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Un delicioso trío con motivo de mi cumpleaños

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El pasado mes de mayo cumplí años, me encontraba triste por la situación que hasta el momento sufrimos en todo el mundo, la frustración me había invadido, sin poder ver a mi familia y permanecer encerrados me estaba volviendo loca, como se los platiqué en el relato pasado, un querido amigo estaba viviendo con nosotros.

La convivencia era muy divertida, pero cuando me quedaba sola con mis pensamientos me volvía la tristeza, ellos lo notaron y 2 días antes de mi cumpleaños me dijeron que me tenían una sorpresa para festejarme, por más que insistí no me dieron ninguna pista sobre qué haríamos, solo me pidieron que me arreglara muy lindo. Esos días estaban cerrados los restaurantes, centros nocturnos en suma toda la vida nocturna no existía, por lo que me intrigaba a qué lugar iríamos.

Llego el día y no había conseguido conocer cuáles eran sus planes, solo me prometían que la pasaríamos bien y que sería un día inolvidable. Ellos vistieron con traje y corbata, por lo que tuve que seleccionar otro vestido, algo más elegante, elegí un vestido de seda color palo de rosa, amplio, se disimulan las curvas de mi cuerpo, con un escote que deja ver un poco a diferencia de la espalda que la abertura llega hasta el inicio de mis nalgas y me queda un poco arriba de las rodillas, lo convine con unas zapatillas con la punta descubierta, ajuste de pulsera y un tacón de 12 cm, (esas zapatillas mejoran extraordinariamente mi figura) color blancas, utilice una gargantilla de perlas y un pequeño monedero blanco, difícilmente cabían el celular, el lipstick, un par de toallas húmedas y un espejo. Me maquille perfectamente y alise mi cabello.

Baje a la sala y ellos me esperaban al pie de la escalera, me dieron un abrazo, listas las copas para brindar por mi cumpleaños, estábamos con los abrazos cuando Frances recibió una llamada, se apuró a contestar, solo dijo ok saldremos enseguida, me quede confundida y pregunte ¿Quién te llamo? lo sabrás en un momento, fue su respuesta.

Salimos, Frances me llevaba del brazo y en lugar de dirigirnos a la cochera, caminamos hacia el portón de la casa, al salir nos esperaba una limousine, el chofer ya tenía abierta la puerta para que abordáramos, subí y detrás de mí subió Carlos, Frances habló brevemente con el chofer, supongo que le daba instrucciones. Yo me había sentado al centro a mi izquierda Carlos y Frances a mi derecha. El bar quedo junto a Carlos y él se encargó de abrir una botella de Champaña y servir las copas. El limo tenia los vidrios polarizados, pero desde el interior se veía perfectamente hacia afuera. Las calles lucían semi vacías, el auto circulaba a baja velocidad, nosotros escuchábamos música, reíamos y brindábamos, note que nos encontrábamos en la avenida Rafael Sanzio, atravesamos la avenida Vallarta, no acertaba a adivinar cuál era el destino. Pasaron los minutos, de pronto nos encontrábamos frente a un Estadio de Futbol del equipo con más tradición en Guadalajara. Se detuvo el limo justo en la caseta de vigilancia, Frances me dijo, espera un momento y descendió, hablo unos segundos, vi que saco unos billetes de su cartera, tan pronto subió nos permitieron el paso, yo iba muy intrigada, avanzamos por espacios iluminados, de repente el chofer se dirigió a un paraje oscuro donde se encontraba una pequeña camioneta blanca, no obstante, de ser una noche de luna llena, la oscuridad nos envolvía. Nos detuvimos a un lado de la camioneta, percibí a dos personas, mujer y hombre, vestidos como meseros, nos saludaron amablemente y nos dieron la bienvenida. El chofer movió ligeramente el limo, cuando se detuvo sus luces estaban dirigidas a una mesa que un momento después pude ver que estaba elegantemente arreglada, nos aproximamos a la mesa y diligentemente el mesero nos ayudó con las sillas, nos llenó las copas de otra botella de champaña que estaba en la hielera, al retirarse encendió unas lámparas que asemejaban ser unos candelabros, para ofrecer un ambiente romántico.

