Mi cuñada, vestía un camisón largo casi transparente, que en esos momentos se encontraba a la altura de sus muslos, yo cada vez me encontraba más candente, deseando que su camisón subiera hasta que me mostrara algo de los encantos que el cubría
Esas palabras vulgares en el tono como me las decía produjeron un calor dentro de mí, me hacían perder la razón. Se acercó, yo como hipnotizada no me moví ni un paso, caminó hacia mi acariciándose su verga, mirándome lujuriosamente