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Un reencuentro esperado

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A que no te imaginas con quien me encontré hoy, comencé la conversación que solemos mantener con mi mujer a la hora de la cena.

- No lo sé, a ver déjame adivinar, ¿fue en el trabajo o en la calle?, interrogo ella para mantener más interesante nuestra platica.

-Fue justo a la salida del trabajo, aproveché de llevar un documento a la notaría y me la encontré, respondí.

- ¡Ah!, o sea es una mujer, saco ella por deducción ante mi tan poca afortunada falta de tino para mantener temas en misterio.

¿Es alguna familiar tuyo?, continuo con su interrogatorio-

- no, respondí.

Entonces fácil, me dice, si no es un familiar es una amiga tuya, y como quieres mantener ese aire de misterio lo más probable es que sea alguna de tus ex.

Te odio, manifesté mi descontento al terminar tan abruptamente nuestra conversación.

-Ya, pero cuéntame con quien te encontraste, dímelo ya, si total no son tantas tus ex y terminare igual dando con su nombre si hago un par de preguntas más jajaja se burló.

¡Ufff pero que graciosa eres mujer!, le digo poniendo mi mejor cara de sarcasmo burlesco. ¡Ya ok!, me encontré con Claudia, me dio tanto gusto encontrármela, imagínate trabajando en la misma ciudad y no la veía hacía más de tres años.

¿Claudia?, oye pero que pena que hayan perdido el contacto, si por lo que me contaste ustedes no terminaron mal, ¿no es así? Oye, pero y ¿cómo esta?

Salto esa pregunta de mujer, esa necesidad de ego que necesitan algunas muchachitas para mantenerse siempre vigentes, y obviamente esas preguntas van con el segundo objetivo, preguntas que vienen imbuidas con un análisis, tratando de detectar como el hombre responde, porque a la mujer no se le escapa ninguna, todo tiene un tinte de oscuridad en la pregunta inocente de una mujer.

-¡Horrible! Respondí para demostrarle que ya sabía dónde se dirigía con su sinuosa pregunta.

-Anda, pesado, dime como esta, insistió con su pregunta, pero ya resignada a que no podría demostrar nada al ver que ya sabía sus intenciones, por lo que respondí con elegante sinceridad, la verdad es que esta bonita Claudia, claro ya no es el mismo cuerpo de hacer unos 15 años atrás, pero ella siempre se ha producido, así que se veía bastante bien.

¿Y qué conversaron?, siguió su con sus preguntas, pero ahora se notaba ya un tono desprendido.

-La verdad que no conversamos mucho, solo nos saludamos, que como hemos estado, intercambio de números telefónicos, que obviamente fue algo protocolar porque, de lo contrario, nos hubiésemos intentado contactar durante estos tres años, pero al menos fue lindo, me gusto verla.

-¡Ha!, que triste tu historia, finalizo ella levantando su ceja, jaja risas.

-amo que seas tan celosa, jaja risas,

-jamás querido celosa jamás jajajaja.

Y así finalizo nuestra cena, fui a preparar el dormitorio y ella se quedó lavando la loza, y luego nos fuimos a acostar. Estábamos viendo nuestra serie favorita cuando sonó mi teléfono, algo que no era extraño ya que siempre me envían mensajes o del trabajo para pedirme algo a primera hora al otro día o algún mensaje estúpido de mi grupo de amigos.

Pero este mensaje fue inesperado, “regio, que rico fue verte, no sabes cuanto quería volver a encontrarme contigo, ojalá nos podamos juntar para conversar un rato, obvio con tu mujer también jaja, pero sigamos en contacto para que salgamos algún día”.

No quise contarle a Elena mi mujer sobre el mensaje, porque obviamente a mí me descoloco, deje el teléfono a un lado terminamos de ver el capítulo de la serie y nos dormimos.

Al otro día, ya en el trabajo se me vino a la mente el mensaje de Claudia, y debo admitir que quise saber si ese mensaje era de buena educación o de verdad si de parte de Claudia había ganas de juntarnos, así que respondí, mi mensaje fue corto pero preciso, solo puse, “obvio, seria espectacular juntarnos y conversar un rato”. No pasaron ni diez minutos cuando me vuelve a responder el mensaje y contesta, “excelente entonces coordinemos un día en algún pub y nos juntamos, algún viernes en la noche ¿te parece?

Vaya, no era broma, no fue protocolar ni fue de buena educación, ella quería juntarse con nosotros. A todo eso, OK, respondí el mensaje.

Al llegar a la casa en la tarde, lo primero que hice fue contarle a Eli.

Amor sabes, Claudia me siguió escribiendo,

- ¡que! Exclamo ella, no te lo creo, a ver cuéntame

Le conté acerca de todos los mensajes que nos habíamos mandado, la cara de Eli era indescifrable, no sabía a qué atenerme, pero luego, su rostro comenzó a cambiar, esas expresiones faciales de mi Elicita son demasiado evidentes. Y ese rostro obviamente evidencio esas ganas de indagar más, saber cuál era la historia, la lógica de todo ese interés repentino.

Ese día, ambos estábamos expectantes a los mensajes que llegaban a mi teléfono, obviamente ninguno de los dos lo hizo de manera perceptible, sutilmente ella levantaba su mirada y me miraba de reojo cada vez que sonaba mi teléfono, y yo trataba de demorarme un momento al leer los mensajes cada vez que llegaban, para no mostrar algún grado de desesperación, pero obviamente, y de manera infantil, ambos sabíamos que estábamos pendientes ante aquel mensaje.

Solo llegaban mensajes del trabajo y de ofertas comerciales, y de Claudia nada, y no fue hasta cuando nos fuimos a acostar, cuando por fin llego ese mensaje, “hola, soy yo de nuevo, ¿te parece si hacemos algo este viernes? ¿Salgamos con tu esposa al pub Evidence, te parece? Eli miro mi rostro y me pregunto, ¡nooo!, ¿te escribió? ¿De verdad? Jajaja a ver déjame ver, me dice arrebatándome el teléfono de las manos.

¡¿Este viernes?! O sea igual es muy pronto, pero a ver, no sé, si dile que bueno, escríbele que sí, insistió. Me di cuenta que al final, quien más estaba interesada en la esperada reunión era Eli, bueno yo también tenía esas ganas extrañas de saber que más había en ese extraño interés repentino y justo después de verme.

Respondí el mensaje después de coordinar con Eli, “ok, me parece una buena idea, juntémonos entonces en el pub como a eso de las 10 de la noche”

- “perfecto, quedamos ahí entonces”, nos respondió de inmediato.

Nos miramos a los ojos con Eli, y nos pusimos a reír, al cabo de un rato, después de seguir conversando sobre el tema con mi esposa, me llega otro mensaje.

- “por si acaso, invitare a un amigo para que estemos nosotros cuatro”

- “si obvio, me parece perfecto”, respondí.

Era de suponerse, comenta Eli, si obvio no sería muy cómodo para ella el juntarse sola con nosotros, ¿tú crees?, pregunte, - sí, así estaremos todos en zona de confort para hacer la noche más amena.

De ese día, no se escribieron más mensajes, nada de mi parte, ni dada de parte de Claudia, con Eli, a veces sacábamos el tema, pero nada especial. Hasta que llego el ansiado día viernes, Eli, ese día llego más tarde que de costumbre, y cuando llegó a la casa estaba con un corte de cabello nuevo, cosas de mujeres, ¿impresionar? No lo sé, pero de que se veía hermosa, lo estaba.

-Por dios mi amor te ves espectacular, admire a Eli.

