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Vacaciones con mi prima: Es hora de ir por su culo
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Minutos después de follar el coño de mi prima. Los dos nos quedamos acostados en la cama. En eso yo le digo: espero que tengas una pastilla del día siguiente. No quiero que vayas a quedar embarazada. Ella contestó: sentí como tu leche recorría toda mi vagina, incluso mira… tengo todos mis vellos vaginales pegajosos. No te preocupes, me voy a tomar la pastilla – eso dijo, mientras se tocaba con sus manos su coñito.

Inmediatamente después, ella se paró y se fue la baño. Mientras camina hacia él, yo miraba fijamente esas enormes nalgas y decía entre mí: “en cuanto tenga la oportunidad te voy a reventar ese culo”. Estando ella en el baño, me grita: oye primo… no le vayas a decir esto a nadie. Y mucho menos a tus amigos, ¿de acuerdo? Claro, prima. No te preocupes – Le contesté mientras me reía.

Ella: Me voy a bañar. Podrías ir a traer algo para comer. ¿Cómo qué? Le pregunté. No sé, lo que quieras – me respondió mientras se bañaba. Entonces me puse mi ropa y luego fui a la tienda. Mientras caminaba por los pasillos del hotel, no podía creer que me había cogido a mi prima. Le había chupado sus tetas, su coñito y luego la penetré. ¡Fue genial! – Me decía a mí mismo.

Una vez de regreso al cuarto, abro la puerta y noto a mi prima parada al lado de la cama, tan solo usando un tanga negra de encaje. Le podía ver desde la puerta sus vellos púbicos. Aunque sus tetas estaban al aire libre, no les presté mucha atención. Dado a que su mejor atractivo es enorme culo y su hinchada panochita.

¿Qué trajiste? Me preguntó, mientras veía su celular. Traje refrescos, papas y algo de botana – le dije, mientras no dejaba de verle su vagina. Ella notó mi mirada, y luego dijo… ya te comiste este coñito, así que ni piensas que volverá a pasar. Pero… ¿Y lo del culo? – le pregunté algo confundido. Ya olvídalo, creo que con haber follado ya tenemos para arrepentirnos toda nuestra vida – me dijo rápidamente.

Después de saber que ya no iba poder comerme el culo de Pamela, me quité la playera y luego me acosté en la cama. Mientras me comía unos cacahuates, mi prima se acostó a mi lado y me quitó mi bolsa de cacahuates. Estando acostados y viendo al techo, ella me preguntó: ¿A que sabe mi coño? En eso, yo giré mi cara y le dije: Al principio me supo algo salado, pero conforme te venías, el sabor iba cambiando. Además, el olor que desprendías de tu conchita era muy rico. Ella hizo un gesto de felicidad y luego dijo: que lastima que yo no pude probar tu semen. Cuando te la estaba chupando, probé algo pegajoso, pero no era tu leche.

Yo: Pues mira – Le dije mientras me bajaba mi short y bóxer a la rodilla. En eso ella notó mi pene un poco erecto y luego le dije: Tócate por unos segundos tus tetas, mientras yo me masturbo. De esta manera, ahorita que me venga, tomas un poco de semen con tus manos y lo pruebas, ¿qué te parece?

De acuerdo. Pero hazlo rápido, no quiero que volvamos a coger. Solo quiero probar un poco de tu leche- me dijo, mientras se pellizcaba los pezones. Por mi parte, yo comencé a jalarme el pito. Sin embargo, unos 30 segundos después, ella cerró sus ojos mientras seguía masajeando sus tetas. Así que yo aproveché para tomar una de sus manos y la llevé hasta mi pito. Ella no quería al principio, pero logré que poco a poco ella me comenzara a masturbar. Yo tomé mis dos manos y luego las llevé detrás de mi cabeza. Realmente estaba disfrutando es espectáculo.

Cuando ya estaba a punto de venirme, le dije a Pamela: ¿quieres que me venga en tu boca? Ella contestó: No, solo deja que me caiga en la mano y luego yo me lo llevo a la boca. Me decepcionó un poco su respuesta, así que usé la psicología inversa. Le dije: Si, creo que es mejor así. Ya que hace rato que me la estabas chupando, me lastimaste un poco. ¿Qué? Me preguntó ella, mientras abría los ojos y dejaba de masturbarme. Sí, me dijiste que fuera honesto y los estoy haciendo. Pero no te preocupes ya aprenderás hacerlo con tus próximos novios – le dije, mientras la miraba levemente.

