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Semen de otro en el culo de mi esposa

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Un día, mientras conversábamos viendo tv, mi esposa me comentó que la había contactado su ex novio, para ser precisos, su primer novio. Que habían estado hablando por unos días y habían quedado en verse. Me preguntó si eso me molestaría y le dije que por supuesto que no. Ella me repreguntó y le respondí lo mismo.

Conocía, de sus relatos, a su primer novio. Fue su primer hombre, de hecho, todo lo buena que ella es en la cama se lo debe a él. Le abrió todo y, por lo que ella misma me contaba, era el más dotado de los hombres con los que había estado. Estuvieron poco más de un año juntos. Terminaron pues ella se fue a estudiar lejos de su pueblo y conoció otros hombres. Por lo que ella misma me dijo, y alguna vez me mostró fotos en el Face, su primer novio era bastante feo, pero con lo importante para las mujeres bastante grande, aunque de esto último no tenía fotos para verificar.

Desde que me comentó que se encontrarían supe que el encuentro iba a terminar en la cama, no en un simple café como ella me decía. Lo supe por la forma en la que me lo comentó. Quizás pensaba que me negaría y con esa respuesta ella podría no caer en la tentación. Pero, sabiendo en que terminaría, igual yo quería que lo hiciera. Me excitaban mucho sus relatos de como se había iniciado al sexo con él y como se había entregado completamente, en calles oscuras o un auto abandonado, en su casa a escondidas y la de él, en el baño del colegio y de un restaurante. De eso ya muchos años antes, pero saber que lo volvería a ver me calentaba.

No se lo dije. Le dije que éramos adultos y que si ella lo consideraba un amigo, bien por ella y por él. Que seguro tendrían temas para conversar y me parecía bien.

Finalmente, quedaron en almorzar juntos. El día anterior se depiló. Usualmente se corta los vellos púbicos muy cortos, algunas veces se depila totalmente, pero no es lo usual. Al descubrir que se depiló previo a su encuentro, confirmé que iba con todo. El día del almuerzo se bañó hacia las 11 am, se colocó un juego de lencería que usaba poco, una tanga muy pequeña y un brasier muy coqueto. Se puso la ropa que normalmente una para salir, jean y blusa, pero debajo iba mucho mejor que de costumbre.

Salió hacia las 12.30 del mediodía y volvió hacia las 5 pm. Tiempo muy largo para un almuerzo y perfecto para una tarde de sexo. Volvió sin ninguna actitud que pudiera hacerme sospechar que habían tenido sexo y de hecho me dijo "conversamos mucho, nos reímos y se nos pasó la hora". Esa noche quise tener sexo pero ella se negó. Al día siguiente, lo primero que hice fue revisar su tanga en la ropa sucia, tenía rastros de semen en la zona de la vagina y el culo. Imaginar que lo había hecho, por ambos lados y sin condón me puso a mil, me masturbé oliéndola.

A los 10 días o poco más, me dijo que volverían a almorzar. Le dije que ok, que estaba bien. La misma rutina y horario. Pero esa noche insistí en tener sexo con ella. Se resistía y me decía que no tenía ganas pero insistí tanto que finalmente no pudo negarse. En un descuido de ella, baje hasta su vagina y enterré mi lengua en ella, ella quiso resistirse, pero no la deje. Sentí su vagina húmeda, con sabor a semen. Seguí lamiéndola y pase a lamerle el culo. Lo encontré dilatado, palpitaba cuando lo recorría con mi lengua. Imaginar la vergota que lo había usado me ponía a mil. Estaba loco por sentir el coño y el culo de mi esposa recién usados por otro hombre, con una verga mucho más grande que la mía. Cuando la penetré, fui directo a su culo. Entró más suave que nunca y llegué quizás en 1 minuto, ella igual.

La abrace y nos dormimos. Supongo ella pensando que no me di cuenta de nada y yo siendo feliz por tener una esposa puta.

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