¿De verdad tú crees?, respondió ella con una pregunta, haciéndose la desinteresada.

¿Acaso quieres impresionar a alguien hoy?, pregunté con mi cara burlesca,

-nada que ver, solamente hacía mucho tiempo que no me hacía algo y supuse que hoy sería un buen día para ello, respondió.

Obviamente esa respuesta ni ella se la creía, pero por dignidad debía darla, pero de todas maneras hoy impresionaras Eli, dije entre risas, y ella solo sonrió.

Luego llego el momento de la vestimenta, yo obviamente me pondría mi tenida de adulto juvenil, mis jeans, camisa blanca y mi chaqueta de cuero estilo motociclista, pero Eli, dio vuelta su closet, los dos closet, y ahí estaba yo como crítico de modas.

¿Qué tal este?

-La verdad es que no, no me gusta cómo se te ve.

¿Y qué tal este otro?

-Ese te queda perfecto,

-pero es que a mí no me gusta.

Y así fueron largos minutos, interminables, hasta que por fin se decidió y a mí me encanto, esa minifalda de cuero negra con su abrigo rojo, espectacular amor, dije alabando su elección.

Ya eran las 21:30 horas, y yo vuelto loco, ya amor, ¿estamos listos?, olvídalo, me dijo, aún tengo que pintarme, y eso significaba unos cuantos minutos más, pero lo bueno que con esa ropa ella tenía el maquillaje perfecto, por lo que no se demoró mucho, unos ojos oscuros con una sombra degradada en sus ojos, con toques rojizos que generaban una mirada fuerte y penetrante y unos labios rojos, finalmente terminamos saliendo como a eso de las 22:30 horas, salimos y tomamos un radio taxi, me llamo la atención de que ya estábamos atrasados, pero no me había llegado ningún mensaje de Claudia.

Llegamos al pub, y nos dirigimos a la entrada, envíale un mensaje a tu amiga, insistió Eli,

- “ya estamos aquí”, escribí a Claudia, pero no recibí respuesta,

-pero entremos igual, me pidió Eli, por último, sirvámonos algo mientras esperamos.

El pub aún estaba vacío, solo había un par de parejas, y un tipo tomaba un trago en la barra, entramos y miramos el local, una de las parejas se dio vuelta a vernos, y el tipo de la barra también, Eli me apretó la mano, indicación de que algo tenía que contarme, así que pasamos a tomar asiento. Vamos, apresúrate me dijo Eli, sentémonos ahí, ella se puso a reír y le pregunte, ¿qué te paso?

-es que el tipo que está ahí en la barra yo lo conozco.

Mire a la barra para ver si yo también lo conocia

-Pero no mires así, me pidió, se más discreto-,

-No, yo no lo conozco, comenté,

-Ella se puso a reír y me dijo, ¿recuerdas la despedida de soltera de Lorena?

-Si, si recuerdo que me contaste la anécdota que paso ahí, ¿por qué?

-El tipo de la barra es el vedeto que contrataron, jajaja risas,

¿De verdad? Jajaja no lo creo-, ¿entonces a él le mordieron el trasero?,

-Sí, pero cállate que nos escucharan, y nos pusimos a reír.

En eso sonó mi teléfono, y era un mensaje de Claudia, respondiendo a mi mensaje anterior, “disculpa me atrasé un poco voy en camino”.

Al cabo de unos cuantos minutos, la vimos entrar, no quise hacer comentarios, pero se veía hermosa, con un vestido de noche ceñido al cuerpo, de color calipso, y para nuestra impresión, el tipo que estaba en la barra, se levantó y le dio un fuerte abrazo y un beso en su boca, con Eli nos miramos y con ese solo gesto nos dijimos todo lo que pensábamos.

Claudia hizo un recorrido con sus ojos por todo el local hasta que nos divisó, levanto sus manos para saludarnos y yo hice lo mismo, tomó de la mano al tipo y se dirigió a nuestra mesa.

Primero Claudia me saludo de beso en la mejilla, luego hizo lo mismo con Eli, que aclaro, ellas ya se conocían, las presenté una vez hace mucho tiempo, cuando me encontré con Claudia en un evento, pero esa es otra historia. Claudia se voltea y dice, les presento a mi amigo, Eli, Alfredo, mi amigo, Fernando, el Feña para los amigos, y ahí vi bien al tipo, era mucho más alto que yo, de contextura atlética, se notaba que trabajaba su cuerpo para lo que él hacía, o bueno, al menos para lo que creíamos que seguía haciendo.

Con Fernando solo nos mirábamos y sonreímos, acotábamos algo para responder a alguna pregunta, observábamos a nuestras mujeres envidiosos de como ellas se robaban toda la atención esa noche, conversaban, reían, comentaban anécdotas, como si hubiesen sido intimas durante toda su vida, tomamos un trago luego otro y otro, la verdad es que no los conté, pero me daba cuenta como a cada rato pasaba el mozo quitado vasos de nuestra mesa, oye Eli, acompáñame al baño, pidió Claudia, si vamos, y salen ambas, esa extraña necesidad que surge entre mujeres el querer ir al baño acompañadas, más cuando han estado conversando tanto durante la noche.

Con el tal Fernando solo conversamos cosas banales, ambos nos hacíamos preguntas para cortar un poco esa tensión que existía, tensión obviamente que surgió solo como consecuencia de no conocernos y obvio también me daba un poco de vergüenza el saber a lo que se dedicaba mi nuevo amigo, pero como todo buen hombre, un detalle tan superfluo cortaría aquella tensión molesta. De repente, suena una canción de un grupo de rock que yo adoraba, Stratovarius, a eso comenzó la canción Black Diamond, y Fernando levanta sus brazos, exclamando, pero que gran tema,

¿Te gusta Stratovarious?, pregunte,

¿Bromeas?, es uno de los mejores grupos de power metal que existe.

“I know I can't stay by your side forever

But I know I won't forget your beauty

My black diamond”

Y comenzamos a cantar la canción, con esa efervescencia que solo el rock puede dar, de ahí comenzamos a conversar sobre rock y grupos, intercambio de opiniones y todo eso, aparecieron las mujeres y nosotros estábamos entramados en una conversación sobre cuál fue el mejor disco de Sonata Arctica, otro grupo de power metal.

-¡vaya! - al parecer ya se hicieron amigos, comento entusiasta mi Elicita,

-oye Fernando fue al concierto que dio Stratovarius, a aquel que yo no pude ir, comenté alucinado-,

De ahí la conversación se volvió más amena, entre todos, reíamos, gritábamos, pedimos el micrófono de karaoke, esas horas fueron de una fraternidad increíble, de momento solo conversábamos Fernando y yo, y las mujeres por su lado. La noche fue pasando, y de un momento a otro, comenzamos a tocar otros temas, ya estábamos todos pasados de copas, y Eli, puso esa cara de seriedad que yo tanto conozco y sabía que haría o diría algo que sería incómodo.

-Oye Fernando, inicio Eli, tu ¿a que te dedicas?,

-Bueno yo soy comerciante, vendo artículos eróticos, tengo una tienda, respondió el.

Yo miré a Eli, con ese miedo que me genera cuando ella está un poco desinhibida a consecuencia del alcohol.

-Es que sabes que, continuo Eli,

Yo ahí me puse nervioso, porque sabía a lo que quería llegar mi hermosa mujer, es que sabes, yo te recuerdo de una despedida de soltera a la que fui, fue hace unos seis meses atrás, ¿eras tu o no?

Pregunto, solo para esperar esa respuesta que satisficiera su necesidad de indagar en ese mundo que a Eli tanto le intriga.

