Nuevos relatos publicados: 13

Virginia (VIII)

  • 13
  • 11.148
  • 9,60 (10 Val.)
  • 0

Después de muchas vueltas de Virginia y sus alardes de boda, con todo los que sabían el juego que teníamos ella, Rebeca y yo; aparte de lo que podrían intuir los demás. Con Rebeca se nos ocurrió algo perverso.

-Le organizaremos una despedida- Dijo Rebeca

-qué piensas hacer?- le dije, mientras le acariciaba la pierna.

Ella disfrutaba mucho el juego que llegamos a crear, pero igual no soportaba la falsa imagen de moralidad que Virginia le gustaba proyectar. Así que a veces al salir de la oficina nos dábamos un revolcón en su casa, que compartía con otra amiga, pero que cuando ella se lo pedía, se desaparecía y quedábamos solos. Estábamos en la oficina aun, pero ya casi todos se habían ido a esa hora, así que me sentí tranquilo de poner mi mano sobre su pierna y deslizarla un poco bajo la falda, el hecho de que nos puedan atrapar in fraganti la excitaba.

Virginia estaba a unas semanas de su boda, ya en una ocasión llegó el novio a buscarla, se notaba que era un chico de recursos, seguro era un gran atractivo para Virginia, que a casi todos irrito porque se comportó como si fuera mejor que todos y se fue, así que creo que había gente dispuesta para el plan que Rebeca fraguaba

-los invitaré a los dos a mi casa, le diré que las compañeras les queremos hacer una cena- me dijo mientras ella iba mas allá de mi acariciándole la pierna, ella comenzaba a frotarme sobre el miembro.

No me dio detalles esa tarde, donde después de estarnos frotando en la oficina, terminamos en un rapidín en la bodeguita. Sé que puso en conocimiento a Raquel y Pedro, porque luego este último me felicitó por tan depravado y excitante juego; ya estaba ansioso por lo que fuera a pasar esa noche.

Virginia y su prometido llegaron al apartamento de Rebeca y se sorprendieron al vernos reunidos ahí, la más sorprendida claro esta era Virginia, porque estaban los que hemos jugado al sexo con ella. El plan se me fue revelando en la marcha, porque Rebeca lo primero que hizo fue surtir de shots de unas tragos dulces y bocadillos de formas sexuales, que Virginia vio con cara de horror, mientras su novio se sorprendía y era prácticamente obligado por Rebeca y Raquel a comer y beber, ellas muy hábiles provocándolo le mostraron el escote, le rozaban el cuerpo y Raquel se aventuró a caer disimuladamente sobre el presionando con su mano sobre su entrepierna. Virginia no se atrevió a decir nada, más que disimuladamente le pase la mano por las nalgas para distraerla, ella me vio con sus enormes ojos como otras veces, entre el deseo y la vergüenza, pero esta vez quería saber que pasaba, no lo intuía aún, pero estaba preocupada de que fuera a pasar.

Rápidamente con los brindis y copas pasando, se gestaba el plan, no tardo en emborracharse el novio y Virginia no salía de su sorpresa cuando Rebeca lo tomo de la mano y comenzó a bailar muy pegado con él, al tiempo que yo agarre a Virginia por detrás y comencé también a bailar, alguien apago la luz y solo dejo unas lámparas con una luz bastante tenue, lo suficiente para reconocer las formas, pero ideal para ocultar las expresiones en los rostros.

-Que hacen?- me pregunto ella, mientras mis manos acariciaban su cintura

-nada que no te vaya a gustar-

-mi novio! Que le van a hacer?

-no lo ves? le darán una despedida de soltero, al mismo tiempo que a ti te la haremos-

No dijo más, se dejó guiar, ya estaba acostumbrada cuando comencé a subirle la falda y rozarle la entrepierna, al otro lado Rebeca ya tenía bien caliente al ebrio novio, alcance a ver que tenía la cremallera abajo y una mano se metía haciendo movimientos que bien conocía; al tiempo que Raquel se pegaba detrás de el rozándole con los pechos.

Virginia no se resistía, sabía que era inútil y que le gustaba… comencé a subirle la falda, mostrando sus caderas. Al otro lado Pedro se pego detrás de Raquel y estaba aprovechando a besarla, manoseando su pecho. Asi la escena de enfrente proseguía ante nuestra mirada, a Rebeca ya encima del novio, que tenía ya los pantalones abajo, el palo bien duro y con un movimiento constante de manos dándole placer; luego por mi parte estaba ya desabrochando la blusa de Virginia, dejando a lo que la vista podía ver en esa luz de penumbra de su ropa interior, de sus pezones duros y su sexo caliente, bajo las prendas íntimas.

Virginia miraba hacia donde su novio, que estaba totalmente ido, reaccionaba casi de forma automática al bombeo manual que Rebeca le brindaba, mientras comenzó a acariciarle el cabello y ella se acercó a darle un beso de lengua, a desabrocharle la camisa y morderle el pecho, como lo hizo con una mano y sin dejar de bombearlo, ya era una sorprendente habilidad, cuando su cara ya había pasado por su pecho, su vientre y llegado a su entrepierna, sus labios se abalanzaron sobre el miembro duro y comenzó a chuparlo con ganas, el tipo lanzo un largo suspiro al sentir la boca encima.