Estaba muy sorprendida y antes de empezar a cenar los llene de besos, cenamos y no dejaban que las copas permanecieran vacías, inmediatamente las llenaban.

Frances me pregunto qué deseaba, algo que pudiera darme en esos momentos, no lo pensé mucho, le pedí que bailáramos, me dice dame un momento déjame pagar el servicio, se acercó a Carlos, algo le dijo, pago a los meseros, que casi de inmediato se fueron, ya que estaban muy bien organizados por lo que tenían casi todo recogido, vi que Carlos hablo con el chofer, quien se alejó caminando de donde estábamos, nos acercamos a la limo y Carlos selecciono música, tenía muy buen sonido, nos pusimos a bailar bajo la luz de la luna y la luz interior del auto. Después de un rato, descansamos un momento y le pedí a Carlos que pusiera algo tranquilo para bailar suavemente.

Frances me tomo de la cintura y empezamos a bailar muy pegados, ya teníamos la temperatura al máximo, sentía su miembro en la parte baja de mi abdomen, lo sentí muy duro y se me antojaba agarrarlo y acariciarlo, nos besamos con mucha pasión, de pronto sentí que las manos de Carlos se posaron en mi cadera, tomándolas con cierta fuerza y junto su cuerpo al mío, beso mi espalda, tomo mi cabello y lo sostuvo para poder besar mi cuello, mi calentura era indescriptible, estar de pie entre dos hombres que tenían sed de mí, me derretía del deseo que quemaba mi cuerpo, hice un esfuerzo para retirarlos me urgía sentirlos, fui al auto, me quite el vestido para quedar solo en zapatillas ya que no llevaba ropa interior, me quite también el collar, al cerrar la puerta ellos ya estaban encima de mí, no dejaron de besar un solo lugar de mi cuerpo, Carlos se quitó el saco y lo puso en el cofre del auto, me tomaron de la cintura y me sentaron, Carlos abrió mis piernas y miro a Frances como pidiendo su permiso para ser el primero en besar mis labios vaginales, me hice hacia atrás y apoye mis brazos en el auto para poder soportar el placer de sentir su lengua en mis labios, mi mente extasiada no podía detener las convulsiones que causaban sus caricias en mi cuerpo. Sentí que se retiró y su lugar lo ocupó Frances, quien subió mis piernas sobre sus hombros y además de besar mi vagina introdujo un dedo en mi culo, no conté las veces que tuve orgasmos, pero fueron muchos, Carlos se había situado a un lado y sostuvo mi cuerpo que se desvanecía, tomo mi rostro y me beso con mucha pasión, el placer que sentí fue maravilloso, Frances se detuvo y dirigiéndose a Carlos le dice que era hora de irnos, me bajaron con mucho cuidado y me ayudaron a subir al auto, caí rendida en el asiento, mientras Carlos me ayudaba a poner el vestido, Frances llamo por el celular al chofer, quien en pocos minutos estaba con nosotros, cuando estuvo al volante le pidió Frances que nos llevara al punto donde nos recogió.