-Si, la verdad es que a veces me dedico a animar eventos.

¿Ya?, es que la verdad ahí fue más que animación lo que hiciste, y Eli soltó una carcajada,

-¡hay ya!, admite que eres puto, intervino Claudia soltando también una carcajada.

Ambas reían al unísono, yo incomodísimo mirando a mi nuevo amigo Fernando, porque me imagine que ese tipo de cosas él las debe tener ocultas, pero para mi sorpresa, el toco el tema con tanta liviandad y respondió. Mira, la verdad es que no soy puto, como insiste mi queridísima amiga Claudia, si cuando me piden bailo y hago un show, pero solo eso, soy bastante profesional en mi trabajo, animo, bailo, pero no voy más allá.

-Bueno si, de verdad de eso doy fe, mi querido amigo es muy correcto a la hora de trabajar, - intervino Claudia, si con decirte, que aún no me da un show privado este desgraciado y soltó nuevamente una carcajada.

No sé porque, pero todos comenzamos a reír para soltar ese momento. Ese tema de conversación se comenzó a profundizar en esos temas, ya como consecuencia del alcohol comenzamos a tocar asuntos que solo los hubiésemos conversado en la intimidad con amigos cercanos, pero la noche, los ánimos, la nueva amistad, se dio todo para comenzar a abrirnos unos con otros.

La noche comenzó a avanzar y Claudia intervino de repente, ¿les parece si terminamos en algún otro lugar?, aquí ya se está yendo la gente, mire mi teléfono y casi eran las 3 de la mañana, todos nos miramos para ver respuestas, e impredeciblemente la que tomo de inmediato la idea fue Eli,

-Sí, podríamos ir a otro lugar, pero quiero algo más tranquilo-

Nuevamente nos miramos para ver si alguien tenía alguna idea, Claudia otra vez intervino y dijo, ¿Feña y si vamos todos a tu departamento? Oímos música cantamos un rato, ¿qué te parece?

-Por mi estupendo respondió el, no sé qué les parece a los demás.

Yo solo mire a Eli, la verdad es que yo lo estaba pasando super bien, hacía tiempo que no conversaba con Claudia, y Fernando me había caído en gracia.

Si, que buena idea exclamó Eli, abriendo esos enormes ojos entusiastas, ¿qué te parece?, me dirigió la pregunta.

-Si, por mi estupendo, agregue.

La verdad es que también me entusiasmé ya que según me conversaba Fernando tenía una guitarra Les Paul, a la cual necesitaba tener en mis manos. Así que llamamos un radio taxi y partimos.

Al llegar, quede impactado, el departamento de Fernando era en un edificio de un barrio exclusivo, el departamento era enorme con una vista privilegiada, y si, efectivamente, ahí estaba la guitarra, hermosa, casi sin uso, Claudia al parecer ya había estado ahí muchas veces, ya que como dueña de casa prendió el televisor, y lo conecto al sistema de sonido.

Nos sentamos todos en la sala de estar del departamento, Fernando saco unas cuantas botellas de su mini bar, y nos preparó un trago. Seguimos nuestra conversación, no hablábamos de nada en particular, solo temas triviales, los tragos estaban exquisitos, supuse que era parte de su repertorio de animador de eventos el preparar buenos tragos, pensaba y reía en mi interior.

Oye que tal si jugamos un juego, propuso Claudia sobando sus manitos.

-Oye si, que entretenido, apoyo nuevamente Eli a otra idea de Claudia, era como si existiera una especie de confabulación entre ambas, mire a Eli y me llamo la atención lo entusiasmada que estaba con esta salida, pero estaba feliz y me encantaba verla así.

-Ya, pero a que jugamos, continuo Eli, dándole apoyo a Claudia.

-Mira ¿han jugado a verdad o reto?, yo la verdad nunca dije, pero si he visto como se juega.

-Hay yo sí, ya, me encanto la idea démosle, pero como lo hacemos, continuo Eli, nuevamente pero increíblemente entusiasmada que me sorprendía a ratos.

Ya mira hagámoslo de la siguiente manera, cada uno de nosotros va a escribir 10 preguntas en un papelito, diez preguntas entretenidas ok, traten de que sean preguntas que le puedan hacer tanto a un hombre como a una mujer, además cada uno de nosotros tendrá asignado un número, yo seré el número uno, Eli será el número dos, el Feña será el número tres y tu Alfredo serás el número cuatro, entonces en esta cajita pondremos los cuatro números asignados y en esta otra cajita podremos las preguntas, entonces cada uno de nosotros tendrá un turno, primero sacara un papelito de la caja con numero para saber a quién le harás la pregunta y luego sacaras un papelito con una pregunta que le harás a la persona que elegiste, ¿entendieron? Deberías patentar tu juego Claudia, dije y todos nos comenzamos a reír de su preparado juego.

Nos repartió una hoja a cada uno de nosotros para que comenzáramos a escribir las preguntas, no tardamos mucho, en menos de 5 minutos ya estábamos depositando las preguntas en la respectiva cajita.

Ya, obviamente la primera seré yo por inventar el juego, dijo Claudia, sacando un número, muy bien, la pregunta será para el número dos.

-Oye intervine yo, y que pasa si sacas tú mismo número.

-Hay Alfredo que complicado, sacas un número otra vez pues, me respondió Eli, tratando de responder rápido a mi intervención, ya que por lo visto quería saber rápido la pregunta que le tocaría.

A ver, ahora entonces vamos por la pregunta, dijo Claudia moviendo su mano dentro de la otra cajita. Entonces la primera pregunta es, Eli, ¿harías el amor en un baño público?

-Queee!!! jajaja soltó Eli una carcajada, a ver, o sea, no sé, depende del baño, porque igual que asco si es en un baño de algún bar.

-Oye intervine yo nuevamente, si eso me gustaría saber, como es el baño de mujeres en un bar, porque por ejemplo los baños de hombres son hediondos a orín, esta orinado por todos lados.

-Te encuentras de todo querido respondió Claudia, hay algunos baños de mujeres, en especial los de discotecas que son asquerosos, pero por lo general son bastante limpios, mucho papel higiénico si, eso sí.

-Pero ya, que les pareció la respuesta de Eli, intervino Fernando.

-No, mala respuesta dijimos los tres riéndonos y burlándonos de Eli,

-No Eli no te creemos dijo Fernando, así que reto.

¿Qué le pondremos como reto?

Yo opino que se tome el vaso que tiene en su mano de un solo trago, si apoye yo la iniciativa de Claudia.

¡Eli Eli Eli!, comenzamos a vitorear su nombre para animarla.

No hay problema dijo ella, levanto su vaso y se tomó el trago de una bocanada, era como medio vaso que se tomó en un instante.

Ya Eli, continuo Claudia, es tu turno, Eli tomo un numero lo levanto y dijo, la siguiente pregunta será para Claudia jajaja risas.

Ok, entonces te la devolveré, a ver la pregunta será la siguiente, dijo mientras revolvía la cajita con su mano,

-Claudia, ¿cuál ha sido la mayor locura que has hecho por amor?

Ya les cuento, dijo ella de manera instantánea, como si hubiese tenido la respuesta preparada.

-Una vez, con uno de mis amores, el tipo que no diré su nombre, me dijo que hiciera algo para demostrar si yo estaba realmente enamorada de él, algo que demostrara que yo pensaba en el en todo momento, y saben hice algo de lo que me arrepiento y lo hare el resto de mi vida, ok miren todos porque lo mostrare solo una vez, se levantó y comenzó a subir su vestido hasta la altura de su cadera dejando ver una de sus nalgas, y sobre esta estaba escrito el nombre LUIS, todos comenzamos a reír con carcajadas burlescas.