Viendo al otro lado Pedro ya tenía a Raquel con los pechos al aire y se los chupaba con fuerza, ella recostada en el sofá, con la blusa ya bajo los hombros y el sostén a la altura de su cintura, unos pechos majestuosos, grandes y redondos; el encima aflojándose el pantalón y metiendo mano bajo sus nalgas.

-Como lo quieres? Por delante o por detrás? Le susurre al oído, con mi cuerpo pegado a sus nalgas, una mano explorando sus pezones y la otra entre sus piernas.

-Por detrás- dijo con la voz vibrando

Entonces la hice inclinarse sobre la mesa y le abrí las piernas, ella empino el culo de forma automática, diría que hasta tenso las piernas para ponerlo más alto, entonces subí la falda y deje al descubierto sus nalgas, le di una fuerte palmada que la hizo soltar un pequeño chillido. Lleve sus manos a la espalda y se las tome con una sola, mientras me baje los pantalones y le arrime con más ganas mi erección contra sus nalgas.

Tenía la cara apoyada sobre la mesa viendo hacia donde a su novio lo estaba montando Rebeca con sus nalgas frotándose con fuerza contra él, mientras él seguía perdido, con las manos en las caderas desnudas de ella, al mismo tiempo en el sofá al lado Pedro le comía los pechos a Raquel mientras se acomodaba entre sus piernas. Le quite la blusa y la falda, dejándola solo en prendas íntimas, me agache a morder y masajear sus nalgas y pasar mis dedos entre sus piernas, haciendo que la prenda se impregnara de forma muy rápida de la humedad de su sexo, entonces ya estaba bien mojada cuando mis dedos explorar dentro, entre sus ya bien conocidos labios vaginales, ella reaccionaba de forma inmediata, ya se preparaba para lo que bien conocía; jale hacia abajo su prenda y deje su culo al descubierto, le pase la lengua entre las nalgas y dio un ligero respingo, mientras termine de sacar su prenda por las piernas, ahora acomode mi verga para meterla…

-Date la vuelta- le ordene

Ella se levantó y se dio la vuelta, quedamos frente a frente, su cara reflejaba el deseo, la hice agacharse y que su cara quedara frente a mi verga.

-ahora chúpala- ella no titubeo en abrir la boca y deslizar entre sus labios mi verga, comenzó inmediatamente a lamer y chupar, ella había logrado una gran habilidad en eso.

Con el gusto con el que me chupaba casi olvidaba cual era mi primer objetivo, me concentre para hacerlo que había planeado, así que la hice apartarse, vi aparecer mi verga totalmente empapada saliendo de su boca, ella se relamió los labios y me vio a los ojos, con esos grandes ojos brillantes, la levante y que se acomodara nuevamente contra la mesa, ahora dirigí mi verga contra sus nalgas, se deslizó con facilidad, sentí la punta cuando hizo contacto con lo caliente de su sexo.

Raquel se levantó de las piernas de Pedro, solo vestía con su pantaleta y tacones, el resto de su ropa había volado, sus pechos grandes y firmes se apreciaban rojos de tanto que los había chupado y apretado Pedro, nos dirigió una mirada cómplice y se fue hacia donde Rebeca montaba al novio de Virginia, se acercó a un lado y le puso los pechos en la cara para que se los chupara, cosa que el hizo de inmediato.

Yo tenía a Virginia bien enculada, la fui llevando hacia Pedro, que ya estaba con los pantalones abajo y la verga dura, él se acomodó para lo que venía, fui llevando a empujones a Virginia hacia él, la hice que se inclinara y se apoyara sobre las piernas de Pedro.

-Chúpalo- le dije

Ella obedeció y su boca se colocó encima de la punta, dudo muy poco antes de metérsela en la boca y comenzar a chupar, le di unas nalgadas diciéndole lo buena y obediente chica que era, comencé a darle con más ganas, buscando correrme, a ella comenzaban a temblarle las piernas, así que la lleve a acomodarse en el sofá sobre sus rodillas, quedo ella entre las dos vergas que la penetraban por ambos lados, no deje de palmear sus nalgas y Pedro, agarraba sus pechos, creo que nunca pensó que se los estaría agarrando y menos que ella le estaría dando una chupada con tanta disposición.

Al otro lado las chicas se turnaban para chuparle al chico la verga, ahora Rebeca tenía los pechos en su boca y Raquel se inclinaba sobre su entrepierna, a mi vista estaban sus grandes nalgas al aire, alcance a tocarle una nalga, lo que hizo que ella volteara un rato y me viera con una gran sonrisa, la boca húmeda y el cabello revuelto.

Virginia jadeaba y jadeaba, mi verga estaba por explotar y al parecer Pedro igual, cuando le puso las manos sobre la cabeza, yo agarre las caderas de ella con fuerza y fue cuando me corrí, fue un buen chorro dentro de ella y un poco después también se corrieron en su boca.

