Sexo casual con una desconocida (1)

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T. Lectura: 3 min.

Esta historia sucedió hace unos años, de forma muy casual sin pensar que esto terminaría de esta manera.

Sucedió un fin de semana, mientras esperaba locomoción en el paradero luego de a ver ido a hacer mis compras en el supermercado, cuando de repente una chica que la llamare Roxana me toca el hombro, y me dice, “¡disculpa que te moleste! ¿Qué locomoción me sirve para ir al centro de Coquimbo?, que es la ciudad donde vivo”, a lo que yo de forma sorpresiva le digo la que en su letrero aparece un numero uno.

Cuando la vi me llamo la atención como era físicamente y su acento particular peruano, era muy hermosa físicamente, contextura delgada, pelo negro largo, unos senos medianos pero muy bien puestos, un trasero que relucía muy bien bajo su falda corta que llevaba puesta, luego de decirlo que locomoción le servía, seguimos platicando mientras esperaba la locomoción la cual por coincidencia era la misma que yo esperaba también.

Al subirnos a la locomoción colectiva mientras charlamos le dije de forma muy tímida, que si quería más tarde podía pasar a mi casa a tomarse algo para que luego de su paseo terminara el día de forma perfecta, intercambiamos números de celular, y antes de bajarme me dijo con una sonrisa muy coqueta, nos vemos.

Cuando me baje de la locomoción colectiva, asimile lo que había hecho, y solo dije así mismo, la invitación esta hecha, a eso de las 18 h recibo un wasap de ella que me decía: “Soy Roxana nos conocimos en el paradero, por favor envíame tu ubicación voy para allá”, a lo cual quede perplejo sin esperar que me hablara, al rato de enviarle la ubicación me envía otro WhatsApp donde me dice, disculpa que te lo pregunte, “tú me puedes prestar la ducha ya que fui a la playa y estoy llena de arena”, a lo cual con una risa de nervio le respondí que no había problema pero que el baño donde vivo está en el patio, a lo que ella me dijo, “no es problema”.

Así pasaron unos treinta minutos aproximadamente, cuando suena mi teléfono, era Roxana que me llamaba para avisarme que estaba afuera de mi casa, a lo que corrí a abrirle la puerta, cuando la vi venia con una polera manga corta y un pareo abajo, el cual estaba lleno de arena, al verla solo me ríe y le dije “¡parece que te bañaste con arena!”. A lo que ella rio, cuando entramos a la casa, le pase la toalla y se metió a la ducha, de repente siento un grito pidiéndome ayuda, que no sabía regular el agua caliente, le pregunte si entraba dijo que si, que tenía mucho frio y necesitaba que le regulara el agua caliente.

Cuando entre no pude disimular verla desnuda y me puse muy nervioso y ella se dio cuenta, mientras le regulaba la llave del agua caliente, ella acerco su manos a mi pelo y lo acaricio, yo solo la mire y no dije nada, al salir del baño ella me dice, “¡no quieres ayudar a jabonarme!”, no dude un segundo en su propuesta, me saque la ropa solo quedando en bóxer y con una erección que ella noto, tome el jabón y comencé a jabonarla partiendo por tu cuello sus senos y terminando de pasar mi mano por tu vagina, la cual me encanto porque la tenía totalmente rasurada, luego de eso ella me dio un beso en la boca a la cual yo se lo correspondí y comenzamos a besarnos bajo el chorro de agua.

Ella me bajo el bóxer y me empezó a tocar mi pene, masturbándome muy rico, mientras yo metía mis dedos dentro de su vagina moviéndolos muy suabe a lo que ella me dice al oído, “¡penétrame por favor!”, ella se dio vuelta y se agacho, afirmándose en la muralla de la ducha, donde comencé a penetrarla muy despacio y después más fuerte, sintiendo como gemía de placer y me decía, “¡dame más, más más!”

Luego de estar un buen rato teniendo sexo en la ducha, salimos mientras nos secábamos ella de forma inesperada se pone de rodilla frente a mi y comienza a darme sexo oral, a lo cual lo único que hice fue tomar su cabeza con mi mano y seguir su ritmo, de forma inesperada sintió un chorro de mi semen en su boca lo cual para no manchar el suelo trato de tragárselo.

Luego de eso se limpió los restos que le quedaban y salimos del baño, al entrar a la pieza a vestirnos, me dice “ahora me toca a mi darte placer”, me empujo a la cama y quede boca arriba a lo cual, se subió encima de mi pene ya erecto y empezó a cabalgarme y disfrutando sus gemidos, no podía creer lo que estaba viviendo, estuvimos un buen rato así, hasta que me dice “¡voy a acabar!”.

Yo le dije hacelo, y posterior a decirle eso, comencé a lamer sus pezones duro para ese entonces lo cual hizo que acabara muy rico, sintiendo sus fluidos en mi pubis, fue así que luego de este momento, se recostó al lado mío abrazándome y comentándome que le había gustado mucho.

Que sucedió después lo dejo para otro relato.

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