-Ya basta dijo ella, es mi maldita maldición, no se burlen.

-A parte del tatuaje que tenía en su trasero, no pude dejar de mirar su ropa interior, la encontré muy erótica, eran unas bragas de un color rojo sangre con detalles en negro realmente hermoso.

-Ya, pero cuenta que paso después, pregunto Eli, para que retomara la historia.

-Bueno, prosiguió Claudia, al cabo de una semana al muy desgraciado lo sorprendí en su departamento con una chica, volvimos a soltar una carcajada, así que necesito cuanto antes tratar de sacarme esta estupidez, averigüe y creo que lo sacan con láser o algo por el estilo, así que muy pronto me desharé de esto.

Ya, que les pareció la respuesta, dije yo.

-Super aburrida dijo Fernando, yo opino que le demos un reto, si ¡reto, reto, reto!, aplaudía y gritaba Eli, intentando vengarse por la pregunta anterior.

Ok, dijo Eli, que muestre nuevamente el tatuaje que les parece,

-Siii, respondimos nosotros, hay por Dios que vergüenza, dijo Claudia, levantando nuevamente su vestido, pero esta vez yo no preste atención a su tatuaje, sino que quise ver de mejor manera su trasero.

-Ya ahí está, dijo Claudia.

-Modeló mostrando su trasero, era bonito bien contorneado y firme y si, su ropa interior estaba muy erótica, hermosa la braga que llevaba puesta.

Ok, Feña entonces te toca, Fernando revolvió los números y dijo bueno entonces la siguiente pregunta es para… repito por que saque mi número y mostro el número tres, así que sacare nuevamente, y bueno, la siguiente pregunta será para, oh, lo siento queridísima, pero al parecer hoy estas en racha, jaja risas.

Eli, la pregunta es la siguiente metió su mano a la cajita y saco el primer papel que tuvo en sus manos, Eli, ¿cuál ha sido la mayor experiencia erótica?,

-Wow, exclamo Claudia, cuidado con lo que respondas Elicita comento, soltando una carcajada.

-Bueno dijo Eli, la verdad es que no es porque este aquí presente, pero mi mejor experiencia sexual se la debo a mi queridísimo esposo, les cuento, una vez fuimos con Alfredo a una discoteca, y nos pasamos de copas, y jugando, Alfredo me propone que me hiciera pasar por alguien que estaba sola en la disco, para ver quien era el primer hombre que me invitaba a bailar, acepte el reto y me fui a la barra, no tarde ni un minuto y se me acerco un tipo cubano, o al menos creo que era cubano porque me dijo, quieres bailar chica, con ese acento caribeño, y yo acepte y mire de reojo a Alfredo, el tipo me saco a bailar y se movía increíble en la pista de baile, me tomaba de la cintura, me daba vueltas de un lado para otro, yo disfrute demasiado el baile y en un momento de descuido, el cubano me hace girar, me tira hacia atrás, me da un beso y desliza su mano por todo mi muslo hasta llegar a mi trasero y darle un fuerte apretón, lo primero que hice después de eso fue dirigir la mirada a donde estaba Alfredo y él me observaba, yo me asusté, pero este hombre solo sonrió, yo no lo podía creer, así que eso fue como una aceptación de parte de Alfredo, obviamente, yo le dije al cubano, oye pero tranquilo solo bailemos.

- ¡Ah! Perdóname chica, es que me deje llevar por tu hermosura.

-Terminó el baile, el cubano me volvió a tomar de mi cintura, me volvió a besar y yo le devolví el beso. Me fui con Alfredo, un tanto avergonzada, el me tomo de la mano, salimos de la discoteca y nos fuimos de ahí a un motel, fue como si eso nos hubiese prendido mucho porque nos volvimos locos.

Todos nos quedamos unos segundos en silencio al escuchar la historia, yo no creía que Eli iba a contar esa historia, o sea, ni siquiera sabía que para ella eso había sido unas de las mejores experiencias eróticas, pero me encanto oírlo.

Mírenlos, dijo Feña, lo que se tienen guardado y ahí nos pusimos a reír todos.

¡Ya!, corto Claudia, les gusto la respuesta.

Si, dijo Fernando de todas maneras buenísima historia.

No, dijo Claudia, yo opino que reto.

-Si, dije yo ¡reto, reto, reto!, dije animado.

La verdad es que ya los cocteles que estaba preparando Fernando nos tenían a todos muy locos, entonces Elicita, tu reto es que te subas tu faldita de tu cadera a tu cintura.

-Si, dije yo me encanto.

Eli subió su faldita hasta la altura de sus muslos, por dios nunca dejare de admirar las piernas de mi mujer, son hermosas, dirigí mi vista de reojo hacia Feña y él también se quedó mirando las piernas de Eli.

Ok, dije, es mi turno entonces, metí mi mano a la caja de los números y saqué el número uno.

-Claudita, al parecer esta será una noche que a las mujeres les tocará pagar.

-No dijo ella, esto esta trucado.

Y la pregunta es la siguiente. Metí mi mano y saque un papelito del fondo de la cajita, leí la pregunta y me dio un poco de pudor hacérsela, pero no había nada que pudiera hacer. Todos estaban expectantes a la pregunta que le había tocado.

Claudia, de hacer un trio, ¿cómo te gustaría, tú más dos hombres o tú más otra mujer y un solo hombre?

-Hay, pero obvio, me encantaría estar con dos hombres, que excitante, eso sí, tendrían que ser dos personas de mucha confianza porque igual desconocidos me sentiría aterrada.

Le creen dije yo. ¡No!, sonó al unisonó jajaja risas.

-Ya, dijo Feña, reto entonces,

-¡el tatuaje, el tatuaje!, comencé a gritar yo, y nos pusimos a reír todos a carcajadas.

No, ya basta con el tatuaje dijo Claudia, no se acostumbren si esto lo eliminare, ahora con mayor razón, ya que revele que tengo esta estupidez.

Entonces, dijo Eli, si yo estoy mostrando las piernas, que Claudia se baje la parte de arriba de su vestido y quede solo en sujetadores.

- ¡Sí!, dijo Fernando me parece justo.

Que son desgraciados, dijo Claudia, bajándose de inmediato y sin tapujos su vestido hasta la altura de su cintura. Ahí note que estaba con ropa interior en conjunto, los sujetadores eran del mismo tipo que sus bragas.

Ok, dijo Claudia, me toca a mí, y la persona que debe contestar ahora es, jaja risas, o no por dios de verdad perdón, Eli nuevamente tú, ya entonces la pregunta es la siguiente. Metió su mano a la cajita y revolvió los papeles para darle expectación, a ver Eli. ¡oh!, esta pregunta esta fuerte, Alfredo apróntate dijo Claudia. Querida, ¿serias infieles y bajo qué circunstancias?

La verdad es que no me sentí incómodo con la pregunta que le toco a Eli, y supuse que a Eli tampoco le incomodaría, ya que esos temas los conversábamos mucho con ella, pero aun así, quería saber su respuesta.

Sabes, comenzó Eli, estos temas los converso siempre con Alfredo, y la verdad es que infiel así por querer serlo, jamás, de verdad es que nunca, si me llegase a meter con otro hombre sería con la aceptación de Alfredo, pero a eso no lo llamaría infidelidad, ya que yo considero que la infidelidad es estar con alguien más sin que tu pareja lo sepa, una relación oculta, así que mi respuesta es no, y si Alfredo alguna vez me engaña, no usaría la infidelidad como respuesta, ya que eso sería enfermizo, solamente terminaríamos ante una infidelidad de uno u otro.

