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Trío con mi suegro y un amigo suyo
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Coger con mi suegro era delicioso. Por lo sucio que era conmigo, por el tamaño de su verga y también por el hecho de ser mi suegro, el papá de mi esposo. Siempre tenía eso presente y seguro sumaba mucho a mi deseo y mi morbo.

Cogí muchas veces con mi suegro, por algunos años. No con la frecuencia que hubiera querido, pues él vivía con mi suegra lejos de Lima y sólo podíamos juntarnos cuando íbamos con mi esposo de visita o ellos (o él solo) venían a Lima. Igual desde la primera vez que cogimos sabíamos que no era una relación, que no había compromisos y que lo disfrutaríamos sin problemas.

Hoy me levanté caliente, pensando en él. Justo es su cumpleaños y si bien hace ya muchos años que no cogemos, lo recuerdo muchas veces al masturbarme. Hoy que es su cumpleaños, recordé un regalo especial que le hice. Para ser precisa, que él me hizo hacerle.

Fue cuando mi suegro cumplía 50 años. Mi esposo y yo teníamos un par de años de casados y había pasado ya algo más de un año desde la primera vez que me entregué a mi suegro. Lo habíamos hecho quizás 5 o 6 hasta ese momento. Recuerdo que la organización de la fiesta por los 50 años de mi suegro involucró a toda la familia. Incluso yo estuve a cargo de algunas compras en Lima.

Pero voy al hecho. Llegamos con mi esposo 2 días antes de la fiesta. Nos hospedamos en casa de sus papás. En el primer momento que mi suegro pudo, me habló directamente y me dijo que la tarde siguiente, mi suegra y mi esposo irían a comprar la torta. Que encuentre la forma de no acompañarlos. Que quería que “le dé su regalo”.

Así fue. A la hora del almuerzo se habló de la torta y quedó claro que irían mi suegra y esposo por ella. En forma amable me dijeron “si quería acompañarlos”, pero era claro que querían tener un momento de madre con hijo. Ni siquiera tuve que inventar una excusa. Les dije que aprovechen y pasen una bonita tarde. Que me quedaría en casa. Mientas se los decía, sentía como se me humedecía la tanga.

Hacia las 3 pm llegó un amigo de mi suegro de visita. Pensé que se malograron los planes. Me metí muy molesta en mi cuarto. Poco después mi esposo y mi suegra se fueron por la torta.

Un par de minutos después que mi esposo y su mamá habían salido, mi suegro tocó la puerta de mi cuarto. Tenía que ser él pues no había nadie más en la casa. Extrañada le abrí, pues suponía seguía con su amigo. Me sorprendí al ver a ambos en la puerta. Mi suegro aprovechó mi sorpresa e ingresó con su amigo. Ya dentro me dijo “vengo por mi regalo”.

No sabía que decir, me quedé como paralizada. Había pensado coger con él. Pero no en un trío y menos en su propia casa, la casa donde mi esposo creció. Pero mi suegro empezó a hablarle a su amigo “ella es Diana, la putita con la que se casó mi hijo. Ya sabes cómo es y aprovechemos el tiempo, antes que vuelvan la loca y el cornudo”.

Intenté protestar, pero mi suegro me calló con un “calla putita que se lo que te gusta”. Mientras lo decía se desabrochaba el pantalón y dejó su verga al aire. Así, fláccida, dormida, era ya bastante más grande que la de mi esposo. No me resistí más. Me arrodillé y empecé a chuparla. Mientras tanto, su amigo se desnudó completamente y puso su verga cerca a mis labios. Ya estaba erecta y era casi tan grande como la de mi suegro. Comencé a chupársela y mi suegro aprovechó y se desnudó completamente.

Con ambas vergas disponibles, entre ambos me fueron desvistiendo mientras las chupaba. Me sentía demasiado caliente, demasiado puta y lo estaba disfrutando. Mi vagina literalmente chorreaba.

Mi suegro me ordenó subir a la cama. Instintivamente lo obedecí y me puse en perrito al borde. Se puso detrás y comenzó a cogerme por mi vagina, pero un minuto o poco más. Sentí que con sus dedos untaba saliva en mi culito y pronto me la introdujo toda por allí. Su amigo se arrodilló en la cama y mientras mi suegro me cogía, yo se la chupaba.

Luego cambiaron posiciones. Yo seguí de perrito al borde de la cama. Empecé a chupársela a mi suegro con el sabor y olor de mi culo. No resistí más y tuve un orgasmo intenso con ambos hombres mayores disfrutándome. Mi suegro le dijo a su amigo “viste lo putita que es”.

Yo quería tenerlos a ambos dentro, pero no sabía cómo pedirlo. Pero como si me hubiera leído la mente, mi suegro se acostó y me dijo “ven putita”. Me acosté sobre él y quise besarlo, me apartó y me dijo “yo no beso a las putas”. Su ofensa me excitó. En ese instante sentí a su amigo encima mío y tuve a dos viejos dentro de mí.

Con las dos vergas dentro. Entre dos viejos jadeando tuve múltiples orgasmos. Me solté completamente. Me decían que era una puta y yo gemía diciendo que sí, que lo era, que era una mierda cachera. Luego de infinitos minutos el amigo de mi suegro se vino en mi culo. Se levantó.

Mi suegro me empujó y me puso boca abajo en la cama. Se montó encima de mi y me cogió por el culo. Se vino dentro de mi culo mientras yo le limpiaba la verga a su amigo con mi lengua.

Ni bien terminó se levantó. Fue al baño de la habitación. Se limpió la verga en el lavatorio. Cuando terminó de lavársela, cogió mi cepillo de dientes y se lo paso por toda su verga, “para que no olvides mi sabor” me dijo.

Volvió a la habitación. Se vistió. Su amigo ya estaba listo. Ambos se fueron y salieron a la calle. Yo me quedé. Me bañé y luego me quedé dormida. Desperté cuando mi esposo con un tierno beso me dijo que era hora de cenar.

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