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Una con el viejo vecino
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Tiempo de lectura: 3 minutos

A veces suelo correr por las tardes aparte de que me gusta hacer ejercicio es como una medida anti estrés para la rutina de la universidad. Cuando tengo tiempo suelo hacerlo y más si los sábados me levanto con ánimos me doy una vuelta por todo el fraccionamiento. La tirada es larga aunque no tediosa, muchos de los vecinos lo hacen y más allá de preocuparme me siento segura ya que por las tardes o mañanas no soy la única corriendo.

A veces suelo toparme con personas que nunca había visto, pero sé que viven aquí cerca, hay algunas caras conocidas que con una sonrisa las saludo otras que de plano ni los buenos días les doy. En una ocasión me topé con un vecino que creía yo ya no vivía ahí ya que tenía un buen de tiempo que no lo veía, solo nos saludamos de miradas y hasta ahí.

Sin embargo después me lo topé entre semana y aunque yo no podía correr por lo atareada que estaba en la escuela solo lo veía pasar por las calles del fraccionamiento. Quise pensar que cuando me vio correr la vez que nos saludamos lo motive a hacerlo todos los días. El sábado me propuse a caminar desde temprano para verlo y saludarlo más allá de ser un desconocido era un vecino y no estaba de más saludarlo aunque sea de lejitos.

Yo sabía que estaba divorciado y vivía solo, no pasaba de los 60 años y a pesar de estar un poco viejo sus facciones de la cara lo hacía medianamente atractivo. Ese día me puse un pants algo ajustado y una blusa holgada para correr salí de mi casa y empezó a andar entre las calles. Entre ratos corría y caminaba hasta que a lo lejos vi al vecino recargado en un árbol pasé a un lado de él y le di los buenos días a lo que él respondió con lo mismo.

Yo seguí trotando, pero vi de reojo que él igual lo hacía, pero detrás de mí. No quise acelerar para no dejarlo atrás así que me puse a trotar. Sentí que él venía detrás y notaba cómo me veía de pies a cabeza. En mi afán por querer jugar un poco corrí y moví mis glúteos como agradecimiento por verme de espaldas. Decidí descansar un poco cuando se me acerca y me saluda amablemente, él sabía como me llamo así que no era de extrañar; le pregunté porque ya no lo veía como antes y me dijo que por problemas de salud no podía salir pero que ahora ya se encuentra mejor. Yo le di ánimos que ahora lo primordial es cuidarse y shalala, caminamos un poco y para esto le había dicho que moría de sed y que por un descuido se me olvidó sacar dinero de mi cartera, el amablemente se ofreció a llevarme a su casa ya que quedaba a la vuelta y yo acepté.

Una vez adentro nos dirigimos a la cocina y tomé un poco de agua y el hizo lo mismo. Hablamos un poco pero notaba que en su entre pierna algo había crecido. Yo apenada no sabía que hacer o decirle. El señor era súper tímido que parece que eran de esos tetos así que le dije bien directa: “Vecino ¿por qué tiene algo en la entrepierna?…” él más apenado que yo lo tapó con un cojín de la sala y pidió disculpas diciendo que no sabía qué hacer con tan tremenda adolescente que tenía frente. Yo me reí y le pregunté qué si cuánto tenía que no había tenido relaciones y él apenado me dijo que tenía más de un año y si lo creía ya que de lejos se ve que no es experto con las chicas por algo su esposa se separó de él o pudo ser por otra cosa me invadieron las preguntas en la cabeza.

Me ofrecí a decirle si había forma de ayudarlo, pero que no sería gratis. Él no lo creía, pero después de hablar me pidió cuánto o que necesitaba. La verdad no quería tener sexo porque estaba algo viejo y no venía preparada además tenía que guardarme estas ganas con alguien que si valiera la pena. Yo solo le dije si podría masturbarlo y le metí el pretexto que tendría una salida y no tendría mucho tiempo.

Él se fue abriendo y me dijo que si, pero que cuánto pedía. La verdad de dinero no andaba mal así que le pedí $2,000 y si lo aceptaba prometía quitarle un poco de esa presión en su entrepierna. El accedió y fue por su cartera, me los dio y los guardé en mi pants ahora le pedí que se sentara y se acomodara que yo haría lo mío. Comencé bajándole el short y aunque si lo tenía algo grueso su miembro no era algo tan grande sin embargo me importó menos ya que no iba a estar adentro de mi. Lo estiraba y jalaba, le ponía un poco de saliva para que sonara el movimiento de mis dedos.

Estuve así un rato escuchando los constantes “Denisse sigue así…” “Denisse más rápido” “Toca la puntita con la lengua” todo lo que me pedía lo hacía y a pesar de que no quería terminar ahí seguía estirando un poco más su miembro. Me lo metí a la boca para saborearlo y aunque no tenía el sabor de los que me gustan era un poco agradable quizá por el sudor del ejercicio. Lo masajeaba poco a poco y tiraba pequeñas gotas de saliva en su glande para luego pasar mi lengua ahí mismo. Cuando sentí que ya hacía erupción le pregunté qué si en donde quería echármelos y me dijo que en parte de mi rostro y pechos. Para esto hice una pausa para quitarme mi blusa y el bra y continúe nuevamente…

Cuando al fin me dijo que ya terminaba me puse en posición y sentí todo un mar de semen vaya nunca me habían rociado tanto. Me fui al baño a limpiarme y una vez hecho el trabajo me despedí de él. Hice mi buena acción y aunque trataré de no frecuentarlo me gustó pasar bien esa mañana de sábado con él.

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Autor
Denisse Gil
Denisse Gilhttp://www.notengositioweb.com
¡Hola mi nombre es Denisse! Actualmente soy una chica universitaria. Escribo en mis tiempos libres. Fan de hacer ejercicio. Me gusta recordar las cosas eróticas que me han pasado y plasmarlas para ustedes... Apoyenme con likes y comentarios :)

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