¡Wow!, exclamo Claudia, ¿te meterías con otro hombre si te deja Alfredo? Y tú hombre, pero que abierto de mente, de verdad es que no conocía esas facetas tuyas.

-Es que la verdad, continué yo la conversación, que con Eli nos tenemos mucha confianza, yo creo que nos amamos demasiado, eso debe ser, y ante ese amor que nos tenemos todo lo que podríamos hacer no perjudicaría jamás nuestra relación.

Pero que tipos más hermosos, intervino Fernando, de verdad es que son una pareja envidiable.

Si, dijo Claudia, de verdad que son hermosos, pero sabes no me gusto tu respuesta así que reto.

Ya Eli, puesto que amas tanto a Alfredo, quiero que te saques tus bragas y se las pongas a Alfredo en la cabeza, jaja,

-Sí, me encanto, profirió Feña.

Maldita, exclamo Eli, pero está bien, son las reglas del juego.

Eli se puso de pie y con movimientos de cadera y ayudada con sus manos soltó sus bragas y las puso de cintillo en mi cabeza, todos reíamos, la estábamos pasando de verdad muy bien, nos sentíamos todos en un ambiente muy grato.

Ya dijo Eli, es mi turno, esta vez la pregunta será para, ¡uff! Por fin, Alfredo, deberás responderme la siguiente pregunta. Alfredo, ¿alguna vez has mirado con ojos libidinosos a otra mujer?

A ver super hombre, quiero oírte, dijo Claudia.

La verdad es que si, dije en seguida, y Eli lo sabe, incluso en más de una ocasión he emitido algún comentario sobre alguna mujer frente a Eli, y ella aporta con algún dato femenino, pero jamás he notado algo de celos de su parte.

Yo le creo, yo te creo amigo, dijo Fernando levantando su vaso de licor.

No sé, comento Claudia, eres hombre por lo que, en más de alguna ocasión miraste a otra mujer con otros ojos y quizás era imposible contarle a Eli, jaja, así que, reto, jaja risas.

-Ok amigo, tengo el reto perfecto para este momento, y el reto es que respondas otra pregunta, ¿miraste con ojos libidinosos cuando Claudia mostro su tatuaje?

De verdad que no me esperaba esa contra pregunta, como Feña saco eso, acaso había leído mi mente, o fui demasiado obvio cuando vi el trasero de Claudia. Pero la verdad es que en esos momentos estábamos todos tan felices tan entusiasmados y en tanta confianza que no dude en responder que sí, mire a Claudia con ojos libidinoso.

Claudia, la verdad es que tienes un trasero increíble. Recibí de imprevisto un golpe en el hombre de parte de Eli y todos comenzamos a reír.

Las preguntas fueron saliendo una a una, algunas eran muy divertidas, otras a pesar del estado de embriaguez en el que estábamos eran vergonzosas responderlas.

Recuerdo una de las tantas preguntas que me hicieron, ya no utilizábamos los papelitos, solamente preguntábamos lo que queríamos saber del otro, y la pregunta me la hiso Claudia, era algo sobre que opinaba de los clubes swingers, y le indique que era un tema que me intrigaba mucho, el tipo de personas que los frecuentan, los requisitos, ese secretismo, todo ese mundo me encantaba.

Alfredo, por favor, pones el tema como si fuera algo sectario, intervino Claudia, si no es para tanto, solo se juntan parejas con otros que están en la misma situación, pasan un momento divertido y ya está.

Mira tú, ¿acaso conoces alguno que hablas tan abiertamente? Le pregunte como recriminándole su tan descarada intervención en mi respuesta.

Si, respondió ella, yo la quede mirando totalmente descolocado, fue en uno de mis viajes a Argentina, fui con el estúpido cuyo nombre me tatué, y la verdad es que es hermoso todo, los detalles, el ambiente, eso sí, hay de todos los tipos de clubes, pero yo fui a uno que se notaba que era muy prestigioso, lo mejor de todo, era el tipo de personas que frecuentan esos lugares, como que saben cuándo una es nueva en esos ambientes, y se te acercan super amables y te conversan y te vuelves el centro de atracción, cuando conoces esa gente se te abre el mundo, y eso, concluyo.

Todos quedamos un momento en silencio tomando nuestros vasos para dar un trago, como que todos quedamos con unas ganas de seguir conociendo esa historia, pero ninguno se atrevió a preguntar como terminaba esa historia.

Pero así comenzaron a salir más preguntas, tanto o más fuertes como esas, los tragos siguieron saliendo, y ya de tantos retos las mujeres estaban prácticamente despojadas de gran parte de su ropa y nosotros también.

Finalmente, una pregunta fue la que genero un cambio total en esa noche, o al menos fue la pregunta que termino por rebalsar todo ese erotismo que se estaba viviendo aquella noche.

La pregunta se la hizo Claudia a Eli, querida, ¿besarías a otro hombre frente a Alfredo?

Hay si, si lo haría, si besaría a alguien frente a Alfredo, obvio siempre y cuando yo vea o sepa que él me da la aprobación.

Y tú Alfredo, ¿darías la aceptación a Eli para que besara a alguien?

Si, no obstante, igual depende del ambiente en el que estoy, por supuesto, no soy un tipo celoso, no soy inseguro, y la relación con Eli, es fuerte y estable, así que si, no tendría problema.

Saben que, no les creo a ninguno de los dos, dice Claudia. Oye ya, si es la verdad, recrimina Eli, tendrán que creerme, no quiero más retos si ya no me queda más ropa que sacarme, dice Eli con una mirada bastante coquetona dirigida a nosotros.

A ver, insiste Claudia, como no les creí a ninguno de los dos, el reto de Eli será besar a Fernando, a ver si es verdad lo que me cuentan.

Fernando comienza a reír, y dice no, Claudia nos seas maquiavélica, otro reto.

-No, está bien, interviene Eli, y me mira de inmediato, buscando alguna mirada de complicidad de mi parte.

Yo le guiño un ojo, Eli se levanta se pone frente a Fernando y lo besa, el beso duro como unos tres segundos, Claudia abrió su boca y dijo, no lo puedo creer, Alfredo, te veo, ¿estas complicado cierto?

No, Claudia que poco me conoces.

-Es que no te creo, a ver Eli, dale otro.

No, responde Eli de inmediato, el reto fue dale un beso, y yo cumplí, y ya ves, no pasó nada.

Es que sabes, me llama la atención Alfredo, es que yo no lo conocía en esas facetas, es que… no se, me imagino que igual tienes algo de celos.

No Claudia, de verdad que no, continué. Eli amor, te pido un favor, le darías otro beso a Feña, jaja comenzó a reír Eli, a ver Fernando ven aquí, dice ella se acerca nuevamente y lo comienza a besar, esta vez el beso fue más largo.

-Malditos desgraciados, la verdad es que ustedes son increíbles, siento tantos celos, porque se nota que se aman mucho.

Eli, y tú ¿me dejarías besar a Alfredo? Pregunta Claudia.

-Lo mismo que te dijo Alfredo, se aplica a mi querida Claudia, respondió Eli, así que no tengo problemas.

Claudia rio muy coqueta y se sentó a mi lado, yo me gire y Claudia me beso, también fue un beso corto, la verdad es yo corte el beso.

Pero a ver, ustedes también bésense dijo Claudia, dirigiendo su mirada a Fernando y Eli.