Pasaron unos minutos, ambos me acariciaban suavemente lo que estimulo que yo recobrase fuerzas, me deslice al piso y quede de rodillas, empecé a desabrochar sus cinturones y prontamente me ayudaron, se descubrieron sus miembros, les pedí que se acercaran uno al otro para tener acceso a sus vergas, empecé a masturbarlos con mis manos y con mi boca, les pedí que me llenaran la boca con su esperma, me esforcé en complacerlos, disfruto mucho morder con mis labios el glande y con la lengua jugar con su uretra y un movimiento uniforme de mi mano en sus pene tienen un efecto muy rápido, Frances fue el primero que saco sus jugos, me los trague al momento, antes de introducirme la verga de Carlos, tome una copa de champaña para enjuagarme la boca y no se me escurrieran en la ropa o en el auto, de igual manera en unos minutos recibí un fuerte chorro de semen, no abrí la boca hasta que había tragado hasta la última gota. Me enderecé y vi que Frances aún tenía cierta firmeza, por lo que me encargué de limpiarlo y después el de Carlos, me ayudaron a sentarme nuevamente, hasta ese momento me acorde del chofer, afortunadamente Frances había subido a tiempo un separador que tenía la limo entre la cabina del auto y el área de pasajeros. Recargue mi cabeza en el pecho de mi esposo quien suavemente me acaricio el rostro, el travieso de Carlos deslizaba su mano sobre mi muslo hasta la nalga, llegamos a la casa y les pedí me dieran un momento, que la fiesta seguía.

Me di una ducha rápidamente sin mojar mi cabello, sentí una carga de vitalidad, me coloqué un dildo anal, mientras me maquillaba y vestía haría su función, deseaba disfrutar de una doble penetración.

Estrene un vestido de licra color plata, difícilmente me cubren las nalgas, pegadito al cuerpo, con toda la espalda abierta y los senos se desbordan, con unas zapatillas de plataforma negra y tela plateada, mis piernas desnudas, les gusta ver mis piernas blancas sin medias. Me pinte como una callejera, me gusta verme como una prostituta, ya que complazco todos sus deseos.

Cuando llegue a la sala, Frances estaba sentado en un banco de la cantina, Carlos en el love seat, ambos totalmente desnudos, ya estaba colocada en el piso una colchoneta que utilizamos para hacer travesuras, me aproxime a Frances, tome su verga con mi mano izquierda al momento que me pegue a sus labios para darle un exquisito beso, en la barra de la cantina estaba lo que quedaba del pastel, con la mano derecha a tientas retire la cubierta de crema y la coloque en la punta de su verga, con el beso y el apretón creció y endureció, lo distribuí desde la punta hasta la base y comencé a quitarlo con ligeros mordiscos, inicie por la parte inferior, cuando llegue a su glande lo succione hasta que sentí el sabor del líquido preseminal, me quise enderezar pero Carlos me pidió que me volviese a inclinar y abriera las piernas, se arrodillo, con ambas manos abrió mis nalgas e inicio a acariciar con su lengua mi ano, Frances se levantó un poco y puso su verga entre mis senos, entendí lo que deseaba, con mis manos tome mis senos y apreté su pene, inicie un movimiento de masturbación, cuando lo tenía cerca lo metía en mi boca para darle una rica mamada

Estuvimos unos minutos hasta que Frances me tomo las manos y los 3 nos incorporamos, les dije que ya los quería sentir dentro de mí, me llevaron al centro de la sala, se pusieron uno junto al otro y me pidieron me arrodillara para mamárselas, obedecí y gustosamente metí sus vergas en mi boca, cuando consideraron que ya estaban más que listos, Frances se acostó boca arriba y me pidió que me sentara dándole la espalda e introduciéndome la verga, me puse a cabalgar con el falo en la vagina, haciendo movimientos circulares para mayor satisfacción, me pidió me detuviera un momento y que sin salirme, me recostara hacia el frente y mis piernas las estirara hacia atrás, de tal forma que la penetración era máxima, al mismo tiempo mi culo quedaba expuesto para una penetración más fácil. Carlos se colocó encima de mí, retiro el dildo, me puso una crema para facilitar la introducción de su pene, sentí su glande que se abría camino en mi estrecho ano, le tomo muy poco tiempo, sentí todo su pedazo de carne dentro de mí, estaba como me gusta, con mis orificios ocupados por 2 ricas vergas, inicie mis movimientos, apoyándome en las rodillas, soy yo la que me gusta moverme, que ellos permanezcan sin movimiento, lo disfruto más y ellos también, esta posición nunca la había hecho, se me hizo novedosa y sentí que la penetración era más profunda.

