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Sucedió en un bar

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Este relato es de María, como saben son relatos totalmente reales, y nos los hemos confiado para ustedes. Dejen sus comentarios para motivarnos a dejar mas relatos.

Yo tenía alrededor de unos 24 años y vivía en una ciudad al sur de la república mexicana, yo soy del norte pero al terminar la carrera una amiga y yo nos fuimos a vivir a Gto. Sucedió en un bar donde tocaba un grupo bohemio de pura música trovadora, íbamos unas amigas y yo, estuvimos tomando y cantando toda la noche, muy a gusto, mi novio en ese entonces llegó más tarde pero uno de los que tocaba en el grupo empezó a coquetearme desde un inicio, me miraba y me dedicaba las canciones, hacía show y se dirigía mucho a mí, supe que estaba coqueteando y me gustó, entonces empecé a coquetearle a él también, después llegó el que era mi novio y se sentó con nosotras, traté de que no sospechara nada y trataba de evadir las miradas del muchacho del grupo... En una de esas el grupo tomó un descanso y se sentaron en otra mesa a seguir tomando, yo los veía de reojo, una parte de mi quería evadirlo por completo pero otra parte de mi quería saber a qué tanto seríamos capaces de llegar con el coqueteo, entonces me levanté al baño y a los minutos entró él, le puso seguro al baño para que no entrara nadie.

Me vio y me preguntó qué si me habían gustado las canciones y le dije que sí pero también le pregunté que sí que hacía en el baño de mujeres y me dijo...

-Esto! (empezó a besarme y acariciarme) puso mi mano sobre su pene y me dijo, ¿Lo quieres?

La verdad es que quería hacerme un poco la difícil pero sabía que tenía poco tiempo y no quería desperdiciarlo, entonces le contesté que sí, que si lo quería y lo quería dentro de mí.

Rápidamente se bajó el zíper y se sacó su miembro, se sentía y se veía durísimo, grande y gordo, me levantó la falda y me volteó hacia el espejo del lava manos, me la metió hasta el fondo y aunque estaba súper mojada sentí un poco de dolor, no me importó pues estaba muy caliente, sentir sus manos acariciándome los pechos mientras me daba por detrás y me besaba el cuello fue extremadamente excitante, además nos veíamos reflejados en el espejo cogiendo como en una película porno, la adrenalina tuvo mucho que ver en ese momento, fue rápido pero riquísimo.

A punto de venirse se salió y continúo masturbándose hasta eyacular, nadie quiso entrar al baño durante todo ese tiempo así que nadie se enteró y nadie supo nada, bueno, mi mejor amiga si se lo imaginó y al verme llegar solo me dijo, “Me tienes que contar todo eh”.

Lo volví a ver un par de veces más pero ya no volvió a pasar nada a pesar de que tuvimos la oportunidad, solo nos veíamos con complicidad y nos saludábamos como simples conocidos.

(10,00)