La verdad es que lo que ahí comenzó, yo me imagino, fue por la situación, el alcohol, la noche, lo erótico que se estaba volviendo todo, y Eli sin tapujos comenzó a besar nuevamente a Fernando, Claudia no perdió el tiempo y me comenzó a besar también.

Todo era muy sensual, el erotismo se podía oler en esa sala, yo miraba de reojo las piernas de Claudia, tenía ganas de tocarlas, entrecerré mis ojos para ver a Eli, ya que quería saber si ellos ya habían terminado de besarse, pero para mi impresión, mi amada se acomodó y se sentó en las piernas de Fernando, eso me dio la confianza que necesitaba para acariciar a Claudia, puse una mano por su espalda y la otra mano la dirigí hacia sus piernas. Al momento de pasar mis manos por sus muslos, Claudia abrió levemente sus piernas, pero no quise ir más allá, aun me quedaba algo de inhibición. Pensé en ese instante que este arrebato de nosotros cuatro terminaría en algún momento, pero esto no terminaba, poco a poco seguí entregándome al placer, hasta no pensar siquiera si Eli y Fernando seguían en las suyas.

Seguíamos besándonos con Claudia, nosotros estábamos en el sillón grande, mientras que Eli y Fernando se habían cambiado a un sofá de un cuerpo y seguía sentada en sus piernas devorándolo a besos.

Claudia me besaba con una fogosidad inesperada, en un momento Claudia deja de besarme toma mi cara para mirarme a los ojos, muerde sus labios y la expresión de su rostro me daba a entender que esto no terminaría ahí. Aproveché ese momento para mirar disimuladamente hacia el lado y pude notar como Eli se sentaba sobre Fernando con las piernas completamente abiertas para seguir besándolo.

Al ver a Eli, en esa posición me subió mi libido a mil, tome a Claudia por detrás de su cabeza enredando mis dedos en su cabellera para devorármela a besos, mientras seguía acariciando sus piernas. Claudia nuevamente abrió sus piernas, y esta vez no dude, comencé a mover mi mano lentamente hacia el interior de sus muslos hasta llegar a sus bragas, note que estas estaban húmedas y esa sensación hizo que se me generara una erección, lo que me incomodo, ya que aún estaba con mis jeans y eso apretó mi pene por lo que tuve que reincorporarme para que este no doliera, eso al parecer pudo ser advertido por Claudia quien también baja una de sus manos y la dirige hacia mi pantalón, apretando levemente mi miembro, sentí un pequeño dolor que me hiso sentarme más atrás, ahí pude ver que Eli estaba abrazando a Fernando apretándolo contra sus pecho y él tenía uno de sus pezones en su boca.

Claudia se levantó del sillón, tomo mi mano y me levanto, caminamos unos pasos y sin que Eli se diera cuenta tomo también su mano. Ahí pude ver como estaba mi amada disfrutando de como Fernando besaba y succionaba de sus pechos. Eli se incorporó rápidamente, siempre tomada de la mano de Claudia, no dijimos una sola palabra, solo nos dejamos guiar. Claudia sin soltarnos nos dirigió hacia una habitación, entramos a un cuarto donde había una cama enorme, nos sentamos sobre esta y ahí nos quedamos con un dejo de vergüenza, con Eli nos miramos y esbozamos una sonrisa nerviosa, detrás de nosotros venía Fernando, el cómo dueño de casa encendió una lámpara de pie que tenía en un extremo de la habitación, esta tenía una particularidad genial, se podía graduar, Fernando la dejo en un tono un tanto oscurecida, esta cambiaba a colores suaves, luego encendió un minicomponente que tenía música orquestada, ese momento fue un tanto incomodo, ya que ese momento de éxtasis se había enfriado, o al menos de momento, ya que lo que venía ahora, era quien era tan osado como para romper nuevamente esa incomodidad y retomar en lo que estábamos.

Pero nuevamente Claudia tomo la iniciativa, se sentó en medio de Eli y yo, y puso una mano sobre los muslos de Eli, y dijo, sabes me encantan tus piernas, no crees Fernando que son unas piernas hermosas, Fernando dejo el control de su minicomponente a un lado y se sentó al lado de Eli, obviamente son preciosas, poniendo su otra mano en el otro muslo de Eli, al parecer ese simple gesto hizo que Eli volviera al estado en el que estaba justo antes de venir a la habitación, ya que giro su cabeza buscando el rostro de Fernando y se comenzaron a besar, podía ver como el tocaba los muslos y las rodillas de Eli, con movimientos suaves, y pasando sobre estos las puntas de sus dedos. Claudia no perdió oportunidad al ver que ya estaban nuevamente en sintonía, puso sus brazos alrededor de mi cuello y me comenzó a besar también.

Poco a poco ella comenzó a forzarme hasta quedar recostados sobre la cama, ella comenzó a subirse sobre mí, y muy lentamente comenzó subiendo una de sus piernas sobre mí, mientras me seguía besando acariciaba mi rostro y metía sus dedos en mi cabellera, yo no pude evitarlo y con una de mis manos di un apretón a su trasero, sentí como su boca esbozo una leve sonrisa y ese fue el momento en el que ella se inclinó un poco más hasta quedar totalmente sobre mí. Yo tenía ambas manos sobre sus caderas, pero ella tomo una de mis manos y la comenzó a bajar, para que pudiera tocar su trasero, su vestido estaba a la altura de su cintura, por lo que podía sentir la suavidad de su piel, sentía como mi miembro poco a poco comenzaba a crecer y a palpitar, en un momento, cuando Claudia comenzó a besar mi cuello abrí mis ojos para ver a Eli, ellos seguían en la misma posición, ella estaba sentada aun a un borde la cama, pero estaba completamente abierta de piernas, él la seguía besando, y pude escuchar el primer gemido de ella, Fernando tenía sus mano entre las piernas de Eli, moviéndola vertiginosamente, recordé que ella estaba sin sus bragas. No sé qué me paso en ese momento, pero al ver a mi amada disfrutando de sobre manera con los movimientos de las manos de Fernando, me puso muy caliente, baje ambas manos al trasero de Claudia y la aprete contra mí, Claudia inmediatamente bajo una de sus manos hacia mi miembro, desabrocho el botón de mi pantalón, agarro con fuerza mi pene y lo comenzó a masturbar, sentí como se recostaban al lado mío, mire nuevamente a Eli y ella seguía besándose con Fernando. El seguía son su mano en su entrepierna, luego se dejaron de besar y él comenzó a bajar, pasando por sus pechos, su abdomen y llego a su coño, Eli, mordía su labio inferior y arqueaba su espalda, podía notar como disfrutaba del sexo oral que le hacía Fernando. Claudia noto que yo estaba mirando hacia al lado, se acercó a mi oído y me susurro, ¿quieres que te haga lo mismo? Yo solo sonreí. Ella bajo hasta mi pelvis, levante un poco mis caderas, y ella bajo mis pantalones y mis boxers, dejando expuesto mi miembro. Yo ya estaba muy excitado, con una gran erección que me había dejado la masturbación que me había hecho Claudia.