Entonces ella se puso de rodillas, y luego dijo: te voy a enseñar lo que sé hacer. E inmediatamente me la comenzó a chupar. Fueron como tres chupadas las que me hizo, antes de que la detuviera. ¿Por qué me detienes? – Me preguntó algo confundida. Lo estás haciendo mal, le dije yo. Mira… primero usa tu lengua para lubricarlo. Chupa todo alrededor. Pero no te lo metas a la boca. Luego usa una de tus manos para masturbarme mientras me chupas los huevos. ¿Así, primo? Me preguntó, mientras su lengua recorría todo mi miembro. ¡Exacto, Pam! Sigue así, lo haces muy bien – le dije bien excitado. Y continúe diciéndole: Ahora sube poco a poco, cuando llegues la punta, con tu lengua chupa solo la puntita e inmediatamente deja caer un poco de saliva y luego métetela toda hasta el fondo. Mientras mi prima se atragantaba con mi verga, yo la sujetaba de la cabeza. Cada vez que ella se metía toda mi verga en su garganta y hacía gestos de nauseas. Yo le decía: no te preocupes, es normal. Sigue chupando…

Mientras ella continuaba con su boca en pito. Yo giré su cuerpo, de tal forma, que pudiera masturbarla mientras ella me la chupaba. Cuando logre ponerla en dicha posición. Use mi mano izquierda para masajear eróticamente sus nalgas, conforme avanzaba el tiempo… Mis dedos se paseaban cerca de su ano. Ella intentaba que no se los metiera, así que en lugar de insistir, baje un poquito más y le sobe su coñito. Su tanga ya estaba bien mojada. Así que con un giro de dedos, la hice a un lado y luego le metí dos dedos. Mientras ella me masturbaba con su boca, yo la masturbaba con mi mano. Ella solo decía… Mmmm… siii… oooh… siii… Mételos más, me decía cada vez que me deja de chupar el pito. Yo obedecí su orden… Y se los metí hasta al fondo. Entonces ella quitó su boca de mi verga y luego solo gritó… oooh… siii, primo… asiii…

Cuando yo escuché este grito, usé mis dos manos para recostarla en la cama y luego comencé a chuparle sus tetas. Cada vez que le mordía sus pezones, ella solo gemía. Conforme fui bajando mi boca, mi lengua recorría todo su abdomen. Cuando llegué a su coñito, éste estaba cubierto por su mojadisíma tanga. Yo la chupe aun así. Intentaba penetrar con mi lengua esa tela, pero como no podía, tomé mi mano y la hice a un lado. En ese momento, puede ver otra vez esos hinchados y rojizos labios vaginales. Use mis labios y dientes para mordisquearlos levemente. Ella no solo gemía, sino que además de retorcía. Sin dejarla respirar, usé toda mi boca para chuparle todo su coñito. Su clítoris ya estaba a punto de estallar, así que usé mi lengua para estimularlo. Mi prima solo decía: ¡Me voy a venir!… ¡Me voy a venir!… ¡Tomate todos mis jugos!

Antes de que ella se viniera, saqué mi boca de su vagina, luego tomé sus dos piernas y me las llevé a los hombros. Mi pene estaba encima de vagina y sus vellos púbicos. Mientras la tenía en la posición perfecta para penetrarla, la comencé a besar, y mientras mi pene seguía pegado su vagina… yo se lo rozaba una y otra vez. Le metía solo la punta y luego se lo sacaba. Mi prima intentaba empujarme hacia ella para que se la metiera por completo. Pero en lugar de eso, la volteé en forma de perrito. Ella no quería, pero yo insistí. Estando ya en la posición, tomé mi pene y se lo rocé por su ano. Cada vez que ella lo sentía, se retorcía un poco. Así que para que no se espantará, tomé mi pito y lo llevé hasta la entrada de su vagina. Y sin avisarle, se lo metí hasta el fondo. Ella solo gemía una y otra vez. Yo lo sacaba y lo metía fácilmente, ya que ella ya estaba súper mojadisima. Así que mientras la agarraba de sus caderas para penetrarla más a fondo, ella decía… Ya estoy lista… si quieres hazlo… Follame el culo… Al escuchar esto, saqué mi pito de coñito y lo dirigí hacia su culo. Estando en la mera entrada, escupí en su ano para lubricarlo y luego le metí la puntita. Ella entre sus gritos decía: ¡Espera!… ¡No entra!… ¡Tienes que dilatarlo más! Yo no hice caso de sus palabras, y seguí intentando. Ella no paraba de gritar, fue entonces cuando le dije: Lubrícalo rápido con una chupada y luego voltéate para que te penetre rápido. Ella se volteó, me la chupó e inmediatamente se puso en cuatro patas. Yo tomé mi verga, la puse en la entrada de su ano… y se lo metí hasta el fondo. Ella gritó muy fuerte, y por unos segundos me espanté… luego ella dijo: estoy bien, sácala y métela despacio, para que me mi culo se acostumbre a tu pene.

Yo obedecí esa orden, y conforme metía y sacaba. Mi pito se acoplaba a sus nalgas. Unos segundos después de acoplarse. Comencé a follarla tan duro como pude. Ella gemía… oh… sisssi… ooohhh… siiii… mmmm y al mismo tiempo se masturbaba su coñito con una de sus manos. Cuando ya estaba a punto de venirme, le pregunté: ¿quieres que me venga en tu culo o en tu boca? En mi boca – contestó rápidamente. Luego saqué mi verga de sus nalgas y comencé a masturbarme enfrente de su cara. Ella estaba con la boca abierta esperando mi semen. 30 segundos después, salió todo la leche y cayo directamente en su boca. Ella se la trajo, y luego simplemente dijo… ¡Woow!.. ¡No pensé que supiera así! Gracias, primo.

FIN

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