No dejaba de gemir del gozo que sentía, mis orgasmos eran continuos, desfallecía por momentos, pero la virilidad con la que me estaban fornicando me alentaba a sobre ponerme. Tuve que pedir cambiáramos de posición, mis rodillas me dolían. Carlos se sentó en el sillón y ensarte mi culo en su rabo, Frances se puso frente a mí, abrió y subió mis piernas, Carlos las sostuvo con sus manos desde atrás y empezó un frenético mete y saca que me pareció interminable, soy multi orgásmica y el desgaste físico es muy alto. Les pedí que lo hicieran que ya no aguantaba más, sentía que me desmayaba, apuraron sus embestidas y sentí la explosión dentro de mí, cada uno de su lado queriendo meterse aún más para vaciarse todos. Con la energía que me quedaba, ayude a que sacaran todo, apretaba el ano para exprimir la verga de Carlos y con los músculos de la vagina aplicaba el “perrito” a la verga de Frances.

Caímos rendidos, Frances y yo nos tiramos al piso, se puso atrás de mí y me abrazo. Quería ir a limpiarme ya que me habían dejado bañada en semen que salía de mi culo y vagina, pero no tuve fuerzas, descansamos un rato, cuando abrí los ojos Carlos estaba totalmente recuperado y con una cuba en la mano, me pregunto si me servía una, asentí con un movimiento de mi cabeza, no vi a Frances, supuse que estaba en el baño, yo quería ir a asearme, pero preferí esperar, sentí que las piernas no tendrían fuerza para subir a los baños del piso superior, me senté en flor de loto en la colchoneta, el vino tinto que me sirvió lo sentí riquísimo, Carlos me dijo que quería brindar por la mujer más sensual y exquisita, me reí y dije, brindo por ella, aunque no la conozca, se acercó para acariciar mi rostro, me sonrió y me dice lo afortunado que se siente de poder disfrutarme, que le parecía irreal que fuera tan hermosa y con una forma de ser tan especial, solo acerté a decir que agradecía el haber encontrado un hombre que entendió mi sexualidad y mejor aún que lo disfrutáramos juntos, sin engaños sin ser infieles. Francés llego justo cuando estábamos besándonos, no interrumpió, al contrario, empezó a pajearse la verga, cuando nos separamos, nos dice no quise interrumpir y todos nos reímos. Estire los brazos para que Frances me ayudara a levantar, cuando me incorpore dije que iría a asearme, Frances me pido que no lo hiciera, te vamos a ensuciar más, no lo hagas, si quieres solo refréscate. Ambos me tomaron de las manos para ayudarme a salir de la colchoneta, cuando les di la espalada cada uno agarro una de mis nalgas al tiempo que decían que buena estas, exagere el movimiento de las caderas y ellos chiflaban y gritaban piropos.

No tenía ni dos minutos en el balo, cuando Frances toco la puerta, le pregunte que se ofrecía y me dijo, no quiero que arregles tu maquillaje ni tu cabello, pregunte porque, me contesto que le despertaba mucho morbo, verme desaliñada y con las piernas pegajosas de semen.

Cuando salí, los dos estaban pajeándose y con su cuba, vi que estaban muy frescos y me sorprendí, les dije que ya no aguantaba mucho y pregunté qué habían tomado ya que no éramos unos muchachos y regularmente no tenían ese rendimiento, como respuesta, Carlos saco de un cajón de la cantina un frasco al tiempo que decía son de las azules, teníamos que hacer de este día memorable, sonreí y pensé que se agradecía lo que habían hecho, pero les dije que eran unos tramposos y como se dice cuando se toma el último trago, la última y nos vamos.