Podía ver a Eli disfrutar a mi lado, eso me tenía en completo éxtasis, sentí de momento la calidez de la boca de Claudia como apretaba con sus labios mi pene, pasaba su lengua levemente de arriba a abajo, lo tomaba con sus manos, exponía completamente mi pene y pasaba sus labios muy suave por la cabeza de mi miembro, me sentía como en una película erótica, sentí la mano de Eli buscando la mía, nos tomamos de la mano nos miramos y ambos con cara de extasiados y sonreímos, había esa complicidad entre nosotros. De momento sentí que ambos estábamos usando a nuestras parejas para darnos placer. Fernando se levantó y comenzó a bajar la faldita de Eli, ella solo se movió para ayudar la tarea de Fernando, el metió su mano debajo de su cama y saco una cajita, la puso sobre la cama y saco un condón, lo puso en su pene, tomo a Eli de sus caderas y comenzó de a poco a introducir su pene en ella, no podía dejar de mirar eso, Claudia tomaba mi rostro para besarme, pero yo giraba levemente mi cabeza para seguir mirando. Fernando comenzó a mover sus caderas muy lentamente, Eli soltó mi mano y tomo a Fernando de sus caderas, el embestía a Eli, lento y suave, pero de pronto el ritmo comenzó a incrementarse, podía ver como metía su miembro en ella hasta el fondo, y con cada embestida Eli arqueaba su espalda y soltaba gemidos de placer, yo miraba alucinado me excitaba verlos disfrutando, gozando, volviéndose locos, de momento Claudia me hace despertar de ese éxtasis, termina de quitarme los pantalones y se sube sobre mí, toma mi pene y lo introduce en su vagina, ella estaba tan mojada que sentí como se introdujo en ella por completo, levanto un poco mi cabeza y le digo al oído, saca un condón por favor de la cajita de Fernando, ella se inclina un poco y toma la cajita, saca un condón y rápidamente lo pone en mi pene, no quise ser indiscreto, pero había experiencia de parte de Claudia, lo coloco en mi pene como obra de magia. Una vez puesto, se volvió a sentar encima mío y se comenzó a mover, sus caderas tenían vida propia, tomaba mis manos y las dirigía hacia su trasero y luego a sus pechos, se recostaba por momentos sobre mí y me besaba, Claudia se estaba dejando llevar total y completamente por el momento, podía verla, podía sentir como cada parte de su cuerpo estaba disfrutando de nuestro encuentro. Volví a dirigir mi vista hacia Eli, ella estaba completamente abierta de piernas, con ambas rodillas flectadas y puestas sobre sus pechos, ayudada por Fernando que afirmaba sus muslos, mientras la embestía una y otra vez, Eli estaba con sus ojos cerrados, su boca entreabierta soltaba un gemido por cada arremetida que le daba Fernando.

Al parecer Eli, al igual que Claudia estaba gozando la situación. Se podía percibir en el ambiente el placer que estábamos sintiendo. Esa extraña sensación de prohibido, de juego indecoroso que nos sumergía de a poco a un viaje sin retorno.

Claudia se puso de pie, y se acercó al oído de Fernando susurrándole algo inaudible, él la tomo suavemente de su cabellera y la beso, mientras seguía con ese movimiento de caderas incesante sobre Eli. Claudia nuevamente tomo mi miembro y siguió haciéndome oral, yo levante un poco mi torso y me apoye en mis codos, para apreciar mejor lo que estaban haciendo al lado, no era que me preocupara mucho al respecto, solamente quería ver a Eli en esas facetas, me excitaba de sobremanera.

Fernando se levantó y tomo a Eli de sus manos suavemente, ayudándola a levantarse también, y allí ambos de pie a un lado de la cama, se comenzaron a besar, giraban sus cabezas de un lado a otro besándose como adolescentes en parque solitario, el de a poco se fue sentando en la cama, sin dejar de besarla, mientras miraba toda aquella escena, Claudia seguía lamiendo y succionado mis bolas y mi pene, sentía que estaba durísimo, como si fuese a estallar.

Fernando finalmente se recostó en la cama, a un lado de nosotros, y subió a Eli sobre él, nos miramos a la cara con Eli, ella me sonrió y mordió su labio inferior, se veía hermosa, su cabellera suelta y despeinada, con un rubor natural sobre sus pómulos y los brillos tenues que le otorgaban las pequeñas gotas de sudor que brotaban en su cara.

Eli se sentó con sus rodillas flectadas sobre Fernando y comenzó a mover sus caderas con un movimiento ondulante cual bailarina de vientre, y el al tener sus manos libres aprovechaba de recorrer su cuerpo, apretando su trasero, tomando su cintura hasta terminar en sus pechos. La escena era hermosa, no podía dejar de apreciarlos dignos de la mejor escena de película erótica.

Claudia de un momento me despertó de mi estado hipnótico y me volvió a levantar, me besó y me dijo al oído, susurrándome, ven ponte detrás de Eli. La verdad es que no quería interrumpir ese armonioso vínculo que estaba viendo, de verdad que estaba disfrutando con ese espectáculo, sentía que era solo para mí. Pero también esos deseos de querer formar parte de ese momento me comenzaron a convencer. Me puse detrás de Eli y con mis manos tome sus pechos apretándolos levemente, ella al sentirme inmediatamente giro un poco su cabeza, levanto su mano, tomo mi cabeza y nos comenzamos a besar sobre su hombro, mientras seguía con su movimiento de caderas sobre Fernando.

Tomaba sus pechos, la besaba en su cuello, enredaba mi cara en su cabellera para olerla, luego nuevamente nos besábamos, apretaba fuertemente su cuerpo contra el mío, como queriendo que fuéramos uno y sentir también ese gozo que me imaginaba podía estar sintiendo Eli.

Claudia, que de momento nos habíamos olvidado de ella, se puso detrás de mí, se arrodillo y paso su mano entre mis piernas para tomar mi pene, yo seguía con mi pene erecto y palpitante, Claudia lo masturbaba y lo frotaba sobre el trasero de Eli.

Eli comenzó a recostarse lentamente sobre el pecho de Fernando, me miro por sobre su hombro y con su mano me invitaba a que me acercara más a ella. Claudia se levantó y me susurro nuevamente a mi oído, anda a que esperas, mira como Eli te está pidiendo, ella se agacho nuevamente tomo mi pene y lo puso en su boca, lo tomo y lo guio hacia el trasero de Eli, sentí como levemente Eli, levanto sus caderas, invitándome a que la penetrase. Tome sus caderas y me comencé a mover buscando que de a poco mi pene se fuera abriendo camino, me movía lentamente y muy suave, a veces ayudado por los movimientos cada vez más leves de Eli, comencé a notar como mi pene se estaba humedeciendo, sentía suave y lubricado, ayudado por las gotas que salían de mi miembro sin cesar debido al estado de excitación que tenía, y de repente sentí como la cabeza de mi pene se introdujo por completo, Eli arqueo su espalda, soltó un gemido, y dijo entregada al placer, ¡ay que rico!, rápido mételo más, mételo por favor.

Tome con fuerza las caderas de Eli y comencé despacio a introducir mi pene, hasta llegar al fondo, y de ahí Fernando y yo comenzamos a movernos dentro de Eli, de inmediato note una sensación extraña, sentía muy de cerca los movimientos de Fernando, puse mi mano sobre el trasero de Eli buscando su ano, y sentir como mi pene estaba introducido, pero para sorpresa mía, su hoyito estaba ahí, apretado, sigo bajando y mi pene estaba justo debajo, introducido en su coñito, y si efectivamente, en esos momentos Eli estaba disfrutando dos penes dentro de su coño, no me di cuenta en qué momento mi verga bajo y se abrió camino solo hasta su coño, me volví loco y comencé a moverme más frenéticamente, tome fuerte las caderas de Eli, y la comencé a envestir. ¡Ay, que rico ay por favor no paren! ¡sigan, sigan! Eran los balbuceos que salían de la boca de Eli, entregada completamente al éxtasis.

