez con una transexual más que increíble, pero definitivamente no será la última, pues aún queda mucho por hacer con ella.

La siguiente vez que la vea, luego vendré a dejar el relato nuevamente, de nuestro siguiente encuentro, con mi increíble transexual.

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