Frances contesto, no te prometo nada, pero si ya no puedes solo duérmete y nosotros hacemos lo demás, soltaron una carcajada, respondí no me hace gracia, pero se lo ganaron, pondré todo de mi parte. Me acerque a tomar otra copa de vino que Carlos me ofrecía, hicimos otro brindis, pusimos música y bailamos música suave con las luces tenues, ahora Carlos estaba de frente y Frances a mi espalda, el aliento en mi nuca y en mi rostro, sentir sus miembros grandes y fuertes como acero que trataban de lacerar mi cuerpo, Frances con una mano acariciaba mi cintura y mis glúteos y sus dedos jugaban con mi ano, besando mi cuello y espalda, Carlos besando mi boca y mis senos y metiendo su dedo en mi vagina. Me encendieron de inmediato, ellos ya lo estaban, cuando nos separamos Frances se acostó en el piso y me pidió que yo me recostara frente a él, cuando estaba pegada a él, me fue introduciendo la verga en mi ano, mientras me masajeaba mis senos y besaba mi nuca, ya estaba penetrada Cuando sentí que Carlos tomaba mi pierna izquierda y la colocaba arriba de una silla que había aproximado a nosotros, se colocó para hacer un 69, me mamaba mi vagina mientras tenia a unos centímetros la verga de Frances que me taladraba el culo, yo procedí a mamar su verga, mientras Frances besaba mi nuca, en varias ocasiones voltee para que Frances me besara y sintiera el sabor de la verga de Carlos. Todos gemíamos tremendamente, yo no podía dejar de tener orgasmos y quería que ese momento fuese interminable. Frances dijo “es hora de terminar”, me levanto y llevo frente a un muro, entendí lo que quería, puse mis brazos extendidos y me apoyé en el muro, abrí mis piernas y me penetro, dándome unas palmadas en los glúteos, eso me enciende y lo sabe, empecé a moverme con frenesí y a apretar las nalgas, el ya no me nalgueaba, ahora me las estrujaba, duro pocos minutos, sentí como el semen me llenaba, no deje de apretar hasta que sentí que su flacidez no le permitía seguir dentro de mí, cuando se salió una gran cantidad de semen empezó a salir, No había dado ni un paso cuando Carlos me tomo del brazo y me pidió no me moviera, quería sentir lo mismo que Frances. El pene de Carlos es un poco más grueso por lo que aun teniendo inundado el ano, sentía como se albergaba en mis entrañas, en un principio era yo quien llevaba el movimiento, con movimientos circulares y apretando el recto, de repente el inicio un mete y saca, sus manos apretaban mis nalgas, sus embestidas eran tan fuertes que se fue estrechando la distancia que había entre el muro y yo, quede aprisionada contra la pared, ya no podía moverme, me tenía ensartada como una mariposa a la pared, separaba mis nalgas con sus manos, quería entrar aún más a mi interior, me empujaba y yo no podía moverme, de pronto siento que se retira un poco y me embiste con mucha fuerza, soltó un gemido que sacudió mis sentidos y sentí su semen caliente como salió despedido de su verga a mis intestinos. Se separó suavemente y me cargo al parecer me desvanecí, me recostó en el sillón, sentí un beso en mis labios y se retiró. Frances me cubrió con una frazada y se sentó recargado al sillón, junto a mí.

Me despertó el sonido del timbre de la casa, al parecer tenía mucho tiempo sonando, ya que era insistente y no dejaba de sonar, ellos estaban muertos, el ruido no los altero en lo más mínimo, me levante y levante el interfono, pregunte que deseaban y escuche la voz de una de mis hijas, que me preguntaba como estábamos. Me comento que al no recibir respuesta a las llamadas que hizo a nuestros celulares y al teléfono de casa se había preocupado. Le dije que habíamos tenido fiesta y que se nos habían pasado las horas, Estamos bien hija, tu padre aun duerme, regresa a casa y te llamo más tarde.

Cuando prendí mi celular pude ver que pasaban de las 5 de la tarde, nunca supe a qué hora termino la fiesta.

Muchas gracias por tomarse el tiempo de leerme, no pretendí que fuera tan extensa la historia, pero al recordar aquel día quise transmitirlo en este texto, un beso y hasta pronto.

Romina

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