El coño de Eli estaba apretadísimo, se sentía fuerte la elasticidad de su vagina, teníamos con Fernando una especie de coordinación total, mientras yo comenzaba lentamente a introducir mi verga al fondo de su vagina, Fernando comenzaba lentamente a sacarlo y cuando yo lo retiraba Fernando movía su cadera debajo de ella para introducir su miembro dentro de ella completamente, nuestros movimientos eran suaves y constantes, estábamos embriagados de placer, como en una especie de trance, guiados por un ritmo suave y temporizado, en esos momentos no me di cuenta, pero también generaba una sensación de placer extra, ese roce que tenían nuestros penes friccionándose uno con el otro ayudados por la presión que daba el coño apretado de Eli.

Claudia se puso nuevamente detrás mío, y me comenzó a acariciar, pasaba sus manos por mi pecho y bajaba acariciándome y besando mi espalda, agarraba con fuerza mis nalgas y de momento me mordía el cuello, se puso a mi costado, giro con su mano mi cabeza y me comenzó a besar, metía su lengua en mi boca, y se podía sentir su agobio por querer rápidamente ser la próxima, los besos de Claudia desconcentraron ese movimiento perseverante que manteníamos con Fernando dentro de Eli, nos sacó de repente de ese trance, pero para no perder ese éxtasis, ese placer que habíamos estado sintiendo, aceleramos el ritmo dentro del coño de Eli, ese movimiento perfecto que habíamos mantenido se transformó en una vorágine desenfrenada de embestidas, ya no existía coordinación, solo introducíamos nuestros miembros dentro de Eli una y otra vez llegando al fondo de su sexo, de momento, coincidíamos con Fernando metiendo los dos al mismo tiempo nuestros miembros hasta el fondo del coño de Eli, podía notar como Eli cuando se generaban esas coincidencias gemía con fuerza, y balbuceaba frases diciendo, ¡haay que rico esto! ¡Cójanme, cójanme rico!

Eli no pudo aguantar mucho nuestro movimientos y al cabo de unos minutos llego a su punto, dio un gemido cerrado y se desvaneció sobre el pecho de Fernando, paramos nuestros movimientos y yo de a poco comencé a sacar mi pene de su coño, ella levanto su cadera separándose de Fernando y se lanzó hacia un costado, exhausta comenzó a sonreír, y decía mirándonos, ¡wow! Esto ha sido increíble, sentí de verdad mucho, fue como un clímax constante y no paraba y cuando se volvieron locos fue cuando más lo goce.

Ya, pero cállate Eli, intervino Claudia, mira que ahora estos hombres serán todos míos y yo quiero experimentar los mismo, Eli se puso a reír y contesto, anda dale, que de verdad fue perfecto.

Claudia nos sentó a los dos juntos, saco los condones que aun teníamos puestos y nos comenzó a hacer sexo oral se turnaba de uno a otro. Eli nos había dejado muy excitados por, lo que no tardamos a estar nuevamente a tono, al parecer Fernando no pudo aguantar y aprovechando que Claudia estaba haciéndome sexo oral, se levantó, tomo a Claudia por detrás e introdujo su pene dentro de ella. Yo sentado en la cama seguía disfrutando de su boca, y Fernando la embestía por detrás, Claudia se incorporó y dijo, ya espérenme un ratito.

Volvió a tomar la cajita de Fernando saco condones y tomo una pequeña botellita, la abrió y hecho su contenido en su mano, puso su mano en su trasero y esparció ese liquido viscoso en su trasero, tomo los condones y los puso en nuestros penes, se puso de espalda hacia mí, tomo mi pene por entre sus piernas y lo puso en su trasero, yo aún muy excitado, la tome fuerte de su cintura y la invitaba a sentarse, -no espera, espera, me dijo- despacito, despacito, me incline hacia atrás y deje que ella se fuera introduciendo de a poco en mi pene, podía sentir como poco a poco la cabeza de mi verga se iba abriendo paso, ayudado por el lubricante que se había puesto, la cabeza de mi miembro de introdujo completamente en su ano, y de ahí ella fue bajando poco a poco hasta sentarse completamente sobre mi verga, este estaba completamente introducido en su trasero, sentía como palpitaba dentro de su agujerito, ella se inclinó hacia atrás y le susurro a Fernando, ya ahora tu ven rápido, él se acercó y metió su pene en la vagina de Claudia, no tuvo clemencia, puso la cabeza de su pene en su vagina y la fue introduciendo, y ahí empezó el, embistiendo una y otra vez, con fuerza, sentí de momento que ahí había historia, como que el sabia como le gustaba el sexo a Claudia, yo solo me dedique a disfrutar, a sentir como el ano de Claudia apretaba mi verga, Fernando tomo la piernas de Claudia y las flecto, yo ayude y puse mis manos detrás de sus rodillas, ella quedo totalmente abierta, y ahí ella comenzó a enloquecer, a pesar de la poca movilidad que ella tenía, aun así movía sus caderas, disfrutando mi erección, endurecida aun dentro de su ano, y moviéndose según las embestidas que le daba Fernando, Claudia se comenzó a levantar y quedo sentada en mí, empujo a Fernando de manera sutil para que este saliera de su frenesí y se levantó, me tomo de un brazo y me levanto. Fernando, como sabiendo cuales eran las intenciones de Claudia, se sentó en la cama y la abrazo, ella se subió sobre Fernando y se recostó sobre él, dejando su trasero expuesto, ella miro hacia atrás y me dijo, -ya amor, ahora te toca, dale-, yo la tomé con una mano, y con la otra tome mi pene, lo puse en su trasero y lo comencé a introducir, su ano ya estaba abierto, por lo que no me costó volver a meterlo hasta el fondo. Y ahí comencé yo, a disfrutar de su ano, la tome con fuerza de sus caderas, y la penetraba una y otra y otra vez, Fernando también se movía haciendo lo mismo, Claudia con ambas manos puestas sobre el pecho de Fernando se empujaba hacia atrás esperando cada embestida mía, ayudando a que mi pene se introdujera aún más en su culito, Claudia comenzó a susurrar, ¡ahí dale, dale, dale! Esas fueron las señas que nos indicaron a Fernando y a mí que Claudia ya estaba llegando a su clímax. Tomé a Claudia con más fuerza y apreté su trasero contra mi pene, la sensación también era extraña, ya que esta vez sí estábamos Fernando y yo en agujeros distintos, pero, aun así, podía sentir los golpes del pene de Fernando.

- ¡Ya ahí está, ahí está, que rico, que rico dale mmm…! Claudia termino yo junto a ella, Fernando siguió un rato más y termino, -hay que rico se siente dijo Claudia- saque mi pene y este aun palpitaba dentro de la bolsita lleno de semen, mire al lado y Eli aun sonreía, había sido la espectadora de cual escena porno.

Nos recostamos los cuatro en la cama, besándonos, tocándonos hasta quedar dormidos. Los primeros rayos de sol, me despertaron, mire a mi alrededor y Fernando y Claudia un dormían, pero Eli no estaba, me levante y ella se encontraba con un camisón en el balcón, fumaba un cigarrillo, tome mi chaqueta y me puse a su lado, la abrace, nos besamos, me convido cigarro, nos miramos y reímos juntos.

- Que increíble la noche ¿no crees? Me pregunto.

- Fue fantástica mi amor, respondí.

Ya, continuo, vistámonos y vámonos antes que despierten, mira que hay cosas que te tengo que contar.

Levante mi ceja mostrándole mi curiosidad, nos vestimos en silencio sin despertarlos y nos marchamos, nos fuimos tomados de la mano para esperar un taxi.

(9,62)