Al día siguiente, lunes, regresé del trabajo y al abrir la puerta de mi departamento me encontré con Daniella que estaba esperándome. Tenía puesta una de mis camisetas. Al verme, se la sacó quedando totalmente desnuda ante mí y vino a mi encuentro
Y: ¿Hola, oye vienes por mí? L: Tengo que pasar por tu prima primero Y: Oye te espero en Tlalpan, vale L: ¿Y me conviene ir? Y: Claro que sí. Colgué el celular y fui a recoger a mi esposa a su trabajo, tenía apenas un par de semanas de que nos casamos y todavía seguía comiéndome a su prima de 19