Cuando me corrí, seguí lanzando algo de semen a las nalgas de Virginia, ella seguía recostada sobre la entrepierna de Pedro, cuando una mano me agarro la nalga y después fue deslizándose hacia mi entrepierna, gire a ver y Raquel estaba a la altura de mi cintura, sonreía con la boca abierta y asomando la lengua, atrás de nosotros Rebeca se había puesto encima del novio de Virginia haciendo un 69, entonces Raquel quiso venir hacia nosotros, me agarro una nalga nuevamente y comenzó a lamerme la verga flácida, a recoger el semen y fluidos de Virginia para chuparlos, toque su cabeza pelirroja apretándola contra mi cuerpo; tener a Raquel chupándome la verga era un plus para la noche, desde aquella salida en la que Virginia me busco, pensé que ya no tendría chance con Raquel, pero aquí estábamos. Seguía sintiendo la lengua de Raquel dar vueltas sobre mi verga y masajeando mis bolas, cuando Virginia ya se estaba acomodando boca arriba para recibir la verga de Pedro entre sus piernas, que la habia hecho recostarse en el sofá, después de lamerle los pechos y abrirle bien las piernas para recibirlo.

Raquel estaba al lado de Virginia cuando se sacó de la boca mi verga, volteo a verla y se acercó a su rostro, ambas tenían semen y sudor en sus caras, Raquel le dio un beso, pasándole también el semen que había chupado de mí, le embarro la cara, luego le chupo las tetas, se puso de cuclillas apoyándose en el borde del sofá, yo me incline también, para tener acceso a sus nalgas, le alcance a tocar los pechos, cosa que la hizo soltar un suspiro, mientas chupaba los pechos de Virginia.

Raquel tenía unas tetas magnificas, se sentían duras y firmes al tacto y sus pezones bien parados, se proyectaba una pequeña panza de su vientre, pero eso le daba más de dónde agarrarle, cuando mi verga entro en su coño soltó un bufido y se reclino más, esta vez apoyada en el suelo con los codos, lo que me dejo mejor acceso y le di con energía. A mi vista estaba la forma de pera de sus nalgas y espalda y al mismo tiempo miraba los pechos de Virginia rebotar por las embestidas que Pedro le daba.

Me corrí dentro de Raquel, ella gimió y arqueo más el cuerpo, seguí agarrando sus caderas, hasta que se levantó y se dio vuelta, dejándome ver sus pechos grandes y hermosos, me fui por uno para probar sus pechos, ella le encanto, también me agarro la verga con la mano, que se le cubrió de semen y fluidos, mano que después paso por la boca de Virginia, para que esta la chupara, se inclinó después nuevamente sobre ella para besarla. Yo me senté en el otro sofá, ya cansado, cuando Pedro se corrió dentro de Virginia y esta lanzo un gemido largo.

Pasados unos minutos todos estábamos ya exhaustos, Pedro se reclino en el sofá mientras Raquel le chupaba la verga para dejársela limpia y al otro lado Rebeca ya descansaba sobre el pecho del novio de Virginia, totalmente agotada. Virginia recuperaba el aire acostada, con una mano tapándose el pubis, que gracioso era, pensando todo lo que había pasado.

Rebeca aun le masajeaba la verga al chico, después de bombearlo varias veces y tener semen pegado en el cuerpo, hizo que le llevara a Virginia hacia ella, también ella estaba cubierta de semen, sudor y fluidos. Rebeca la hizo montarse sobre su novio y restregarse contra su cuerpo, también la beso y le acaricio el cuerpo, la besaba a ella y al chico al mismo tiempo, hasta que ya ninguno pudo más y los dejo dormirse ahí mismo, quedaron los dos desnudos en la sala.

Yo esperaba que Raquel se fuera conmigo a una cama, pero para mi decepción se vistió como pudo y se fue con Pedro ya casi amaneciendo. Viendo hacia la pareja de novios, Rebeca vino hacia mí, sabiendo lo que pasaba por mi mente, me guío al baño y nos dimos una ducha los dos desnudos, cuando ya corría agua por nuestros cuerpos y se le lavo el semen del cuerpo le dedique mis atenciones, fue un momento más relajado entre los dos, su cuerpo era tan deseable como cualquiera, nos dimos un ligero revolcón antes de caer dormidos en su cama.

Me desperté en la mañana escuchando ruidos de la sala, ellos seguro despertaron y recordaron la noche, no puedo imaginar la expresión de él, pero imagino la cara de vergüenza de Virginia, seguro ella lo apremio a irse tan rápido como pudieran. Virginia no volvió a buscarme y de hecho la siguiente semana ya no regresó a la oficina. Sé que se casaron como 2 semanas después, no envió invitación a ninguno de sus excompañeros de trabajo, de hecho mi prima me pregunto porque no había ido a la boda, si después de todo estuvimos trabajando juntos; ella sospecho algo porque solo le conteste con una mueca de no saber nada, solo me dijo que yo era un depravado, le hice otra señal de que guardara silencio y ella entendió.

Espero que Virginia se siga mojando cada vez que recuerde nuestros juegos.

(9,60)