Si el primer día en la playa había sido bueno el segundo todavía fue mejor. Era mediodía cuando despertamos mi chica Nuria y yo, estábamos los dos completamente desnudos y nos miramos algo confusos. No tardamos en recordar que había sido una mañana de sexo muy intenso, Manuela nos había follado bien
Esta vez no sabía no qué cojones había pasado. Llevaba una semana en mi nuevo curro, y ya había visitado el despacho de mi jefa tres veces por quejas de supervisores. Me gustaba poder ver sus vestidos ceñidos, que cambiaba a diario, pero que siempre compartían el mismo escote infinito de unas tetas